El nuevo periodismo frente a
los medios hegemónicos, del Nuevo Orden Mundial del sistema capitalista
salvaje
Por: Luis Alfonso Mena S.
Escritor/Jurista/Periodista/ADDHEE.ONG
Desde este foro, y desde Cali, la capital de la resistencia y del
levantamiento popular, nos atrevemos a hacer un llamamiento al gobierno del
presidente Gustavo Petro Urrego y de la vicepresidenta Francia Márquez
para que defina una urgente y sólida estrategia comunicacional.
Hace una semana, el viernes 28 de octubre, estábamos a esta hora en la Plazoleta de San Francisco de nuestra querida ciudad de Cali, a unas pocas cuadras de este auditorio, en el plantón de solidaridad con los centenares de muchachos y muchachas detenidos por el régimen de Iván Duque en la represión que ese régimen despiadado desató a lo largo de 2021 contra el pueblo colombiano que protestaba en las calles, represión que dejó más de cien jóvenes asesinados, 48 de ellos en la capital del Valle del Cauca, miles de heridos, torturados, perseguidos, capturados.
Allí, en ese plantón, encontré a Martha Yesenia Tascón, la esposa de
Jhontan Sabogal, un hombre de apenas 30 años que pereció en el fatídico
incendio ocurrido en la cárcel del municipio de Tuluá, en el centro del
departamento, a dos horas de Cali, en la noche del martes 28 de junio de 2022,
mientras esperaba que lo procesaran por haber ejercido su derecho legal y
constitucional a la protesta en el municipio de Bugalagrande. Había sido
detenido el 9 de diciembre de 2021.
Martha Yesenia estaba con sus dos hijos, de 11 y 12 años, reclamando la
libertad de su hermano, Víctor Alfonso, uno de los 300 muchachos perseguidos y
capturados por reclamar sus derechos en las jornadas del año pasado, y,
también, clamando justicia en relación con el caso de Jhonatan, cuya
desaparición hoy, cuatro meses después de ocurrida, permanece en la impunidad.
Con el sufrimiento que se dibuja en su rostro y que seguramente anida en lo
profundo de su alma, Martha Yesenia nos mostró las fotos que, con un estoicismo
estremecedor, tomó al cadáver de Jhonatan, nos habló de sus heridas de balazos
y profundas cortadas por todas partes, y nos recordó que esas laceraciones no
las causan ni el fuego ni el humo, pidió ser escuchada y ¡que haya justicia!
Ella y sus niños, con la doble tragedia a cuestas, la del joven esposo y padre
asesinado en una cárcel al lado de 54 seres humanos más, y la del hermano,
preso en Popayán, continuaron en la plazoleta, al lado de muchos más portadores
de otras historias de dolor y sufrimiento. Luego partirían hacia el centro del
Valle. Ella madrugaría al día siguiente a recolectar algodón, para seguir
ganando el sustento de sus hijos.
Luego de editar el video con la entrevista a Martha Yesenia lo difundimos
en redes, empezando por hacerlo llegar a otras víctimas, la mayoría madres,
porque las madres son quienes más luchan por reivindicar la memoria de sus
hijos sacrificados, en una brega desesperada, titánica y muchas veces
solitaria, con el propósito de que los asesinatos cometidos contra sus
muchachos no queden en el olvido ni en la impunidad.
Una de esas madres con quienes tenemos contacto, en razón del ejercicio de
memoria testimonial en el que estamos empeñados para documentar la tragedia de
2021, me escribió desde Medellín preocupada porque, dijo, espera que los
cambios se aceleren, que haya justicia para su hijo, hoy detenido también
perseguido por participar en las protestas, e insistía en que muchos de los
politiqueros de siempre siguen reinando.
