Gaza: Genocidio en medio del silencio sepulcral del mundo alrededor, y no tan alrededor. Joe Biden cómplice del terror nazisionista israelí colonialista: La apocalipsis del Pueblo Palestino
Por Luis E. Sabini Fernández/ OTHER News/Sputnik, RT,La Jornada de Mexico/ACHEI/ Argentina@Indymedia.org/ Red Latina Sin Fronteras/ADDHEE.ONG:
En el
cambio cuantitativo en la represión y el ahogo sionista israelí colonialista
a los palestinos, cuantitativo y no cualitativo, porque esta modalidad en el
trato; estrangulamiento de la sociedad palestina, desconocimiento de su
dimensión social, afectiva, material, intención genocida no es nueva sino, en
todo caso, intensificada.
Ante tan sombrío, mortuorio panorama, han
proliferado las invocaciones a una cita del Professor Dr. Albert
Einstein, en cierto sentido conmovedora:
«Sería mi mayor desazón ver a los sionistas (judíos)
hacerle a los árabes palestinos mucho de lo que los nazis le hicieron a los
judíos.»
Tengamos en cuenta que el Prof. Dr. Einstein
murió en 1955. Alcanzó entonces a vivir en el tiempo de los enfrentamientos
mortales de palestinos con los israelís sionistas colonialistas en los
’20 y las matanzas más generalizadas de sionistas (junto con el poder colonial
británico) a palestinos en los ’30. Y sobre todo, la Nakba, de 1948, con miles
de fusilados en un operativo de destierro violento y generalizado.
Por otra parte, el Prof. Dr. Einstein, judío
y con simpatía con el sionismo primigenio, se fue haciendo pacifista y otra de
sus citas, es: “No puedes simultáneamente prepararte para evitar y para
hacer la guerra”, con lo cual se divorcia radicalmente del sionismo.
La cita en cuestión viene siendo utilizada en
relación con la peripecia palestina, al menos desde 2014, cuando el Estado sionista
Israelí colonialista asesino a miles de palestinos civiles,
hombres, mujeres, infantes, con bombardeos sobre ciudades, barrios enteros en
la Franja de Gaza con el argumento de que allí se escondían milicianos
violentos. Y en medio del silencio sepulcral del mundo alrededor, y no tan
alrededor.
Siempre munidos, los israelíes, de un “permiso para
matar”.
El rastreo-e de la cita comprueba múltiples usos,
aunque también aparece una entrada cuestionando su autenticidad. El argumento
en este caso es, empero, endeble: que el Prof. Dr. Einstein era
sionista. Justamente su sionismo, hasta por su edad, está matrizado en tiempos
del más temprano sionismo, todavía, como dijimos, con pacifistas en su seno.
Desechando las meras transcripciones como fuente de
autenticidad; queda únicamente esa entrada-e que la niega y otra que la
reafirma, que por su fecha me resulta más confiable y definitoria.
Me voy a permitir, empero, barajar las dos
posibilidades. Si se tratara de una cita apócrifa, se contextualizaría
adecuadamente con el pensamiento pacifista de Prof. Dr. Einstein, y aunque yo
la he encontrado en escritos desde 2014, el recopilador A. A. Douglas la
menciona ante la muerte de Prof. Dr. Einstein, en 1955, cuando la violencia
sionista era ya “muy mayor de edad”.
Si estamos, como mucho parece señalarlo, ante una
cita auténtica, hay que sacarse el sombrero por la independencia ideológica de Prof.
Dr. Einstein, que le ha sido tan reconocida.
Que la cita sobre hacerle a los palestinos lo que
los nazis le hicieran a los judíos haya aparecido al menos desde 1955, me hace
pensar en su autenticidad (puesto que Prof. Dr. Einstein murió justamente ese
año) y ubica perfectamente el temor fuerte, y la repulsión, el desencanto de su
parte, pero sobre todo, su conciencia clara del carácter genocida del sionismo.
