LOS DESAFIOS DEL HUMANISMO.
De cómo controlar la conducta humana.
Jurisconsulto, escritor y analista internacional/Addhee. Ong:
Estamos viviendo los momentos más
cruciales del humanismo. Su figura y trascendencia viene en descenso y a ello
han contribuido las ideologías, las creencias y el conformar político y sus
poderes. No olvidemos que el hombre es plenamente humano y plenamente divino y
en ambas direcciones debemos rescatarlo. La violación de los derechos humanos
lo acorralan en la órbita del hacerlo perder su grandeza y reemplazo por unos
dioses efímeros que no tienen la universalidad propia al carecer de principios
y de identidad.
Con razón saberes culmen nos
dicen de la decadencia que está sacudiendo a la humanidad y una apasionada
defensa de los valores humanos y democráticos aviva la trascendencia humanista
bajo la propia revolución del pueblo, que busca desconocer las atávicas
ideologías y las vetustas partidistas que de por si se encuentran en el
desarraigo, al igual que sus líderes anquilosados que desde siempre han estado
en deuda con la sociedad. El humanismo se lleva y se llena de una conciencia
clara para lograr sus propósitos. Emerson avala este sentir diciéndonos que...
Permitidme elevarme sobre mi destino y que mi trabajo descienda sobre todo el
mundo......
El humanismo hace social al
hombre, lo vuelve político público para atender los objetivos sociales
depositando en los gobernantes la representación del pueblo, Sopena también de
despojarle la representación por incumplimiento. Salvar el humanismo es
humanizarnos mediante procesos proclives coherentes y permanentes. Replantear
las formas de vida injusta que llevamos, es superar paradigmas, empezando por
lo que determina nuestra existencia. El humanismo actúa como una forma de
gobierno por encima de ideologías y partidos, no divide, acoge a la
universalidad humana, rompe esquemas, genera unidad de pueblo, desechando todo
poder inútil, toda corrupción y terrorismo que camufle miedo y terror contra el
hombre y la naturaleza.
Todo país que impida el
desarrollo de una nación por cualquier medio de bloqueo, viola el elemental
sentido de existencia.... El humanismo. Quienes actúen con pasiones de censura
están sometidos a los juicios más severos y deben recibir el mayor rechazo
social y político y la más dura condena. El humanismo trasciende las fronteras
ideológicas, comprendiendo al hombre no en abstracto, ni en ficción y bajo
estas premisas, el humanismo libera, emancipa. Ello es posible según la praxis
sobre la que el hombre se represente para ser y para los demás, sin exclusión,
ya que es la dignidad de las personas con todos sus saberes y sus formas de
pensar crítica y libre lo que está en juego.
El humanismo, arcano que
emancipa, que rompe las cadenas de todo determinismo social, de lo que
burocratiza sometiendo al hombre. Son muchas las pasiones que incomodan al
humanismo, como decir que el hombre hace su propia historia llena de emociones
y todo ello evoluciona engrandeciendo al ser en su sentido de vida, en el
trabajo que lo relaciona con el otro y la naturaleza con el ejercicio productivo
de bienes para el bienestar social. El humanismo tiene la misión social de
hacer cambios en la sociedad. Al margen el sociólogo Edgar Morín dice que…El
conocimiento de la historia debe servirnos para conocer el carácter del destino
humano y para abrirnos a la incertidumbre de nuestro mundo y esperar lo
inesperado….
Los que estamos en el cosmos y
per se inmersos en el entorno humanista, giramos con torpeza, con ceguera,
explorando como asfixiamos la verdad y toda relación interpersonal como lo hace
el gobernante, el político, el ciudadano del común. No podemos actuar con
engaños ni ironías. El humanismo escuela de la verdad y la justicia nos enseña
a relacionarnos contra todas las estructuras que crea desigualdades, maquinando
lo humano. El humanismo no se lleva ni se piensa, no se hace en abstracto, lo
tomamos en concreto para todos en la conciencia que abroga revolución.
