“La
Historia de América Latina es la historia del despojo de los recursos
naturales. Las relaciones con los Estados Unidos son de dominio y obediencia.
Estados Unidos es el narcotraficante universal”…
“La
palabra política se ha manoseado tanto que significa todo y no significa nada.
Entonces, desconfío mucho de la etiqueta política”.
“Yo
admiré al presidente de Chile Salvador Allende Gossens, fue mi amigo. Su
recuerdo y sus palabras están siempre presentes en mí. <<Vale la pena,
morir por las cosas que vale la pena vivir>>”.
En las horas tristes que viven los
pueblos de la Patria Continente Latinoamérica y el Caribe, por la muerte física
del maestro Eduardo Galeano –maestro es el formador del Ser Humano y de su
conciencia social especialmente-, parafraseando al poeta español Antonio
Machado afirmamos que éste, escribió para y por los pueblos latinoamericanos,
porque así reivindicaba la esperanza, en un mundo de odios, de guerras,
resignación/fatalismo, corrupción, degeneración, impunidad, etc, en el cuál, en
vez de buscar la comunicación con el Ser Humano, se busca su destrucción.
Tratando de justificar lo injustificable, o explicar las malditas guerras que
padecemos y la violencia que azota al mundo, los testaferros y epígonos del
capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital, a través de los
medio mediáticos capitalistas globalizados, invocan las sinrazones de un
“terrorismo fundamentalista” sin denunciar su terrorismo de Estado que planea y
lleva a cabo sus infaustas guerras que han colocado a la especia humana al
borde de su propia extinción.
Ante la complejidad de los problemas
políticos a vencer –la corrupción, la degeneración, la impunidad, etc-, los
tartufos politicastros se echan unos a otros la culpa. Ya no están a la altura
de sus obligaciones. Esencial sería que la ciudadanía se diera un nuevo tipo de
político de “vía ancha”, de estatura moral intachable. Sociedad y persona se
condicionan recíprocamente. Por el respeto a la Justicia Plena medimos la
civilización de la primera, por la austeridad y probidad valoramos la moralidad
de la segunda. La justicia social garantiza a la persona todos sus derechos
–Educación pública, laica, de calidad y gratuita, atención médica gratuita,
trabajo digno, etc.-. La fórmula de la dignidad individual es cumplir todos los
deberes. Quién habla de nuestros deberes y relega nuestros derechos traiciona a
la Justicia Plena.
Para el maestro Galeano, vivimos la
dictadura del miedo y la mentira. Nuestras relaciones con los Estados Unidos
son de dominio y obediencia. Su proclamada indignación contra la altanería de
la plutocracia yankee y de sus testaferros latinoamericanos –la mefistofélica
oligarquía empresarial, el poder castrense y los tartufos politicastros-, encierra
unas medidas de moral y honradez intelectual con la cual desenmascaró los ya
pasados o actuales intentos de esclavización para los pueblos latinoamericanos
y los venideros, por muy solapados que se nos presenten.
Pese a la firmeza de sus pensamientos,
el maestro Galeano concede al lector y en especial a la juventud tanto margen
para sus propias ideas, que por fuerza tienen que parecer sospechosa a los
tartufos politicastros de “vía estrecha” y a sus amos los fariseos
merchanchifles capitalistas. Denunció permanentemente un mundo que se deja
traicionar a diario que equivale a vivir divorciado de la realidad. Pasó una
vida luchando, sin lamentaciones ni estúpidas resignaciones. Como no quería
permitirse el lujo de darse por vencido, se obligaba una y otra vez a demostrar y a hacer indiscutiblemente
evidente, a despecho del infausto y patético presente, el reino del alma y del
espíritu. Frente a las fuerzas inmorales corruptas y degeneradas del pasado y
del presente levantamos la bandera por la construcción de una nueva sociedad a
escala humana sin las odiosas marginaciones. Sólo puede alcanzarse por un
pueblo y una clase trabajadora unida y la juventud. Siempre que seamos capaces
de resistir a las pequeñas tentaciones del presente: el dinero, el consumo, las
drogas, y todo tipo de depravaciones que nos ofrecen los fariseos capitalistas.
Un gran desafío que empezará para el pueblo chileno por darnos una Nueva
Constitución sancionada soberanamente por El Pueblo, que nos permitirá
desenvolver la justicia social y acabar con todas las lacras y latrocinios del
modelo antisocial, inhumano e irracional impuesto por la dictadura de marras
por orden de la hegemonía capitalista, tiranía más despótica y desalmada de la
celestina universal.
Que la esperanza del maestro Galeano
no sirva solo de consuelo, a los hijos de la Patria Continente Latinoamérica y
El Caribe, sino que sea descubierta a su propia manera por cada persona, cada
joven, cada trabajador, es el sentido de los escritos de un Ser Humano que no
pretendió ser “líder de nada, sino únicamente un impulsor de sus pensamientos y
su vida.
Con esperanza y memoria.
Prof.
Moreno Peralta IWA
Secretario
Ejecutivo ADDHEE.ONG
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