Palestina Gaza: Etnocidio sionista israelí colonialista
estadounidense
PLAN
DE LIMPIEZA ÉTNICA ISRAELÍ-ESTADOUNIDENSE
PARA SALVAR EL MODELO DEL “NUEVO MEDIO ORIENTE”
Robert Inlakesh/ Escritor, periodista, analista internacional/ Indymedia Argentina, Other News, Sputnik, RT, La Jornada de México, ACHEI, Addhee.Ong
Si bien los medios occidentales a menudo retratan el conflicto como una
cuestión entre Israel y Hamas, trasciende las fronteras de la Palestina
ocupada. y se erige como un escenario fundamental en una lucha global entre las
potencias del llamado Oriente y el Occidente colectivo.
A la
luz de las pruebas emergentes de un complot israelí para limpiar étnicamente a
unos 2,4 millones de palestinos de la Franja de Gaza, Estados Unidos continúa
desplegando refuerzos sin precedentes en el Mediterráneo, al tiempo que rechaza
firmemente la consideración de una pausa humanitaria o un alto el fuego.
Además,
los orígenes de la ofensiva de Hamás del 7 de octubre se remontan a décadas
atrás y están entrelazados con dinámicas regionales contemporáneas que se
extienden mucho más allá de las fronteras de la Palestina ocupada.
El
7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró
formalmente la guerra a Hamás en la Franja de Gaza. Esta declaración estuvo
acompañada de una declaración del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant,
en la que mencionó que “no habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible”
para el pueblo de Gaza, y añadió: “Estamos luchando contra animales humanos, y
estamos actuando en consecuencia.” Desde ese día, el líder israelí ha
enfatizado constantemente que se espera que esta guerra sea “larga y
desafiante” y que pueda extenderse durante “meses”.
Al
leer entre líneas, el corte de la ayuda médica, el agua y el suministro de
alimentos a la población civil de Gaza, una situación señalada por la Corte
Penal Internacional (CPI), no sólo entra dentro de la jurisdicción de la corte
como un crimen potencial sino que también podría interpretarse. como un intento
de cometer genocidio. En su objetivo declarado de erradicar a Hamás, el
gobierno israelí aún tiene que ofrecer una visión clara de lo que implicaría
una victoria.
Por
lo tanto, debemos examinar la evidencia disponible de las acciones de Israel y
las discusiones en curso sobre cómo este conflicto podría llegar a su fin.
Según algunas cifras, más de 9.000 palestinos han muerto por ataques aéreos
israelíes en la Franja de Gaza, mientras que el Ministerio de Salud palestino
informa que alrededor del 70% de las víctimas han sido mujeres, niños y
ancianos.
Se
ha impedido la entrada de medicamentos, alimentos y agua potable a Gaza, ya que
el ejército israelí aún no ha hecho una mella significativa en las capacidades
militares de Hamás. El regimen de Estados Unidos ha apoyado las
acciones de Israel utilizando su poder de veto en el Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas (CSNU) para bloquear dos resoluciones de alto el fuego y
proporcionando municiones y asistencia diplomática y logística al ejército sionista
israelí colonialista.
Además,
Israel ha iniciado una incursión terrestre que, hasta ahora, se ha limitado a
zonas abiertas y ha evitado en gran medida las regiones densamente pobladas.
UNA
“OPORTUNIDAD ÚNICA Y POCO COMÚN”
El
17 de octubre, un grupo de expertos israelí conocido como Instituto Misgav para
la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista publicó un documento de posición
en el que presentaba una propuesta para el desplazamiento forzado de hasta 2,4
millones de palestinos de Gaza.
El
grupo de expertos afirmó que “actualmente existe una oportunidad única y poco
común para evacuar toda la Franja de Gaza en cooperación con el gobierno
egipcio”. Sin embargo, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi ha sido un
obstáculo importante para este plan.
Rechazó
con vehemencia la propuesta, que implicaría reubicar a los palestinos en
ciudades de tiendas de campaña en la región egipcia del Sinaí. El 24 de
octubre, surgió una revelación sorprendente cuando el medio de noticias hebreo
israelí Calcalist reveló la existencia de un documento oficial del gobierno
israelí que esbozaba un plan similar. Este documento mostraba de manera
destacada el emblema oficial del Ministerio de Inteligencia israelí, presidido
por Gila Gamliel, y posteriormente fue puesto a disposición en su totalidad por
el sitio de noticias en hebreo Mekomit.
Si
bien este Ministerio desempeña un papel en la configuración de la política
israelí, vale la pena señalar que su autoridad es limitada. Por lo tanto, es
posible que el documento no haya recibido el respaldo formal de los líderes
israelíes. Sin embargo, el diplomático israelí Danny Ayalon ha abogado
públicamente por la implementación de este plan de limpieza étnica,
presentándolo como una “opción humana”, como se argumenta en el documento del
Ministerio de Inteligencia.
El
primer ministro israelí también hizo un llamado a los habitantes de Gaza para
que “se vayan ahora”, antes de que los militares solicitaran a los palestinos
que evacuaran la parte norte del enclave costero asediado. Esta estrategia se
ha observado como un medio para lograr el objetivo final de la expulsión
generalizada de civiles. Un impedimento adicional para ejecutar tal estrategia
es el espectro inminente de un conflicto regional, con un potencial
significativo para la participación del Hezbollah libanés. Este grupo se
destaca como el actor con más probabilidades de intervenir en las acciones de
Israel en Gaza y representa quizás la amenaza más inmediata a las capacidades
militares de Israel.
