El
vergonzoso show del viejo concertacionismo/Nueva mayoría: ¿Políticos o monos
porfiados?
por
Lautaro Guerrero: El soberano.
El pueblo
les viene diciendo desde el estallido/ la protesta social del 18 de Octubre
hasta ahora, pasando por plebiscito y elecciones, que ya no los quiere ver ni
en pintura por sinvergüenzas y traidores. La derecha y la Concertación se
llenaron de cadáveres políticos a partir del fin de semana. Sin embargo, la
mayoría de ellos se resisten a sus bien merecidos sarcófagos.
Si hasta
antes del fin de semana pasado resultaba triste apreciar a docenas de cadáveres
políticos haciendo de analistas para la tele, o entregando sus profundos y
sesudos conceptos a los diarios de la cadena El Mercurio, que lo sigan haciendo
ahora, después que el pueblo volvió a decirles que están de lo más bien
en sus cómodos sarcófagos, resulta tan patético como indignante.
¿Qué tiene
que pasar en este país para que esta legión de muertos caminando deje de hacer
el ridículo, jurando que aún tienen alguna relevancia cuando a estas alturas
pesan menos que paquete de cabritas? Porque bastó que se fuera al
hoyo la proyectada primaria PC-Frente Amplio y otras fuerzas menores con el
Partido Socialista para que resucitara el guatón seboso de José Miguel
Insulza, manifestándose indignado por el hecho de que tanto Daniel Jadue como
Gabriel Boric le hubieran parado de frentón los carros a ese invento llamado
Paula Narváez, que haciendo funcionar la cocina chica, quería asegurarles
buenas peguitas futuras a sinvergüenzas del PPD que durante estos treinta años
se lo han pasado traicionando al pueblo con un entusiasmo digno de mejor causa.
No hay que
ser ni muy perspicaz ni demasiado astuto para colegir que en esa parada estaban
los Heraldo Muñoz, los Guido Girardi y otros bacalaos de parecida calaña. Tipos
que no conciben el país sin ellos, en circunstancias que el país hace ratito ya
les dio el tremendo chute, por frescos, acomodados/ corruptos, y no los
quiere ver ni en pintura.
¿Qué dijo
el “Pánzer”, reducido a estas alturas a destartalado buque manicero? Que “ellos
no podían ser monigotes de nadie”. ¡Cáchense la ondita de este pelao
car´e raja…! Él, que cuando fue canciller de Eduardo Frei se volvió loco
por rescatar al tirano preso en Londres, con la barreta de que había que
juzgarlo en Chile, transformarse en todo un monigote al servicio del gorila
parece que no le molestó para nada y menos lo hizo ponerse colorado.
Además,
¿qué otra cosa sino monigote de Estados Unidos fuiste cuando, tras dejar tus
bien remunerados cargos en los gobiernos concertacionistas, te
transformaste en secretario general de la Organización de Estados Americanos
(OEA)? ¿Creís voh, guatón seboso, que los del perraje no sabemos que ese
organismo ha estado siempre a la orden y al servicio de los yanquis, siendo
siempre su secretario general el alcahuete mayor de todos los alcahuetes
latinoamericanos?
Pero si el
guatón Insulza insiste en su prepotencia sin respaldo, si la Narváez se agrandó
más que jugador chileno tras una victoria tan esporádica como afortunada, Alvarito
Elizalde, senador y presidente de los “sociolistos”, sencillamente se sacó los
zapatos. Con una car´a de raja muy similar a la de su correligionario Insulza,
dijo tras el fallido acuerdo de primarias con Jadue y Boric que “al Partido de
Allende no se le humilla”.
¿Pero qué
te creís, tontorrón desubicado? Te aseguro que si el “Chicho” reviviera no
necesitaría ni lustrarse los zapatos. Le quedarían brillositos de tanta patada
en el poto que les daría a esos socialistas de hoy que, en su gran mayoría en
lo que respecta a sus cúpulas, son una vergüenza. ¿Te parece que tú,
mequetrefe, podrías ponerte a la altura de Erick Schnake, los Palestro o la
“Negra” Lazo, sólo por nombrarte unos pocos socialistas de ayer, que tuvieron
una decencia que hoy en tu partido escasea como el uranio?
¿Se te
olvidó que ustedes, junto con los demócrata cristianos y los pepedé, se han
arreglado los bigotes que es un gusto los últimos treinta años, traicionando
una y otra vez al pueblo? ¿No fueron ustedes los que, metiéndose todos
sus supuestos principios por buena parte, invirtieron más de 7 mil millones que
recibieron como indemnización del Fisco en Soquimich y Pampa Calichera,
empresas explotadoras de litio que el yerno del patán hizo suyas sin que
ustedes movieran un dedo para impedir ese robo en despoblado al Estado
chileno? No sólo eso: hicieron tan buenas migas con el delincuente/
saqueador de Julio Ponce Lerou que hasta les financió sus campañas políticas a
personeros socialistas intachables, como Carlos Ominami, que sólo se
salvó del riesgo de caer en cana porque cuando se descubrió su travesura,
esta ya había prescrito. ¿Fue mentira que en más de una ocasión hasta les pagó
la cuenta de los servicios de la sede?