Alguien decía que el humanismo lo
debemos tomar en concreto como realidad social y política en todas las esferas
donde el hombre hace historia... Recorre el mundo un anti humanismo que
corrompe los poderes, las conductas humanas, los partidos políticos y los
movimientos sociales que afectan el curso justo del contrato social, siendo ese
anti humanismo una fuerza populista, neoliberal, globalizadora que devasta las
raíces sociales y los nobles sentimientos del pueblo.
El humanismo atributo del
espíritu que, sin ser material, lo materializamos para dar consistencia y
solidez a nuestros actos en el espacio y el tiempo del devenir, nunca pierde
los espacios en la sociedad y en los diferentes regímenes aun en medio de las
crisis, los caos y las tormentas políticas. Que como acción genera
transformaciones que subsumen los vacíos de toda conducta reconociendo al
semejante por su esencia saliendo a su encuentro con solidaridad y el
conocimiento pleno de los saberes que se suscriben a la problemática global sin
ejercer poder ni dominio.
La humanística universal dentro
del plano bio es creación de ser en la libertad de una mitológica plana de
sucesos de alternancia para pensar. Algunos filósofos nos dicen que actuar en
política para el humanismo se hará sin necesidad de incursionar en ideologías,
sino que se hace política cuando se piensa en controlar la vida, los actos sin
autoritarismos o posturas de orden fascista. La acción se lleva bajo principios
éticos, en un hacer libre de la persona en medio de brechas que van y vienen
para construir armonía.
En búsqueda de la esperanza
perdida o talvez dispersa por las crisis de la no violencia, se levanta la voz
ávida de la revolución transformadora. Gandhi nos enseñó con sus luchas no
violentas que la humanidad necesita más democracia, más dialogo, menos odios,
que el mundo debe estar abierto para todas las posturas ideológicas....
La dimensión cósmica del humanismo
trascienda en el tiempo y el espacio desde siempre y por ello no podemos
desconocedor su existencia en los evangelios bajo los principios de servir y
amar al prójimo, principios que encierran justicia, buen gobierno y bien común
bajo el amparo de lo plenamente divino y lo plenamente humano. Pero
trascendiendo el tiempo figuras como Marx también dejo claridad, valor y
sentido consignando que ...Nada humano me es ajeno…
El amor une mientas el humanismo
concientiza. La ética humanista se perfila para avisarnos que la sociedad está
enferma social, política, espiritual y mentalmente conviviendo con regímenes
capitalistas, autoritarios, dictaduras, en medio democracias fragmentadas. Ante
este escenario de horror por los poderes dominantes, sociedades se levantan en
lucha sistémica contra esos dioses del mal. Este accionar nos llevara al
encuentro de nuevas posturas humanas para un fin radical de las gobernanzas
nefastas, violatorias de la existencia humana.
. Es tal las crisis humanistas,
que vivimos en un exilio esperando con resistencia la extradición para retornar
a una libertad sin rejas La emancipación hunde sus raíces en la transformación
hacia la unidad del pueblo, único dueño del poder, poder de memoria histórica.
José Saramago nos dejó una lección…. que debemos abrirnos a nuestra
responsabilidad de actuar y pensar…. Nietzsche responde con agudeza
señalando... El hombre es algo que debe ser superado...
No podemos llegar a un ciborg
para mejorar al ser humanista. Mas bien el devenir es llegar a un ser que va a
cerrar brechas sin sentido. El mundo de hoy está olvidando al otro, por lo que
se exige una superación de la existencia, de la comprensión, del entendimiento
y de la razón de ser para ser. A esta superación se deben unir todas las
gobernanzas para que su gestión pública rechace el mal social y político que
nos está llevando a una guerra sin cuartel, donde la paz se hace trizas por
quienes con sus antagonismos expresan negación de la naturaleza humana.
