Venezuela: Bitácora de una nueva victoria.
Sergio Rodríguez Gelfenstein/ Escritor, historiador y analista internacional/ADDHEE.ONG:
La elección presidencial ha concluido. Fueron largas jornadas de extrema tensión en las que el Pueblo Venezolano fue sometido a fuertes campañas de presión sicológica acompañada de un enorme apoyo financiero y mediático a la oposición que incluyó una acción de terrorismo digital contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) impidiendo dar resultados definitivos en el plazo estipulado y generando nerviosismo en la ciudadanía que los esperaba.
Hoy, a pesar de lo que transmiten los medios
transnacionales de la información que muestran un país incendiado con un
presidente huyendo y una fuerza armada fracturada, el país vive una calma
bastante extendida. La desesperación de la derecha internacional y de la media
canalla se manifiesta en el hecho de que tienen que recurrir a imágenes falsas
y descontextualizadas ocurridas en otros momentos e incluso en otros países.
Personas que alguien podría considerar decentes y que han ocupado altos cargos
en sus países, han recurrido a la mentira de forma impúdica y desvergonzada
para mostrar una verdad falsa y trucada.
La misma noche del domingo, ya en la madrugada del
lunes, el presidente Maduro llamó a construir una amplia alianza política que
permita ensanchar la base social de apoyo del chavismo. Igualmente, instó
a los empresarios y empresarias del país a articular una alianza entre el
sector público y privado, para avanzar hacia un modelo de gestión
“revolucionario, socialista y con ética nacionalista”.
No puede ser de otra forma cuando se ha verificado la
continuidad en la disminución de la votación histórica del chavismo en las tres
elecciones que Maduro ha ganado (2013, 2018 y 2024). Creo que el pueblo le ha
dado una nueva oportunidad al presidente, pero esta podría ser la última si no se resuelven problemas básicos que aquejan
a la población, sobre todo en los sectores más humildes. En su nuevo período,
el presidente tendrá que combatir la ineficiencia administrativa y la
corrupción y, solucionar tres problemas que mantienen un clima de molestia en
la ciudadanía: los bajos salarios, la
carencia de servicios públicos (luz, agua, gas, teléfonos y salud entre los más
problemáticos) en algunas regiones del país y las insuficiencias en el abastecimiento
con combustible para la población.
Pero, ha ganado seis años para seguir llevando
adelante el proyecto de transformación económico y social iniciado por el
Comandante Hugo Chávez Frías. Se sabía de antemano, que la oposición no
reconocería los resultados. Así ha sido siempre en las anteriores 28 elecciones
ganadas por el chavismo de las 30 realizadas en los últimos 25 años. Eso forma parte de una estrategia de
Estados Unidos y Europa para declarar la ilegalidad de las elecciones y sobre
esa base, mantener las sanciones y seguir financiando a la oposición a partir
del entendido que el verdadero “gobierno” es uno de la oposición.
Este plan incluyó que
horas antes de que el CNE diera el resultado definitivo se verificara una operación
injerencista encabezada por regímenes de derecha y expresidentes de
Argentina, Paraguay, República Dominicana, Colombia, Guatemala, Costa Rica,
Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay, es decir de la ultra derecha regional. En esta
operación no participaron gobiernos importantes de la región como México,
Brasil, Cuba, Honduras, Colombia. Bolivia, Nicaragua ni las naciones del Caribe
anglófono. De manera que la declaración de
alrededor de 10 países capitaneados por Estados Unidos fue amplificada por la
media internacional, poniendo en un segundo plano a la mayoría de los países de
la región. Y esa misma media, actuando de forma unilateral ha bombardeado
durante tres días el espectro informativo, logrando incluso confundir a países
y personalidades amigas.
La
noche de las elecciones, en medio de la espera motivada por la interrupción del
proceso de transmisión electrónica de datos, dirigentes de base del chavismo
manifestaban que iban a defender el proceso por todas las vías, aumentando los niveles de
tensión toda vez que se presumía que en caso de desatarse la violencia a la que
había sido convocada un sector de la oposición por algunos de sus dirigentes,
el chavismo iba a responder, produciéndose una situación de consecuencias
imprevisibles. Pero los dirigentes chavistas aclararon que defenderían el voto,
y si era necesario, también iban a salir a las calles a pelear.
