EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER: 8 DE MARZO
¡MUJERES SOCIALISTAS FEMINISTAS ANTICAPITALISTAS Y
ANTIIMPERIALISTAS UNIDAS!
“Para zanjar el dilema aún no resuelto, “socialismo marxista o barbarie capitalista salvaje”...
“La feminista que no es socialista marxista, anticapitalista y antiimperialista carece de estrategia y profundidad”
“Bajo el sistema capitalista determinista no hay destino viable para la Humanidad”
“Por un nuevo Orden Mundial Multipolar, la mundialización por/para el Sur Socialista no alineado”...
“Donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”...
Concluyo: “Hablar
de emancipación de la mujer sin aceptar que la primera contradicción pasa por
la lucha de clases y no por la pugna entre hombre y mujer, es pérdida de
tiempo, es una estupidez”..
Hoy, como todos
los días recordamos a la fundadora de la
Liberación Femenina, a pocos meses antes de estallar la maldita primera guerra
mundial, la Dra. Rosa Luxemburgo estaba perfeccionando la estrategia de lucha
de la mujer en el marco de la lucha de la Clase Trabajadora, exigiendo el
sufragio libre y secreto para ella...
La Dra. Rose
Luxemburgo considerada la mente más genial entre los herederos científicos de la ciencia y la filosofía
marxista, amada y admirada por los jóvenes revolucionarios en todas partes del
mundo, como sinónimo de rebelión y revolución, por sus demoledoras críticas al
moribundo sistema capitalista y su
testaferra la socialdemocracia con su “tercera vía”, el capitalismo con
rostro humano, un putrefacto cadáver...
El despertar de
la conciencia femenina en le marco de la lucha de clases que lleva a cabo la Clase
Trabajadora para terminar con la infausta tragedia del sistema capitalista
determinista globalizado/hegemónico, que
impone la oligarquía plutocrática empresarial,
financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista, dueña de la celestina
universal, que domina, explota, enajena a la mayoría de las gentes, mujeres y
hombres y en especial a los trabajadores y los condena a la servidumbre. La
libertad de estos empresarios plutócratas depende del mantenimiento de sus
privilegios de clase...
La Dra. Rosa
Luxemburgo, 1918, al salir de libertad del último cautiverio, se puso a la
cabeza de la Liga Espartaco – base del naciente del Partido Comunista alemán /
PCA-, rompiendo los moldes trillados que la vinculaban con el determinismo stalinista-
el partido piensa, el partido decide, la masa militante acata-, al determinismo
el sistema capitalista/ el Estado, se asocia la jerarquía de la Iglesia
Católica y se lo imponen al “Occidente”. El destino de la Humanidad pasa por la
decisión de la oligarquía plutocrática empresarial antes señalada. Más de dos siglos del surgimiento de la burguesía/liberal que impusieron los dueños
de la celestina universal, el espectro
político varía dependiendo del país y de
la historia. En Estados Unidos, en el
contexto de la dicotomía izquierda-
derecha de la teoría de los dos demonios
deterministas, los partidos políticos Demócrata y Republicano se han alternado
en el poder durante gran parte de la historia de ese país. La Dra. Rosa
Luxemburgo rompe con el dogma determinista, critica al sistema capitalista a
diferencia del reformismo oportunista
socialdemócrata que cree que el capitalismo se puede ir mejorando poco a poco a
través de su evolución pacífica y gradual, ella aspira a cambiarlo de raíz para
acabar con la explotación, enajenación y marginación de la mayoría del género
humano. Rechaza el fatalismo/resignación determinista estalinista según el cual
la sociedad marcharía de manera necesaria, ineluctable e indefectible hacia el
socialismo. La subjetividad histórica y la lucha de clases no jugaría ningún
papel. A lo sumo podrían acelerar o retrasar ese ascenso de progreso, lineal,
“final feliz“ asegurado. Enérgicamente plantea
la Dra. Rosa Luxemburgo que la historia de la Humanidad tiene un final
abierto, no predeterminado por el progreso de las fuerzas productivas. “El futuro sólo puede ser resuelto por el resultado de las lucha de clases.
Podemos ir hacia una sociedad
desalineada y una convivencia más humana
con el socialismo marxista o podemos continuar hundiéndonos en la barbarie del
sistema capitalista determinista”....
Para la Dra.
