Organizan: Prof. Dr. Pedro Vuskovic Bravo, Prof. Dr. Luis Inostroza Fernández. Facultad de Economía de la universidad Nacional de México, UNAM.
Ponente:
Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta/Director Fundación Cesal e.V Berlín/DDR, 11 de
Septiembre de 1977.
Agradecimientos:
Al socialista, digno, culto, libre y solidario Pueblo de Cuba del maestro
libertador José Martí Pérez y de los comandantes Ernesto Guevara de la Serna y
Fidel Castro Ruz.
Al Dr.
Salvador Allende Gossens, Presidente de Chile. Un Ser Humano digno, leal,
honesto y consciente que vivió –luchó- como pensó.
“Elevar
el terrorismo a un poder universal, significa institucionalizar el estado de
guerra permanente en el planeta”
Prof. Dr. Noam Chomsky.
Los
epígonos del capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital: Gerhard
Schöder, Tony Blair, G. WC. Bush, Aznar, Berlusconi, B. Obama, François
Mitterand, Angela Merkel, François Hollande, David Cameron, Mariano Rajoi, etc.
no se cansan de repetir “este proceso global que nosotros lideramos es
irreversible”. Entonces, digo yo, tendremos más guerra, más cesantía, más
miseria, más drogas, más violencia, más niños esclavos o prostituyéndose, más
pobreza, más destrucción del entorno ecológico, porque el capitalismo salvaje
globalizado/globalización del capital, le ha costado a la Humanidad: sangre,
sudor y lágrimas y millones de muertos… ¿por qué debería este engendro
orwelliano? Afirmar que el modelo capitalista salvaje está gravemente enfermo,
es un lugar común… Por todos los campos serpentea un proceloso malestar. El
mundo puede compararse con un inmenso hospital cuya atmósfera está saturada de
gemidos, angustia y rabia. Desde varias decenas de años, se trata de hallar un
remedio, más el enfermo no se cura. Por el contrario, se empeora. Si hay
alguien que mantenga alguna duda al respecto, no tiene más que seguir las
peripecias de Wall Street y las del sheriff de turno contra Afganistán, Irán,
Libia, Palestina, Siria, etc. Muchos médicos se aproximan al lecho del enfermo,
lo examinan con minuciosa diligencia y pronuncian sus diagnósticos. Más vale
decirlo al instante, los médicos no logran ponerse de acuerdo entre sí: El
chino dice blanco, el teutón dice rojo. Uno quiere marchar a la derecha y el
otro a la izquierda. El médico yankee sigue por décadas obcecadamente, negando
la existencia de la enfermedad, a saber, para quién no lo hubiera aun
comprendido, la cuestión social. A
la inversa, los epígonos pragmáticos conciliadores europeos, están acordes con
los médicos de Naciones unidas en afirmar que la enfermedad existe, es decir,
existe la cuestión social, más
cuando llega al punto importante, a la terapéutica, a la medicina que deben
aplicar al enfermo para sanarlo terminan como el perro y el gato, enfrascados
en discusiones bizantinas. Alguno ensaya un experimento en el enfermo, y otro
propone lo contrario, el pobre paciente, entre tanto, prueba y vuelve a probar diferentes
brebajes pero no mejora, por el contrario, el desenlace fatal parece
ineludible.
Como
el imperialismo yankee globalizado y sus testaferros europeos y asiáticos, no
tienen una solución a la crisis social/económica, montan el show del terrorismo
y buscan nuevos malos que combatir, matar… El imperialismo según el genio
universal Dr. Karl Marx es la fase superior del desarrollo capitalista, con la
globalización se ha llegado a esta, es decir, la unificación de todos los
países bajo un mando único.
