La economía su dimensión
social, humana y solidaria.
Por Mariano Sierra Rodríguez/Escritor, Abogado, Jurisconsulto,
Analista Internacional/Barómetro Latinoamericano /ADDHEE.ONG:
“Estimado Jurisconsulto/escritor
Sierra Rodríguez, la creación científica que más nos preocupa, la más Humana,
es aquella con que se logra mejorar a la persona en la aplicación consecuente
de los conocimientos científicos, que deben estar siempre al servicio de la realización
de la persona como ser humano”: tesis de habilitación/promoción del Prof.
Moreno Peralta/IWA.
Disertación social de la economía para una filosofía del desarrollo y de
unidad comunitaria. La violencia perturba las necesidades. EL Dr. Marx decía que la doctrina predominante ha sido que la
producción determina las necesidades. La calidad de vida
depende de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer
adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales al decir del genio
pensador del desarrollo…
La Economía es una parte vital en la
vida del individuo que como tal será su huella permanente independiente de
los modelos económicos que se presenten que de otra parte asume ciertas
posiciones pues la economía se debe mover dentro de escala de valores, dentro
de la escala humana y los sistemas de capital social haciendo presencia en el
ordenamiento de una comunidad.
Como ciencia la economía, sin ser exacta se nutre a través de leyes y
principios muy propios. La economía responde a la génesis humana como elemento
base para atender la necesidad de la persona de transformar, desarrollar
y mantener los bienes que nos han sido proporcionados. Humana y acorde a los
principios sociales la economía no debe monopolizar o concentrar la propiedad
de tal manera que cree un desplazamiento o desestimulo sobre los bienes y
servicios Entonces una sociedad con sentido humano se caracteriza por la unión
de fuerzas sociales para el bien común pero muy distintas a la perversidad de
las fuerzas de la globalización capitalista salvaje cuyo común denominador es el crecimiento de la pobreza del lado débil y
de la riqueza del lado fuerte.
Se ha criticado que las crisis económicas se deben a los sistemas
imperantes del momento, hecho que es motivo de revisión pues no son las teorías
o los sistemas los causantes de las barbaries sino la falta de ética de los
gobernantes de esos sistemas y del sentido humano de los capitales. Los
distintos rasgos económicos por los que ha atravesado la humanidad no han
dejado huellas saludables. Unos y otros han desestabilizado el orden social
generando procesos individualistas concentradores de riquezas. Ninguna posición
económica ha sido capaz de responder ante las necesidades sociales y los
derechos del ser humano.
La doctrina económica solidaria reconoce derechos de propiedad siempre y
cuando esos derechos no desemboquen en abusos, en inadecuados usos de los
recursos y la búsqueda de alternativas con orientación responsable. El derecho
de propiedad para generar compromiso social debe convertirse en un deber de
solidaridad, de responsabilidad social que de valor a la dignidad y al trabajo
humano. El mundo en su totalidad está dado por el equilibrio tanto de la
naturaleza como de su composición social, pero el individuo oligarca ha
roto ese equilibrio generando un descontrol con sus conductas agresivas.
¿Cómo se debe entender la globalización?¡La globalización
del capitalismo salvaje es otra cosa!
Hoy se habla de una globalización más centrada en lo económico, pero no
tiene sentido tal magnitud pues sus bases no se hallan circunscritas a un pacto
social para el bien común. Una globalización si busca que todos los pueblos
sean parte de procesos solidarios no puede aceptar que se releguen unos para
favorecer otros. La globalización debe buscar fuentes globales de trabajo que
combata cualquier economía de mercado que amenace la libertad al trabajo, a la
propiedad, a los recursos a los valores humanos, a toda desigualdad, que
proteja la biodiversidad/entorno ecológico.
La economía ve una expresión social en la persona, una gestión de
relación, de confianza, del compartir necesario para hacer frente a las
necesidades sociales y espirituales. Así mismo la economía está en la búsqueda
del valor del trabajo humano pues sin éste ella no sería nada. La economía
propende por la ganancia justa que en términos sociales es humanista
considerando de otra parte la existencia empresarial como comunidad de
producción y trabajo al servicio del hombre y la economía solidaria se enmarca
en ese espíritu de fuerzas sociales, uniendo capital agrícola e industrial en
una sólida entidad cooperativa que democratice la economía, como propuesta
sostenible y transformadora donde el eje es la persona humana.
