“LA RAZON REBELDE DEL SER HUMANO COMO UN DERECHO NATURAL.”
Por Mariano Sierra.
Escritor, jurista y
analista internacional /Addhee.Ong
La
conciencia humana esta proclive a actuar ante cualquier antinomia. Dicotomías
profundas nos envían a los albores del evangelio donde un justo se rebeló ante
iconoclastas que se oponían al bien común, a la liberación del hombre, a la
justicia, a la verdad y al gobierno democrático proveniente del amor y el
servir al prójimo. La rebeldía es la fuerza interior que nos ayuda a enfrentar
el múltiple dimensional ismo social y político con el apoyo de todo tipo de
placebos en aras de eliminar toda lacra, todo vicio degradante y la angustia
existencia, así como de aquellos obstáculos que nos quieren desviar del camino
recto.
La
rebeldía es pues es el escudo social que hace afrenta a los antropocentrismos.
Acierta la rebeldía para hacernos ver el devenir populista como un fundamento
que nos permite proclamar reflexiones positivas y negativas, otrora un agujero
negro. El populismo hoy discurre avasallante como una tendencia para observar
las partes de conveniencia de los deberes. Este plural fenómeno nos visualiza
las deformaciones, como las buenas formaciones de los contenidos políticos y
sociales que surjan del diario acontecer. Y ante las deformaciones, encontramos
que la sociedad también hace rebeldía ante la clase empresarial que también
ejerce sus acciones perversas yéndose contra la sociedad cuando ésta, asume
posiciones frente a las rebeliones sociales que crea el régimen, desconociendo
que el pueblo /soberano hace patria,
gobierno y control de gestión.
El
populismo. Herramienta que nos enseña a mirar como la democracia se transforma
en su quehacer y su protagonismo para decidir con virtud critica ante los
hechos socio políticos que refuerzan el espíritu rebelde del pueblo. La
rebelión asume en su papel, que nunca hay tiempo de callar ni dejarnos llevar
por el folclorismo social, ni de cerrar la vista, sino de enfrentar los
desórdenes humanos provengan de donde provengan.
La
mayoría de los hechos humanos, incluyendo los que hacen parte del desarrollo
social, son actos de rebelión por el paso del tiempo, que deben ser
cuestionados para cambiar si es del caso o eliminarlos si están causando
efectos negativos. La política bajuna colombiana se sustenta en la atávica y
colonial gesta conquistadora. Da grima escuchar las raquíticas disertaciones
donde no fluye un interés de país. La rebeldía se enfoca entonces contra la
gran corrupción y la pirámide política quien en compañía de lo privado se toman
la tarea de agudizar las crisis.
En
el proceso de rebeldía es imperativo que su accionar de prácticas de denuncias,
de trabajo de las gentes que susciten motivos sociales eliminen todo engaño
dogmático que quiera deslegitimar la rebeldía justa. El mensaje de la Rebeldía Evangélica
es un llamado al cambio, y tiene sentido en la media que existe una
consecuencia prístina que quiebre el espíritu apático de la fragilidad humana.
Voces de varios saberes nos dicen que debemos dejar de lado propuestas, cambios
y reformas de gobierno, hasta que una acción de la comunidad participe en
gestiones prácticas de revisión inmediata sobre el rodaje estatal y sus afanes
de poder.
El
discurrir político nos enseña que la sociedad profiere a aquellos que los han
llevado por las huestes de las desgracias, prefieren a aquellos que les han
condenado con el desdén, con la indiferencia, conculcándoles sus derechos con
prácticas filantrópicas, para después abandonarlos en el nihilismo. El
nihilismo está imponiendo sus patrones de vida. En especial cuando hoy el
humanismo no tiene sentido, el conocimiento se desvanece, la familia se distorsiona
- matrimonios igualitarios-, y se niega toda existencia de valores, ética y
principios humanos, la rebeldía limpia busca restaurar la democracia.
La
gente crítica del pueblo es una energía que se dispersa identificando los
puntos críticos de las instituciones, sometiendo al tejido social civil a los
dictados públicos. Las cumbres
borrascosas de nuestra nación resaltan la fuerza de su destino, la pasión de sus
gentes obligada a romper los caminos dogmáticos y la fuerza engañosa de la
retórica que busca influir en la conciencia humana.
Pero
la comunidad con sus pasiones de lucha va en la línea de influir ante el
colectivo social con prístinas interpretaciones. La rebeldía resiliente son el
arma del pueblo para resistir y derrocar la tiranía y toda postura que atente
contra la dignidad humana, los principios y el contrato social. Son muchos los
malestares que se dan para que el pueblo asuma posiciones de liderazgo y
gobierno. Lo que en el pasado fueron las revoluciones comuneras, hoy asoman
voces nuevas para expresar su inconformidad. El derecho a la protesta es eso, un derecho inviolable que ninguna ley
puede desconocer. La sociedad avanza hacia vencer los desencantos de la
gobernanza. El retrato social vive sacudido por tantas comedias públicas. De
allí que la rebeldía cunda contra las falsas expectativas del régimen., pare
que Colombia se merezca así misma, renaciendo limpia y transparente.
Lo
real, lo original, al decir de Fernando González es una articulación social de
las manifestaciones de la vida, es poder vital que penetra en el caos de los
posibles... Esto nos lleva a predicar que el caos es visible, viviente, génesis
de los poderes y las dominantes acciones humanas, que nos llevaran a las raíces
sociales nativas, esto es, volver a lo social con todos los elementos
productivos, para establecer la convivencia, para construir un universo por
fuera del entramado existente, por fuera del deísmo y la entropía del régimen,
sin ejercer tonos irónicos, burlones y sarcásticos.