Abarcando
todo el Medio Oriente, incluidas áreas como el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, el
ejército estadounidense ha estado fortaleciendo su presencia, aparentemente
para disuadir amenazas percibidas de múltiples fuentes, incluyendo Hezbollah,
la República Islámica de Irán, Ansarallah en Yemen, Siria y las diversas
organizaciones paramilitares iraquíes alineadas con Irán que en conjunto
constituyen el Eje de Resistencia. Washington sostiene que este despliegue
tiene como objetivo evitar una escalada hacia un conflicto regional más amplio.
El
Pentágono ha hecho recientemente un anuncio importante sobre el despliegue de
dos grupos de ataque de portaaviones en el Mediterráneo. El 8 de octubre,
Washington reveló planes para enviar el grupo de ataque del portaaviones USS
Gerald R. Ford, un conjunto formidable compuesto por cinco buques de guerra más
pequeños y un complemento de aviones de combate.
Posteriormente
se envió el grupo de ataque USS Eisenhower, reforzado por un crucero y dos
destructores, junto con numerosos aviones de combate. Según un informe de
Al-Monitor, el grupo de ataque inicial de portaaviones fue enviado para ayudar
a Israel en sus esfuerzos por recuperar prisioneros de guerra capturados por
Hamás el 7 de octubre.
El
16 de octubre, CNN informó que aproximadamente 2.000 miembros del servicio
estadounidense habían sido estacionados. en un lugar no revelado frente a la
costa de la Palestina ocupada. Además, el 23 de octubre salió a la luz que un
general estadounidense de tres estrellas había sido enviado para guiar a las
fuerzas israelíes en su invasión terrestre de Gaza.
Si
quedaban dudas sobre la presencia de tropas estadounidenses en la campaña de
Israel en Gaza, la Casa Blanca se vio obligada a enmendarla después de que se
revelara una foto de Instagram, que inadvertidamente revelaba las identidades
de las fuerzas especiales estadounidenses que estaban junto al personal militar
israelí. En la imagen, se mostraba al presidente Joe Biden estrechando la mano
de miembros de la discreta unidad antiterrorista de élite estadounidense, Delta
Force.
Esta
revelación involuntaria de fotografías no sólo expuso los rostros de estos
agentes encubiertos sino que también desencadenó una ola de preguntas sobre la
profundidad de la participación de Estados Unidos en el conflicto israelí en
Gaza. Dos meses antes de la inesperada ofensiva de Hamás desde Gaza, Estados
Unidos aprobó silenciosamente un proyecto multimillonario destinado a ampliar
una base militar encubierta en la región de Naqab (Negev) conocida como Sitio
512.
A
pesar de las garantías de la Casa Blanca de que Estados Unidos no desplegaría
terrenos tropas para ayudar en el conflicto de Israel con Hamás, es esencial
señalar que Washington también afirma no mantener ninguna base militar
estadounidense dentro del territorio controlado por Israel. En 2017, tras una
celebración de un general de la Fuerza Aérea israelí y de la Voz de América,
financiada por el regimen estadounidense, con respecto a la apertura de
una importante base estadounidense , el Pentágono rápidamente dio marcha atrás
y afirmó que la instalación estaba situada dentro de una base israelí. Cuando
se trata de bases militares estadounidenses, a menudo existe cierto grado de
confusión sobre el número real de sitios.
Un
ejemplo de esto es Australia, donde oficialmente afirman tener dos bases
militares cuando, de hecho, operan en nada menos que 34 lugares en todo el
país. A pesar de pruebas convincentes que indican una participación sustancial
de Estados Unidos en la operación terrestre israelí en curso dentro de la
bloqueada Franja de Gaza, los medios corporativos occidentales parecen estar
inundados de declaraciones contradictorias de funcionarios estadounidenses
sobre el alcance de la influencia ejercida por el Pentágono sobre las acciones
terrestres israelíes.
UNA
AMENAZA DIRECTA A LOS INTERESES ESTRATÉGICOS DE ESTADOS UNIDOS
La
ofensiva de Hamás del 7 de octubre, como dijo el secretario general de la ONU,
Antonio Guterres, “ no ocurrió en el vacío ”. Más bien, fue una respuesta
directa a una serie de acciones israelíes que planteaban amenazas al Pueblo
Palestino, sus lugares sagrados y su causa nacional.
Sin
embargo, lo que a menudo se pasa por alto es cómo este ataque sorpresa, cuyo
nombre en código es ‘Inundación de Al-Aqsa’, trastocó efectivamente las
políticas estadounidenses que ponía en peligro a toda la región. Actualmente,
existe una cantidad considerable de posturas agresivas dirigidas a Irán,
particularmente provenientes del interior del Partido Republicano, dentro de
los pasillos de Washington, DC. Esta situación persiste, incluso cuando el
presidente estadounidense Joe Biden ha advertido públicamente a Irán y sus
asociados regionales. , diseñado para disuadir posibles ataques a los intereses
estadounidenses-israelíes en toda la región.
Sin
embargo, las verdaderas intenciones de la administración Biden con respecto a
una confrontación más amplia siguen siendo inciertas. Lo que sí sabemos es que
la Casa Blanca de Biden colocó su máxima prioridad política en Oriente Medio en
la búsqueda de mediar en un acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e
Israel. En el sentido inmediato, el logro de tal objetivo le habría dado al
Partido Demócrata de Joe Biden una victoria sustancial que podría haberse
aprovechado en las elecciones de 2024. En un esquema más amplio, las
ramificaciones duraderas de las relaciones normalizadas entre Riad y Tel Aviv
habrían sentado las bases para una nueva manifestación de influencia
estadounidense, que habría posicionado directamente a una coalición
árabe-israelí contra Teherán y sus aliados.