Luxemburgo ,las mujeres constituyen más del 50% de la mayoría del proletariado y sin
su incorporación, activa, protagonista y combatiente en todos los niveles de la
lucha, es imposible plantearse siquiera tal empresa, pues las mujeres se
encuentran insertas en la lucha de clases y tienen los problemas y el
comportamiento de las clases a que pertenecen, sin embargo, las condiciones
específicas de este sector social, el rol que tradicionalmente y a través de
los siglos le ha correspondido desempeñar dentro de la sociedad, su
discriminación centenaria, su grado de marginación social, y toda la superestructura
ideológica con que la sociedad de clases
ha posibilitado, encubierto y justificado, esta discriminación, constituyen factores
importantes que condicionan la conducta de la mujer. Es entonces, cuando la
vanguardias del Movimiento Social, Popular y Revolucionario movilizado,
encabezado por la Clase Trabajadora en pos de la conquista del Poder Político. Las cosas
han llegado a un punto tal que a la Humanidad se le plantean dos alternativas:
perecer en el caos capitalista agonizante o encontrar la salvación en el
socialismo marxista. No se debe pensar
que cuando queramos realizar la Revolucionó Socialista Marxista
bastaría con derrocar al régimen
capitalista de los dueños de la
celestina universal, la clase oligarca empresarial, financiera/bancaria,
agiotista, agrícola monopolista, administrado por su testaferra la clase
burguesa/politicastra-castrense y poner otro en su lugar. Hay un sólo camino hacia la victoria de la
revolución proletaria, el control
político. La conquista del poder no será
fruto de un sólo golpe. Debemos
construirlo de abajo (las bases) hacia arriba (el ser humano), será un acto
progresivo, porque iremos ocupando progresivamente las instituciones del Estado
burgués defendiendo con uñas y dientes lo que hemos conquistado. Los
trabajadores, mujeres y hombres deben aprender a ejercer el poder, ejerciéndolo...
Sin duda, las
mujeres deberán ser los principales agentes de su propia
liberación, que pasa por el
cambio del sistema capitalista determinista globalizado, lo que no se puede
alcanzar sin la participación de las mujeres. La opresión de la mujer corresponde a la naturaleza
misma de la sociedad explotadora enajenante
con su educación elitista/un
medio de consumo por y para el lucro y sus medios mediáticos de (in)
comunicación globalizados, ligada a las
relaciones de producción basadas en la
propiedad privada sobre los medios de producción. La emancipación de la
mujer y del hombre sólo es posible
dentro de una sociedad que asegure a
ambos y a cada uno de los ciudadanos el
derecho al trabajo digno, la educación pública, de calidad y la atención médica
gratuita, al desarrollo de todas sus capacidades y talentos, independientemente
de su extracción social, su ideología,
su edad y su sexo. Como los señalara el
Dr. Karl Marx, “el libre
desenvolvimiento de cada mujer y de cada hombre será la condición del libre
desenvolvimiento de todos “... Para que la mujer se transforme en compañera
en la lucha de liberación que libra la Clase Trabajadora y sus vanguardias
contra el perverso sistema capitalista determinista debe ser capaz de hacerle comprender que solo mediante el cambio social es posible crear la
base material e ideológica que presupone su emancipación y la solución de los
graves problemas que la agobian y que su lucha contra la discriminación de que
es objeto por parte del modelo de sociedad capitalista, consumista, enajenante
es parte de la lucha de clases de la Clase Trabajadora.
El diseño de una política
orientada hacia la mujer es una tarea
pendiente de la izquierda en
general, con la excepción de la regla,
como en Cuba, Nicaragua, Vietnam, etc. La tendencia dominante ha sido dejar librada la discusión del
problema femenino a la iniciativa de las propias mujeres, como si éste fuera un
tema que solo a ellas le compitiera sin siquiera establecer los marcos
orgánicos dentro de los cuales podría desarrollarse la discusión.
Lo más grave es
que frente a la desidia, negligencia para abordar el problema femenina por
parte de “las izquierdas”, los
movimientos progresistas, centristas y stalinistas han asumido, al igual que el
perverso sistema capitalista, la aplicación de un determinismo exacerbado tanto a la mujer como al hombre, a partir del
28/8/1789, con la gran traición al
Movimiento Social Revolucionario del Pueblo francés y la aplicación de la
teoría de los dos demonios deterministas “la izquierda y la derecha”,
tendencias que han regido hasta nuestros días el destino de nuestro desgraciado
planeta impuestas por la Asamblea Constituyente conservadora controlada por la
clase oligarca empresarial, financiera, terrateniente francesa y administrada por
su testaferra, la clase burguesa/liberal, a partir de esa infausta fecha, la izquierda reformista oportunista que cree
que el sistema capitalista se puede ir mejorando de a poco. Reforma, tras reforma, los trabajadores
podrían ir avanzando hacia una mejor sociedad, ¡que cada cual saque sus
conclusiones en el contexto de la tragedia que sobrevive nuestro desgraciado
planeta en manos del perverso sistema capitalista determinista
globalizado/hegemónico.
