“Gracias compañeras, gracias compañeros. Yo les dije un día, a la
lealtad de Ustedes, responderé con la lealtad de un Gobernante del Pueblo, con
la lealtad del Compañero Presidente”.
“La nueva moral en el Gobierno Popular, se podrán meter los pies, pero
jamás las manos”…
El compañero Presidente en la
Gran Logia de Colombia y en el Congreso de la Patria del sacerdote Camilo
Torres Restrepo, del Dr. Jorge Eliécer Gaitán y del Premio Nóbel de Literatura,
Gabriel García Márquez.
Habla el combatiente de la Patria
Continente América Latina y el Caribe, el Dr. Salvador Allende Gossens, Presidente
de Chile, 30/08/1971, en el Congreso de Colombia.
En el congreso Colombiano:
“Uso esta tribuna como un
combatiente de la Patria Continente América Latina y el Caribe. Ella necesita culminar
una etapa que se iniciara en el Siglo XVIII, cuando Tupac Amaru levantara la
rebelión de los indígenas y con frases lapidarias marcara una época al
decirles, a los suyos: ‘el patrón no
comerá más de tu hambre…’
Ante la complejidad de
los problemas políticos, económicos y sociales a vencer en el mal llamado
período de “crisis” a nivel nacional e internacional, que se echan unos a otros
los políticos, que no están a la altura de las circunstancias y obligaciones,
parafraseando al maestro libertador José Martí Pérez, les decimos, a los
trabajadores, a los jóvenes y a las personas conscientes “la libertad es el
derecho que toda persona, ser humano, tiene a ser honrado, a pensar por sí
mismo y hablar sin hipocresía. Una persona que obedece a un mal gobierno sin
luchar para cambiarlo, no es una persona honrada, honesta, etc. El niño, el
joven que no piensa en lo que sucede a su alrededor y se contenta con
sobrevivir sin saber si vive honradamente, es como un individuo, que vive del
trabajo de un bribón y está en camino de ser bribón…”
A los trabajadores, a
la juventud, a nuestros asociados, le hacemos llegar adjunto la clase magistral
de un ser humano leal, honesto, digno y consecuente que hizo historia, el
Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, dada en la Logia
de Colombia, mirífica, didáctica, orientadora y muy vigente que nos precisa
que “el pasado no está olvidado, muerto, ni siquiera ha pasado”. “En tiempos
infames como el actual en que reina la mentira, decir la verdad es un acto
revolucionario…”
“Rompan el
aislamiento, vuelvan a sentir la satisfacción de un acto de dignidad, de
libertad, hagan circular esta información…”
“… LAS PERSONAS SIN
IDEAS ARRAIGADAS Y SIN PRINCIPIOS, SON COMO LAS EMBARCACIONES, QUE PERDIDO EL
TIMÓN, ENCALLAN EN LOS ARRECIFES”
Plan :. pronunciada
por el Q :. H:. Salvador Allende, presidente de Chile, durante la Ten:.
del Gran Ori :. de la Gran Log:. de Colombia, con sede en Santafé de
Bogotá, el día 28 de agosto de 1971.
Serenísimo Gran Maes:. de
la Gran Log:. de Colombia, QQ:.HH:. Integrantes del Sup:. Con:. Altos
Dig :. de la Orden, QQ:.HH:. todos:
Pienso, mirando hacia
el comienzo de mi vida, y aún joven, que no recibí con facilidad el derecho de
ser miembro de la Gran Logia de Chile, porque había sido un
estudiante rebelde. Y si golpeé las puertas de la Resp:. Log:. Progreso
# 4 de Valparaíso, lo hice con la profunda convicción y
teniendo el acervo de los principios masónicos inculcados en mi hogar y en el
hogar de mi padre.