Formalmente,
los Estados paniaguados mantienen una libertad, una democracia, una soberanía y
una justicia en la medida de lo posible, con un control total de sus materias
primas por parte de las empresas multinacionales y de los bancos usureros, en
condiciones de depredación de los recursos naturales de los satélites del
imperio globalizado. Les obliga a abrir sus mercados para la exportación de
artículos de consumo “excedentes”, y subsidia su agricultura y la mayoría de los
productos imperiales, aplicando a los países dependientes la ley del embudo. La
relación lógica no es suficiente para comprender toda la complejidad del
imperialismo globalizado actual como lo impone los Estados Unidos: una tiranía,
la más despótica, depravada y desalmada de la celestina universal. La
concentración de la producción y del capital ha llegado a un punto tan alto de desarrollo
que ha hecho que la Humanidad esté regida por las empresas multinacionales y
los bancos usureros. La fusión del capital bancario con el industrial, hace
surgir lo que hemos llamado globalización del capital, controlada por una
oligarquía farisea financiera apátrida.
Adquiere
un rol importante la exportación de capitales- especialmente los capitales
buitres- y como colofón se pone fin al reparto territorial del mundo. El que no
está con la globalización del capital, está contra ella, y en este último caso,
las consecuencias son ya conocidas: Invasión y ocupación por parte del
Pentágono y su testaferro, la Otan. Estos puntos clarifican alguna de las
peculiaridades del imperialismo moderno globalizado, cuya preocupación más
importante no es el control territorial directo, sino la hipoteca
político-económica- social de los países satélites colonizados. Un buen ejemplo
es la “Asociación del Pacífico” en el patio trasero del Continente Americano.
Instrumento privilegiados para alcanzar su orwelliano objetivo imperialista, es
la exportación de capitales buitres. Mediante la exportación de los capitales
antes señalados, se crean economías sucursales de las empresas multinacionales,
se soluciona el problema del exceso de acumulación capitalista y se crean
mercancías en relación más directa con el mercado y a más barato costo. Por
ejemplo, las inversiones estadounidenses en Latinoamérica, garantizan el
crecimiento de la expansión capitalista del imperio, sateliza las industria donde se produce la
inversión, se les garantiza a los inversores de fondos buitres: mano de obra
barata, bajos intereses y no pago de impuestos, etc. Las empresas
multinacionales y los bancos usureros cuentan con todo el apoyo de los
gobiernos testaferros, llegando a un total de interdependencia entre el Estado
y los monopolios internacionales ante citados, hasta el punto de que la
política internacional de Estado, no es otra cosa que la resultante de los
interesas monopolistas internacionales globalizados.
La
globalización del capital que ha impuesto el imperialismo yankee a nuestro
desgraciado planeta, se traduce en la incondicionalidad del actuar de las
grandes potencias, bajo el tutelaje del sheriff de turno a todos los niveles.
Económico, político y militar. Si en el rostro del mundo actual reconocemos
nuestro drama orwelliano colectivo, si vemos el hambre, la miseria, la
corrupción, la degeneración, la impunidad, la prostitución infantil y juvenil.,
la criminalidad, las drogas, el narcotráfico, el terrorismo en general y del
Estado en particular, es que las ideas impuestas a la sociedad nos han sido, ni
son las más eficaces, ni se inspiran en un sentido ético real de Humanidad. Si
el individuo no es esclavo de la naturaleza, lo es de la economía, de un
sistema perverso, depravado, e inhumano, globalizado, irracional e insolidario
que no ha logrado convertir el caos en felicidad humana. Paradojalmente, el irracionalismo
que envuelve al género humano se produce cuando se cree estar en el más alto
nivel de la evolución histórica.