Reiteramos una
vez más el problema de la discriminación, explotación, enajenación de la
mujer es un problema material e
ideológico que impone el perverso sistema capitalista determinista, no sólo a
ella, sino también al hombre. Entonces apliquemos consecuentemente el legado
histórico de la Dra. Rosa Luxemburgo “otro mundo es posible para la mujer y el
hombre donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente
libres”...
Con esperanza y memoria asumiendo la lección del marxismo científico, que de la degradación, agonía del sistema capitalista determinista globalizado, sólo emergera el socialismo marxista o la barbarie fascista capitalista con la destrucción de la Humanidad.
Gerda Böttcher
Directora de la
Revista Latinoamérica Un Pueblo Continente
/MR
Berlín, 30/9/2000
Comandanta Ramona, símbolo de la resistencia zapatista y de las mujeres
indígenas
La Comandanta Ramona, mujer indígena
tzotzil, fue una de las representantes del movimiento zapatista que,
además de defender los derechos de los pueblos originarios, también buscó
impulsar los derechos de las mujeres indígenas desafiando las
estructuras patriarcales tradicionales. A 19 años de su muerte, la nombramos y
recordamos con un recuento de su lucha.
En un México donde ser persona indígena era
sinónimo de exclusión, explotación, marginación y pobreza extrema; el 1 de
enero de 1994, un grupo autodenominado como el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) realizó un levantamiento en el estado de
Chiapas que duró 12 días. El mismo día que entró en vigor el Tratado de Libre
Comercio (TLCAN), los pueblos originarios exigieron la reivindicación de sus
derechos humanos como la propiedad sobre las tierras arrebatadas, un mejor
reparto de la riqueza y la participación de las diferentes etnias tanto en la
organización del estado de Chiapas como en el resto del país.
Ante las demandas del EZNL, el gobierno federal
ordenó el envío de tropas a Chiapas para mitigar la rebelión. La sociedad civil
se movilizó para detener el enfrentamiento y a los 12 días de conflicto armado
el gobierno federal declaró de manera unilateral el alto al fuego.
Posteriormente, el 16 de febrero iniciaron las primeras conversaciones entre el
EZLN y el gobierno federal, que terminaron con la firma en 1996 de los acuerdos
de San Andrés sobre el “Derecho y Cultura Indígena”. Asimismo, los diálogos
dieron pie a la fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI) en octubre de
1996.
Comandanta Ramona, un ícono de resistencia
Originaria de la comunidad tzotzil de San Andrés
Sacamach’ en de los Pobres, Chiapas, la Comandanta Ramona nació
en 1959 en un contexto de marginación, por lo que fue analfabeta hasta su
llegada al EZLN donde comenzó a leer y hablar español. Al
igual que muchas mujeres de su comunidad, trabajaba como bordadora incluso
mientras luchaba por los derechos de su pueblo.
Al ver que las mujeres indígenas eran despojadas en
todos los espacios públicos y privados, la Comandanta Ramona entendió
que ellas debían luchar en cambiar su realidad dentro de las comunidades. Por
ello, una de sus primeras acciones fue integrarse al grupo de nueve zapatistas
que estaban en la montaña. Al interior de las comunidades realizó pláticas
sobre sus experiencias de transformación logrando que más mujeres se unieran a
la lucha.
Durante más de dos décadas fue integrante del
Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), el cual fue la máxima
instancia del movimiento zapatista. Su papel fue crucial para la toma de San
Cristóbal de las Casas ese primero de enero de 1994, así como en otros momentos
históricos. En febrero de ese mismo año, participó en Las Jornadas por La Paz y
la Reconciliación después de varios asaltos a ciudades chiapanecas en el que se
retomaría una conversación para llegar a los acuerdos de paz
En 1996, dejó la zona zapatista para participar en
la construcción del Congreso Nacional Indígena (CNI). En el Zócalo capitalino,
frente a 100 mil personas, alzó la voz para dar visibilidad a la lucha del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
«Yo soy la comandanta Ramona del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional. Soy el primero de muchos pasos de los zapatistas al
Distrito Federal y a todos los lugares de México» -Comandanta Ramona.