Fue
muy sintomático que un importante dirigente social chavista dijera que no se
trataba de seguir apoyando ciegamente al gobierno, sino que estaban defendiendo
la misión estratégica de ampliar el poder comunal y que la defensa del gobierno
que habían asumido, la hacían porque permitía seguir acumulando fuerzas para
impulsar la comuna.
En
el próximo período presidencial de Maduro no habrá cambios sustanciales en
materia de política exterior, serán sobre todo de política interna. Maduro se
verá obligado a responder a los sectores populares que le dieron su apoyo a
pesar de la difícil situación del país. En la situación creada, se advierte que
el voto de apoyo a Maduro tuvo un alto contenido político e ideológico en un
sector que estaba molesto y que fue recuperado por la extraordinaria y
brillante campaña electoral del chavismo que sin ser buena en términos
comunicacionales, si lo fue en los planos organizativo y movilizativo.
En
su afán de ganar gobernabilidad y estabilidad, Maduro se vio obligado a hacer
concesiones a la derecha y al sector empresarial. Con un manejo lúcido, logró
estabilizar las cifras macroeconómicas que favorecieron a los sectores medios y
altos de la población y en menor medida a los sectores populares. En la
campaña, Maduro pudo captar la existencia de malestar entre los ciudadanos más
humildes que no obstante a ello, le dieron su voto.
Pero
ahora Maduro tendrá que responder a ese apoyo popular sin romper con los
compromisos que hizo con ciertos sectores de la oposición y con los
empresarios. En la búsqueda de ese equilibrio va a estar la esencia de su éxito
a futuro.
Por
otra parte, un factor determinante será la actitud que asuma Estados Unidos con
respecto a Venezuela. Son tres asuntos fundamentales: el migratorio, el
energético y el de las relaciones con China y Rusia. Los dos primeros son temas
de campaña en Estados Unidos. Es muy probable que se produzcan acercamientos
porque Venezuela hoy es un importante emisor de migrantes indocumentados. En el
segundo tema, la crisis en Asia Occidental y las sanciones a Rusia han
deteriorado el mercado energético mundial pudiendo ser del interés de Estados
Unidos ampliar su demanda en Venezuela para lo que necesariamente tendrá que
negociar con Maduro. Hay que recordar que el asunto migratorio es el más
importante del debate electoral en
Estados Unidos.
El
último aspecto, el de las relaciones con China y Rusia se mantendrá invariable
con respecto a Venezuela que aspira a ingresar a los Brics e incrementar su
vínculo con China y Rusia y con los países de ese conglomerado a fin de recabar apoyos
para la solución de los problemas que presentan las sanciones estadounidenses y
europeas. Pero, en todo caso, dependerá más de China y de Rusia que de Venezuela. El país, por su
parte, podría hacer importantes aportes a esa agrupación de países que
indudablemente irá creciendo en tiempos futuros.
Después que el evento comicial del pasado domingo
transcurriera con total calma y tranquilidad ciudadana, tal como se esperaba,
después de darse los resultados oficiales, la oposición no los reconoció y con
ello se desató un plan preconcebido de acciones nacionales e internacionales en contra del país.
Este plan comenzó a desarrollarse en días previos a
las elecciones cuando la ultra derecha global por vía de la fuerza intentó
ingresar al país sin haber sido invitado por el ente comicial. Fue una clara
provocación. En la tarde del domingo,
cuando a pesar que todavía había gente votando, la canciller de Argentina Diana
Mondino anunció que González había ganado con 37% de diferencia. En paralelo,
siete países latinoamericanos (entre los que también estaba Argentina)
emitieron un comunicado diciendo que había habido fraude y anunciando que no
reconocerían a Nicolás Maduro. Junto a ello se desató una fuerte ofensiva en
redes sociales en la que participaron ex presidentes y líderes de la ultra
derecha latinoamericana llamando al no reconocimiento de los resultados.