La participación de la economía en el desarrollo social se considerará
en la medida de `políticas responsables integradas donde la participación
ciudadana esté involucrada abriéndose espacios culturales, sociales, políticos,
religiosos para una convivencia sana y digna. El consumo aliado de la perversa
economía de hoy es un modelo del vivir contemporáneo que se ha venido
desarrollando excesiva y peligrosamente con grandes
desfases acompañado de enormes desigualdades erigiéndose como
un dios de los economistas que despersonifica, que descalifica la escala de
valores, pues el consumo señala que eres persona si estas al día en
determinadas modas, o vives en ciertos lugares, o posees cierta clase de vehículos
y bienes o en general si estas a tono de lo que ofrece el mercado.
El consumo crea entonces necesidades donde no las hay, pero si quieres
ser superficial debes unirte a esa línea comercial dentro de una cultura disque
de la libertad del amor por lo que tienes o usas y no por lo que eres como
persona. La sociedad ha olvidado la ley natural que es precepto por el cual el
hombre no debe hacer aquello que le
sea destructivo o elimine los medios para conservarla. Si tiene en cuenta la
ley natural de la persona en su proceso de transformación hará más alto
el objetivo económico del cooperativismo.
Una economía humanista, solidaria hace eco a un sistema financiero de
principios éticos donde la usura y el desgreño del mercado financiero no deben
tener espacios, donde ningún método de producción y comercialización desigual
se alce triunfante y por el contrario sea combatido. Una economía humana y
solidaria se conduce por el respeto al trabajo y éste se sublime como un medio
para progresar y dignificar al ser humano, y se respete el derecho de
asociación.
Una economía humana y solidaria protege el derecho al trabajo de la
mujer y a las tareas del hogar y a toda reivindicación de sus derechos. Una
economía humana y solidaria abandera la abolición del desempleo y la lucha para
que se mantengan condiciones dignas, seguras, salubres para el trabajo donde la
seguridad social no se lesione y se deponga toda acción corrupta imperante hoy.
Las riquezas económicas no obstante la posesión en pocas manos y con
protección legal está para realizar una función social al servicio del ser
humano. Hoy en día vivimos una economía del consumo de una
parte, de la crisis de otra parte dada por el afán egoísta del empresario
oligarca. La economía del consumo está haciendo estragos en nuestra
sociedad y en el mundo entero generando más riquezas para unos y más miseria
para otros.
El consumismo es una forma como se distorsiona la realidad pues hace que
las necesidades vitales se cambien por necesidades efímeras. El universo está
dado por un equilibrio integral de naturaleza, clima y orden social pero el empresario
oligarca se ha encargado de desequilibrar ese orden violando leyes
naturales y sociales estableciendo procesos y políticas destructoras
que se ven en las contiendas electorales-
La empresa es una sociedad de capital humano y material donde ambos
conjugan responsabilidades para el bien común, para generar trabajo y en su
proceso considera un abanico de vínculos o vasos comunicantes como la
tecnología, las finanzas, la cultura, el medio ambiente, el comercio, las
comunicaciones, y otros conexos. La doctrina
social nos enseña que.... Acrecentar el sentido transformador del universo
constituye la base de todo desarrollo humano y se afirma además que “La
persona está dada para comprender cada vez más su vocación solidaria.
Vocación que como otros aspectos de su vida se circunscribe a la moralidad de
su conciencia “.
Pero la vocación solidaria se pierde en la oleada de la economía salvaje
que aniquila la sociedad en un torbellino de desigualdades. En la lucha global
contra la economía predominante que invade sin clemencia surgen aliados o
factores desmoralizantes en lo político, lo social. Lo religioso, lo laboral.
Lo familiar. la Solidaridad social se hace inminente para contrarrestar el
desafío del pensar monopolista. La unidad
económica está ligada al orden espiritual, orden que no puede ser desconocido y
dejar al hombre aislado donde él es actor principal.
La espiritualidad hace trascender para lograr su carácter.
La espiritualidad en sus dos dimensiones afianza la conciencia para que ella
transite por sendas de transformación al servicio de la persona atajando
las desviaciones sociales generadas por el egoísmo y los afanes de riqueza.