Posteriormente, en marzo del 2001, se integró a la
Marcha por el Color de la Tierra, una histórica movilización en la que, durante
37 días, mujeres y hombres indígenas caminaron desde las montañas de Chiapas
hasta el Zócalo de la Ciudad de México y, finalmente, al Congreso de la Unión.
El objetivo de esta marcha fue defender los Acuerdos de San Andrés, los cuales
abordan la defensa de los derechos y la cultura indígena.
La presencia de Ramona en las comunidades, a través
de su experiencia de transformación hizo que creciera el número de mujeres en
las filas de la insurgencia zapatista. Logró convencer a jóvenes y a otras
mujeres adultas de las comunidades para que se convirtieran en la base de apoyo
del movimiento.
La Ley Revolucionaria de Mujeres
La Comandanta Ramona y otras
insurgentas impulsaron la creación de la Ley Revolucionaria de las Mujeres, la
cual se da a conocer el 1 de enero de 1994. Este documento destacó los derechos
de las mujeres dentro del movimiento zapatista y estableció un precedente para
la lucha por la igualdad de género y la justicia.
La Ley Revolucionaria de Mujeres consta de
10 artículos que buscan generar soluciones a los obstáculos que enfrentan
las mujeres indígenas. Se establece que las ellas tienen derecho a participar
en la lucha revolucionaria; ocupar cargos de liderazgo y tomar decisiones
dentro de la comunidad; garantiza su acceso al trabajo, a la salud y decidir
libremente sobre su cuerpo; además de que prohíbe matrimonios forzados y
rechaza cualquier tipo de violencia.
Para la elaboración de este decreto en 1993, se
llevó a cabo un trabajo directo en las comunidades indígenas, donde se promovió
el diálogo con las mujeres para comprender de primera mano las problemáticas
que enfrentaban. Este proceso permitió identificar sus necesidades y demandas,
dando como resultado un marco que respondiera a sus realidades y aspiraciones.
El legado de una lucha histórica
Una de las primeras consecuencias de la
participación de las mujeres en la organización fue la Consulta por el
Reconocimiento de los Derechos y la Cultura Indígena. En marzo de 1999,
salieron 2500 mujeres y 2500 hombres de las bases de apoyo zapatista para
recorrer los municipios del país, con la finalidad de difundir los Acuerdos de
San Andrés. Esto marcó un precedente histórico, pues para algunas mujeres
indígenas fue la primera vez que salían más allá de sus comunidades y se les
permitía interactuar en contextos nuevos, por lo que a su regresó, hubo un
cambio significativo en ellas, pues comenzaron a darle fuerza a su voz dentro de
su entorno
La labor de la Comandanta Ramona y
otras insurgentas logró visibilizar las contradicciones que vivían las
mujeres al interior de las comunidades, empezando por denunciar la violencia
ejercida por los hombres. La herencia de las insurgentas, fue más allá de
centrar el conflicto entre la etnia o el género, pues entendieron que no podía
lograrse una revolución indígena si no existía una revolución de las mujeres.
Han pasado 31 años del inicio de la
lucha del EZNL, en la que mujeres como la comandante Ramona, alzaron la voz y
combatieron con el propósito de mejorar su entorno social y promover la
creación de decretos que garantizan la igualdad entre hombres y mujeres. Sin
embargo, aún persiste una deuda histórica con las mujeres indígenas, quienes continúan
enfrentando el olvido, la marginación y la falta de reconocimiento de sus
derechos.
45 años del asesinato de Yolanda González
45
años del asesinato de Yolanda González
El
secuestro y asesinato
En la madrugada del 2 de febrero de
1980, nuestra compañera Yolanda González Martín, militante de 18 años de edad
del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), fue asesinada en Madrid por
el comando Grupo 41 del Batallón Vasco Español.
La noche anterior había sido
secuestrada en su casa por un comando de este grupo fascista dirigido por
Emilio Hellín Moro. Fue torturada e interrogada y finalmente Hellín le disparó
dos tiros en la cabeza y fue rematada por otro miembro del pelotón, Ignacio
Abad, cuando aún estaba viva. Su cuerpo fue abandonado en un camino cerca de
Alcorcón.
La excusa de su asesinato era la
venganza por la muerte en atentado de seis guardias civiles en la mañana del
día 1 de febrero. La acusaron de formar parte de un pelotón de ETA en Madrid.
