Estimada Colega Vanessa Ramos:
Nuestra organización no gubernamental, ADDHEE. ONG oportunamente se solidarizó con la causa justa del Pueblo Griego, la lucha por la soberanía y democracia que los testaferros de la celestina universal, los régimenes de la comunidad europea pretendían imponer.
el digno pueblo griego y sus dirigentes dijeron NO al terror financiero.
A los políticos al servicio del capital foráneo, la lucha de los dirigentes del Pueblo Griego se ha dado en el marco de lo que entendía el Maestro Libertador de la Patria Continente América Latina y El Caribe, José Martí Pérez como "La política - el arte de gobernar a un pueblo soberano- es el arte de conservar y defender en paz, dignidad y grandeza a la Patria, más no, el vil arte de elaborar una fortuna a sus expensas".
Con Cordiales Saludos.
Abog. María Cecilia Chinchón.
Vicepresidenta ADDHEE.ONG
Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
Organización No Gubernamental con estatuto consultivo ante el ECOSOC y
representación permanente ante la ONU de Nueva York y Ginebra
Declaración de la AAJ sobre la situación en Grecia
La Asociación Americana de Juristas, organización no gubernamental con estatuto consultivo en las Naciones Unidas, manifiesta su apoyo al pueblo griego, que lucha contra las políticas de ajuste impuestas por la Unión Europea. Las llamadas soluciones que pretende imponer la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional para supuestamente “rescatar” a Grecia de la bancarrota, solo tienen como objetivo proteger los intereses del capital financiero para continuar elevando sus ganancias a costa del sufrimiento del pueblo griego, imponer intolerables recortes en los presupuestos estatales y exigir las privatizaciones de los servicios sociales, lo que incrementa la desocupación y precarización laboral en Grecia.
La presión ejercida por los organismos de la UE, BCE y FMI son un atentado contra la soberanía griega y una extorsión a los gobiernos democráticamente electos que procuran defender los derechos humanos y el bienestar de su pueblo.
La situación griega nos recuerda lo acontecido en Argentina y otros países con respecto a la deuda. En Grecia se ha llegado a un momento crucial para la preservación de la identidad, la dignidad y la subsistencia misma de su pueblo. Los verdaderos responsables fundamentales de la desastrosa situación por la que atraviesa el país son gobiernos de los países hegemónicos de la Unión Europea, a través de su banca, el FMI y otros organismos financieros intergubernamentales, junto con los gobiernos anteriores griegos que se sometieron a sus dictados. La AAJ espera que en el referéndum convocado para el domingo 5 de julio el pueblo pueda superar la campaña mediática de terror dirigida por los grandes intereses y vote por apoyar a su gobierno en el enfrentamiento con el gran capital financiero internacional que privilegia sus fabulosas ganancias por encima de la vida y bienestar de los seres humanos. Recordemos que el art. 1º, inc. 2, de ambos pactos internacionales de derechos humanos, el de derechos económicos, sociales y culturales (DESC) y de los civiles y políticos (DCP) establece: “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación…..2…. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia.” Los “medios de subsistencia” son definidos por el diccionario como “los medios necesarios para el sustento de la vida humana”.
La Declaración Universal de Derechos Humanos lo resume en su artículo 25: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios...a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”. El Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales amplía y desarrolla estos conceptos. Es de particular importancia el art. 11, que establece el principio de progresividad y la cooperación internacional en la realización de los derechos. En su parágrafo 1 dicta: “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona....a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento”
Por ello, la AAJ:
a) apoya al pueblo griego y a su gobierno encabezado por Alexis Tsipras en la lucha contra el modelo de ajuste y segregación porque ya no es tiempo ni de imperios ni colonias;
b) exige de las autoridades competentes en el ámbito internacional el cese de estas medidas extorsivas y antidemocráticas; c) propone adoptar medidas de política económica general redistributivas de la renta nacional que mejoren las condiciones de vida de toda la población y eliminen la corrupción; d) propone gravar fuertemente al capital financiero especulativo e improductivo; facilitar a los campesinos y trabajadores del campo el acceso a la tierra fértil y crédito promocional para la incorporación tecnológica y la irrigación; y que se establezcan estímulos fiscales y crediticios a la pequeña y mediana empresa.
Dado el día 4 de julio de 2015
Vanessa Ramos Hernán Rivadeneira J.