El mundo necesita socializar la economía. El sistema económico
perversamente imperante debe cambiar, debe ceder para que la humanidad pueda
convivir armónica y saludablemente relegando la economía de la riqueza y la
explotación cambiándola por un sistema solidario ya que la persona se
realiza en lo colectivo y no en el capitalismo salvaje que es sistema
individualista tal como hoy se concibe.
No cabe duda que el capitalismo exige una revisión a fondo en todos sus
contextos individualistas, capitalista salvaje, expansionismo fomentador
de poderes minoritarios y de la globalización concentradora y exportadora de riquezas, de ideas, de
pensamientos, de sistemas que impiden la colectivización.
La economía como ciencia social integra a la persona por su
contexto de llevar a cabo actividades productivas donde ella se enfrenta a
sí misma, y con la otra en un diálogo integrador para obtener un mismo fin.
Desafortunadamente, la economía compite de manera egoísta, pues los sectores
productivos como integrantes de un sistema desigual agreden el bien común
frente a sus propios intereses.
La economía junto con el poder gubernamental y político deben ser
instrumentos para fundamentar un equilibrio y un orden social, pero estas dos
fuerzas en la actual y compleja civilización conjuntamente con otros
instrumentos sociales son agresivos al bienestar social y repudian toda acción
humanista que propicie procesos colectivos de unidad y convivencia. Un freno a
estos despotismos lo será un derecho social en un estado social que libere y
controle las inversiones y los mecanismos arbitrarios basados en la
solidaridad.
Urge acelerar ese compromiso social que viene diciéndonos propiciar
acciones conjuntas para solucionar los problemas que el individuo empresario
oligarca mismo ha creado como la violencia, la corrupción, el desgreño de
los gobiernos y de otros organismos sociales, el inadecuado uso de los recursos
la falta de control y el ejercicio de una justicia acordes con los principios,
los valores y los derechos fundamentales.
Lo colectivo es la suma de esfuerzos humanos y de recursos naturales
para el bien común. Todos los seres estamos sometidos a procesos de
socialización. Desde la familia se aprende el ejercicio
solidario haciendo posible la realización de las condiciones dinámicas de la
vida social. Esta característica hace posible construir instituciones sociales
donde se hace efectivo el trabajo para la transformación.
Es un deber moral y civil luchar contra métodos económicos y políticos
que vayan a consolidar dominios o abusos y monopolios de los medios
productivos. Es necesario impedir los procesos anclados en la explotación del
hombre por el hombre. Esta práctica hay
que combatirla con una ética social y una cultura política que integre
equilibrio social. Equilibrio que se expresa en sistemas de desarrollo
sostenible, gestión y control de la economía llamada por algunos como el
capitalismo social con conciencia social que rompa toda esquema incoherente
entre lo que se dice, se hace y lo que debe ser. Hay necesidad de cambiar
los paradigmas con base en una gestión económica y política presionando nuevos
procesos globales transparentes con leyes sociales que promulguen orden y
respeto y un amplio sentido de enriquecimiento humano
estableciendo relaciones armónicas.
Frente a los hechos despóticos que sacuden al mundo, a nuestro país
(caos, crisis, corrupción) siempre estamos observando su generalidad con tal
forma que nos conformamos siendo indiferentes sin hacer nada por rebelarnos o
denunciar. ¿Porque no nos adentramos a conocer las causas en profundidad
generadoras de esos hechos porque esas causas son ocultadas mediante sofismas
de distracción por quienes ejercen el poder político,
económico y social?
Acompañemos este discurso con un planteamiento agudo del asunto que nos
dice…Vivimos una época trascendental, lo cual significa que los cambios de
paradigma no solo son necesarios, sino imprescindibles.... y agrega... y no hay
que olvidar que América latina ha aprendido a costa de mucho dolor, que, si en
el país de los ciegos el tuerto es rey, en las sociedades enfermas son los
necrófilos los que detectan el poder....
Conque visión social vislumbró el General Libertador Simón
Bolívar Palacios y Blanco lo que nos sucede “hoy señalando que un verdadero sistema
político es el que genera mayor felicidad, mayor seguridad social y mayor suma
de estabilidad política”. El pensamiento Bolivariano no era otro que encausar
el cambio social en beneficio del país y la formación de nuevos procesos
colectivos para crear una sociedad comunitaria. Pueblos de la Patria Continente,
América Latina y el Caribe, hagan un esfuerzo por entender al general Libertador
Bolívar Palacios y Blanco
Lo subrayado es nuestro.
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