Yo le respondí que los cambios no son inmediatos. Que el nuevo poder apenas
empieza a construirse en nuestro país y que está siendo entrabado por la
extrema derecha. Le dije, además, que los medios de comunicación de las
oligarquías están en una ofensiva descomunal de manipulación y mentiras para
oscurecer el ejercicio del nuevo gobierno, precisamente para desmotivar a
quienes se echaron al hombre su elección atravesando ríos y montañas, inundando
calles y comunas, convencidos de que es la hora de los pobres y los excluidos.
Le respondí también que esa ofensiva de desinformación contra las esperanzas de
cambio que todos los días irriga las mentes de los colombianos por radio,
televisión y redes online es una trampa de las hegemonías que pretenden
adocenar y domesticar la voluntad popular, y conspirar con el arma de la
manipulación para dar al traste con esa voluntad social.
En fin, le recordé que los poderes municipales y departamentales en su
inmensa mayoría siguen en manos de mafias/narcotraficantes/paramilitares,
de piratas de la Administración Pública, de corruptos de toda laya y de
politiqueros de las maquinarias del establecimiento que durante más de 203 años
han usufructuado alcaldías y gobernaciones en representación del poder bicéfalo
feudo-financiero. Y que esos alcaldes y gobernadores no dependen del
Presidente.
Cuento aquí estas historias porque, primero, creo un deber ético y político rendir homenaje a esas madres y tantas mujeres y hombres del pueblo víctimas de Duque, del uribismo, de sus Fuerzas Armadas y del aparataje judicial y, segundo, porque simbolizan el doble carácter del momento en que nos hallamos: el de miles y miles de seres que acompañaron la protesta ciudadana en 2021 reclamando solución a sus problemas de toda la vida y el de miles y miles de seres que transformaron sus resistencias populares en resistencias políticas en las urnas, en procura del cambio, y ahora esperan la materialización de sus esperanzas.
Los
medios mediáticos de (in)comunicación globalizados
Pero en los telones de fondo de esas historias subyace el fenómeno político
mediático comunicacional, porque el ejercicio de la comunicación y del
periodismo es un acto político y, además, de ejercicio de los derechos humanos
fundamentales. Por eso en la convocatoria de este foro hablamos de los
preceptos 18 (libertad de conciencia), 20 (libertad de expresión e información)
y 73 (protección del periodismo para garantizar su libertad e independencia).
Es esa, teóricamente, la columna vertebral del derecho de información en
nuestro país, que se queda en lánguida y famélica letra con la que las
hegemonías trapean el piso cuando se trata de garantizarla con veracidad a la
población.
Es que, como dice el adagio, desde que se inventó la imprenta, la libertad
de prensa es la libertad del dueño de la imprenta, es decir, de los
oligopolios.
O que si no ello, es el silencio sobre casos como el de Martha Yesenia, y
la campaña de terror mediático para generar desesperanza en los cambios que
apenas nacen a la luz, pero que la prensa del sistema, como la llamaran los
fundadores de la histórica revista Alternativa de los años 70, se encarga de
torcer, desvirtuar, tergiversar todos los días, desde las tres de la madrugada
cuando la radio comercial inicia sus numerosos noticieros, hasta la medianoche,
cuando cierran su vocinglería contra el nuevo gobierno.
Se entiende entonces la preocupación de la madre de Medellín, seguramente
apabullada por la desinformación de esa prensa del sistema, que bombardea
inmisericorde las mentes y los corazones de la sociedad, en su papel de
partidos políticos comunicacionales de extrema derecha, pues la derrota
electoral del uribismo y demás facciones partidistas del establecimiento en
este 2022 dejó un vacío que la prensa, la radio y la televisión de las derechas
y sus extensiones en Internet en Colombia buscan llenar.
APARATOS IDEOLÓGICOS LA MORDAZA/CENSURA
EN EL PATIO TRASERO LATINOAMERICANO.
