General Libertador Francisco de Miranda y Rodríguez/1750-1816:
Precursor de la Independencia del Continente Americano.
“No se nace cuando se empieza a ver la luz,
Sino cuando se empieza a alumbrar por sí mismo”.
Maestro Simón
Rodríguez.
A más de 200 años, “la Madre
Patria”, la España monárquica profunda, se niega a devolver los restos del
héroe de la Independencia Americana y General de la Revolución Francesa.
En la lucha de los Pueblos, las
ideas progresistas y solidarias, como el Padre sol, iluminan primero las cimas a los predestinados –los
que hacen Historia- a crear y propagar
las ideas que más tarde se han de convertir en fórmula salvadora de los
Pueblos. Pero esa singular grandeza de los destinos manifiestos de los Seres Humanos, no la
obtienen gratuitamente: Al precio de la incomprensión, del desdén, de las
injusticias, de la traición y las felonías de sus contemporáneos, aliados y
camaradas, tienen que pagar el don de su genialidad y el coraje en su lucha por
sus ideales y sus sueños. La prueba suprema de lo que afirmo ocurrió cuando el
general De Miranda y Rodríguez, traicionado por sus compatriotas, es entregado
a los españoles, sus enemigos jurados. Los esbirros de la parásita monarquía
española le prometieron la vida y la libertad a cambio de que renunciara a la
revolución y en especial a la lucha por la Independencia de las Colonias
Americanas. Consecuente con sus ideas, rechaza indignado estas promesas.
Torturado, prefirió morir de pie, antes que sobrevivir rastreramente de
rodillas. Así coronaba su extraordinaria existencia, este admirable hijo de la
Patria Continente Americana, sin que el Vaticano ni la monarquía franquista de
la España profunda, hayan devuelto sus restos a más de 200 años. Ni siquiera
han tenido la decencia, la honestidad de informar el lugar donde fue enterrado:
El primer desaparecido de la “Madre Patria”, la España Monárquica Franquista.
En una apretada síntesis,
señalaré aspectos de la lucha de este maravilloso Ser Humano, fundamental en el
movimiento preparatorio de la liberación del Continente Americano. Nació, el 28
de Marzo de 1750, su padre Don Sebastián de Miranda Ravelo y su madre Francisca
Rodríguez de Espinosa, caraqueña, su esposo, capitán de un Batallón de Milicia.
Ambos son considerados criollos por la odiosa aristocracia española.
Una desagradable situación
familiar, fue testigo el joven Francisco, el Comandante Nicolás de la Puente y
el Capitán Martín Tobar le pusieron un pleito por el hecho de llevar en público
el uniforme y las insignias, que como criollo, no tenía derecho. La querella
enconada a tal extremo, llegó hasta el rey, quién falló a favor del Padre de
Francisco. Como era usual en las colonias españolas, la voluntad del rey se
obedecía, pero no cumplía. Para ahorrarle un desaire a su vástago, don
Sebastián lo envió muy joven a España. Francisco, que recientemente había
terminado sus estudios universitarios en Caracas, con la herida abierta del
orgullo, consciente cuan ingrata y odiosa
era la aristocracia con sus menosprecios de castas vanas, con los
criollos, no lo olvidará jamás.
En Madrid, compra un despacho de
capitán, y entra al servicio militar de la monarquía, sin descuidar sus
estudios de matemáticas e idiomas.
En 1774, en la Toma de Melilla,
tuvo el joven capitán, destacada participación en la captura de la ciudad
marroquí. Solicita una justa recompensa, pero no es atendida. En 1780 pasa a Cuba
como edecán del General Juan Manuel Cagigal, quién había sido nombrado Jefe de
la Expedición contra Inglaterra en las Antillas.
Francisco de Mirando y Rodríguez, nombrado Teniente Coronel.
La campaña contra Inglaterra en
el Continente Americano, constituyó la más grande torpeza de España en el Siglo
XVIII. España apoyó con armas y hombres a los insurrectos del norte. Militar
destacado en esta campaña fue Francisco de Miranda y Rodríguez, quién en 1781
como premio a su valor en la Toma de Panzacola/Florida, conquistó el grado de
Teniente Coronel. Al criollo/venezolano que había combatido por la libertad de
los Estados Unidos, a su genialidad, no se escaparía la idea de la liberación
del Continente Americano en general y de su querida Patria Venezuela en
particular, con la ayuda de una potencia enemiga de España, Inglaterra.