El que se rebela reclama razones
de existir liberado de las asfixias propias de los dominios humanos que
amenazan toda supervivencia, que impiden el bien común, que atropellan con sus
actos a los demás, que desintegran identidad y dignidad, que se pronuncian con
odio, retórica y orgullo altanero desconociendo las reglas propias de la ley
humana y de la naturaleza. Las tiranías entre más perfeccionan sus
personalidades de gobierno y su campo del actuar en sociedad, más acercan a la
comunidad, la unidad revolucionaria, dentro de una postura democrática con
rebeldía de causa.
El humanismo personifica la
verdad y la justicia dentro de todo devenir histórico cuya causa y esencia sea
el hombre justo, viviendo en el espíritu de la evolución, de la política
honesta, que hace vibrar el silencio de la paz y la acción de la palabra en las
conciencias históricas que dan altura a la dignidad social de los vulnerables
donde crece la potencia de la resistencia que transforma los ideales de la
esperanza para proyectar calidad de vida personal y colectiva.
El humanismo es un aviso
permanente en evolución que nos dice que todo debe cambiar. Nada del antiguo
régimen, solo la esperanza de lo que queremos para el bien. Fantasmagóricas
presencias agreden al hombre quien hace tránsito por la historia y en esa
medida crea horizontes de libertad. La dictadura de la paz teje el poder del
pueblo polisémico y con los humanismos se convierten en el eje central, diáfano
porvenir que sacude las arbitrariedades de los poderes infecundos en descenso.
Voces democráticas nos dicen como María Zambrano gran humanista, que la
ignorancia es la falta de algo, de un conocimiento y de ser. Para María
Zambrano la vida es hurgar en la naturaleza humana. Zambrano también señala que
en la universalidad humanista ...La acción de la persona es acción y de allí
cumple su fin...
Los vulnerables sometidos a la
explotación y la naturaleza sometida al crimen climático y otros invisibles que
sufren el imperio de un racismo con violencia y de ataques a sus etnias, viven
migrando con persecuciones violentas estructurales. Por ello debemos
conectarnos todos los pueblos para construir un nuevo mundo que sea posible,
aun en la utopía de la realidad. Y este construir solo es viable bajo los
saberes humanistas de la sociedad, sociedad que dialoga consigo mismo y en esa meditación
tiene como respuesta que no se puede creer en los gobernantes y los políticos
pues tiene el resultado de más de 200 años de republica donde acuerdos,
programas electorales, gestiones de gobierno, y tantas otras retoricas
estatales, han sido la mayor frustración, el mayor engaño al contrato social.
El proceder de la sociedad no es
otro que el rechazo rotundo a la carta de representación que le ha entregado a
quienes han buscado su decisión, pues esos bufones de la política haciendo eco
del populismo siempre han matado las ilusiones de un pueblo. Ese populismo no
es la representación de la democracia. El populismo es un despliegue de
oportunistas difícil de definir por sus posturas engañosas para lograr el
poder. El pueblo es el espíritu de una comunidad que tiene la fuerza que puede
transformar de raíz la democracia, que tiene la fuerza para destronar cualquier
régimen que le afecte, con la racionalidad propia para decidir en conciencia y
destruir la irracional posturas de políticos y gobernantes. Bobbio nos recuerda que para un nuevo tipo de
gobierno representativo el ideal es estar en transformación como estado
natural. Y este nuevo tipo, está en el poder del pueblo.
La lucha humanista es para
defender La dignidad y el bien común. Transformando entre otros la economía
desigual Por una economía social. La vida debe ser humana buscando una justicia
real, una paz duradera y una libertad que enfrente todo esclavismo. Esta lucha
la hará el pueblo para que la historia sea para la vida no para la muerte, para
que la vida humana sea rebelde con causa y esfuerzo a fin de renacer la
esperanza por la vida.
MARIANO SIERRA S.
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