Un
fantasma recorre el mundo cual onda expansiva apocalíptica... La desconfianza.
La fuerza nefasta del nihilismo sella la palabra oral y escrita. Hasta el
silencio está lleno de mentiras y desconfianzas. Todos bajo la egida de la
rebeldía pacifica vayamos tras el desarme de la mentira, la madre perpetua de
la corrupción y la impunidad. Desarmemos nuestros corazones llenos de odio y
despejemos nuestras conciencias de la abominable actitud lumínica impregnada
por la carencia de todo valor. La esfinge del individuo mediocre prima sobre la
faz de la tierra y debe ser derribada, para que un nuevo ser humano nazca firme con la solidez propia
que exige la democracia y la unidad social, política y económica.
Gritos
de esperanza llaman al no a la guerra social, a la política y al orden
climático. El colectivo de la sociedad mundial está en la línea del
levantamiento rebelde ante un imperio invasor, productor de tecnología con
fines de seducción y adormecimiento, que juzga y rechaza la solidaridad, que
crea condenas extraídas de su agresividad, que proporciona tempestades de
violencia, que expande soluciones con innobles competencias, que divide al
mundo por medio de malditas guerras de distintos objetivos formando estragos
por todo el orbe, generando marginados, desplazados, condenados a vivir la
miseria y el desamparo, condenando al otro a vivir en la indiferencia.
El Pueblo Colombiano: hay que salvar la patria, la nación colombiana, “ la Patria.el Pueblo y la Nación no son pasiones inútiles”…
No
más voces que anuncien guerras económicas, sociales, laborales basadas en
cambios de sus respectivas estructuras con leyes impopulares, que reviven y
crean todo tipo de masacre social y de desajuste cultural, pero que con la
comunicación constituyen el escenario capaz de infundir con un lenguaje claro
mensajes de vinculo y pertenencia colectiva, sin inferir ningún tipo de
violencia.
La
crisis de que tanto se habla viene de siempre. Camus lo anuncio por allá en
1946, aludiendo que desde la muerte física del maestro Sócrates hasta nuestros
días la crisis humana es un hecho evidente. Decía que vivimos el absurdo por lo
que debemos cumplir los principios y valores, despojarnos de odios, repensar la
política, denunciar y rechazar la violencia y unirnos como pueblo, en una
ferrea unidad para repensar la politica para conquistar la libertad
responsable, lejos de toda mentira, de toda xenofobia, de los poderes nefastos.
La alteración social por su dinámica equivoca y perversa llevara a generar conciencia
social positiva tal, que va a desembocar en la búsqueda de un relax social,
donde un yo social no se identifique con un yo real, teniendo a los medios como la gran coyuntura hermenéutica.
El
Kairós social real evocara a que el gran capital de la perversidad, las grandes
ideologías capitalistas, se acerquen a la socialización, permitiendo una
comunidad social integral, esto es, todo el ámbito económico deberá ser una
política equitativa, solidaria, una política más allá de las fronteras donde
desaparezcan las desigualdades humanas., que bajo el respeto de la propiedad
privada el orden productivo no será de explotación. El fluir de saberes se
asentará en una estabilización de la nueva civilización. Ante la decadencia de
la irracionalidad de la perversidad capitalista, la paz, el bien común, la
esperanza y el ajuste al contrato social a su debida medida, aterrizará en cada
ser, en cada institución del sistema. Pareciera esto una utopía, pero con razón
y conciencia social humanista, todo es posible, para llegar a las raíces de una
democracia apoyada por la tecnología social, y demás elementos de integración
que han venido buscando las sociedades.
Otro
mundo es posible….
Este
nuevo horizonte civilizatorio, acontece ante el delirio de una extensiva e
invasiva decadencia que está envolviendo al mundo, con todos lo terroríficos
procedimientos y la idiosincrasia que le ha sido propia. Decadencia de
regímenes, decadencia social, familiar, económica, política, religiosa predice
un gran acontecimiento, la caída de las tragedias, fuentes de poder, por un
nuevo momento que dote al hombre de rebeldía con causa para sobrevivir, para
construir un nuevo pueblo para todos y todos para uno. Sabemos de la existencia
de movimientos probos en favor de los débiles.
Nietzsche
decía que... la vida no se puede tasar, lo vivido no lo pueden hacer, pues ello
hace parte de la vida....... Esto es,
que tenemos que considerar la vida dentro de su condición trágica, donde se
esconden todos los vicios que le infunde al ser humano la rebeldía persistente
y las formas de resistencia con su dinámica capacidad de acción en pos de la igualdad social, para recuperar con su
activismo la catarsis propia de pertenecer a un colectivo motor de la lucha de
cambio.
La
sociedad civil vive bajo la cara oculta de los poderes de tantos arribistas que
confunden la democracia proclamando cambios en medio de violencias y con
cinismo atroz se lavan las manos cobardemente, cual Pilatos, verdugo de los
verdugos que piden justicia, que idolatran la verdad para ocultar la mentira,
que se revisten con saco leva, usando la máscara del desprecio hacia los
débiles, a quienes con sus monstruosas formas los vuelven invisibles con el
toque mágico de la incoherencia, asumiendo
papeles redentores, con la cruz como espada salvadora, cual verdaderos
sepulcros blanqueados.
Todos
debemos repensar que estamos para transformar el mundo, ampliando los
horizontes y la esperanza, y en ese discurrir, construir un nuevo concepto
social en medio de las diferencias.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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