A
medida que se acercaba la perspectiva de normalización, los informes de la
prensa internacional comenzaron a revelar las estipulaciones de Arabia Saudita
para formalizar las relaciones con Israel. Entre estas condiciones estaba la
búsqueda saudita de un tratado de defensa con Estados Unidos, inspirado en el
Artículo 5 de la OTAN: un ataque contra uno sería tratado como un ataque contra
todos. Si el gobierno de Estados Unidos hubiera respaldado tal tratado, casi
inevitablemente lo habría enredado en una confrontación directa con Ansarallah
en Yemen, una situación con un alto potencial de escalar a un conflicto
regional más amplio.
CONFIGURANDO
UN “NUEVO MEDIO ORIENTE”
A
principios de este año, la reconciliación mediada por China entre Arabia
Saudita e Irán provocó conmociones en la comunidad internacional, sofocando
efectivamente las hostilidades que habían persistido durante décadas. El papel
fundamental de Beijing para facilitar este acuerdo marcó un hito importante en
la diplomacia global del país. En consecuencia, el éxito de la paz entre estas
dos naciones tiene una profunda importancia. Si Arabia Saudita decidiera
establecer relaciones normalizadas con Israel, casi con certeza provocaría una
respuesta diplomática de Irán, poniendo potencialmente en peligro el acuerdo
mediado por China. Dado que Teherán y Riad están preparados para unirse a la
alianza económica BRICS a principios de 2024, cualquier escalada de tensiones
entre ellos presentaría un desafío considerable para Beijing, ya que valora a
ambos como socios regionales. Irán ha estado cosechando los frutos de este
panorama multipolar en evolución.
Se
unió a la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), estableció acuerdos
con empresas rusas e inició un proyecto para construir un ferrocarril como
parte del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC).
En
marzo de 2021, Teherán consolidó aún más su posición al firmar una asociación
estratégica de 25 años con Beijing, que se espera que resulte en inversiones
sustanciales por un total de alrededor de 400 mil millones de China en Irán.
Mientras tanto, Estados Unidos ha estado invirtiendo y aplicando activamente
sus propias estrategias diplomáticas para fortalecer su iniciativa “Asociación
para la Infraestructura e Inversión Global” (PGII), destinada a competir con el
programa “La Franja y la Ruta” de China.
Para
desafiar la influencia de China, Estados Unidos se ha esforzado por atraer
inversores para nuevas empresas, incluidas rutas comerciales alineadas con el
marco del “capitalismo de partes interesadas” del Foro Económico Mundial.
Una
empresa destacada en este esfuerzo es el Corredor India-Oriente Medio-Europa
(IMEC). Un paso crítico en la realización de este proyecto, que prevé el
establecimiento de una ruta terrestre que se extenderá desde los Emiratos
Árabes Unidos, a través de Arabia Saudita y Jordania, y hasta el puerto israelí
de Haifa, donde las mercancías continuarían su viaje hacia Europa, depende de
una ruta saudí- Acuerdo de normalización israelí. El reciente ataque de las
inundaciones de Al-Aqsa procedente de Gaza ha interrumpido temporal o quizás
permanentemente estos planes estadounidenses , generando incertidumbre sobre la
viabilidad de tales iniciativas en una región profundamente inestable.
Por
lo tanto, la batalla en curso librada por las facciones de la resistencia
palestina en Gaza no sólo sirve a los intereses de Irán y sus aliados
regionales sino que también contribuye a fortalecer la posición de China. Esto
no necesariamente sugiere complicidad por parte de aquellos involucrados en el
conflicto, sino más bien aclara por qué ciertas partes pueden beneficiarse
estratégicamente al oponerse a las acciones de Israel en Gaza. Al frustrar los
planes de Estados Unidos para un Asia Occidental fracturada, sujeta a la
influencia de Washington, o como lo expresó el Primer Ministro israelí Benjamín
Netanyahu en su discurso de septiembre ante las Naciones Unidas, un “Nuevo
Medio Oriente”.
Si
bien los medios corporativos occidentales a menudo retratan el conflicto como
una cuestión entre Israel y Hamas, trasciende las fronteras de la Palestina
ocupada. Se erige como un escenario fundamental en una lucha global entre las
potencias del llamado Este y el Occidente colectivo. Esta dinámica alimenta el
apoyo inquebrantable del capital occidental a una escala sin precedentes,
marcando un capítulo único en la historia de la búsqueda palestina de
liberación.
Robert
Inlakesh es un analista político, periodista y realizador de documentales que
actualmente reside en Londres, Reino Unido. Ha informado y vivido en los
territorios palestinos ocupados y presenta el programa ‘Palestine Files’.
Director de ‘El robo del siglo: la catástrofe palestino-israelí de Trump’.
Síguelo en Twitter @falasteen47
Cisjordania: aumenta la violencia sionista
israelí contra palestinos
Por
Tania Krämer
Mientras
Israel continúa su operación militar en la Franja de Gaza, grupos defensores de
los Derechos Humanos registran un alarmante aumento de la violencia de
colonos en la Cisjordania ocupada.
Khirbet
Susiya, un poblado en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania.