Era una falsedad en toda regla.
La
lucha de Yolanda
Yolanda era militante socialista
desde los 16 años y, en el momento de su muerte, era militante del PST, una
organización política trotskista. Era hija de una familia obrera de Bilbao,
trabajaba como empleada del hogar y estudiaba electrónica en un instituto.
Formaba parte, además, de la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanzas Medias
de Madrid, donde tenía un papel destacado. En aquel momento, la Coordinadora
impulsaba una potente movilización contra la intención del gobierno de imponer
un estatuto de centros docentes.
Teniendo en cuenta estas
circunstancias, es difícil de creer que alguien pensara seriamente que Yolanda,
además, fuera miembro de ETA. Fue una persona muy destacada en un momento de
grandes movilizaciones tanto de estudiantes como de la clase obrera, que
también luchaba contra el Estatuto de los Trabajadores.
Su papel activo en la lucha de los
estudiantes molestaba y posiblemente alguien difundió su nombre en los
ambientes de extrema derecha y, como era vasca, tenían la excusa perfecta.
Pero el asesinato de Yolanda hay que
enmarcarlo en su momento histórico: la Transición Política o, mejor dicho, la
«Transición Sangrienta» tal como la denominó en su libro Mariano Sánchez Soler,
entonces militante del PST. Solo entre los años 1975 y 1983 murieron 127
personas y fueron heridas 1.072 a causa de la violencia institucional (policía,
grupos fascistas). Víctimas todas ellas de una política y una estrategia
conscientes para controlar las movilizaciones populares.
Los años 1979 y 1980 fueron testigos
de grandes marchas de los estudiantes de Enseñanzas Medias, de los maestros, y
trabajadores de otros sectores, cada cual en contra de los respectivos
estatutos que el gobierno Suárez intentaba imponer. Sin embargo, cada sector
luchaba por su cuenta, hasta que los estudiantes se empezaron a coordinar con
el movimiento de maestros en huelga indefinida, rompiendo las trabas de las
direcciones sindicales con un movimiento asambleario de elección directa de
representantes, en el que participaba también otro compañero nuestro, que
viajaba a Madrid para la coordinación.
Pero cada intento de ir más lejos
fracasaba a causa de las direcciones sindicales y, en la calle, la policía
intentaba de forma violenta que las manifestaciones respectivas no se
encontraran nunca. La unión de las movilizaciones habría dado un gran impulso
en las luchas. Pero la amenaza de la unidad de obreros y estudiantes convocaba
al fantasma del Mayo del 68 de París. Y éste era un riesgo que nadie quería
correr. El asesinato de Yolanda significó el fin de la movilización de los
estudiantes.
Detención
y juicio de los culpables
Una vez detenidos los autores y
cómplices del secuestro y del asesinato de Yolanda, se comprobó su implicación
con el aparato de Estado y que todos ellos eran miembros del partido franquista
Fuerza Nueva. Los más significativos eran:
• David Martínez Loza, jefe de
seguridad de Fuerza Nueva. Él fue quien ordenó a Emilio Hellín a localizar a
Yolanda González, que ya había sido objeto de vigilancia, y a obligarla a
declarar sobre su supuesta relación con ETA. Condenado a 6 años de prisión.
• Emilio Hellín Moro, militante de
Fuerza Nueva y jefe del comando. Tenía un ordenador PET 2001 Commodore que
podía estar conectado a servicios de información. Desapareció durante la
instrucción. Verdugo y asesino de Yolanda. Condenado a 43 años de prisión.
Nunca se arrepintió de su acción.
• José Hellín Moro, hermano de Emilio
y guardia civil. No participó en los hechos, pero estaba totalmente al
corriente y no informó de ello. No fue juzgado.
• Juan Carlos Rodas Crespo, policía
nacional. Confesó los hechos a sus superiores y permitió la detención de los
miembros del pelotón. Condenado a 3 meses de arresto.
El proceso de instrucción fue
dirigido por el juez ultraderechista Varón Cobos, que desde el inicio intentó
evitar que Martínez Loza fuera inculpado. Una fuerte campaña de la familia de
Yolanda, del PST y de varios abogados obligó a su imputación.
Durante la instrucción, Hellín Moro
se fugó de la prisión en la que se encontraba con la ayuda de una pistola que
“alguien” le había entregado. Fue uno de los diversos intentos de fuga,
imposibles de realizar sin la colaboración de miembros del aparato de Estado.