La
expansión del imperialismo yankee globalizado/globalización del capital, no se
ha logrado en forma exclusiva por medio militares. Las presiones económicas, el
narcotráfico, igualmente implacable y el modo alguno similares al mito de la
competencia y libre empresa, han desempeñado un papel de importancia. Entre
dichas presiones se cuentan:
a)
Los créditos atados a los países dependientes y a los países devastados por las
malditas guerras -la mayoría de ellas planeadas por el imperialismo yankee y llevadas a cabo por el Pentágono y
la Otan para apoderarse de las materias naturales- en condiciones impuestas por
el FMI, el banco Mundial y el Banco del Desarrollo/BID. Organismos financieros
al servicio del capital, de la celestina universal.
b)
Los convenios comerciales que prohíben la protección de la industria y la
agricultura de países más débiles, contra la destrucción por parte de las
poderosas empresas multinacionales.
c)
Utilización de embargos y boicot contra países que rechazan la hegemonía del
imperio. Un caso significativo es el del digno, culto y libre Pueblo de Cuba,
del maestro libertador José Martí Pérez y de los comandantes Ernesto Guevara de
la Serna y Fidel Castro Ruz.
d)
Intervención descarada diplomáticas para arrancar concesiones en beneficio de
las empresas multinacionales del imperio.
e)
Imposición de créditos buitres no solicitados a través de bancos usureros que
proporcionan a corto plazo grandes utilidades a los bancos imperiales.
En
resumen, la imposición imperial se ha conseguido en tres fuentes perfectamente
complementarias:
a)
El
económico, progresiva satelización de las economías internacionales. La
relación de dependencia se establece por la inversión mayoritaria de capitales
buitres, créditos atados, la usura de convenios bilaterales, etc. El rol del
sheriff del imperialismo yankee globalizado consiste en mantener a raya a los
países desarrollados y, en general, el crecimiento capitalista competitivo,
pero sin llegar a asfixiarlos, porque podría dar paso a situaciones
prerrevolucionarias y serios trastornos en el equilibrio del poder del sistema
del capital globalizado.
El
sheriff debe vigilar los eslabones más frágiles del sistema, los países
subdesarrollados, para que prosiga el expolio y los países ricos y
desarrollados sigan siendo más ricos. La dificultad de conseguir equilibrio
entre el controlador expoliador y necesario aumento del nivel de vida, suele
decantarse hacia el primer término. Es entonces cuando el imperialismo yankee
fomenta políticas internas fascistas en los países satélites/colonizados y así
conseguir la sumisión por el terror, administrados por regímenes
títeres/demagogos/populistas corrompidos. Si las cosas se complican, apela a la
brutalidad de las Fuerzas Armadas apátridas, quiénes siempre están al
servicio del amo imperialista, del
capital foráneo.
b)
El
político. De lo anterior se desprende lo complejo que es el control político
del sistema del capital globalizado. La hegemonía imperialista yankee
globalizada, descansa en la sumisión de los epígonos de la globalización del
capital: Tony Blair, Gerhard Schröder, Berlusconi, Aznar, G. WC. Bush, B.
Obama, François Mitterand, Angela Merkel, François Hollande, David Cameron,
Mariano Rajoi, etc. Este es un pacto que se fraguó en los años de la guerra fría. Tras la
segunda guerra mundial, los imperialistas yankees, bajo el dudoso manto de la beneficencia
del Plan Marshall y luego con el control del Pentágono y de la OTAN y la
estrecha vigilancia de la Comunidad Europea, lograron el control progresivo de
la economía europea.
c)
La
influencia de la cultura de la basura, la depravación y el consumo desaforado
yankee a través de los medios mediáticos de comunicación globalizados, nos ha
permitido concluir a las personas que tenemos la capacidad de pensar, de
imaginar que la globalización del capital es una dictadura mediática, bastarda,
económica y política. En este régimen
mediocrático solo el 10% - en el mejor de los casos- de la población tiene acceso a la prensa de
oposición, y el resto recibe las noticias enajenantes a través de una
televisión basura bajo control, si por un lado está extendido el convencimiento
de que se acepta el disenso. La primera consecuencia que se deriva de este punto, es que la “política cultural”
del imperialismo yankee globalizado,
tienen un carácter sistemático que se extiende hasta los rincones
más inesperados de la filantropía y de
la cooperación técnica, y se amplía progresivamente, en la medida en que sus
servicios son reclamados con insistencia creciente por las necesidades
estratégicas y económicas que tiene el imperio en los territorios que controla.