No fue el único en percibir ese rasgo. Yeshayahu
Leibovitz (1903-1994), un pensador judío formidable, venía tipificando a Israel
como engendro colonial y (necesariamente asesino) desde por lo menos la década
de los ’60, es decir, grosso modo, contemporáneamente o casi a Prof. Dr.
Einstein. Leibovitz había caracterizado ese sionismo agresivo como el de
“nazisionistas”.
No hay nada de qué extrañarse. Benzion Netanyahu,
el padre del mandamás del Israel actual, era un ferviente fascista, admirador
de Benito Mussolini; el Duce les había ofrecido a los sionistas llamados
revisionistas un campo de entrenamiento militar en las afueras de Roma.
Pero Zeev Jabotinski, el líder del sionismo
fascista entonces, que santificaba la violencia que sacrificaba hombres,
mujeres y niños palestinos, porque se trataba de una violencia terrorista,
tenía el descaro de asumir su violencia opresiva, aclarando, con honestidad
intelectual, que si él fuera palestino enfrentaría violentamente al sionismo…
(solo que para un pueblo que no había consolidado un Estado propio era muy
difícil estructurar una fuerza armada que pudiera enfrentar ejércitos
invasores…).
Esta percepción del sionismo genocida no es sólo
del pasado “remoto” de los ’50 o ’60, ni recomenzó ahora con el capítulo de
bestialización pos 7 octubre. En una de las descargas su violencia brutal sobre
el campo de concentración que construyeron encerrando a la Franja de Gaza, en
2012 hacen una de sus incursiones mortales, y Kiswani, una joven palestina señala,
por ejemplo, que “la mayoría de los judíos israelíes han olvidado lo que han
pasado en el llamado ‘holocausto’ y agrega: ‘la inmensa mayoría de los judíos
israelíes tratan de justificar lo injustificable, lo que están haciendo,
apelando a lo que ellos han pasado con el holocausto’.
Por si todo lo que acabo de recorrer no alcanzara,
a confesión de parte, relevo de prueba. En un excelente artículo, Renán Vega
Cantor cita a un aviador israelí: “Al principio piensas que eres un soldado
nazi […] y después […] olvidas esa idea, porque, ¿cuánto tiempo puedes sentir
que eres un nazi?” y a otro: ”Los
colonos son los peores nazis judíos que he conocido […].
Así que al día de hoy, noviembre 2023, aun sin
haberse precisado el carácter, las causas, y la trágica cadena de acontecimientos
del 7 de octubre ppdo., sin conocer la razón por la cual un numeroso comando
palestino pudo campear durante por lo menos 6 horas en el supercustodiado
territorio israelí, sin saber siquiera el alcance de la violencia ejercida (si
fueron matados miles, centenares o decenas), lo que sí ya sabemos es que lo
acaecido entonces ha sido continuado por bombardeos y artillería, desde tierra,
mar y aire sobre las viviendas civiles de las ciudades de la Franja de Gaza,
arrasando edificios enteros y asesinando incontables habitantes,
sepultados vivos, ataques que se han concentrado en la red hospitalaria,
bombardeada hasta lograr deshacer todas sus funciones de auxilio bajo el
pretexto de que allí se escondían milicianos de Hamas. Y eso ha significado la
muerte, por ejemplo, de centenares de bebes que no han recibido más la
protección de incubadoras por falta de electricidad, ni alimentos por
desmantelamiento radical de suministros y tendal de muertos alrededor y dentro
de los hospitales.
Tengo para mí que las dimensiones de la violencia y
el terror desatados por Israel tras lo del 7 de octubre 2023 son inéditos,
aunque son apenas peldaños, siempre peores, en la construcción de un campo de
concentración y de exterminio de las dimensiones de la Franja de Gaza.
Y que en diversos países y sitios, con altibajos,
con la generalización de las comunicaciones instantáneas, se ha sentido el
sacudón y empieza a haber población que quiere decirle “¡Basta!” al abuso sionista israelí colonialista; el
taparrabos del antisemitismo empieza a descubrir la desnudez de la escamoteada
voluntad genocida; hacer desaparecer (de la tierra palestina de mínima, de la
vida misma, de máxima) a los molestos palestinos.