Los
amigos invisibles de Emilio Hellín
Una vez condenado, el juez de
Vigilancia Penitenciaria le concedió permisos de salida, en contra del criterio
del centro penitenciario. Finalmente, en 1987 huyó a Paraguay, donde trabajó
para la dictadura de Stroessner y donde hacía una vida normal sin que la
embajada española se enterara. Fue un periodista del semanario Interviu quién
lo localizó. De nuevo, la familia de Yolanda y él hicieron una campaña pública
de denuncia para que se pidiera su extradición que finalmente se produjo en
1990.
Emilio Hellín, con una condena de 43
años, obtuvo la libertad condicional en 1996. Cumplió 14 años de prisión
efectiva. Una vez en libertad condicional, se cambió el nombre de Emilio por el
de Luis Enrique y creó una empresa de formación sobre técnicas forenses de espionaje
y rastreo informático que trabajaba para el Ministerio del Interior. En estos
cursos participaron policías nacionales, guardias civiles, ertzainas y un mosso
d’esquadra. Además, comenzó a trabajar como perito forense.
Cuando estos hechos se hicieron públicos,
gracias a un reportaje del diario El País, la familia, los antiguos compañeros
y compañeras y los partidos surgidos del PST, Corriente Roja y Lucha
Internacionalista, iniciaron de nuevo una campaña para pedir explicaciones a
los gobiernos español, vasco y catalán y denunciar el hecho de que una persona
con sus antecedentes formara a policías y actuara como perito forense.
Toda la trayectoria de Emilio Hellín
ha mostrado que dispone aún de múltiples complicidades dentro del aparato de
Estado, después de más de 40 años del asesinato de Yolanda:
• Condenado a 43 años de prisión,
solo ha cumplido 14 años con dos fugas, entre ellas la de Paraguay. No fue
condenado por ésta porque no se hizo constar en la solicitud de extradición.
Una persona con su historial de fugas tendría que haber cumplido su condena
completa.
• Con su trayectoria judicial, sus
fugas y exmiembro del BVE, no es normal que se pueda cambiar el nombre tan
fácilmente.
• Su orientación laboral en libertad
lo ha vuelto a relacionar con las fuerzas de seguridad y con el aparato
judicial. Ha tenido que disponer de mucho apoyo para volver a montar la nueva
empresa.
Como perito forense, Hellín ha
intervenido, muy a menudo, en casos en que se estaban juzgando a miembros del
PP por causas de corrupción. En Cataluña, intervino en el caso de Laura Borràs,
gracias a la recomendación de su abogado, Gonzalo Boye, porque lo consideraba
que estaba entre los mejores.
Para Lucha Internacionalista,
recordar hoy a Yolanda es también recordar su lucha en aquel momento histórico
Escribe Mariano Aguirre en su libro
La Transición Sangrienta que «las víctimas de la violencia política pueden
morir dos veces: con su asesinato y con el olvido». Semanas antes y después,
otras personas fueron asesinadas por la extrema derecha, pero muchos de los
autores no fueron juzgados. Los de Yolanda fueron a juicio porque la familia y
el PST lucharon para que así fuera.
Hoy nos conviene recordarla porque
estamos en un momento de ascenso, a escala mundial, de la extrema derecha, que,
ahora, como antes, continúa teniendo vínculos con el aparato de Estado (el
Estado español es un ejemplo de manual). Ahora, como antes, la extrema derecha
pretende debilitar las luchas de la clase trabajadora, atacando primero los
derechos de sus sectores más débiles (minorías, mujeres, migrantes, colectivo
LGTBI+). Ahora, como antes, niega los derechos de los pueblos como Palestina y
en Ucrania.
La lucha de Yolanda como mujer,
socialista y vasca continúa vigente. Y desde Lucha Internacionalista la
seguimos llevando.
Yolanda, ¡hasta el socialismo
siempre!
Para saber más
Aguirre Soler, Mariano, 1975-1983, La
Transición Sangrienta. Una historia violenta del proceso democrático en España
(1975-1983). Editorial Península
Fonseca, Carlos, No te olvides de mí.
Yolanda González, el crimen más brutal de la Transición. Planeta.
Amigos de Yolanda / Las amigas de
Yolanda. Homenaje de l@s que fuimos sus compañe@s del PST en el 40 aniversario.
Andavira editora
Jiménez Villarejo, Carlos, Doñate
Martín, Antonio. Jueces, pero parciales. La pervivencia del franquismo en el
poder judicial. Pasado & Presente
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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