La Justicia chilena, su realismo jurídico y el empate político: todos somos
culpables, por tanto, nadie es culpable
La primera conclusión, “todos somos culpables” por el
terrorismo de Estado desde el 11/09/1973, montaje del borrón y cuenta nueva del
oráculo mercurial del sumo sacerdote Agustín Dunny Edwards, Paz Ciudadana,
nadie es culpable, ¿Y los desaparecidos, los asesinados, los torturados, los
exiliados, etc, no cuentan?
La jerarquía de la Iglesia Católica pide “verdad, justicia
y reconciliación”. La reconciliación sin verdad, justicia y reparación digna no
es posible. Basta ya de tanta hipocresía y mentiras. Para que las nuevas
generaciones puedan construir el futuro sin miedos, con memoria y sin
impunidad, reitero, que es condición sine qua non: verdad, justicia y
reparación digna. Pero veamos la tuerta justicia Chilena: se acaba de sobreseer
y archivar la causa por el magnicidio del Presidente Allende Gossens, ¿Por qué?
Porque el día que la justicia Chilena aclare el asesinato del Presidente
Allende Gossens castigando a los culpables de este alevoso crimen de lesa
humanidad y de todos los cometidos por el terrorismo de Estado y del quiebre de
la Institucionalidad democrática, se habrá recuperado el verdadero Chile de la
mayoría de los Chilenos. Digo de la mayoría, porque el 1% prefiere ser una
factoría del imperialismo yanqui globalizado. Humana y racionalmente esta tarea
pendiente no se puede iniciar en el marco de la Constitución de la dictadura de
marras parchada, del Sistema Binominal de Elecciones, de los Decretos Leyes de
amarre secretos, de un pueblo carente de soberanía y la Universidad Chilena sin
su Ley fundamental: la autonomía Académica, territorial y administrativa…
El cúmulo de errores cometido por la oligarquía
empresarial/sofofa, el poder castrense, la clase politicastra y el poder
judicial en el manejo de la cosa pública durante esta patéticas 4 décadas ha
depauperado tanto a la Patria- especialmente en lo relacionado con los valores
del espíritu, la destrucción de la Educación y la Cultura , el reniego de su
dignidad y de su identidad, etc-, que dolorida gime bajo el peso insoportable
de su desdicha. ¿Quién devolverá al pueblo Chileno- de Lautaro, del General
Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme, del Coronel/Jurista Manuel Rodríguez
Erdoiza, de la Maestra Gabriela Mistral, del poeta Vicente Huidobro Fernández,
del poeta Pablo Neruda y del inolvidable, siempre presente compañero Presidente
Dr. Salvador Allende Gossens-, su dignidad su soberanía, su educación, su
cultura y su creencia y respeto por los valores del espíritu?
Quien haya perdido el decoro puede prestar oídos a los
mercachifles de la sofofa y sus testaferros de la clase politicastra, que
obcecadamente y desesperadamente tratan de imponer el infausto proyecto de País
heredado de la dictadura terrorista de marras. Los medios mediáticos
mercuriales de (IN) comunicación globalizados machacan día y noche, “todos
somos culpables (nadie lo es). En nuestra vida política no hay enemigos, sino
adversarios”. Así se lava la imagen a los responsables militares y civiles del
infausto y nefasto Golpe de Estado el 11 de Septiembre de 1973. “Hay que
olvidar, borrón y cuenta nueva”. El carnaval de los sibaritas de la oligarquía
empresarial sofofa del poder castrense, de la clase politicastra está garantizado.
Es lo que hay, a comulgar con rueda de carreta. La declaración de la Corte
Suprema de Justicia, su mea culpa por el Golpe de Estado del 11/09/1973, en el
marco del montaje de Paz Ciudadana, antes señalado constituye una aplicación
irrestricta del realismo jurídico con que ella funciona, tendencia que se ha
profundizado en estos últimos 40 años, cuya explicación lógica se encuentra en
el pragmatismo contemporizador del Poder Judicial en general y de la Corte
Suprema en particular. Este realismo jurídico se niega a concebir el Derecho
como una ciencia al servicio del Ser Humano y del cambio social, sino al
servicio de los sibaritas sofofos, asumiéndolo como un sistema lógico
considerado solo como un conjunto de decisiones judiciales, copiado del sistema
judicial de los Estados Unidos. Esta especie de nihilismo niega al Derecho su
calidad de objeto existente en general y con ello los principios o regla de
derecho, los deberes y obligaciones jurídicos, etc, y en definitiva como
ciencia jurídica. Para los realistas juristas Estadounidenses y Chilenos solo
es científico lo que tiene fundamento en la experiencia. En conclusión, el
Derecho en los Estados Unidos y en Chile es un instrumento ineficaz,
sobrepasado y obsoleto.