¿Tendremos la dignidad, la decencia y el
vigor, como sociedades, para rechazar esa “lucha contra el terrorismo y el
antisemitismo” y defender la vida de una sociedad, la palestina, contra un
destino como el que en su momento les tocó vivir a vietnamitas, mapuches,
argelinos, mayas, pieles rojas, zulúes y tantas otras poblaciones despojadas,
expulsadas, reducidas por el colonialismo y su hermano siamés, el racismo?
Lo subrayado
El terror Nazisionista israelí/colonislista.
La masacre deliberada de
los más indefensos
Doha, Catar.- Me encuentro en el estudio del servicio árabe
de Al Jazeera visionando una transmisión en directo desde la
ciudad de Gaza. Debido al intenso bombardeo israelí, el reportero de Al Jazeera
se vio obligado a trasladarse al sur de Gaza. Pero dejó atrás su cámara,
enfocada hacia el hospital Al-Shifa, el mayor complejo médico de Gaza. Es de
noche. Los tanques israelíes disparan directamente hacia el complejo
hospitalario. Largos destellos rojos horizontales. Un ataque deliberado contra
un hospital. Un crimen de guerra deliberado. Una masacre deliberada de los
civiles más indefensos, incluidos los más enfermos y los bebés. En ese momento
la señal se corta.
Seguimos sentados frente a los monitores, en
silencio. Sabemos lo que eso significa. No hay electricidad. No hay agua. No
hay Internet. No hay suministros médicos. Todos los bebés de la incubadora
morirán. Todos los pacientes de diálisis morirán. Todos los de la unidad de
cuidados intensivos morirán. Todos los que necesitan oxígeno morirán. Todos los
que necesiten cirugía de emergencia morirán. ¿Y qué ocurrirá con las 50.000
personas que, expulsados de sus casas por los incesantes bombardeos, han
buscado refugio en los terrenos del hospital? También sabemos la respuesta a
eso. Muchos de ellos también morirán.
No hay palabras para expresar lo que estamos
presenciando. En las cinco semanas de horror, esta es una de las cúspides del
horror. La indiferencia de Europa ya es bastante mala. La complicidad
activa de Estados Unidos es inconmensurable. Nada justifica esto. Nada. Y Joe
Biden pasará a la historia como cómplice de genocidio. Que los fantasmas de los
miles de niños en cuyo asesinato ha participado le persigan el resto de su
vida.
Israel y Estados Unidos están enviando un mensaje
escalofriante al resto del mundo. El derecho internacional y el derecho
humanitario, incluidas las Convenciones de Ginebra, son mero papel mojado. No
se aplicaron en Iraq, Libia. No se aplican en Gaza. Pulverizaremos vuestros
barrios y ciudades con bombas y misiles. Asesinaremos sin motivo a vuestras
mujeres, niños, ancianos y enfermos. Estableceremos bloqueos para provocar el
hambre y la propagación de enfermedades infecciosas. Vosotros, las «razas
inferiores» de la tierra, no importáis. Para nosotros sois alimañas a
extinguir. Lo poseemos todo. Si intentáis arrebatárnoslo, os mataremos. Y nunca
tendremos que rendir cuentas.
¡Somos
nazisionistas, israelí, colonialistas!
No somos odiados por nuestros valores. Somos
odiados porque no tenemos valores. Somos odiados porque solo aplicamos las
reglas a los demás, no a nosotros mismos. Somos odiados porque nos hemos
arrogado el derecho a realizar matanzas indiscriminadas. Somos odiados porque
somos despiadados y crueles. Somos odiados porque somos hipócritas, porque
hablamos de la protección de los civiles, el imperio de la ley y el
humanitarismo mientras acabamos con la vida de cientos de personas cada día en
Gaza, incluyendo 960 niños.
