19 de septiembre de
1973.
50 años de la ejecución del sacerdote español Joan Alsina Hurtos, un testigo de Jesús en Chile
Joan Alsina Hurtos
El
19 de septiembre, se cumplen 50 años de la ejecución del sacerdote español,
Joan Alsina H, por efectivos militares; este hecho ocurrió en el contexto del
Golpe de Estado, encabezado por Augusto Pinochet. De los militares responsables
de su muerte, uno fue condenado por la Justicia y los otros dos estaban
fallecidos, al momento de realizarse el juicio. Joan se presentó a su
trabajo el 19 de septiembre de 1973, a pesar que sabía que lo buscaban para
detenerlo. ¿Por qué lo hizo? Este artículo pretende dar una respuesta
El
19 de septiembre, se cumplen 50 años de la ejecución del sacerdote español,
Joan Alsina H, por efectivos militares; este hecho ocurrió en el contexto del
Golpe de Estado, encabezado por Augusto Pinochet en Chile. De los militares
responsables de su muerte, uno fue condenado por la Justicia y los otros dos
estaban fallecidos, al momento de realizarse el juicio. Joan se presentó a
su trabajo el 19 de septiembre de 1973, a pesar que sabía que lo buscaban para
detenerlo. ¿Por qué lo hizo? Este artículo pretende dar una respuesta.
1.- Nace en España
Joan Alsina Hurtos, nació el 28 de
abril de 1942 en Castellón de Ampurias. Estudió en el seminario de Girona. Fue
ordenado sacerdote el 30 de agosto de 1966.
2.- Misionero en Chile
Tenía una profunda vocación misionera y
el 30 de enero de 1967 llega a Santiago a vivir a una comunidad de sacerdotes
catalanes, en la comuna de San Bernardo.
Joan Alsina, trabaja en el Hospital San
Juan de Dios. El ex Vicario de la Pastoral Obrera, Alfonso Baeza, que vivió con
Joan, señala que su trabajo en el hospital formaba parte de su misión
sacerdotal: “lo que lo llevó a tomar esa opción misionera era la
evangelización encarnada en el mundo del trabajo. Fue una opción
profundamente sacerdotal” [i](1).
3.- 11 de septiembre de 1973: Golpe de
Estado
El 11 de septiembre de 1973, se produce
el Golpe Militar, encabezado por Augusto Pinochet. Joan se encontraba en el
hospital y era Jefe de Personal. El Director autoriza a todo el personal para
que se retire a sus hogares, antes que entrara en vigencia el Toque de Queda
(15,00 horas). Joan decide permanecer en el Hospital: “Tengo que estar con
los míos. Si me necesitan aquí estoy” (2)
Su permanencia en esos días no
pasó inadvertida por los trabajadores del hospital: "La presencia de
Joan durante esos 3 días nos alentó mucho, porque era el único Jefe de
Departamento que se quedó. Y todos sabíamos que él era sacerdote. Pero ser
sacerdote para él no significaba acogerse a una situación de privilegio, sino
que lo miraba como un acto de servicio” (3). Los trabajadores
que estuvieron con él, reconocen que Joan no sólo los acompañó, sino que
también realizó diversos trabajos, ante la falta de personal.
El día 14 de septiembre, se levanta el
Toque de Queda por unas horas y un sacerdote lo va a buscar en moto y se dirige
la parroquia de San Bernardo, a cargo de tres sacerdotes de Girona. Joan se
queda en esta parroquia desde el día 14 hasta el 19 de septiembre, por la
mañana. Celebra misas, entre ellas, una por un soldado muerto.
Del hospital, durante esos días,
se llevan a varios trabajadores detenidos: fueron fusilados. El director lo
llama por teléfono y le advierte que no se presente a trabajar: lo buscaban
los militares. (4)
El día 18, conversa con los
sacerdotes de la parroquia su situación. Sabe que han ido al hospital
para detenerlo; uno de ellos, le aconseja que se refugie en la
embajada de España.