Todo ello generó las condiciones para que durante el
día lunes 29 de desarrollaran hechos de violencia cuyo modus operandi
evidenciaba una clara sincronización y planificación. Hoy se tiene la
información de que algunos miles de personas en todo el país participaron en
estas marchas y hechos de violencia. Casi 1000 terroristas fueron detenidos por
estos incidentes y -como es habitual en personas pagadas que no tienen ética ni
incentivo político alguno- han comenzado a hablar. Se ha sabido que el 80%
tiene antecedentes penales, una buena parte ha regresado hace poco desde el
exterior donde recibieron entrenamiento militar. De igual manera, el 90% estaba
en avanzado estado de drogadicción y portaban armas ilegalmente. También
afirmaron que recibieron 150 dólares por día para generar caos. A esta hora 7
de la tarde del día miércoles 31 la situación en la ciudad es de calma mientras
que las calles vuelven lentamente a la normalidad.
Ayer en la mañana, la fuerza armada representada por
todo, absolutamente todo su alto mando, manifestó total apoyo al gobierno y
lealtad al presidente Maduro al tiempo que rechazaba contundentemente las
acciones violentas que serían puntualmente reprimidas en tanto van en contra de
la Constitución y la institucionalidad, generando zozobra y atentando contra la
paz tan anhelada y largamente buscada por los venezolanos y venezolanas.
Así mismo, con el transcurrir del día, se han ido
conociendo las características del ciberataque que sufrió el domingo el Consejo
Nacional Electoral, impidiendo dar oportuna información sobre los resultados.
Esta acción perseguía -precisamente- el objetivo de servir de detonante para
iniciar una escalada de violencia que se proponía incorporar a sectores de la
fuerza armada y provocar un cambio de gobierno por vía de la fuerza.
El ataque cibernético fue masivo y múltiple, nunca
antes Venezuela había sufrido una arremetida de estas dimensiones que aún no ha cesado. Se siguen produciendo en
este momento cientos de ataques contra la página web del Consejo Nacional
Electoral imposibilitando la transmisión de los datos.
También se intentó hacer un apagón eléctrico que condujera
a un caos a fin de que no hubiera resultados electorales, permitiendo de esa
manera, justificar la violencia. Todo esto obligó al gobierno a activar el Consejo
de Estado para realizar una reunión conjunta con el Consejo de Seguridad
Nacional para evaluar la situación ocurrida y tomar decisiones.
Según
Víctor Theoktisto, PHD en computación y auditor externo del Consejo Nacional Electoral
(CNE) para la supervisión y estudio del Sistema de Elecciones en la parte de
software de sistema, seguridad digital, criptografía y transmisión segura de
datos entre junio y julio del año 2021, el ataque se trató de un DOS (Denial of Service) realizado
desde la República de Macedonia del Norte que consiste en saturar las redes con
una enorme cantidad de tráfico espurio para evitar que se logre transmitir la
información.
En una entrevista para el portal ruso Sputnik, el técnico
informó que: "Aunque es imposible alterar el
contenido de lo que se transmitía, sí se logró disminuir las conexiones. De tal
manera, que pocas veces se completaban exitosamente, ralentizando todo el
proceso de totalización. Era una situación prevista por los organismos de
inteligencia con ayuda de los operadores y eventualmente fue solventada, pero
ocasionando un retraso notable. El ataque además consistió [y se mantiene]
en un ataque permanente al sitio del CNE, a los
medios del Estado, y en general a los servicios de la administración pública,
como un ataque global y multifactorial al Estado venezolano".
La
campaña internacional de desinformación
respecto de lo ocurrido en las elecciones de Venezuela que se ha caracterizado
por un alto nivel de organización, encaminado a generar incertidumbre y
cuestionamientos a la institución electoral venezolana, a partir del insólito argumento
de que María Machado posee el 100% de las actas en su poder, lo cual es
elemental e innegable porque todos los partidos políticos y representantes de
los candidatos en cada mesa electoral, las tiene. El chavismo también. Se trata
de mostrar las evidencias, no de quien hace más ruido.