Khirbet
Susiya, un poblado en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania.Imagen:
Tania Kraemer/DW
Las
últimas semanas han sido muy difíciles, dice Halima Khalil Abu Eid. La madre de
dos niñas pequeñas vive en Khirbet Susiya, un poblado en las colinas del sur de
Hebrón, en la Cisjordaniaocupada por Israel. Hace un mes, mientras la familia
dormía, colonos israelíes asaltaron su casa, golpearon a su marido y los
amenazaron con un ultimátum. "Deben abandonar este lugar. Si no lo hacen,
les dispararemos. Y deben destruir su casa”, cuenta Abu Eid que le dijeron.
Relata
que, desde que empezó la guerra entre Israel y Hamás, los colonos han
intensificado la presión sobre los habitantes de ese poblado. "Nos están
saqueando, destruyendo y aterrorizando, y la última vez también atacaron a mi
marido y a su cuñado", dijo.
Khirbet
Susiya lleva años sufriendo el acoso de los colonos que viven en los
asentamientos israelíes cercanos. Pero, desde el 7 de octubre, la Cisjordania
ocupada ha sido testigo de un aumento "significativo" de la violencia
de los colonos y del desplazamiento de palestinos, según la Oficina de
Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA.
El
7 de octubre, Hamás -considerada una organización terrorista por la Union
Europea, Estados Unidos y otros países- llevó a cabo un ataque que causó la
muerte a por lo menos 1.200 personas que vivían en comunidades del sur de
Israel próximas a la Franja de Gaza y tomó al menos 239 rehenes. Dicho ataque
ha provocado ataques de represalia por parte de Israel y una ofensiva terrestre
en la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás, los
bombardeos israelíes han asesinado desde entonces a más de 11.000
palestinos en ese territorio, desde donde se siguen lanzando cohetes contra
Israel.
Violencia
de los colonos en la Cisjordania
La
guerra entre Israel y Hamás también ha tenido impacto en la Cisjordania
ocupada. Según OCHA, fuerzas israelís han asesinado allí a 168
palestinos, y otros ocho han sido asesinados por colonos israelíes. Tres
israelíes han sido asesinados en ataques palestinos.
Según
la ONU, unas 1.149 personas de 15 comunidades han sido obligadas a irse o
demoler sus propias casas. Algunos ni siquiera pudieron llevarse sus
pertenencias. Grupos defensores de los Derechos Humanos han documentado
varios incidentes en los que colonos armados han entrado en aldeas palestinas y
amenazado a los habitantes si no se marchaban.
Mujer
de campo con velo en la cabeza. Al fondo, un corral de ovejas.Mujer de campo
con velo en la cabeza. Al fondo, un corral de ovejas.
Halima
Abu Eid.Imagen: Tania Kraemer/DW
Khirbet
Susiya es una pequeña comunidad de familias palestinas, dispersas por el
paisaje montañoso. La mayoría son granjeros. La sencilla casa de Abu Eid , sus
tiendas y su corral tenían un aspecto tranquilo el día de la visita de DW. Pero
la amenaza de la violencia de los colonos se cierne como una nube oscura.
"¿Adónde debemos ir? ¿Qué quieren de nosotros? Sólo quieren quitarnos
nuestras casas; lo sabemos por el pasado. ¿Adónde más podemos ir? Esta es
nuestra casa, nuestro hogar, no podemos dejarlo", afirma Abu Eid.
Daños
y acoso
"Fue
el 16 de octubre cuando colonos uniformados y soldados vinieron aquí…
Bloquearon todas las vías de acceso a Susiya y también dañaron dos cisternas de
agua", explica Nasser Nawaj'ah, investigador del grupo israelí de Derechos
Humanos B'Tselem, que también vive en Khirbet Susiya. Otra cisterna resultó
dañada y también cortaron algunas tuberías de agua, explicó Nawaj'ah.
Hombre
con barba en medio de un campo.Hombre con barba en medio de un campo.
El
palestino Nasser Nawaj'ah trabaja para un grupo israelí de Derechos Humanos.Imagen:
Tania Kraemer/DW
Algunos de los pobladores dependen ahora de la presencia de activistas israelíes, que permanecen en el pueblo vigilando las 24 horas del día. Pero estos mismos activistas han sufrido ataques en varias zonas y han sido acosados por colonos, algunos de los cuales vestían uniforme militar. Yehuda Shaul es un activista israelí y cofundador de la ONG israelí "Rompiendo el Silencio", que ahora trabaja para otra organización, Ofek. Shaul pasa actualmente gran parte de su tiempo en las colinas del sur de Hebrón para ayudar a los aldeanos.
"Durante
años, el Ejército no intervino para proteger a los palestinos, pero, desde el 7
de octubre, cuando comenzó la guerra, tenemos hoy una realidad en la que los
equipos de respuesta rápida de los asentamientos -se trata de colonos locales-
fueron reclutados en el servicio de reserva, y ahora están en uniforme, con
armas y equipo completo, con la autoridad de soldados", dijo Shaul a DW.
"Los palestinos ya no tienen básicamente ninguna protección", añadió.
El
Ejército israelí declaró en un comunicado que "la misión de las FDI
(Fuerzas de Defensa de Israel) es mantener la seguridad de todos los residentes
de la zona y actuar para prevenir el terrorismo y las actividades que ponen en
peligro a los ciudadanos del Estado de Israel. En los casos de violaciones de
la ley por parte de israelíes, el principal organismo responsable de tramitar
estas reclamaciones es la policía israelí."
Añadió
que, cuando están presentes en la zona, los soldados actúan contra los hechos
de violencia dirigidos contra palestinos o sus propiedades. "En estos
casos, los soldados deben actuar para detener la violación (de la ley) y, si es
necesario, detener a los sospechosos hasta que la policía llegue al lugar.