La vasta cultura y los amplios
conocimientos idiomáticos del Teniente Coronel de Miranda y Rodríguez –hablaba
y escribía muy bien el inglés, el francés, el latín y el italiano-, le convirtieron en el oficial de enlace entre
las tropas angloamericanas, las francesas y las españolas, dándole un rango y
una distinción que exasperaba la envidia de la inculta oficialidad española. La
envanecida soberbia de la oficialidad española lo lanzó como presa en las
garras de la malquerencia. Sus colegas de arma tramaron toda suerte de
calumnia, lo acusaron de admirar a los ingleses y de ser enemigo de la
religión. Su jefe, el general Cagigal, que lo estimaba de veras y conocedor de
la inocencia del criollo, lo protege y logra embarcarlo con rumbo a Estados
Unidos. Pasa algún tiempo en Carolina del Sur, y el 1784, llega Nueva York. El
mismo año viaja a Inglaterra. En Londres se entera de que su defensor, el
General Cagigal ha sido encarcelado. Le escribe al Rey de España solicitando lo
exonere del empleo y del rango que tiene en el Ejército Español, y que le
reembolsen sus pagas atrasadas. Le lanza el guante a la monarquía parásita
española. El general precursor de la Independencia Americana acaba de nacer en
este instante y ya no descansará el gran revolucionario, Maestro de
Libertadores - El General Libertador de Chile, Bernardo O’Higgins Riquelme, fue
su predilecto discípulo- en su lucha emancipadora del Continente Americano en
general, y de su Patria Venezuela en particular.
El general Libertador Francisco
de Miranda y Rodríguez, viaja a través de Prusia, Francia, Rusia, Austria, Italia,
Suecia, Turquía, etc. durante cuatro largos años, informando y solicitando
ayuda a los países amigos para/por la Independencia del Continente Americano.
Con el caudal de los conocimientos adquiridos durante estos años de viajes y con casi 40 años de edad, háyase en capacidad de acometer la titánica
empresa de libertar el Continente Americano.
En 1790, inicia negociaciones con
el Primer Ministro Inglés Pitt. Inglaterra y España en conflicto era una
coyuntura que el General de Miranda y Rodríguez aprovecharía para formular sus
planes al representante inglés. Con inteligente discreción le señaló que a
España nada le unía, y que su lucha era por la Independencia del Continente
Americano: “En esta lucha, él sabía dónde estaba el corazón de España y cómo había
que golpearlo”. Pero no sólo golpearlo, sino arrancarle al mismo tiempo las
maravillosas riquezas. En ningún momento compromete la soberanía de los países
emancipados, pues este admirable librepensador jamás intentó que se cambiara la
servidumbre, sin que se conquistara la libertad en cambio de valiosas
concesiones comerciales. El alcohólico ministro Pitt, tramitó al General de
Miranda y Rodríguez, le pidió un memorándum, pero no termina de concretar nada.
El General precursor de Mirando y Rodríguez abandona Londres en 1791,
marchándose a París. La estrella libertaria de la Revolución Francesa apunta su
nacimiento esplendoroso y a ella el genial precursor de la Independencia
Americana, confía su destino. Petion, Brisot, Gensone y demás girondinos, recibieron
al General de Miranda y Rodríguez con los brazos abiertos, eran conscientes que
el triunfo de su Partido, la Gironda, radicaba en tener un gran Jefe Militar
que no sólo hiciera frente a la Europa Monárquica, coaligada en contra de la
República Francesa, sino que fuera capaz de imponer el orden y el Derecho en el
interior, y como lo acentuó el genial Victor Hugo, saludaron en el General de
Miranda y Rodríguez a la espada de la Gironda revolucionaria.
El General precursor De Miranda y
Rodríguez, sabía que la Revolución Francesa era un hecho consumado que más
temprano que tarde tenía que asumir toda Europa y el continente Americano, pues
su influjo en el mundo era incontenible. Pero al entrar al servicio de la
Gironda, impone sus condiciones: proteger la emancipación del Continente
Americano y atender sus asuntos económicos en el marco de la Revolución
Francesa y sus derechos del ciudadano.
Este ensayo solicitado por la
Fundación Cesal e.V./Berlín/DRR, me impide extenderme más ampliamente para
estudiar al General precursor De Miranda y Rodríguez, sino también al genio
militar de la Revolución Francesa y conocer pormenorizadamente como este
americano genial alcanzó la gloria sin par de que su nombre se destacara en
aquella guerra revolucionaria hasta haberlo grabado –es el único militar del
Continente Americano- en el arco del Triunfo de la ciudad luz. Biógrafos del
General de Miranda y Rodríguez consideran muy difícil, hasta imposible resumir
en algunos capítulos la trayectoria de este genio militar de la revolución
francesa y del Continente americano.