Como lo planteara el filósofo francés Luis Althúser en los años setenta del
Siglo XX, los medios de comunicación hegemónicos, es decir, aquellos que
ejercen su poder de desinformación en grandes conglomerados de la sociedad, son
aparatos ideológicos del Estado, así como todo el armario jurídico y judicial,
sus mecanismos de coerción y sus Fuerzas Armadas, su sistema de relaciones
políticas y de partidos, su sistema educativo y de dominación simbólica. Es
decir, toda la superestructura ideológica, soporte de la estructura económica
de los dueños del capital/la oligarquía empresarial financiera
bancaria/agiotista, agrícola monopolista.
Entonces, basados en portentosas tecnologías y con presupuestos
multimillonarios formados a partir de la adscripción a emporios industriales,
financieros y de grandes poseedores de tierras, expresan su hegemonía con su
incidencia determinante en muy amplias capas sociales. RCN, Caracol, Blu, La W,
El Tiempo, El Espectador, El Colombiano, El País, El Heraldo, Semana, etc., los
medios mediáticos del viejo sistema y de los viejos regímenes sucedidos
a lo largo de la supervivencia del capitalismo colombiano, ven la democracia
solo para ellos, de ahí su construcción hegemónica. Cuando emerge la
alternatividad de izquierda o, simplemente, popular, progresista, aúllan
diciendo que viene la “censura”, crean el fantasma de la mordaza. No quieren
ceder ni un ápice de su inmenso poder en el imaginario social.
Aunque compiten a dentelladas entre ellos en lo económico, como aparatos
ideológicos del Estado capitalista los une a todos su defensa del sistema de
privilegios que denominan “libertad de prensa”, pero la libertad solo de ellos.
El planteamiento de Althuser lo podríamos trasladar hoy a la concepción
neoliberal del Estado y de lo público: el imperio del mercado como supuesta
expresión de democracia, que disfraza sus contenidos de “noticia” e
“información” para delinear, manipula, mediatiza, masifica, enajena, para
transmutar a la persona en un guarismo orwelliano la opinión de los
subyugados por su imperio de siglos.
La
alegría ya viene, con la dictadura de los medios mediáticos de (in)comunicación
globalizados del sistema capitalista, la política bajuna que masifica,
mediatiza, enajena con el objeto transmutar a la persona en un guarismo
orwelliano
¿Qué es todo lo anterior? Ni más ni menos que una dictadura mediática impuesta
por la SIP/Sociedad interamericana de prensa, que esconde los intereses de
monopolios extranjeros como el Grupo Prisa de España, de pulpos industriales
como el Grupo Ardila Lulle o el Grupo Santo Domingo, de especuladores
financieros como el Grupo Aval de Sarmiento Angulo o el Grupo Gilinski, sostén
de un libelo conocido como revista Semana, desprestigiado medio de la ultra
caverna colombiana. Todos apoyados por la SIP; y financiado por la CIA/USA.
Todos a una buscan, primero, generar un clima de pánico económico contra el
gobierno del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez, y
lo vienen haciendo desde la misma noche del 19 de junio, la de la victoria, con
sus anuncios de incremento automático del dólar y la supuesta salida de
capitales del país. Son países exportadores de divisas a los paraísos
fiscales. Segundo, horadar la base social del nuevo gobierno, la de esas
11.300.000 personas que lo eligieron, como la madre de Medellín que me escribió
tan preocupada, víctima del ataque mediático; y, tercero, crear las condiciones
para la desestabilización y hacer ingobernable el país con miras a evitar un
nuevo gobierno alternativo en 2026 que continúe y desarrolle las
transformaciones iniciadas en este 2022. Es la política del terror económico y
el caos político inducidos contra los cambios sociales.
MAGNITUD DE LOS DESAFÍOS
El rápido panorama trazado muestra la magnitud de los desafíos que en
materia comunicacional tenemos todos, no solo los elegidos por el Pacto
Histórico y sus aliados en el Ejecutivo y en el Legislativo, frente a los
cuales parece no haber plena determinación de respuesta por parte del nuevo
gobierno.