Presidenta AAJ Continental Secretario General
(VRamos1565@aol.com) (hr21908@gmail.com)
Beinusz Szmukler
Presidente del Consejo Consultivo de la AAJ
(aajargentina@yahoo.com.ar)
Alfredo Serrano Mancilla
Doctor en Economía, Director CELAG, @alfreserramanci
Los “expertos” no contemplaron la variable “pueblo” en
sus modelos econométricos. Todo estaba bajo control hasta que la mayoría
ciudadana griega respaldó una propuesta política diferente a aquella dictada
por la Troika. La democracia tiene este tipo de caprichos: depende de la
voluntad de su pueblo. La economía sin política corre siempre el riesgo de
descuidar esta particularidad creyendo que todo gira en torno a dogmas
incuestionables, sin cabida para referéndum. Y resulta que no. Resulta que a un
país de la periferia europea, Grecia, de unos 11 millones de habitantes, se le
ha ocurrido la trasnochada idea de consultar a su ciudadanía por qué camino
seguir ante una situación verdaderamente insostenible. La decisión es elegir
entre: 1) seguir con lo que se ha venido haciendo por parte de los gobiernos
anteriores (Nueva Democracia y PASOK) que ocasionó la caída del caída del 25 %
del PIB, 26% de desempleo, 52% de desempleo juvenil (el más alto de Europa y
tres veces superior al índice anterior a las medidas de austeridad), 45% de
pensionistas pobres y 40% de los niños bajo el umbral de la pobreza; ó 2) al
menos intentar otra forma de hacer las cosas aunque éstas no sean ni mucho
menos fáciles dado que se arrastra una deuda elevadísima, tanto social como
financiera, y con múltiples ataduras y condicionantes en el seno de la propia
UE.
Contado así, parece natural que los griegos hayan
decidido abogar por la opción “más vale lo desconocido que lo malo conocido”.
Suena racional que la mayoría se haya decantado por nuevas recetas a sabiendas
que las prescripciones del pasado han condenado a un empobrecimiento sin
parangón en la historia del país heleno. Sin embargo, este hecho ha sorprendido
a propios y extraños porque en casi 70 años de historial oficial del FMI, ningún
país del primer mundo había llegado a este escenario, esto es, el impago del
crédito. Es la primera vez que un país-satélite en la zona central decide
desacatar una orden dada. La periferia europea se revela así contra su centro
de gravedad en la misma línea de lo que ha venido aconteciendo desde hace unos
años en muchos otros países de la llamada periferia mundial. La diferencia
estriba en que esta vez quien desobedece está inserto en uno de los epicentros
mundiales, es decir, en la zona euro. A la periferia-absoluta (afuera de los
países centrales) se le suma a periferia-relativa (adentro) en este intento de
emanciparse. La rebelión de las periferias caracteriza indudablemente a este
cambio de época del siglo XXI. Lo que Marx llamaba el viejo topo está
emergiendo crecientemente en estos años en los que el capitalismo mundial deja
demasiadas heridas sin suturar. Ese topo, hoy llamado Grecia, irrumpe desde las
resistencias subterráneas negándose a seguir bajo el mandato de lo que
determina Alemania. Mañana podría ser España; pasado, Portugal. Lo que ayer era
de sentido común, ahora ha dejado de serlo. Lo que antes era objeto de
obediencia con cabeza cabizbaja, hoy se cuestiona con dignidad.
En esta travesía Grecia no está sola. Lo excepcional
de este caso es que Grecia lo hace desde las propias entrañas de la Unión
Europea y no por afuera. Pero son muchos los países que en este siglo se han
unido sucesivamente a ese otro espacio económico-político no controlado desde
el norte. Ese nueva zona geoeconómica sigue sumando socios que progresivamente
van tejiendo nuevas alianzas por afuera del hegemón y de sus anillos
centrípetos. Esa suerte de gran periferia conforma en la actualidad nuevos
polos constituyentes de otros pivotes geopolíticos no tradicionales. Los BRICS
son el mejor ejemplo, pero también lo es Unasur o la CELAC en América latina;
el G77 más China, las nuevas alianzas en Africa. Seguramente la Europa
mediterránea no se quedará atrás. Grecia ha abierto las puertas, no para salir
de Europa sino para que Europa sea realmente Europa y no un eufemismo que sirve
como disfraz para que el gran capital transeuropeo se esconda detrás de él.
Este cambio de época iniciado en Europa, de la mano de Grecia, abre una
oportunidad histórica para que el Sur deje su rol periférico.
Europa está en disputa. Y los del norte lo saben. Lo
que está en juego no es exactamente la cuota-Grecia en el pastel europeo porque
apenas representa el 2% del PIB, ni tampoco el valor de la deuda griega. Lo
verdaderamente sustantivo es saber si la UE tiene todavía capacidad para
revivir su modelo fallido hacia delante y el FMI puede salir indemne de esta
mancha en su currículum; o si por el contrario, ambos saldrán renqueante
irreversiblemente de este envite perdiendo legitimidad en el tablero mundial.
Grecia tiene en su mano, al igual que España podrá tenerlo en unos meses, la
posibilidad histórica de escribir su propia Historia, reinsertándose
soberanamente tanto en Europa como en el mundo, siendo parte de un nuevo Sur no
periférico. Todo depende si el No puede ganar al Si.
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