(...). En las situaciones en las que los soldados no cumplen las órdenes de las
IDF, los incidentes se examinan minuciosamente y se aplican las medidas
disciplinarias correspondientes", indicó el comunicado.
Aumento
de ataques contra palestinos
De
acuerdo con la OCHA, desde el 7 de octubre se han registrado más de 240 ataques
de colonos contra palestinos, que han causado víctimas y daños materiales.
Según la ONU, esto refleja un aumento significativo. La media actual es de
siete incidentes diarios, frente a los tres que se producían antes del comienzo
de la guerra.
Estos
ataques han provocado el desplazamiento y desalojo de comunidades enteras,
principalmente en la zona C, que constituye aproximadamente el 60 por ciento de
Cisjordania ocupada. La zona C se creó en virtud de los Acuerdos de Oslo de
1995 y estaba previsto que se transfiriera gradualmente a la jurisdicción
palestina, pero sigue bajo el control administrativo y de seguridad de Israel.
El
presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha condenado la violencia en
Cisjordania: "Tiene que terminar. Tienen que rendir cuentas. Tiene que
parar ya". En un reciente viaje a la región, la ministra alemana de
Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, visitó Cisjordania y advirtió que
"no debe ser arrastrada a este torbellino de violencia".
………………
De
Argelia a Palestina: la falsa equivalencia entre colonizado y colonizador
Tras
los ataques que Hamás perpetró contra Israel el 7 de octubre de 2023, en los
que 1.400 personas murieron, hubo una lluvia de advertencias de los medios
masivos; políticos y analistas de Occidente insistían en que quien quisiera
expresar una opinión sobre lo sucedido y los subsiguientes crímenes de guerra
en Gaza, debía antes que nada denunciar a Hamás. No hacerlo explícitamente o
intentar colocar a los eventos en su contexto histórico o destacar las causas
profundas del conflicto era interpretado como una condonación de las acciones
de Hamás (es decir, que quien expresara esa opinión era simpatizante de Hamás)
y calificado de antisemitismo: El Chantaje.
https://www.elsaltodiario.com/opinion/argelia-palestina-falsa-equivalencia-colonizado-colonizador
PROVEEDORES DE ARMAS Al sionismo ISRAELí
Y HAMÁS DEBERÍAN SER ACUSADOS DE CRÍMENES DE GUERRA. ¿LO SERÁN?
Por Thalif Deen* – Inter Press Service
*Corresponsal-jefe de la Oficina de las Naciones Unidas y
Director Regional de IPS Norte América. Ex editor adjunto del Sri Lanka Daily
News, fue redactor editorial senior en The Standard de Hong Kong. Ex Director
de Mercados Militares Extranjeros en Defense Marketing Services (DMS); Analista
Senior de Defensa en Forecast International; y editor militar de Medio Oriente
/ África en Jane’s Information Group.
NACIONES UNIDAS, Nov (IPS) – La matanza de miles de civiles en
el actual conflicto de Medio Oriente es en gran medida el resultado de una
batalla desigual: un sionista israelí colonialista con armas nucleares,
equipado con algunos de los sistemas de armamento estadounidenses más
sofisticados, que lucha contra un grupo heterogéneo de militantes, Hamás.
En este contexto, una destacada organización de Derechos
Humanos hace un llamamiento a los principales aliados del sionismo israelí
colonialista -entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania-
para que suspendan la asistencia militar y la venta de armas a Israel «mientras
sus fuerzas cometan impunemente abusos graves y generalizados, equivalentes a
crímenes de guerra, contra civiles palestinos».
Irán y otros gobiernos, afirma Human Rights Watch (HRW), con su
oficina central en Nueva York, también deberían dejar de suministrar armas a
los grupos armados palestinos, incluidos Hamás y la Yihad Islámica, mientras
cometan sistemáticamente ataques equivalentes a crímenes de guerra contra
civiles sionista israelí colonialistas.
Pero los asesinatos cometidos por los sionistas israelí colonialistas
superan con creces a los cometidos por Hamás, según cálculos
conservadores. Desde el 7 de octubre han muerto unos 1400 sionista
israelí colonialistas y otros ciudadanos, y más de 10 000 palestinos, 40 %
de ellos niños.
«Se está castigando y asesinando a civiles a una escala sin
precedentes en la historia reciente de Israel y Palestina», afirmó Bruno
Stagno, jefe de incidencia política de HRW. «Estados Unidos, Irán y otros
gobiernos se arriesgan a ser cómplices de graves abusos si continúan
proporcionando ayuda militar a violadores conocidos», añadió.
Kenneth Roth, exdirector ejecutivo de HRW, fue citado diciendo
que el hecho de que Israel lanzara varias bombas de gran tamaño en medio de un
campo de refugiados densamente poblado iba a provocar de forma completa y
previsible una pérdida significativa y desproporcionada de vidas civiles y, por
tanto, un crimen de guerra.
Describiendo al ejército de Israel «como parte de la maquinaria
de guerra de Estados Unidos», Norman Solomon, director nacional de RootsAction
y director ejecutivo del Instituto para la Exactitud Pública, dijo a IPS que la
sólida alianza de cimientos entre Israel y Estados Unidos ha asegurado la
continuación de un acuerdo de 10 años que garantiza 38 000 millones de dólares
en ayuda militar estadounidense a Israel.
La venta de armas y el narcotráfico son los dos mejores negocios
de Estados Unidos en bancarrota.
