COLOMBIA UNA NACION DINAMICA EN BUSCA DE SU DESTINO Y DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS:
“Cuando el Pueblo
Colombiano se decida a luchar hasta el fin, no habrá ninguna potencia que pueda
ser superior a la potencia de este Pueblo que exige su libertad”...
Por Dr. MARIANO SIERRA S./escritor, filosofo, jurista y analista internacional/ Diario RED, xinhuanet, la jornada de México, Other News, Tektonikos, red latina sin fronteras, en red, el salto diario, el clarín de chile, ACHEI, ADDHEE.ONG:
Entre
Elites, políticas, mafias políticas, disidencias y cismas, un pueblo
revolucionario, va camino a la desintegración por unas funestas ideologías
imprecisas cuya acción segregacionista, cunde de un pasado esclavista, colonial
y hegemónico, en medio de reacciones independentistas, de reformas partidistas,
cruzadas y ocasos. Ellos nos permiten damos una mirada a ese mundo considerado
como el surgir republicano, que aún no ha sido, si tenemos en cuenta que la
evolución hacia una paz, una justicia y una liberación real, no se ha dado,
para construir el país que nos debemos y merecemos.
Vale
describir en esta apoteosis social el sentido común, como una realidad sin fronteras
donde se encarnan desafíos que van y vienen entre mirada perdidas en lontananza,
ansiosas de buscar sendas de pensares que permitan dar trazos de vida hacia el
encuentro de convivencias donde cada uno superemos tantas ignominias. El
carácter de estas realidades va quedando en los rostros cadavéricos de aquellos
que entrecruzan el sin sentido de sus vidas ante invisibles cambios de un mundo
vacío-
Una
Republica sin el sentir del pueblo, se
ha venido dando. Continúan aun las monarquías y las elites turbulentas haciendo
apologías a la resistencia, trazando jugadas de alta desunión, deslegitimando
el proceso de cambio con posturas de martillazos. La ley de la sumisión y el
acotar de seducciones buscan sujetar el poder en cuerpos ajenos, con bufones y pérfidos
serviles, pero la nación no cede a los impulsos ni a los impactos de bandas divergentes
mediante proceso legislativos de inmunda procedencia al mando de bandas que
mercadean con la ley social-
Una
visión amarga, sombreada con la angustia fantasmal en medio de venas abiertas,
bajo el escarnio de unas ideologías donde se esconde el amor social, donde
brotan odios, venganzas, círculos de dolores, donde no han cesado las horribles
noches desatendiendo las palabras del que murió en la cruz. Nuestros pueblos no
claudican aún sus luchas, aunque las oposiciones permean sus horrores sin
cesar.
Entre
indomables cruzo el libertador Bolívar
los Andes, con expresivo empuje hacia
la libertad sublime, recibiendo golpes de censura, y amenazas cual noche septembrina,
hoy esta comedia se torna idéntica, con nuevos esbirros de los altos organismos
y de la oligarquía profana, acudiendo a los mismos métodos propio de perdedores
envidiosos, pero el tesón por la lucha social afrontando los embates sucios, el
cambio se alza con valor resistiendo con resiliencia, ya que el pueblo está por
encima de todo vulgar proceder y de toda
diversidad engañosa, seductora y mentirosa del poder estatal y económico. Que desconoce
el sentir del ser humano que vaga entre humillados y ofendidos, o entre
siervos sin tierra, pobres gentes del ayer de siempre.
Lucida,
la transformación avanza demoledora con resultados innegables dejando una vara
muy alta difícil de superar, que desvirtúa todo querer maloliente de la oposición,
que enseña como gobernar con honradez, con capacidad y conocimiento y sobre todo
con amor social, en un mundo en supervivencia, desigual, indiferente e
indolente, apoderado por una guerra inhumana, bajo la anuencia de gobiernos por
demás insolidarios, andrajosos, apoyando tan miserable perversidad. Las
soluciones no requieren tanto discurso cargado de intenciones, es importante
agregarle el ingrediente de la voluntad política y social. Contrario es una
falta de sentir humano.
La
agonía prosigue con esperanzas ciertas, y es así como se quiso formar la nación
con sus ancestros, pletórica de sueños libertarios, donde disidentes criollos
quieren apagar el grito de la independencia que se anida en las gargantas de un
pueblo recio, añorando la justicia y sus derechos que en átomos volando
quisieron sepultar y entre llamas cual icaro se alzó la verdad para justificar la
lucha con júbilo inmortal. El discurso del cambio y la unidad del pueblo se
enfrenta a las musas y a los cismas y a los rabiosos apátridas disidentes, insensibles
ante el devenir de quienes armados con trágicos ideales y criticas extraídas de
la nada razón.
Con
las diversidades de nuestra nación se nutren nuestros pueblos. Avanzando con
soltura en la nuda vida, bajo la dialéctica que desborda democracia cuando el
progreso avanza dejando sin efecto la desigualdad, y le aviene el conocimiento,
por medio del cual el ser humano acicala el mundo, descifra la tiranía y
la maraña de conceptos de los políticos y sus elites, rompiendo así las reglas
del desequilibrio y los derechos de los pueblos que migran ante imperios
infernales.