Según
lo explicado por Theoktisto, cuando se
cierran las mesas y se totalizan los votos, los mismos (en forma de actas de
escrutinio) se transmiten a través de un mecanismo automatizado y encriptado en
todo su recorrido por “dispositivos tecnológicos que son imposibles de alterar,
manipular o eliminar” hasta llegar el Centro
Nacional de Totalización del Consejo Nacional Electoral.
El
experto informático comenta que a continuación, la máquina genera esa misma
acta de escrutinio impresa en un papel similar a las de los puntos de venta donde
están señalados los datos de la mesa, día, hora y varios códigos de seguridad
(para evitar que sean suplantadas por copias falsas y que son únicos para cada
mesa), además, los votos para cada candidato, por organización política, total
de votos [y] votos nulos…
Agrega
que dicha información se entrega "a todos los testigos de los
partidos políticos, debidamente
acreditados". Así mismo, el 50% de
las mesas son auditadas al azar a fin de ratificar la conformidad entre los
resultados de la votación que aparecen en el Acta de Escrutinio impresa y los
comprobantes de voto depositados en la caja de resguardo correspondiente.
El
experto finaliza diciendo que “todas las organizaciones políticas que
acreditaron sus testigos poseen en este momento, impresas, todas las actas de
escrutinio en todas y cada una de las más de 30.000 mesas electorales”.
La totalización permite adjudicar la victoria y
proclamar al candidato con mayoría de votos. Esa totalización se debe hacer dentro de las 48-72
horas posteriores al evento. El CNE tiene 30 días para publicar en la Gaceta
Electoral los resultados. Pero en este caso el ente comicial ha denunciado el
hackeo del que fue objeto para intentar
impedir y ralentizar la totalización de datos. Vale decir que los candidatos
tienen 15 días por ley para impugnar los resultados ante el organismo
competente.
A fin de eliminar cualquier duda sobre la
transparencia del proceso electoral que certificó la victoria de Nicolás
Maduro, éste interpuso un recurso de amparo ante la
sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) hoy miércoles 31. El
procedimiento se llevó a cabo a fin de solicitar a la Sala Electoral del TSJ
“se aboque a dirimir este ataque contra el proceso electoral y golpe de Estado
utilizando las elecciones y para que aclare todo estos ataques…”.
A
este efecto, Maduro solicitó al TSJ que cite a todos los candidatos, a los
representantes de todos los partidos y coteje todos los elementos de prueba y
certifique, haciendo un peritaje técnico, los resultados del 28 de julio, para
lo cual hizo saber al máximo tribunal del Estado, que su alianza, el Gran Polo
Patriótico (GPP) y su organización, el Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV) presentarán ante la opinión pública el 100% de las actas que
refrendan su victoria electoral dando a conocer que ambas estructuras
políticas están dispuestas a mostrar
todas las actas, exhortando a los demás candidatos a cumplir el mismo
procedimiento a fin de despejar dudas sobre la transparencia de los comicios y
la veracidad de los resultados. En este sentido y a fin de zanjar cualquier
duda al respecto, Maduro manifestó que él como jefe político se someterá al
interrogatorio de la sala electoral del máximo tribunal del país.
El
mismo miércoles en la tarde, con las pruebas en la mano, el presidente Maduro
compareció ante la prensa extranjera para dar a conocer toda la información
recabada con la cual fácilmente se puede configurar el nuevo expediente del
plan terrorista contra Venezuela, esta vez a partir de la declaración de un
fraude que nació y se desarrolló en los laboratorios de guerra sicológica de
Estados Unidos y que con el
financiamiento de la ultra derecha global, el narcotráfico colombiano y las
agencias de inteligencia estadounidenses, pretendieron caotizar a Venezuela
para hacerla presa fácil de su voracidad
imperial.
Lo
subrayado/interpolado es nuestro
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