Y ahora, mientras continúa la matanza en Gaza, señaló,
Washington se apresura a proporcionar ayuda militar adicional por valor de 14
000 millones de dólares.
Durante las últimas semanas, dijo, el «Derecho Internacional Humanitario»
ha sido una frase común del presidente Joe Biden al expresar su apoyo a las
acciones militares de Israel.
“Es un absurdo orwelliano, como si decir esas palabras fuera
suficiente, mientras se ayuda constantemente al sionismo israelí colonialista
a violar el Derecho Internacional Humanitario de numerosas maneras”, afirmó
Solomon.
HRW afirmó que las futuras transferencias militares Al sionismo
israelí colonialista ante las continuas y graves violaciones de las leyes
de la guerra corren el riesgo de convertir a Estados Unidos, Reino Unido,
Canadá y Alemania en cómplices de estos abusos si contribuyen a ellos de forma
consciente y significativa.
El suministro de armas a los grupos armados palestinos, dados
sus continuos ataques ilegales, corre el riesgo de convertir a Irán en cómplice
de esas violaciones.
Biden ha solicitado 14 300 millones de dólares para más armas a
Israel, que se suman a los 3800 millones de ayuda militar estadounidense que
Israel recibe anualmente.
El 2 de noviembre, la Cámara de Representantes de Estados Unidos
aprobó un proyecto de ley que proporcionaría esa ayuda militar a Israel.
Desde el 7 de octubre, cuando se produjo el ataque terrorista de
Hamás contra Israel, que llevó a Tel Aviv a una represalia bélica inclemente
contra Gaza, Estados Unidos ha transferido o anunciado que tiene previsto
transferir bombas de pequeño diámetro, kits para municiones de ataque directo
conjunto, proyectiles de artillería de 155 mm y un millón de cartuchos de
munición, entre otras armas.
El Reino Unido ha autorizado la venta de armas por valor de 539
millones de dólares a las fuerzas sionista israelí colonialistas desde
2015, incluidos aviones, bombas y munición. Canadá exportó 33 millones de
dólares en armas en 2021 y 2022. Alemania emitió licencias por 916 millones de
dólares en ventas de armas a Israel entre 2015 y 2019, según datos
suministrados por HRW.
Los dirigentes de Hamás declararon públicamente en enero de 2022
que habían recibido al menos 70 millones de dólares estadounidenses en ayuda
militar de Irán, pero no especificaron durante qué periodo de tiempo se
proporcionó esta ayuda.
«¿Cuántas vidas civiles más deben perderse, cuánto más deben
sufrir los civiles como consecuencia de los crímenes de guerra antes de que los
países que suministran armas a Israel y a los grupos armados palestinos tiren
del carro y eviten ser cómplices de estas atrocidades?», dijo Stagno.
Naciones Unidas describió en su día las muertes y la destrucción
en la guerra civil de Yemen, que dura ya ocho años, como «el peor desastre
humanitario del mundo».
Las matanzas, en su mayoría de civiles, se han estimado en más
de 100 000, con acusaciones de crímenes de guerra contra una coalición liderada
por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, cuyo principal proveedor de armas es
Estados Unidos.
Y ahora, las matanzas de palestinos en Gaza han vuelto a colocar
a los estadounidenses en una nueva zona de guerra.
Estados Unidos llevado ante la Corte Penal Internacional/CPI, por
crímenes de guerra.
Pero incluso así, es improbable que Estados Unidos sea llevado
ante la Corte Penal Internacional (CPI), ni que sea acusado por abusos contra
los Derechos Humanos, torturas y crímenes de guerra cometidos en
Afganistán e Irak en una época pasada.
«Si a los funcionarios estadounidenses no les importan los
civiles palestinos que se enfrentan a atrocidades con armas estadounidenses,
quizá les importe un poco más su propia responsabilidad penal individual por
ayudar a Israel a llevar a cabo estas atrocidades», ha declarado Sarah Leah
Whitson, directora ejecutiva de Democracia para el Mundo Árabe Ahora
(DAWN, en inglés), una organización estadounidense que promueve la Democracia
y los Derechos Humanos en Medio Oriente.
«El pueblo estadounidense nunca firmó para ayudar a Israel a
cometer crímenes de guerra contra civiles indefensos con bombas y artillería
financiadas por los contribuyentes», señaló.
En octubre, Josh Paul, funcionario de larga trayectoria en
la oficina político-militar del Departamento de Estado, dimitió por lo que, en
su opinión, era un apoyo inmoral de Estados Unidos y una ayuda letal a los
bombardeos de Israel en Gaza.
Según el estadounidense Departamento de Estado, Israel ha sido
designado Aliado Mayor No OTAN por la legislación estadounidense. Este
estatus proporciona a los socios extranjeros ciertos beneficios en las áreas de
comercio de defensa y cooperación en seguridad y es un poderoso símbolo de su
estrecha relación con Wahington.
En consonancia con los requisitos legales, la política de
Estados Unidos es ayudar a Israel a preservar su ventaja militar cualitativa
(QME, en inglés), o su capacidad para contrarrestar y derrotar cualquier
amenaza militar convencional creíble de cualquier Estado individual o posible
coalición de Estados o de actores no estatales, sufriendo daños y bajas
mínimas.
Esto requiere un informe cuatrienal al Congreso, para las
transferencias de armas que deben ser notificadas al Congreso, y la
determinación de que las transferencias individuales de armas a la región no
afectarán negativamente a la QME de Israel.