Como colofón, en el marco del realismo jurídico que
caracteriza a la Justicia Chilena en la medida de lo posible, el mea culpa de
la Corte Suprema de Justicia nos permite apreciar que el Derecho ha significado
hasta nuestros días una rémora, un obstáculo al cambio social, por lo que a
nadie debería sorprender su declaración compartiendo el montaje de Paz
Ciudadana de Agustín Dunny Edwards: “todos somos culpables (nadie lo es)”,
ordenado por los ocupantes del País, la oligarquía empresarial sofofa, el poder
castrense con el incondicional apoyo de sus testaferros la clase politicastra.
Cierra su declaración la Corte Suprema de Justicia
criticando el comportamiento de sus pares durante el golpe militar fascista y
los 17 años de dictadura terrorista, “por contradecir un Estado de Derecho
propio de una República Democrática”. Es sabido, - espero no lo ignoren los
Magistrados-, que para que exista el Estado de Derecho es condición sine qua
non, una Constitución sancionada soberanamente por el pueblo. ¿Acaso los
miembros de la actual Corte Suprema no se han informado que la Constitución que
les rige, es la de la dictadura de marras parchada por sus herederos y
administradores de la clase politicastra: Espuria, fraudulenta, una aberración
en materia jurídica, ilegitima y antidemocrática en sus conceptos para
destacados juristas y jurisconsultos, expertos en derecho Constitucional. En el
marco de este engendro antidemocrático, un desaguisado jurídico, una pantalla
onerosa y retardatriz que sacrifica la justicia al procedimiento, la Corte
Suprema de Justicia compromete “sus mejores esfuerzos en el esclarecimiento de
esta clase de delitos- de lesa humanidad, e insta a todos los Jueces de la
República y funcionarios del Poder Judicial a persistir en tal tarea, como
también al reconocimiento y promoción de los Derechos Humanos, tal cual lo
prescribe la Constitución de la República ”. Lógica y racionalmente ningún Ser
Humano consciente puede sorprenderse que estos Magistrados sigan defendiendo a
ultranza el principio de la continuidad del ordenamiento jurídico impuesto por
la dictadura de marras. Esto garantiza el único supuesto de supervivencia de la
Legislación fascista heredada de la dictadura de marras que se rige por un
cuerpo de leyes represivas de origen totalitario y que de acorde con ello, la
jurisprudencia de este País continúe funcionando en el contexto del
conservadurismo judicial, tendencia a reducir lo nuevo a lo antiguo.
Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia actual,
les corresponde una cuota de responsabilidad en tan deplorable estado de cosas
ocurridas desde el Golpe de Estado hasta nuestros días, por seguir imponiendo a
raja tabla el Derecho como algo estático, reducido a un ordenamiento normativo
rezagado al servicio de los ricos.
Nuestras reflexiones precisan, como colofón, que ante la crisis
económica/social y moral de la Sociedad Chilena profundamente traumatizada por
el consumo desenfrenado, las drogas, las depravaciones, la indigencia
educacional y cultural, la Corte Suprema de Justicia en su declaración
palmariamente señala que seguirá cumpliendo su rol destinado a asegurar la
coherencia de la ideología capitalista salvaje dominante en pugna con las
grandes declaraciones programáticas en defensa de la dignidad, los derechos del
Ser Humano y del Estado de Derecho. Un ejemplo, la causa por el Magnicidio del
Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, el Ministro Carroza Espinoza
en visita extraordinaria la sobresee y la archiva. La Corte de Apelaciones de
Santiago, rechaza las apelaciones. Ahora le corresponde a la Corte Suprema de
Justicia ver la casación. ¿A quién le queda duda que ésta será rechazada? Así
procederá en consecuencia igual que ayer en el esclarecimiento de un delito de
lesa Humanidad, el asesinato del Presidente Allende Gossens.
Concluimos, que la declaración de la Corte Suprema de Justicia
precisa que la Constitución parchada de la dictadura de marras que le priva al
pueblo chileno de su soberanía, que garantiza el empate político entre los
herederos de la herencia Orwelliana de la dictadura de marras los sofofos y el
poder castrense y sus administradores la clase politicastra seguirá vigente.
Esta patética realidad impone el borrón y cuenta nueva.
Con esperanza y memoria, “luz, más luz”
Prof. Hugo Moreno Peralta/Iwa
Secretario Ejecutivo
Addhee.ONG
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