Evidencias de lo anterior existen bastantes. Pero solo mencionemos dos de
las más recientes. El sábado 29 de octubre, cuando se producía el acto de
entrega por parte del presidente Petro de 150 hectáreas de tierras incautadas
al clan narcoparamilitar de los Castaño en Montería, rescatadas también de las
garras de la corrupción de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, cuando la
entidad estuvo en manos del uribismo, no había canal nacional que lo
transmitiera, ni siquiera alguno de los del Estado, alguno de los del Sistema
de Medios Públicos. Un hecho histórico, como fue el inicio real y concreto de
la reforma rural integral, componente primigenio del Acuerdo de Paz de 2016 y
pilar del nuevo gobierno, fue silenciado no solo por los medios comerciales,
sino por los públicos.
El otro caso fue la reunión entre los presidentes Gustavo Petro y Nicolás
Maduro, de la República Bolivariana de Venezuela, el martes 1 de noviembre, en
Caracas. Un hecho no solo de extraordinaria importancia para los dos países y
pueblos, sino para el foro continental, si se tiene en cuenta todo el cerco
tendido por Estados Unidos y sus gobiernos adlátares colonos mentales,
empezando por el anterior de Iván Duque, sumiso con su política de odio contra
el país hermano, política que tanto daño en todos los órdenes hizo a los dos
pueblos. Pues bien, ese encuentro tampoco fue transmitido.
Mientras los dos mandatarios hablaban en Venezuela, en Colombia los canales
del Estado hacían mutis por el foro: el Canal Institucional difundía un viejo
programa sobre la Covid 19 y el Canal Señal Colombia, reencauchaba un aún más
viejo programa infantil de la década de los años noventa del Siglo XX. Nos tocó
ver la transmisión en directo por Telesur, que estuvo todo el tiempo emitiendo
en vivo, lo mismo que el Canal Estatal Venezolana de Televisión.
El canal en YouTube de la Presidencia de la República, por el que se
transmiten los actos en que interviene el mandatario, funge ahora como el
espacio oficial, y se dejan de lado los canales de señal abierta del Estado.
Así pues, no solo los medios mediáticos hegemónicos silencian la
verdad sobre el proceso de cambios en marcha, sino que los canales del Estado
hacen lo propio, y el gobierno, como si no tuviera derecho a ellos, se refugia
en un canal de YouTube, con la evidente limitación que ello implica, en una
nación con niveles pobres de acceso a internet. Podríamos decir, parodiando el
icónico documental sobre la conspiración de ultraderecha en Venezuela, en el
caso colombiano la revolución pacífica del cambio tampoco será transmitida.
La verdad es que contra el gobierno del presidente Petro las derechas
repiten los mismos libretos puestos en escena frente a gobiernos populares, de
izquierda o progresistas para desacreditarlos y hacerles la gestión imposible,
como ha ocurrido en Venezuela (con Hugo Chávez y Nicolás Maduro); en Brasil
(con Lula da Silva y Dilma Rousseff), en Ecuador (con Rafael Correa), en
Bolivia (con Evo Morales y Luis Arce), en Argentina (con Néstor Kirchner), en
México (con Andrés Manuel López Obrador), en Honduras (con José Manuel Zelaya),
en Perú (con Pedro Castillo) y hasta en Chile (con el muy conciliador de centro
Gabriel Boric). Y la lista sigue.
El nuevo gobierno no puede continuar renuente frente a los desafíos y los
cambios comunicacionales urgentes que tiene por delante, porque sus importantes
propuestas y ejecutorias no serán transmitidas, seguirán siendo tergiversadas,
torcidas, desfiguradas por los medios hegemónicos, por la prensa del
establecimiento oligárquico. Y peor aún, si se desechan las infraestructuras a
las que tiene derecho en el Sistema de Medios Públicos y los canales
regionales.
ALGUNAS PROPUESTAS, EL COMBATE A LA
DELINCUENCIA, LA VIOLENCIA DE LOS MARGINADOS. NADIE SE `PREGUNTA POR LAS CAUSAS
DE LA VIOLENCIA Y DELINCUENCIA.