Escucha los consejos, pero ha decidido
mantenerse en su puesto de trabajo y en su labor pastoral. Esta decisión, la
ratificó con una profunda convicción: “Hay momentos en la vida en que hay
que jugarse el todo por el todo y si me necesitan allá estoy”. (5)
Las detenciones masivas y arbitrarias, las listas de personas buscadas que aparecían en la prensa, los cuerpos que flotaban en el río Mapocho, las ejecuciones ordenadas por Consejos de Guerra, el ruido de balas cruzando la ciudad, le indicaban que a él también le había llegado su hora.
Es muy probable que el 18 de
septiembre, en la noche, haya escrito su testamento espiritual, conocido como “Último
Escrito”, encontrado entre sus pertenencias, días después de su
muerte. El texto termina así: “Adiós. Él nos acompaña siempre dondequiera
que vivamos. Joan Alsina” (6).
El muro donde fue asesinado Joan Alsina
4.- 19 de septiembre: La despedida
El 19 de septiembre se dirige con paso
decidido al hospital. Al salir de su casa, todo indica que intuía lo
que iba a suceder: Él lo presentía, él lo vivía y nos lo hizo
vivir a todos nosotros, confidencia un amigo.
Primero pasa a entrevistarse con el
Vicario Episcopal, que le aconseja que no vaya al hospital por el momento. La
respuesta de Juan es clara:” Vuelvo a mi trabajo. Yo sé que mis compañeros
de trabajo van a sufrir mucho y quiero ser solidario estando junto a ellos. Son
momentos cruciales en que uno debe ser consecuente con
sus convicciones. Pablo, reza por mi” (7)
Después visita a unos militantes del
MOAC. Ellos le insisten que no vaya al hospital. Uno le pide “poco menos que
llorando, que no fuera al hospital”. Joan les comparte su decisión: “mi
deber es estar en el hospital”. Le reiteran: “Juan, no vayas, te
van a matar”. Les responde: “Cuídense Uds. que tienen hijos; yo voy al
hospital pase lo que pase” (8).
Se despide y se dirige al hospital.
No se conocen todas las razones que
impulsaron a Joan a no seguir los consejos de sus amigos y de sus superiores,
como el Obispo Auxiliar de Santiago, Fernando Ariztía y el Vicario Episcopal,
Pablo Laurin: que buscara protección en la embajada de España; que no se
presentara en el hospital. Pero el Vicario de la Pastoral Obrera, que vivió con
Joan, entrega una pista: señala que, en conversaciones con Joan, previas al
Golpe Militar, y en el hipotético caso de un enfrentamiento entre dos bandos,
de un Chile profundamente dividido, Joan tenía muy claro que haría: “estar
en su lugar de trabajo”. (9)
Fórum Joan Alsina
5.- La Pascua de Joan
Llega al hospital. Después de almorzar,
es detenido por los militares. Es torturado; uno de los golpes lo recibe en el
estómago. Lo llevan al 5° piso. Una funcionaria lo ve y relata: “Iba
custodiado por dos militares; venía afirmado por ellos y se llevaba
la mano al estómago por el culatazo. El venía muy pálido. Subió apenas las
escaleras…”. (10). En una camilla lo llevan al policlínico.
Cerca de las cuatro de la tarde es
trasladado a un colegio, que funcionaba como centro de detención.
El militar a cargo del recinto, solicita a un capellán de las FFAA que
verifique si es sacerdote; conversan y Joan, además se confiesa.
Posteriormente, el capellán le informa al militar que el prisionero es
efectivamente un sacerdote.
Al anochecer, durante el Toque de
Queda, es subido a un jeep militar. Lo llevan al Puente Bulnes del río
Mapocho.
Es custodiado por Nelson
Bañados, soldado de 18 años. Juan está esposado, pensativo, no habla
durante el trayecto: ya le habían comunicado que lo iban a matar. Lo condenaron
a muerte sin un proceso judicial, sin un abogado defensor, sin derecho a
defensa, con falsas acusaciones.
Llegan al Puente Bulnes. El soldado que
lo fusiló, Nelson Bañados, relata en los tribunales: “… saqué a Juan
del furgón y fui a vendarle los ojos. Pero Juan me dijo ‘por
favor, no me pongas la venda, mátame de frente, porque quiero verte para darte
el perdón’… fue muy rápido. Recuerdo que levantó su mirada al
cielo, hizo un gesto con las manos, las puso sobre su corazón, movió los labios
como si estuviera rezando y dijo ‘Padre, perdónalos’” (11).