Para reforzar aún más su relación militar, Estados Unidos e
Israel han firmado múltiples acuerdos bilaterales de cooperación en materia de
defensa, entre ellos: un Acuerdo de Asistencia para la Defensa Mutua (1952); un
Acuerdo General de Seguridad de la Información (1982); un Acuerdo de Apoyo
Logístico Mutuo (1991); y un Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (1994).
……………………….
UN
OBJETIVO Y CUATRO PLANES DE ISRAEL PARA LA POSGUERRA DE GAZA
Por
Nazanín Armanian*
“Las
tácticas sin estrategia son un ruido antes de la derrota”, Sun Tzu.
No
hay ninguna duda de que la actual ronda de masacre palestina por Israel en Gaza
no es una venganza ni un castigo colectivo a la criminal y estúpida Operación
de Tormenta de Al Aqsa de Hamás, el 7 de octubre. Se trata de una nueva fase de
la estrategia del imperialismo sionista israelí colonialista de
borrar del mapa, y literalmente, a los palestinos: las dos anteriores tuvieron
lugar en 2011 cuando Israel se
convirtió en una República Judía, y en 2020, y cuando Donald Trump y
Benjamín Netanyahu firmaron el “Acuerdo del Siglo” para dar una Solución Final a la causa
palestina, para que Israel pudiera apoderarse del gas y del resto del
territorio palestino, sin trabas.
El
despliegue militar y político en curso para «aniquilar a Hamás» con el fin de
«garantizar una seguridad duradera de Israel» (será para sus dirigentes que no
de su pueblo), como afirma Tel Aviv, recuerda la “reacción” de los que llevaban
tiempo preparando la Primera Guerra Mundial y sólo necesitaban un detonante,
alguien que apretara el gatillo matando al archiduque de Austria Francisco
Fernando, y su esposa, la duquesa Sofía Chotek, en Sarajevo en 1914.
Israel
no sabe qué hacer con Gaza
La
actual matanza de los palestinos por lo militares no responde a ningún plan
elaborado por los políticos israelíes para el día después del fin de la
invasión. De esta manera, los dirigentes israelíes están lanzado varios “globo
sonda” para evaluar la reacción de su audiencia:
1. Organizar
una cumbre internacional, dirigida por el primer ministro británico Rishi Sunak
(que no
por Joe Biden), y con los representantes de Israel, Jordania, Egipto,
Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y las Naciones Unidas, ¡sin
los palestinos!, para formar un gobierno de transición en Gaza, la prisión
convertida en cementerio.
2. Aplicar
el modelo de Cisjordania a Gaza de forma progresiva:
– Entregar
el poder a la Autoridad Palestina (AP), con el respaldo de las Fuerzas de Paz
de la ONU y los principales Estados Árabes. Que el presidente de la AP
Mahmud Abbas haya expresado su predisposición muestra que hay tanteo. Si el
carismático líder de Al Fatah Marwan Barghouti, preso en Israel desde
2002, es liberado durante el canje de los rehenes civiles en mano de Hamás con
los presos palestinos, podría significar que incluso se está elaborado un plan
a más largo plazo, y con nuevos partidos palestinos en el escenario.
–Mantener
una presencia militar “fluida”, que no permanente, en Gaza para que no se le
llame “ocupación militar”, dividiendo la Franja en el área A, que estaría bajo
el control palestino; área B administrado conjuntamente por Israel y Palestina,
y el C bajo el dominio directo de las tropas ocupantes, protegiendo nuevos
asentamientos ilegales. Esta zona haría también de “amortiguamiento” con el
territorio oficial de Israel.
–
«Hamás no sólo ya no estará en Gaza, sino que el territorio de Gaza también
disminuirá» adelanta Eli Cohen, ministro de Relaciones Exteriores de Israel.
Matar, hasta la fecha, a al menos 11.000 gazatíes y forzar a otros 1.4 millones
a desplazarse, indica la ejecución de este croquis.
3. Trasladar
a los gazatíes a la península Sinaí de Egipto. Esto es lo que propone una
supuesta filtración de un documento del Ministerio de Inteligencia de Israel,
fechada el 28 de octubre, desempolvando una vieja conspiración israelí, que
trata de:
–
una “Limpieza Étnica” en toda regla, que no “limpiar Gaza de Hamás”. Es decir,
un Nakba II. Curioso: gracias a los reporteros palestinos y los móviles que
muestran al mundo, en vivo y en directo, los crímenes de guerra cometidos por
Israel, expulsándoles de sus casas, los historiadores de los vencedores no
podrán falsificar otra vez la verdad como lo hicieron con el Nakba I, del 1948:
en el que según ese relato los palestinos -unos vendepatrias-, además cobraron
un buen dinero para dejar sus tierras a los judíos emprendedores llegados de
Europa. El documento habla de llenar el norte del Sinaí de tiendas de campaña
para más adelante construir viviendas permanentes. Así, los palestinos estarían
1) bajo el control férreo del presidente dictador Abdel Fattah Al Sisi, y 2) no
tendrán derecho a moverse. En su nueva prisión, los palestinos estarían
vigilados además por las tropas de EEUU, que ya llevan tiempo allí, al parecer
para luchar contra un chollo
llamado “yihadismo”. Al Sisi se niega, y no porque se trate de un descarado pogromo,
sino porque:
–
Una afluencia masiva de refugiados desesperados palestinos desestabilizaría a
Egipto.
– A
diferencia de los años 1948 a 1967, que al no existir partidos políticos
palestinos y Egipto administraba aquellos territorios, hoy son numerosos. Por
tanto, Palestina y los palestinos no necesitan tutela.