Por eso, desde este foro, y desde Cali, la capital de la resistencia y del
levantamiento popular, nos atrevemos a:
1.- Hacer un llamamiento al gobierno del presidente Gustavo Petro y de la
vicepresidenta Francia Márquez para que defina una urgente y sólida estrategia
comunicacional que permita, primero, mantener informado al pueblo colombiano de
manera veraz, masiva y eficaz, sobre sus importantes propuestas y
realizaciones, y, segundo desarrollar una permanente pedagogía que contrarreste
la manipulación y la desinformación en que están empeñados los medios de
comunicación corporativos hegemónicos mediatizar, masificar y enajenar.
2.- Proponer que se asuma, como es su derecho, la gerencia y dirección de
Rtvc Sistema de Medios Públicos y que se lleve a cabo su rediseño para que
cumpla los fines arriba planteados, en el entendido de que sus dos canales de
televisión nacionales (Señal Colombia y Señal Institucional), las 64 emisoras
de Radio Nacional, más Radiónica y las emisoras online Señal Clásica, Señal
Digital, Radiónica 2 y Radiónica 3, Señal Memoria y Rtvc Play, que lo integran,
tengan enfoques que visibilicen las propuestas y acciones del cambio en marcha,
y, de igual forma, se conviertan en espacios de participación ciudadana amplia,
culturalmente diversa y políticamente democrática, con la solvencia conceptual
y difusión de la verdad que no tienen los medios de comunicación del viejo
régimen político derrotado.
3.- Solicitar que se definan políticas públicas desde el Ministerio de las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, además de los fondos y
comisiones existentes, en relación con la democratización del espectro
electromagnético, las emisoras comunitarias, los canales regionales de
televisión y el acceso masivo en la geografía nacional a los servicios de
conexión a Internet, única forma responder a la exclusión de amplios
conglomerados y al monopolio de la comunicación digital, hoy en manos de
poderosas corporaciones dedicadas, día y noche, a la generación de contenidos
falaces y de desinformación contra el proceso político y social de cambio en
marcha. Es decir, única forma de democratizar la información.
4.- Invitar a los y las periodistas y ciudadanos interesados en el campo
comunicacional a nuclearse en el Colectivo Periodismo por la Verdad, para el
impulso del debate y la juntanza conceptual sobre el ejercicio del nuevo
periodismo, contrahegemónico y realmente alternativo, alejado de prácticas
clientelares y orientado a la divulgación de los hechos con el norte de la
veracidad y el compromiso con las transformaciones en beneficio de los pueblos
y de la justicia social.
5.- Anunciar la realización de un taller de periodismo contrahegemónico
durante los sábados 4, 11, 18 y 25 de febrero de 2023, con contenidos sobre los
que informaremos de manera oportuna, como paso fundamental en el proceso de
formación para hacer un nuevo periodismo, en el que sistematicemos las
experiencias de resistencia comunicacional vividas y, al mismo tiempo,
practiquemos herramientas propias de la investigación, la producción y la
diversidad de géneros pertinentes en el ejercicio del oficio periodístico.
Sólo con una política comunicacional que ponga al gobierno a la ofensiva,
que no solo informe, sino que también haga pedagogía popular y formación de las
gentes desde los medios públicos y los alternativos, independientes y
contrahegemónicos, se podrá cumplirle a tantos miles de colombianos y
colombianas, como Martha Yesenia Tascón o la madre preocupada de Medellín,
protagonistas sencillas y casi anónimas de la historia del presente con cuyos
testimonios les empecé a hablar en la tarde de hoy.
Con esperanza y memoria.
Luis Alfonso Mena S.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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El nuevo periodismo frente a los medios hegemónicos, del
Nuevo Orden Mundial del sistema capitalista salvaje
“Sin prensa libre, no existe la democracia”:
La dictadura de los medios mediáticos de (in)comunicación globalizados del
sistema capitalista salvaje, la telebasura/internet.