El Q:.H:. Ramón
Allende Padin, fue Serenísimo Gran Maestro de la Gran Logia de Chile y
fundador de la Logia cuyas puertas se abrieron para mí en Valparaíso, siendo la
segunda Logia en el país. Tenía plena conciencia de que la Orden no es ni una
secta, ni es un partido. Que al desbastar el hombre la piedra bruta, se
preparará para actuar en el mundo profano y es obligación de los masones actuar
en él sobre las bases de los principios permanentes de la masonería. Por eso no
diré para agradecer, porque me parece que ese es un término impropio entre
HH:., sino para testimoniar el contenido generoso de las palabras del Soberano
Gran Comendador y del Serenísimo Gran Maestro para un hermano que tengo que
recordar también la noche de mi Iniciación, cuando oí por vez primera, en el
ritual, que los hombres sin principios y sin ideas arraigadas, son como las
embarcaciones que roto su timón, se estrellan contra los arrecifes. También
supe que en nuestra Orden no había ni jerarquías sociales ni fortunas. Por eso
desde el primer instante se fortaleció mi convicción de que los principios de
la Orden, proyectados al mundo profano, podían y debían significar una
contribución al gran proceso renovador y bullente, que buscan los pueblos en
todo el orbe y, sobre todo, los pueblos de este Continente cuya dependencia
política y económica acentúa la tragedia dolorosa de los países en vía de
desarrollo.
Por eso, teniendo la
seguridad de que la tolerancia es una de las virtudes más profundas y sólidas,
a lo largo de mi vida masónica, que alcanza ya a los 33 años, planteé en las
planchas masónicas en las diversas Logias de mi patria la seguridad, cierta
para mí, de que podía coexistir dentro de los Templos con mis HH:. , a pesar de
que para muchos era difícil imaginar que lo pudiera hacer una persona que en la
vida profana públicamente dice que es marxista. Este hecho, comprendido dentro
de las logias, fue muchas veces incomprendido en mi propio partido. Más de una
vez en los congresos del partido que fundara nada menos que un Ex Serenísimo
Gran Maestro de la Orden Masónica de Chile, Eugenio Matte Hurtado,
se planteó la incompatibilidad entre ser masón y ser socialista. Es más dura la
intolerancia en los partidos políticos. Yo sostuve mi derecho a ser
masón y ser socialista. Manifesté públicamente en esos
Congresos, que si se planteaba esa incompatibilidad, dejaría de ser militante
del partido socialista, aunque jamás dejaría de ser socialista en cuanto a
ideas y principios; de la misma manera, sostuve que el día que en la
Orden se planteara, cosa que no me podía imaginar, la incompatibilidad entre mi
ideario y mi doctrina Marxista y ser masón, dejaría los Talleres, convencido de
que la tolerancia no era una virtud practicada. He podido sortear esta realidad
y creo que tan solo puedo ofrecer a los HH:. de la Gran Logia de Colombia una
vida leal a los principios de la Orden, dentro de la Orden, y en el Mundo
Profano.
Durante muchos años,
desde estudiante, que supe de la cárcel y de la exclusión de la Universidad y
de la relegación, hasta hoy, he sido consecuente con mis convicciones. Mis
batallas en un mundo político convulsionado, pero en un país que políticamente
ha alcanzado altos niveles, a veces sin ninguna posibilidad y seguro de ello,
de llegar al solio de los presidentes de Chile.
Me interesaba abrir un
surco, sembrar una semilla, regarla con el ejemplo de una vida esforzada para
que algún día diera su fruto esta siembra, no para mí, sino para mi pueblo,
para el de mi patria, que necesita una existencia distinta. Chile, si bien es
cierto que es un país que políticamente ha alcanzado -como lo dijera hace un
instante- niveles más altos en el desarrollo político que otros países de este
Continente; si bien es cierto que Chile, es un país donde la democracia
burguesa ha permitido el desarrollo de todas las ideas; si bien es cierto
-repito- que esto es así, ello se ha alcanzado por la lucha de los sectores
populares, a fin de que se respete el derecho del ciudadano y las conquistas
alcanzadas por el pueblo y que han sido logradas en heroicas batallas por la
dignidad, por el pan y por el trabajo. Si bien es cierto que Chile ha logrado
en lo político ser un país independiente, desde el punto de vista económico no
lo es; y nosotros pensamos que es fundamental alcanzar esa independencia
económica para que sea nuestro país auténticamente libre en lo político. Y
pensamos que es fundamental que ello se logre, como pueblo, nación o país; así
como es fundamental que el ciudadano de mi tierra pierda el temor a la vida,
rompa con la sumisión, tenga derecho al trabajo, a la educación, a la cultura,
a la vivienda, a la salud y a la recreación.