A
los disidentes, como a todos los divisionistas y generadores de cismas se les
debe quitar el carácter deformativo de sus bandalicas desintegraciones, cuyas tragedias
típicas, están llevando a la sociedad a enfrentamientos propios de sus
naturalezas humanas, de donde se desprenden apocalipsis cercenantes de
cualquier desarrollo, que desarticula el orden. Los necios están en gran mayoría
por el mundo, extendiendo el daño como cizañas, burlando leyes y conciencias,
esparciendo las cenizas del fuego infernal sin medir consecuencias. Todos estos
personajes de muerte, cual ciclopes, hacen de sus nefandas conductas hábitos de
vida, que los hace cambiar su personalidad, volviéndolos unos personajes histriónicos,
ejecutores de emociones dramáticas, verdaderos exabruptos colaterales.
El
gran conjunto de la política y los políticos con sus comandos elitistas son el
mayor eslabón deformador ideológico, gerifaltes que descollan en partidos, en el parlamento y algunos
movimientos, como avezados proselitistas, manipuladores, conversos traidores
que cambian sus trajes de luces como el camaleón con enconado fanatismo,
generando exabruptos corruptivos desde sus trincheras estratégicas malolientes.
Monumental
sodalicio político no se detiene porque además de sus gozosos negocios,
vociferan escándalos y con el mayor cinismo se declaran en inocencias fallidas.
Y aun con el sentir de investigaciones judiciales siguen operando bajo el techo
del país, al amparo de impunidades espureas, pírricas. Todo movimiento
disidente carece de ideales, van en la ruta de la extinción, no se sostienen,
viven cayendo en el vacío bufando sus amarguras, sus imposibles, ante envidias
que los acerca a el ocaso en compañía del tiempo que les traza una convivencia
llena de incertidumbres.
La
dinámica es cambio, llama a todos a la transformación, donde cunde la
existencia de fuerzas unas visibles otras en el ostracismo, son fuerzas con grandes
capacidades genocidas con vértices de llevar proyectos para la desintegración
del mundo. No dejemos de hacer lo que nos produce, lo que alimenta el espíritu
y entendamos que el verdadero saber está en reconocer la propia ignorancia.
La
degeneración humana implica el estar conviviendo de genocidio en genocidio ser
humano contra el individuo y contra la naturaleza y sus principios
bio diversos, el mundo de la muerte, la corrupción, la injusticia social,
problema histórico, cultural y de civilización. Estas divergencias hacen exigencia
de una transformación hacia el nuevo ser humano, dentro de procesos muy
humanos que van dejando sus huellas como nos lo enseña Zaratustra.
El
ser humano converge a corrientes de plataformas filosóficas para unirse
a la palabra y a la acción, conducto de vida en libertad, dirigida hacia el
mundo donde hacemos encuentro con él otro en un debate callejero, fruto del
pensamiento donde el pueblo se convierte en ese icono de la antología donde nos
convertimos en filósofos de la vida, de su entendimiento, para un quehacer de
resistencia que se entrelaza con la fuerza de la revolución, que es el amor,
que une los pueblos.
La
vida, dinámica permanente del cambio, vibra ante patologías anormales donde el ser
humano da vida a anticristos, dioses terrenales para cumplir sus genocidas
tareas en gobernanzas donde la codicia germina entre el bien y el mal. La dinámica humana la producen los individuos
que quieren llegar a ser lo que les aviene su acción, abiertos a la lucha.
Aquellos Ecce Homos con la fuerza y el carácter propio, llenos de sentido de
vida propia, se alzan contra todo impedimento. Contra todo Contradictorio, que viven
exponiendo su pensamiento negativo para generar vida contraria al bien común.
El
mundo, es esa dinámica en ebullición de
comedias poderosas a las que Nietzsche condeno, proveniente de los inquisidores
ocultos entre quienes buscan condicionar los pueblos con discursos amenazantes,
desestabilizadores, llenos de terror catastrófico y de emocionantes pasiones
donde fluye la tiranía del poder. Pero el pueblo posee la fuerza de la calle
donde expresa su poder constituyente con el vigor de sus ideas y el pensamiento
democrático en línea con su condición humana, atributo personalísimo. Todo
proceso de cambio exige reglas dentro de un liderazgo humano, sin egos, sin
emociones y sin culto a la personalidad. La mente humana se desborda y ello
frena todo proyecto por fuera del espíritu de transformación,
El
mundo se ha llenado de pérfidos pescadores de odios, de crímenes y
perseguidores de prójimo, corruptos, piratas de estados que se aprovechan del
erario social, son pescadores y piratas de los tesoros de naciones, y de la
tierra de siervos que las perdieron por la violencia estatal. Pero estos
leviatanes también son confirmadores de carteles de justicia y de las instituciones
que ejercen servicio social. Y como tal también son propiciadores del pecado social,
con el apoyo del capitalismo extractivista. El ejercicio de la dinámica de
echar redes se perfila por doquier, pues a estos cuatreros no les importa sino
el saqueo, aplicando sus propias leyes terrorista
La
dinámica de las naciones no es otra que recuperar el orden para con los cambios
mostrarle al mundo de la paz, las estrategias del poder, que impiden que los
pueblos ejerzan su capacidad de acción y resistencia. Salir del ostracismo es
animar el pensamiento crítico y subversivo que modele la visión del mundo y de
la vida.
Lo subrayado interpolado es nuestro.
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