Israel reaccionó escandalizado y con indignación
cuando se le acusó de bombardear el hospital árabe cristiano Al Ahli de Gaza,
que dejó cientos de muertos. El bombardeo, según Israel, procedía de un cohete
errante disparado por la Yihad Islámica Palestina. No hay nada en el arsenal de
Hamás o de la Yihad Islámica que pudiera haber replicado la enorme potencia
explosiva del misil que impactó en el hospital. Quienes como reporteros hemos
cubierto Gaza, hemos oído tantas veces este truco de Israel que resulta
ridículo. Siempre culpan a Hamás y a los palestinos de sus crímenes de guerra,
y ahora intentan argumentar que los hospitales son centros de mando de Hamás y,
por tanto, objetivos legítimos. Nunca aportan pruebas. El ejército y el
gobierno israelíes mienten tanto como respiran: “Mentir, mentir, porque
siempre algo queda”...
Médicos sin Fronteras (MSF), que tiene personal
trabajando en Al-Shifa, ha emitido un comunicado en el que afirma que
pacientes, médicos y enfermeras están “atrapados bajo el fuego dentro del
hospital”. Solicitan al gobierno israelí que “detenga este ataque despiadado al
sistema de salud de Gaza”.
«En las últimas 24 horas, los hospitales de Gaza
han sufrido bombardeos incesantes. El complejo hospitalario de Al-Shifa, el
mayor centro de salud en el que sigue trabajando el personal de MSF, ha sido
alcanzado en varias ocasiones, incluidos los departamentos de maternidad y
consultas externas, lo que ha provocado múltiples muertos y heridos», señala el
comunicado. «Las hostilidades en torno al hospital no han cesado. Los equipos
de MSF y cientos de pacientes siguen dentro del hospital de Al-Shifa. MSF
reitera urgentemente sus llamamientos para que cesen los ataques contra
hospitales, para un alto el fuego inmediato y para la protección de las
instalaciones médicas, el personal médico y los pacientes.»
Otros tres hospitales del norte de Gaza y de la
ciudad de Gaza están cercados por fuerzas y tanques israelíes; razón tenía un
médico que declaró a Al Jazeera: “es un día de guerra contra los hospitales.»
Al parecer, el Hospital Indonesio también se ha quedado sin electricidad. La
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informa de que
20 de los 36 hospitales de Gaza ya no funcionan.
El cinismo de Israel y Washington es impresionante.
Nada les diferencia. Washington sólo quiere que se haga rápido. ¿Corredores
humanitarios? ¿Pausas en los bombardeos? Son un modo de facilitar la
despoblación total del norte de Gaza. ¿El puñado de camiones de ayuda
autorizados a atravesar la frontera de Rafah con Egipto? Un truco de relaciones
públicas. Sólo hay un objetivo: matar, matar, matar. Cuanto más rápido, mejor.
De lo único que hablan los funcionarios de Biden es de lo que vendrá después,
una vez que Israel haya terminado de diezmar Gaza. Saben que la matanza de
Israel no terminará hasta que los gazatíes vivan a la intemperie sin refugio en
la parte sur de la Franja y mueran por falta de alimentos, agua y atención
médica.
Antes de la incursión terrestre de Israel, Gaza era
uno de los lugares más densamente poblados del planeta. Imagínese lo que
ocurrirá con 1,1 millones de gazatíes del norte amontonados sobre más de 1
millón del sur. Imagine lo que ocurrirá cuando enfermedades infecciosas como el
cólera se conviertan en epidemia. Imagine los estragos del hambre. Todo
ello aumentará la presión para hacer algo. Y ese algo, espera Israel, será empujar
a los palestinos a través de la frontera hacia el Sinaí en Egipto. Una vez
allí, nunca regresarán. La limpieza étnica de Gaza por parte de Israel será
completa. Comenzará la limpieza étnica de Cisjordania.