Pensamos que el ser
humano de Chile tiene que vivir el contenido de palabras tan significativas y
que constituyen la tríada de los fundamentos masónicos: FRATERNIDAD, IGUALDAD Y
LIBERTAD. Hemos sostenido que no puede haber igualdad cuando unos pocos lo
tienen todo y tantos no tiene nada. Pensamos que no puede haber fraternidad
cuando la explotación del hombre por el hombre es la característica de un
régimen o de un sistema. Porque la libertad abstracta debe dar paso a la
Libertad Plena. Por eso hemos luchado. Sabemos que es dura la tarea y tenemos
conciencia de que cada país tiene su propia realidad, su propia modalidad, su
propia historia, su propia idiosincrasia. Y respetamos por cierto las
características que dan perfil propio a cada nación del mundo y con mayor razón
a las de este Continente. Pero sabemos también, y a la plenitud de conciencia,
que estas naciones emergieron rompiendo el correaje por el esfuerzo solitario
de Seres humanos que nacieron en distintas tierras, que tenían banderas
diferentes, pero que se unieron bajo la misma bandera ideal, para hacer posible
una América independiente y unida. La historia nos enseña que
unas pocas Logias irregulares, como las Lautarianas, fueron la semilla y la
simiente de las luchas emancipadoras, y aquí, en la Gran Logia de Colombia,
puedo recordar con profunda satisfacción que Bolívar escribió
a O´Higgins directamente desde Sucre, y que su
palabra encontró eco en el Padre de la Patria Nuestra, que “entregara la
lección de tenacidad” cuando supo de las derrotas, pero supo también de la
entereza para resarcirse de ellas; y en tierra hermana argentina buscara junto
a San Martín, la posibilidad de la batalla decisiva que liberara a
Chile; y tuvo la visión en el Cono Sur de la América que tuvo Bolívar en su
ansia justa, para el resto del Continente. Por eso, un día 20 de Agosto, desde
la Rada de Valparaíso despidió con estas palabras a los barcos de la expedición
libertadora del Perú: “De estas cuatro tablas depende el porvenir
de América”. Fueron soldados de Chile y Argentina los que
contribuyeron a la liberación del Perú. Por eso, con modestia en la dimensión
de la realidad, y sabiendo que en el mundo contemporáneo, más que la persona,
son los pueblos los que deben ser y son los actores fundamentales de la
historia, busqué la posibilidad de hacer que este pueblo, el de Chile, tomara
conciencia de su propia fuerza y supiera encontrar su propio camino. No ha
habido, por lo tanto, más que un aporte en lo personal. Han sido las grandes
mayorías populares chilenas, las mayorías nacionales, integradas por campesinos
y obreros, por estudiantes, empleados, técnicos, profesionales, intelectuales y
artistas; han sido ateos y creyentes, masones y cristianos, laicos; han sido
personas con definición política en partidos centenarios, como el radical, o
sin domicilio político, los que convergieron en un programa que levantó la
voluntad combatiente del Pueblo Chileno, para enfrentar al reformismo de la democracia
cristiana y a la candidatura que representaba lo tradicional del
capitalismo del señor Jorge Alessandri. Chile, por lo tanto, vivió
la etapa prolongada y no estéril de los gobiernos típicamente capitalistas.
Digo no estéril, porque he sostenido que nuestro país ha sido o es uno de
aquellos en que la democracia burguesa ha funcionado propiamente como tal.
Las Instituciones
chilenas tienen una firmeza más que centenaria; y este año el congreso de mi
patria, del cual formé parte durante 27 años, dos años como Diputado y
25 como Senador, va a cumplir 160 años, casi en ininterrumpida labor. Yo
diría de ininterrumpida labor. Por eso no renegamos de lo que antes se hizo,
pero comprendemos que el camino de ayer no puede ser el mismo camino de mañana.