–
Siendo Hamás la rama palestina de la Hermandad Musulmana (protegida por el Partido Demócrata de
EEUU), contra quien Al Sisi hizo un golpe de Estado (patrocinado por Arabia Saudí), teme
que convierta al Sinaí en su base de operaciones antisraelíes, arrastrando al
país a una guerra con el poderoso vecino.
–
Si la cuestión palestina no es un tema de Israel, tampoco la es de Egipto,
piensa el faraón.
Que
Israel bombardeara el norte de Gaza para empujar a la población hacia el sur,
donde “casualmente” está la frontera egipcia, obedecía al Plan C.
4. Devolver
Gaza a Hamás. En caso de que el Ejército israelí empezara a quedarse
atrapado en el pantano gazatí, Netanyahu tendrá que tragarse varios sapos, y
declarar el alto el fuego, renunciando a “destruir a Hamás”. De este modo:
–
Se ahorraría la paliza de buscar un “gobernador” para lo que quede a los
palestinos en Gaza.
–
Rescataría al candidato Biden
del suicidio, e incluso le regalaría la posibilidad de convocar una
conferencia-pantomima de paz, que tanto gusta a los presidentes de Estados
Unidos y que Biden se negó a pasar por el aro.
–
Salvaría la cara de los países que han normalizado su relación con Tel Aviv, e
irían ampliando el Acuerdo de
Abraham.
La
táctica de “bombero pirómano”
En
su estrategia expansionista, Israel:
1.
Patrocinó a Hamas, -una organización de extremaderecha teocrática que fantasea
con la destrucción de Israel-, para debilitar a la Autoridad Palestina, que
tenía un plan viable para instalar un Estado Palestino en las fronteras de
1967.
2.
Luego tachó a Hamas de terrorista para quitar legitimidad a la lucha
palestina y poder apoderarse de sus recursos naturales en el Mediterráneo. ¡Y
lo ha conseguido! Para Hamás, los palestinos no están «oprimidos» porque estén
bajo un brutal colonialismo israelí de corte medieval-apocalíptico, sino por
ser perseguidos como musulmanes, por los judíos que además
controlan su gran templo Al Aqsa (de allí el nombre de su operación del 7 de
octubre). Así, el gobierno de Gaza y el de Tel Aviv se han ido retroalimentado,
en perjuicio de sus propios ciudadanos.
Estados
Unidos probó esta táctica en Afganistán. Colocó a los talibán en el poder en
1992, y al ver que no eran
capaces de cumplir con su cometido, lanzó una campaña internacional
sobre ¡cómo oprimían a sus mujeres! para después invadir y ocupar el país
directamente. Después de 20 años, y tras ser derrotado por China en Asia
Central, negoció con los talibanes en 2020 su regreso a Kabul, a cambio de
mantener cinco bases militares y el control sobre los aeropuertos empezando la sexta etapa de la ocupación…y
¿dónde lo hizo? ¡En Qatar! El mismo país que está mediando entre Hamás e
Israel.
Obviamente,
sin la luz verde de EEUU (y sus
catorce motivos de su respaldo incondicional a Israel), Israel no podrá
llevar a cabo ninguno de sus planes, que son nada menos que un cambio en el
mapa de Oriente Próximo. Joe Biden ha respaldado no sólo la condena a muerte de
hambre y de sed de los 2,3 millones de gazatíes, sino que le ha enviado más armas
para una mejor matanza indiscriminada de los palestinos, y la destrucción total
de sus hogares, hospitales, y escuelas; lo único que le pidió, y para el bien
de Israel y el suyo propio, fue que se pensara dos veces antes de una invasión
terrestre al enclave. Y Netanyahu no le hizo caso: aquí mando yo, es lo que le advirtió a
Joe Biden en 2010.
Este
rompecabezas podría quedarse en nada si Irán entra en la guerra, deseando
o cayendo en la trampa de EEUU-Israel. El régimen clerical-militar, también
de extremaderecha semítica, que gobierna Irán está preparando la opinión
pública con que “una guerra regional inevitable”, en palabras de su ministro de
Asuntos Exteriores Amir Abdolahian.
Demasiadas
incógnitas y una única certeza: una mayor militarización de Oriente Próximo,
más guerras y un infinito dolor para cientos de millones de personas.
………………………
*Nazanín
Armanian es iraní, residente en Barcelona desde 1983, fecha en la que se exilió
de su país. Licenciada en Ciencias Políticas. Imparte clases en los cursos
on-line de la Universidad de Barcelona. Columnista del diario español on-line
Público. Fuente: http://www.nazanin.es/- Público.es.
15.11.23
…………………….
Lea
también:
América
Latina lidera la oposición a los crímenes de Israel
Bolivia
rompió relaciones diplomáticas con Israel, mientras que Colombia, Chile y
Honduras retiraron a sus embajadores. América Latina lidera la oposición a la
guerra de Israel contra Gaza. Mientras aumenta la indignación en Estados
Unidos, Canadá y Europa por la negativa de sus gobiernos a adoptar una postura
firme contra las atrocidades que Israel está cometiendo contra Gaza, América
Latina está abriendo el camino. Una cosa son las revueltas de Bolivia y
Colombia, a la izquierda de la «segunda ola» de gobiernos progresistas de
América Latina. Pero el presidente Gabriel Boric —decididamente más moderado,
especialmente en asuntos exteriores— anunció que Chile también retiraba a su embajador.
https://jacobinlat.com/2023/11/15/america-latina-lidera-la-oposicion-a-los-crimenes-de-israel/
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