En 1791, el General de Miranda y
Rodríguez fue reconocido por el Ejército Francés, con el grado de Mariscal de Campo,
en dos semanas entra en acción con dos mil soldados a su mando, apoyado por
unos pocos cañones y baten en retirada a seis mil jinetes. Es la primera vez,
que los trabajadores franceses, parisienses armados, hacen retroceder al
Ejército del Rey de Prusia. La Convención escuchó y aplaudió de pie e sesión
pública la lectura de los despachos que relataban las victorias “del español”,
nombre con que se le conocía en el Ejército Francés al General de Miranda y
Rodríguez, “al frente de los soldados
franceses que llevaban todos la Patria en el corazón y la libertad en el alma”:
acentuaban, tal fue su estreno en los campos de batalla europeos. La Batalla de
Valmy es reconocida como la más extraordinaria por la libertad, que tuvo como
testigo presencial al genio universal Dr. W. Goethe, quién puntualizó: “En este día y en esta hora, comienza una
nueva historia Humana”, luego viene la campaña en Bruselas, la de Holanda,
etc., lugares que supieron de su frío heroísmo como clasifica Michelet, el
coraje, la intrepidez del General de Miranda y Rodríguez.
Lo más admirable del General
precursor de la Independencia del Continente Americano, es que jamás olvida en
medio de esa tormenta, Revolución Europea, la Revolución Francesa, su juramento
libertador, junto con los despachos de campaña y los partes de victoria,
mantiene una abrumadora correspondencia con los criollos comprometidos con la
lucha independentista en todo el Continente Americano que como él soñaban con
la liberación de América.
Enfrascado en la cíclopedica
tarea militar, el General de Miranda y Rodríguez no había presta atención a las
intrigas que iban tejiendo a su espalda los traidores rastreros de siempre, al
servicio de quién les paga más. Estas mezquindades ocurrían en América y en
Europa. En el Continente Europeo financiadas por las parásitas monarquías
contrarias a la Revolución Francesa. El 25 de Marzo de 1793, una orden de
presentarse en Paría, a la barra de la Convención, dejó en claro la acción de
zapa de los pragmáticos contemporizadores y sus enemigos al servicio de los
detractores de la Revolución Francesa. El Tribunal de Salubridad Pública
pretende cuestionar la intachable conducta de General de Miranda y Rodríguez,
teniendo como base las mentiras e intriga de la mengua de oportunistas antes señaladas,
el digno General de Miranda y Rodríguez no se acobarda un solo instante, con
una dialéctica admirable destruye toda las intrigas que hace que hace reconocer
a su abogado defensor que su labor profesional no era necesaria. Para probar su
amor a la libertad, la igualdad y la fraternidad les relata a los jueces del
Tribunal sus luchas por ellas, sin términos medios en todos los rincones del
mundo. El General de Miranda y Rodríguez fue absuelto, sacado en brazos y
paseado en triunfo…
En estos momentos de
magnificencia, su pensamiento más que nunca está en el destino del Continente
Americano. Toma conocimiento directo con muchos criollos que como él creen y se
comprometen con la lucha manifiesta del continente Americano. Las noticias que
traen de las colonias son excelentes, los Pueblos Americanos están preparados
para obtener su Independencia, y solo esperan un pequeño apoyo externo para
conseguirla. Sin lugar a dudas, la amistad del General precursor de la
Independencia Americana de Miranda y Rodríguez, con el General Libertador de
Chile, Bernardo O’Higgins Riquelme, fue la del maestro –maestro es el formador
del Ser Humano y de su consciencia social- con su más distinguido discípulo.
Dos aspectos de esta fraternal amistad entre el maestro precursor de la
Independencia Americana y su discípulo, el General O’Higgins Riquelme, me
referiré brevemente: El primero dice relación con la Logia Masónica Lautaro,
algunos “historiadores oficiales” afirman que no fue creada por el General
Miranda y Rodríguez, sino por el General Libertador de Argentina José de San
Martín. Al igual que el presidente de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens, yo
soy de opinión que la clave está en el nombre de la Logia Lautaro. El General
de Miranda y Rodríguez, no conoció ningún chileno antes de su discípulo
Bernardo. Así como el maestro De Miranda y Rodríguez le cuenta la historia del
asesinato del arquitecto Hiram, investigado por el rey Salomón, su discípulo
Bernardo le comentó la vida de Lautaro y le explicó los poemas de Ercilla y Zúñiga
relacionados con la lucha del Pueblo Mapuche. Es casi desconocido por los
“historiadores oficiales” que, el discípulo Bernardo tuvo compañeros de
estudios en Chile a hijos de caciques del Pueblo de Lautaro, habla muy bien el
idioma de este digno Pueblo indígena, lo que permite concluir que, a pesar de
“los historiadores oficiales”, el maestro de Miranda y Rodríguez y su discípulo
Bernardo, tuvieron participación directa en la creación de la Logia Masónica
Lautaro. A una pregunta de su discípulo Bernardo del por qué el uso de guantes blancos en la Logia
Masónica, el maestro de Miranda y Rodríguez le contestó: “para ser miembro de la logia masónica hay que tener una vida impecable
y las manos muy limpias”.