Por eso en el proceso político al viejo sistema sucedió la brillante esperanza,
sembrada demagógicamente, de una revolución y libertad caracterizadas por el
reformismo de la democracia cristiana. Tampoco niego que ese gobierno, al cual
sucede el gobierno del pueblo, no hiciera avances en el campo económico, social
y político; pero siempre están en pié los grandes déficit que caracteriza la
existencia de pueblos como los nuestros: vivienda, trabajo, salud, educación y
cultura. No hay ningún país en vía de desarrollo que haya logrado solucionar
cualquiera estos rubros esenciales y menos en este Continente donde un vasto
sector humano ha sido negado y desconocido; sean los descendientes de Atahualpa o
los hijos de Lautaro en mi Patria del heroico Pueblo
mapuche, el indígena, el mestizo; han sido y, lamentablemente, a pesar de
que dieron la simiente de nuestra raza, preteridos, postergados y aún negados
en muchos países. Por eso nuestro combate y nuestra decisión tenían que ser no
un cambio político, no el traspaso del gobierno de un hombre a otro, sino la
entrega de un régimen a un pueblo que quiere la transformación profunda en lo
económico, en lo político y en lo social. Para abrir el camino dentro de su
legítimo derecho al socialismo, Chile -he dicho, Serenísimo Gran Maestro- tiene
su propia historia, como la tienen los otros pueblos con sus propias
características. Y Colombia sella como Chile su vocación
democrática y libertaria. Pero nosotros vivimos en 1938 una etapa distinta a
todos los pueblos de este Continente y a la mayoría de los pueblos de Europa y
de otros Continentes. Chile fue uno de los tres países del mundo en que hubo un
“Frente Popular”. Y un ser humano masón y radical, Pedro Aguirre Cerda,
alcanzaba el poder por las fases políticas del entendimiento entre el partido
radical, más que centenario, y los partidos marxista, comunista, socialista y
el partido democrático. En mi Patria, y más allá de mi Patria, se combatió la
posibilidad de la victoria del Frente Popular. Se echaron a vuelo
las campanas del terror y del pánico. Se habló de los ” tontos útiles” para
decir que los comunistas y los socialistas se aprovecharían de los radicales
para instaurar una dictadura. Y Aguirre Cerda, radical liberal, se engrandeció
en el ejercicio del poder porque vitalizó el contacto con el pueblo y su
lealtad hacia él. Y cuando un día aciago, soldados que no respetaron el
compromiso contraído con su conciencia y con la Constitución política, se
levantaron con el pretexto fútil de que un trapo rojo ondeaba en La
Moneda de Chile, porque un pabellón partidario se había apoyado en su
muralla, fue el pueblo el que rodeó los cuarteles.
Fue el pueblo sin
armas el que los obligó a rendirse, sin que sus heroicos soldados dispararan un
solo tiro frente a una multitud dispuesta a defender a un radical masón, pero
maestro y estadista. Por eso en la raíz del proceso de la evolución política
chilena, hay antecedentes que no tienen otros paralelos, y por eso se hace
difícil entender lo que hoy acontece en mi Patria; y por eso es raro que hoy se
tema la presencia de un masón o de un marxista/socialista en el gobierno de
Chile. La verdad es, Serenísimo Gran Maestro, que nadie en mi Patria, ni más
allá de las fronteras, puede llamarse a engaño. Durante más de un año dimos a
conocer el programa de la Unidad Popular -repito- integrada
por laicos, marxistas y cristianos, por hombres de la pluma, del arado y del
riel. Nadie que lo quiso, dejó de conocer por qué luchábamos y para qué
luchábamos. Siempre sostuve que era difícil ganar en las elecciones, que era
más difícil asumir el gobierno, que aún era más difícil construir el
socialismo. Siempre expresé que esa era tarea que no la podía hacer una persona
o un grupo de partidos, sino un pueblo organizado, disciplinado,
consciente, responsable de su gran tarea histórica, y los hechos han comprobado
lo que yo sostuviera. Fuimos tan combatidos como en el año 38. Y yo,
que he sido varias veces candidato, tengo la experiencia de hasta qué métodos
se recurre para impedir el avance de los pueblos. Una impresionante cruzada se
gestó en el 69 para diseminar el pánico de la persecución religiosa, el temor
de que fueran eliminadas las fuerzas armadas de Chile, de que fuese suprimido
el Cuerpo de Carabineros; argumentos sencillos, pero capaces con su
maldad encubierta, de ser asimilados para negarnos los votos que necesitábamos.
Siempre sostuve que cada país, de acuerdo con su propia realidad, debía buscar
el camino. Por lo tanto, agregué que, desde el punto de vista teórico,
para mí por lo menos, el foco guerrillero, la insurgencia armada, el pueblo en
armas o las elecciones, eran caminos que podrían elegir los pueblos dentro de
su propia realidad. Yo no tengo ambages en decirlo.