Este es la demencial pesadilla nazisionista
colonialista. La limpieza étnica de Gaza y Cisjordania, la apocalipsis del
Pueblo Palestino de Israel. Para lograrlo, harán Gaza inhabitable.
Pregúntese: si usted fuera palestino en Gaza y
tuviera acceso a un arma, ¿qué haría? Si Israel matara a su familia, ¿cómo
reaccionaría? ¿Por qué iba a importarle el derecho internacional o humanitario
cuando sabe que sólo se exige su aplicación a los oprimidos, no a los
opresores? Si el terror es el único lenguaje que Israel utiliza para
comunicarse, el único que aparentemente entiende, ¿no respondería con terror?
La orgía de terror/horror de nazismo israelí
colonialista no aplastará a Hamás. Hamás es una idea, una idea alimentada
con la sangre de los mártires. Israel está proporcionando a Hamás un abundante
suministro.
Lo subrayado es nuestro.
Carta de
una mujer mapuche a una mujer palestina, desde el genocidio del Pueblo
Mapuche en Argentina y Chile.
Moira Millan- Weychafe Mapuche/ other news/RT/Sputnik,
Indymedia, la jornada de México/ ADDHEE.ONG
La weychafe mapuche Moira Millán escribe una carta
dirigida a sus hermanas palestinas desde la impotencia de la distancia y la
certeza de la resistencia.
Querida hermana Palestina, escribo desde tierras muy
lejanas, desde mi territorio de Puelmapu, Territorio Mapuche, en el sur de la
Patagonia, bajo administración del Estado argentino.
Soy hija de una nación también invadida/ocupada, el
pueblo nación mapuche, un pueblo que aún recuerda sus días de libertad, cuando
recorríamos sin fronteras y sin alambres nuestra Wallj Mapu. Al igual que tu
pueblo querida hermana, el mío también conoce la injusticia del despojo, el
dolor del genocidio, la desolación de ser esclavos en nuestra propia tierra,
las deportaciones de la muerte, las reubicaciones forzadas.
Hemos palpado la indolencia del mundo, y aun hoy padecemos
la imposición de dos Estados coloniales, Argentina y Chile, que continúan
persiguiéndonos, encarcelándonos y asesinándonos. Mi familia ha sobrevivido de
manera milagrosa a campos de concentración tortura y exterminio. De ahí vengo,
de un linaje enraizado en lo profundo de la memoria telúrica de estos
territorios, un pueblo nación, corajudo y lleno de dignidad.
El pueblo palestino habita mi corazón desde hace algunos
años cuando supe que allá en el lejano y a la vez tan cercano Medio Oriente,
una historia similar a la nuestra estaba sucediendo, un pueblo originario, el
Pueblo Palestino invadido por un Estado colonial, Israel. Algo tan parecido a
lo nuestro con algunas décadas de diferencia, ya que el Estado argentino terminó
su campaña genocida a finales de 1800 pero su Estado se asienta definitivamente
en Puelmapu a principios de 1900.
Me atraviesa el cuerpo cada bala que asesino a la
vida de mis hermanas y hermanos palestinos. Revivo el genocidio con cada bomba
que cae sobre Gaza, con cada niño asesinado. La muerte de inocentes
diseminándose a lo largo del territorio Palestino, en manos del Estado israelí.
He recibido de mis
mayores una enseñanza muy muy antigua en la filosofía de mi pueblo mapuche,
nuestro kuifikimvn. Me hablan del YERPUN, atravesar la noche, para ser persona,
elevando nuestro SER como humanidad. Debemos atravesar obstáculos, dolores,
penas profundas, atravesar la noche más oscura para amanecer un nuevo día,
luminoso y pleno.