Estimados amigos asociados:
Entiendo por Democracia el
gobierno del Pueblo por y para el Pueblo, de la mayoría con respeto por las
minorías. Desde larga data a nuestro desgraciado planeta se le impone una tiranía,
la mas despótica, perversa, desalmada e inmoral con una “democracia de una
pequeña minoría, la clase oligarca empresarial, financiera/bancaria agiotista,
agrícola monopolista, el 1% y su testaferra la clase burguesa
politicastra/castrense corrupta, el 20%, dirigida desde el club Bilderberg. La
mayoría de las gentes sobreviven marginadas, mediatizadas, masificadas,
enajenadas, sin presente ni futuro. Esta “democracia” ha sido un espejismo con
todas las abstracciones que pueblan la fantasía de los ingenuos o forma el
capital de los mendaces. La mayoría del pueblo siempre ha estado ausente. En el
modelo de sociedad consumista capitalista, degenerado, los que no naufragan por
la corrupción, las drogas, las degeneraciones, la impunidad, la indigencia
educacional/cultural, encallan con el trabajo rutinario embrutecedor, la
telebasura/internet, el peloteo, etc. En esta orwelliana realidad los medios mediáticos
de (in)comunicación globalizados machacan día y noche en el contexto de la
política bajuna del régimen burgués de turno con la cantinela “la democracia” y
“la libertad de prensa”.
Cuando las opiniones al alcance
del pueblo están controladas hasta la uniformidad, cuando la verdad se deforma
para ser ajustada rigurosamente, como lo exigen los dueños de la Celestina
Universal, como ocurre en México, Colombia, Chile, Brasil, Argentina, Uruguay,
Paraguay, y Centro América, y quienes infrinja las leyes del funcionamiento
corren el riesgo de sus libertades personales, y otras formas de persecución.
La dignidad humana brilla por su fragrante ausencia y esta negada de hecho la
vida democrática. La libertad de prensa es uno de los grandes triunfos de la Democracia,
es decir, del pueblo. En el patio trasero latinoamericano del imperialismo
yanqui, los medios mediáticos de (in)comunicación globalizados están
controlados directa o indirectamente por un monopolio, que maneja toda la
prensa nacional. Nadie protesta y exige libertad de prensa. Nadie piensa, todos
tragan, consumen y ven la telebasura/Internet.
Si la libertad de prensa es una conquista democrática su beneficiario debe ser el pueblo. Como ésta no existe los Pueblos Latinoamericanos antes citados carecen de una verdadera Democracia.
El compañero presidente Dr.
Salvador Allende Gossens, acentuaba “El gobierno Popular está a favor de una
irrestricta libertad de prensa. En Chile no hay ningún preso político, no hay
estudiantes detenidos criminalizados, maltratados, se respeta la autonomía
universitaria, no hay un diario ni una revista clausurada. Este Gobierno Popular
quiere una autentica Democracia y una Libertad concreta para todos los
chilenos. La libertad y la Democracia son incompatibles con la marginación/poblaciones
callampas, la cesantía, con la falta de vivienda con la incultura, con el analfabetismo,
con la enfermedad”. El inolvidable presidente, se preguntaba ¿Cómo se afianza
la Democracia?, y contestaba, dando más trabajo, redistribuyendo mejor los
ingresos, construyendo mas vivienda, dando más educación, cultura y salud al
Pueblo”.
Con esperanza y memoria reitero
la genial reflexión del general libertador de la Patria Continente América
Latina y el Caribe Simón Bolívar Palacios y Blanco, muy vigente en nuestros
días, “nos dominan mas por la ignorancia que por la fuerza de las armas”. Queda
abierto el debate como lo plantea brillantemente el jurista escritor de la
patria del sacerdote Camilo Torres Restrepo,
Luis Alfonso Mena, sobre un tema trascendente, en la hora más oportuna,
“sin prensa libre no existe Democracia”.
Con esperanza y memoria.
Prof. Moreno Peralta/IWA.
Secretario ejecutivo ADDHE.ONG
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