La
responsabilidad crucial de los científicos y políticos honestos ante el intento
sistemático de ponerlos al servicio del sistema imperial, es defender a toda
costade su dignidad e independencia. Fatalmente, esto supone un pronunciamiento
ante los problemas de nuestro tiempo y es claro que el imperialismo, en
general, y cultural, en particular, tan sólo puede existir como una
manifestación del antiimperialismo en el plano político, por esto, soporta
ciertas formas de protestas.
El
científico en un país atrasado, debe mantener viva la llama del saber, de la
dignidad, aunque esto implique necesariamente que su trabajo debe ser modesto,
comparado con el despliegue material que realiza la sociedad industrial. Esta
limitación no tiene mayor importancia, si comprende que su tarea real es a
largo plazo y que tan sólo una sociedad de iguales – socialista, no confundir
con socialdemocracia, balón de oxígeno del sistema capitalista- a escala
humana, en el marco de un irrestricto respeto de los derechos del ser humano y
de su dignidad, puede aprovechar en forma cabal
los frutos del pensamiento. Él sufre, dentro de sí mismo, el
desgarramiento del choque entre la búsqueda del conocimiento y la voluntad de
ponerlo al servicio del Pueblo, por un lado, y la irracionalidad, el desvarío,
el delirio de un sistema que, por otro
lado, pone vallas infranqueables a su propósito.
Quizás
el papel más importante que tienen asignados los científicos, que sobreviven al
margen de la globalización y que no figuran en los textos de ninguna ciencia,
es aprovechar esta amarga experiencia para liquidar, terminar con la
degradación moral en que ha caído, bajo la égida del imperialismo yankee
globalizado, la mayor parte de la práctica científica, y volver a convertir el
pensamiento en instrumento de progreso, bienestar y liberación del género
humano. Un ejemplo admirable de lucha en esta dirección lo constituye el Prof.
Dr. Noam Chomsky.
Como
colofón, digamos que, el imperialismo yankee globalizado está llevando al planeta
por un despeñadero, no tiene ninguna solución a corto, mediano ni largo plazo
de su crisis que arrastra por décadas. Cuando se afirma que es indispensable
políticas para un crecimiento sustentable, equitativo y democrático, no se
quiere escuchar. El desarrollo no consiste en ayudar a unos pocos individuos a
enriquecerse, ignorando y marginando a las grandes mayorías. Por el desarrollo
entendemos la transformación de una sociedad injusta, degenerada, inhumana e
insolidaria por otra que mejore la vida de los pobres, que les permita salir
adelante accediendo al pleno trabajo, a la salud, a la educación y a la
cultura. Este desarrollo es imposible en el marco de la globalización del
capital. ¿Cómo salimos del círculo vicioso? Muy difícil. Los países en desarrollo
deben tomar las riendas de su propio porvenir.
Pero la clase politicastra, la oligarquía empresarial plutócrata, rastrera,
neutral, rastrera, apolítica y sumisa a los designios del sheriff de turno del
imperialismo yankee, está siempre preparada para asesinar al pueblo y la
temblorosa rodilla en tierra ante el dólar yankee. No es fácil cambiar la
mentalidad de la clase tartufa/testaferra de los países desarrollados.
Si
se quiere que funciones una globalización de rostro humano, entonces debemos
protestar y luchar para terminar con la globalización de capital que nos quiere
imponer el imperialismo yankee globalizado. Pero es condición sine qua non que
los gobernantes que rijan los destinos de la Humanidad sean los más sabios y
honestos. Hasta ahora hemos sido gobernados –salvo excepciones, por políticos
inmorales, depravados, corruptos y estúpidos. En estos países la violencia, la
corrupción, la depravación y la impunidad por causa de la decadencia política:
todos lucran, nadie piensa, nadie sueña…
Sapere
aude: el que no vive como piensa, termina de pensar como vive.
Prof. Dr. Moreno Peralta/IWA
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