Me pregunto: ¿Cuándo atravesaremos la noche? ¿Qué ha pasado
con el pueblo Israelí que también tuvo su noche larga y profunda? ¿Acaso
se quedó en la oscuridad? ¿O han sido secuestrado por quienes gobiernan las
noches inoculando las peores pesadillas? ¿Tal vez los monstruos de la noche han
tomado el control del mundo adormeciendo nuestros sentidos, con somníferos
cargado de mentiras. Tendremos muchos YERPUN, hermana querida. Pero más
temprano que tarde los pueblos telúricos atravesaremos la noche, y las fuerzas
militares coloniales tendrán que rendirse frente a la unidad de los pueblos, a
la solidaridad y la fuerza de justicia y hermandad de una humanidad que en
todos los confines seguirá en las calles convencida de que mientras no haya
justicia para los criminales no habrá paz.
Desde siempre las fuerzas de ocupación actúan poniendo en
marcha un aparato propagandístico que acalle la conciencia de los pueblos, que
justifique ante el mundo sus aberrantes crímenes. La narrativa colonial
comienza con el señalamiento de las víctimas como terroristas, y los Estados
terroristas como justicieros.
La Nación Mapuche conoce muy bien ese perverso cuento, que
les funciona a los opresores porque el racismo, estructurando la doctrina de
las democracias odiantes, no es cuestionada por la inmensa mayoría de la
población mundial.
Una pequeña porción de la humanidad que concentra el poder
es supremacista, racista y ha decidido que la vida de los pueblos racializados
no importa. He sabido que una parte de la población judía está reprimida por la
tiranía de los genocidas que gobiernan el Estado de Israel. Sé
que mujeres y hombres Israelitas han levantado valientemente su voz para
vociferar su rabia y dejar claro que no permitirán que en su nombre se siga
asesinando a un pueblo. Muchas
de estas valientes personas, han sufrido el maltrato, la tortura y encierro,
por las fuerzas represivas del gobierno ultra derechista sionista y fascista
israelí. Esa fracción de hermanas y hermanos Israelitas antisionistas
son perseguidos por sentir y asumir su profunda humanidad, avergonzados de los
asesinos que dicen representarlos. extiendo también mi abrazo a ellas y ellos.
Me recuerdan a las argentinas y argentinos que valientemente salieron a
denunciar al Estado junto al Pueblo Mapuche cuando las balas del comando
unificado argentino se disparaban contra nuestras niñeces, hace tan solo un año
atrás. Por supuesto el repudio a esa cacería de niños y mujeres mapuche, no fue
masiva, apenas un puñado de seres consientes y solidarias. Siempre habrá una
voz que surja sabia y valientemente para decir ¡basta!.
En estos días pienso en Hannah Arendt, judía, sionista en un
principio y contexto tan diferente al de ahora y sin embargo perseguida y
odiada por los suyos, que no le permitieron su revisionismo, sus críticas, e interpelaciones
ante un nacionalismo colonial y racista que se anunciaba tan cruel como sus
persecutores nazis. Ella pudo ver en qué se convertiría esa fuerza política que
se articulaba, para sostener una ocupación por la fuerza, sanguinaria y cruel.
Deseo tanto, querida
hermana palestina, que las mujeres del mundo nos unamos en un llamado a un paro
mundial contra el genocidio, para parar la guerra tal vez funcione parar el
mundo, y quienes lucran con la guerra, los verdaderos beneficiarios de
esta masacre, sepan que estamos decididas a arrancarles nuestro derecho a la
justicia y a la paz.
Creo firmemente en nuestra fuerza, en nuestra capacidad de
urdir consensos, en nuestro discernimiento para ver por encima de todas las
diferencias la importancia de sostener la VIDA. Mi querida hermana palestina,
abrazo con todo mi ser lleno de amor a tu pueblo. Me avergüenzan mis
limitaciones e impotencia frente a lo que están atravesando. Créeme que
desearía estar allí ayudando. Como
mujer mapuche sé lo que es estar carente de todo, y lo maravilloso que resulta
cuando en medio de la desazón una mano amiga se extiende con la ayuda que
precisamos.
Desde la cordillera sur Puelwillimapu, por territorio,
justicia y libertad, marici weu!!
Moira Millan- Weychafe Mapuche
Lo subrayado es
nuestro-
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