Para qué
decir de los cadáveres políticos demócrata cristianos que por estos días
pululan en el congreso y en la sede partidaria. Pero, ¿saben cabros? A los
macucos que vienen dirigiendo por décadas el partido no les tengo el más mínimo
respeto. Menos consideración. Distinto me pasa con las bases DC, llena de
gente amermelá, pero honesta. Y con uno que otro personero, como Ricardo
Hormazábal, por ejemplo, o como antes un Jorge Lavandero, que antepusieron
siempre sus principios al “¿cómo voy yo ahí, compadrito?”.
Es para la
risa que, dada esta realidad, y las claras señales que hace tiempo viene
entregando el pueblo (sí, el pueblo, no esa siutiquería de “la gente”),
que la DC levantara como pre candidata presidencial a Ximena
Rincón. ¿Esperaban algún éxito, zopencos? ¿Creían que los ciudadanos de
este país se volcarían a las calles para saludar y vitorear tan importante
nombramiento?
Los
chilenos somos en general desmemoriados, pero nunca tanto como para tragarnos
el sapo de que la Ximenita Rincón, en el hipotético caso de que llegara a La
Moneda, iba a mover un dedo en pro de ese anhelo a estas alturas avasallador
del pueblo: que se acabe de una buena vez el fracasado sistema de AFP,
invento del creador del cohete que nos está llevando al desarrollo y hermano
del que te dije. Y es que la buena de la Ximenita, como la inmensa mayoría
de estos concertacionistas/ Nueva Mayoria vivarachos, una vez que quedó sin
pega en el aparato público pasó sin transición alguna a formar parte del
directorio de Provida, entre 2006 y 2010. Y demás está decir que, durante esos
años, de su boquita jamás se escuchó ni la más mínima crítica a este sistema
tan nefasto como perverso.
Por
eso, muchachines concertacionistas, el pueblo volvió a darles una buena
pateadura en las urnas a la derecha y a ustedes el fin de semana pasado. Me
refiero específicamente a la Constituyente, claramente la elección más
importante de todas, seguida por la de los alcaldes.
Pero es
que, definitivamente, ustedes no entienden. Son como el cabro porro del
curso, al que le da con que 2+2 son 5. Siguen sin entender nada de nada, y
en su manejo político es tal la torpeza que exhiben, que hasta Piñera se veía
elegante y dueño de sí mismo doblando votos y pasándole su mentirosa lengua a
las estampillas, mientras los vocales de mesa y la gallada hacían esfuerzos supremos
por aguantar la risa.
¡Qué se
vayan todos!
¿Cómo se
les ocurre llevar de candidatos a la Constituyente a Cortázar, a Correa Sutil y
a varios muertos más de la política chilena? ¿Se les olvidó ya que en
el Plebiscito de octubre del año pasado el pueblo se las cantó clarita, en el
sentido de que para redactar la nueva Constitución no quería ver a ninguno de
estos políticos sinvergüenzas e ineptos que se lo han pasado la vida agarrando
bueno y viéndonos las canillas?
Que
perdida tienen la brújula muchachos… Si hasta Mariana Aylwin se
tiró el salto como constituyente. ¿De dónde sacó que podía ganar? Igual
es bueno que haya tenido menos brillo que zapato de gamuza. Estaba pintada para
pactar con esa derecha oligarca que, acorralada, sigue siendo fuerte en las
tres comunas del “rechazo” pero que, ni aun así, alcanzó el anhelado tercio que
les habría permitido trabar cualquier cambio profundo en un país que hace
rato está exigiendo transformaciones sustantivas.
La
experiencia enseña, sin embargo, que no hay que confiarse. Tampoco sacar cuentas
alegres por anticipado. Después de todo, a la derecha siempre le van a
sobrar ganas y plata para truncar los anhelos y sueños de las mayorías.
Hay que
ponerles ojo a los constituyentes. Por supuesto, a quienes llegaron
allí bajo el alero de la ex Concertación, sean de partido o independientes
afines. Por mucho que la mayoría de ellos sean desconocidos para la gran
masa y por lo mismo novatos en el juego político, se sabe que lo primero que se
aprende son las mañas, y ellos han tenido durante tres décadas maestros de
excelencia en arreglines y pillerías. Lo mismo vale para los independientes,
que como palmaria comprobación del momento político que está viviendo Chile, se
constituyeron en el bloque mayoritario.
Los cabros
de la “Lista del Pueblo” me merecen toda la confianza del mundo. Con
cantidades de dinero miserables para hacer campaña, desconocidos absolutos la
mayoría de ellos, se dieron el gusto de darles zapatería a bacalaos
mucho más duchos, mucho más platudos, pero también más sinvergüenzas. Y es
que, en los pocos segundos de que dispusieron en la franja, demostraron tenerla
clarita, planteando la Constituyente como un verdadero plebiscito en contra de
Piñera y no dejando lugar a dudas de que los cambios profundos que el país
requiere no los asustan para nada.
Todo lo
contrario: les arden las manos por entrar a picar con el mismo fervor que
pusieron cuando se hicieron personajes de la calle en las multitudinarias
protestas.
El resto
de los independientes elegidos claramente son más de los nuestros que de los
otros, pero no vaya a ser cosa que a algunos se les vayan los humos a la cabeza
y ya no encuentren tan mala cosa el entrar en cambullones con aquellos que,
minoría y todo, van a defender los harapos que quedan de la
Constitución de su Tatita ladrón y patán a como dé lugar.
Si durante
toda la vida los poderosos y la derecha que los representa han comprado
conciencias, ¿por qué motivo habrían de cambiar ahora, que de verdad
están en juego sus muchos privilegios?
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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