El soldado, nervioso, le dispara con la
metralleta una ráfaga. El impacto fue tan fuerte que volteó su cuerpo y sólo
tuvo que darle un suave empujón para que cayera a las sucias aguas del río
Mapocho.
“Eran las diez de la noche y de este fusilamiento no me voy a olvidar
nunca jamás”, afirma el soldado ante el juez.
Los militares afirmaron que Joan había
muerto en un enfrentamiento con patrullas militares: que era un extremista, un
francotirador. Desafortunadamente, esta versión fue creída, en un
primer momento, por el Arzobispado de Santiago. Posteriormente, el
Cardenal Raúl Silva H., envía una carta a los padres de Joan: “Esa
información fue dada a la curia de Santiago por los militares que entregaron el
cadáver de su hijo. Por averiguaciones hechas más tardes, por los sacerdotes
gerundenses que hay aquí en Santiago, y que han hecho indagaciones bastantes
serias, ha resultado que Juan fue fusilado después de un juicio sumario”.
(12)
6.- Como otro Cristo, Juan se entregó
voluntariamente
El día 20 los sacerdotes de la
parroquia de San Bernardo inician diligencias para encontrar a Joan. Acuden al
Arzobispado, al Consulado de España y recorren centros de detención, como el
Estadio Nacional; no lo encuentran.
El 27 de septiembre, la
Embajada de España les comunica que el cuerpo ha sido ubicado. Fue encontrado
el 20 de septiembre en el río Mapocho, subido a un camión, y con otros
cuerpos, fue llevado al Instituto Médico Legal.
Al día siguiente es sepultado
en el Cementerio Parroquial de San Bernardo. El Vicario Episcopal
señala en el funeral: “En la muerte de Juan hay algo muy profundo que vale
la pena meditar: él fue al encuentro de la muerte (…) Como otro Cristo, Juan se
entregó voluntariamente”. (13)
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1 Baeza, Alfonso. Reivindicación de
un sacerdote calumniado. Juan Alsina, pág. 174.
2.- Jordá, Miguel. “El Martirio
del Padre Juan Alsina”, pág. 9
3.- Cámara de Diputados de Chile.
Intervención de Sergio Aguiló.
4.- González, Javier A. et al,
pág. 95
5.- Jordá, Miguel, Martirologio de la
iglesia chilena
6.- Boero, Mario, Araucaria, pág.
105ss
7.- Pujadas, Ignacio. “Joan Alsina, en
el Corazón de Chile”. Página 304
8.- Pujadas, Ignacio, ob cit, pág. 305
9.- Baeza, Alfonso, ob. cit, pág. 174s
10.- Pujadas, Ignacio, ob cit, pág. 306
11.- Declaración Judicial
12.- Pujadas, Ignacio, ob cit, pág. 369
,370
13.- Jordá, Miguel, Martirologio de la
iglesia chilena, pág. 37
Bibliografía
Baeza, Alfonso. Reivindicación de
un sacerdote calumniado. Juan Alsina. Revista Mensaje N° 399. Junio 1991
Boero, Mario. Memoria del martirio
en Chile (Aproximación biográfica de Joan Alsina. Revista Araucaria de
Chile. N°32. 1985
Cámara de Diputados 321 a.
LEGISLATURA (EXTRAORDINARIA) Sesión 4a., martes 9 de octubre de 1990.
González, Javier A. et al. Golpes
a la Memoria. Ed. TEGE. Madrid. 2019
Jordá S., Miguel. El Martirio
del Padre Juan Alsina. S/e
Jordá S., Miguel. “Martirologio de
la iglesia chilena. Juan Alsina y sacerdotes víctimas del terrorismo de Estado.”
Editorial LOM, Chile. 2001
Pujadas, Ignacio. “Joan Alsina, en
el Corazón de Chile”. Ediciones Sígueme, Salamanca 1978.
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