El segundo aspecto que deseo
comentar, dice relación con el documento de despedida del Maestro de Miranda y
Rodríguez a su discípulo Bernardo, “Consejos de un viejo americano del sur, a
un joven compatriota al regresar de Inglaterra a su país natal”. Traducción al español de la señora Gerda
Böttcher, directora de la Revista “Latinoamérica un Pueblo Continente”,
Berlín/DDR/1977.
“Mi joven amigo, el chovinismo, el racismo y fanatismo de los españoles
son terribles, manténgase, pues siempre lejos de ellos.
La juventud es la edad de los
solidarios y ardientes sentimientos. No permita que jamás se apodere de
vuestro ánimo ni el enojo ni la desesperación, pues si alguna vez los permite,
la impotencia le impedirá servir a vuestra Patria. Amor a vuestra patria. Sólo
el más ardiente amor por ella, podrá sostenerle en vuestros esfuerzos por su
felicidad”.
“Historiadores oficiales”,
Francisco Encina entre otros, han sostenido que el General Libertador de Chile,
Bernardo O’Higgins Riquelme, era un incondicional del General Precursor de la
Independencia Americana De Miranda y Rodríguez, era su socio menor entre sus
amistades. En la síntesis del documento de despedida del maestro a su
discípulo, se rechaza este criterio despectivo con el Padre del Patrias
Chilena, el General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme, señalado por los
“Historiadores oficiales” al servicio de la oligarquía agrícola/citadina.
Como colofón, al
documento/consejo del General Miranda y Rodríguez, afirmo que poco tiempo
después de la llegada de Bernardo a España, en Cádiz, de regreso a Chile,
surgió una rama de la Logia Masónica Lautaro en esta ciudad española.
Evidentemente con el apoyo del General precursor de Miranda y Rodríguez y del
General Libertador Chileno O’Higgins Riquelme.
Convención por la determinación de Independencia del Continente
Americano.
La perseverancia, la constancia y
la firmeza del General precursor Francisco de Miranda y Rodríguez culminó con
la aprobación de la Convención por la Independencia del continente Americano el
22 de Diciembre de 1797, en París, en su departamento de la Rue Saint Honoré. Los
representantes de la Revolución de toda América, los diputados de la América
Meridional aprobaron el Acta o
Convención que precisaba la voluntad de Independencia del Continente Americano.
Este histórico documento publicado en el tomo XV del Archivo General Francisco
de Miranda y Rodríguez es demasiado extenso para ser reproducido en este
ensayo, pero en él consta que Comisarios diputados de las villas y provincias
del Continente América antes el General Francisco de Miranda y Rodríguez,
antiguo General de la Revolución Francesa y nuestro principal regente, le
ratificamos los plenos poderes, no sólo para que él siga deliberando sobre el
estado de anteriores negociaciones hechas
con Inglaterra en diferentes épocas en favor de nuestra Independencia
Continental, sino para abrir nuevas negociaciones… Con este instrumento pensó
en General precursor de Miranda y Rodríguez lograría el apoyo de sus planes del
mismo Napoleón Bonaparte. Pero como será una constante en la Historia del Continente
Americano, la aristocracia terrateniente apátrida/parasita de ayer y más tarde
la oligarquía empresarial agrícola citadina y su mengua de tartufos burgueses
pragmáticos contemporizadores siempre al servicio del capital buitre foráneo,
constituyeron el principal obstáculo en la independencia política y económica
del Continente Americano.
Como colofón, los americanos
tenemos siempre presente las reflexiones del Maestro libertador Lic. Benito
Juárez García “El triunfo de la plutocracia/oligarquía empresarial agrícola
citadina y sus burgueses tartufos/clase media, es moralmente imposible”. Lo
subrayado es del suscrito, porque “la historias la hacen los Pueblos, y más
temprano que tarde los Pueblos latinoamericanos harán la suya”.
Con esperanza y memoria.
Prof. Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
P.S: IWA, significa que el Prof.
Moreno Peralta/IWA es miembro de la Asociación Internacional de Escritores de
los Estados Unidos.
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