Hay países en que
nadie se puede imaginar que puede haber elecciones porque no hay congreso, ni
partidos ni organizaciones sindicales. Por eso pisamos ese sendero dentro de
las leyes de la democracia burguesa, comprometidos a respetarlas, pero al mismo
tiempo a transformarlas, para hacer posible que el ciudadano de Chile
tenga una existencia distinta y que Chile sea auténticamente una Patria para
todos los chilenos. Hemos planteado una revolución auténticamente
chilena, hecha por chilenos, para Chile. No exportamos la revolución chilena,
por razones muy sencillas: porque algo sabemos de las características de cada
país. Para exportar democracia y libertad tiene que haber algunas condiciones
que no tienen la inmensa mayoría de los pueblos latinoamericanos. Por eso es
que entre Hermanos, en la Gran Logia de Colombia, pueden darse cuenta ahora de
la sinceridad de nuestra postura de no intervención. Es la entrega franca del
planteamiento de un Hermano, frente a Hermanos. La batalla nuestra es muy dura
y muy difícil porque, indiscutiblemente, para elevar las condiciones de vida de
nuestro pueblo, necesitamos hacer las grandes transformaciones revolucionarias
que hieren intereses: intereses foráneos, el capital extranjero, intereses
imperialistas, intereses nacionales de los monopolios y de la alta banca.
Estamos convencidos de que no podremos derrotar el retraso y la ignorancia, y
la miseria, moral y fisiológica, si no utilizamos los excedentes que produce
nuestra propia economía para sembrarlos en escuelas, universidades, hospitales,
caminos, haciendas trabajadas con técnica moderna, para hacer posible -repito-
el rendimiento en nuestra propia patria, de lo que legítimamente nos pertenece.
Solo puedo ilustrar, para que se entienda nuestra posición, el caso de Chile, con el
cobre, por ejemplo: riqueza fundamental, pilar de nuestra economía, representa
el 82% del presupuesto de divisas del país, y nos da el 24% del ingreso fiscal, Serenísimo
Gran Maestro. Y esto ha estado manejado por manos que no son chilenas. La
inversión inicial de las compañías estadounidenses del cobre no superó hace 50
años los 13 millones de dólares; y a lo largo de estos años han salido de Chile
3.200 millones de dólares para ir a fortalecer a los grandes imperios
industriales. En estas condiciones, ¿cómo podemos progresar? ¿Cómo un
pueblo que tiene las más grandes reservas de cobre del mundo y la más grande
mina del mundo que es Chuquicamata, no puede controlar ni los
precios, ni los niveles de producción, ni los mercados, cuando la variación en
un centavo en el precio de la libra de cobre representa un mayor y nuevo
ingreso para Chile de 12 millones de dólares? ¿Cómo es posible, que ese que yo
he llamado con razón el sueldo de Chile, sea manejado por manos que no son
chilenas? Yo declaro que en esta actitud nuestra de rescate de nuestras
riquezas fundamentales no hay, QQ:. HH:., una actitud ni discriminatoria ni
contraria a los pueblos.
Respetamos a los Estados
Unidos como nación; sabemos su historia y comprendemos perfectamente
bien la frase de Lincoln cuando dijo: “Esta nación
-refiriéndose a su patria- es mitad esclava y mitad libre”. Esa misma palabra,
esa misma frase, puede aplicarse a nuestros pueblos aparentemente libres pero
esclavos en la realidad moderna. Por eso hemos luchado y por eso somos
combatidos. He puesto el ejemplo del cobre y podría hablar del hierro, del
acero, del carbón y del salitre, y podría hablar de la tierra. En un país que
puede alimentar a 20 millones de habitantes o más, se tiene que importar todos
los años carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite, por un valor superior a los
180 ó 200 millones de dólares. Si continuara el proceso de aumento vegetativo
de la población a razón del 2,9% al año, y no aumentara la producción agrícola,
en el año 2000 Chile tendría que importar mil millones de dólares en alimentos.
Y todo el comercio exterior de Chile en este instante, Serenísimo Gran Maestro,
son 1.200 millones de dólares, de los cuales el cobre representa 1.030
millones. En estas condiciones tampoco podría estar ausente de la mente
nuestra, la necesidad de un profunda reforma agraria, que es parte del proceso
de desarrollo económico de un país, y que no es sólo el cambio de propiedad de
la tierra sino la elevación del nivel intelectual y moral del trabajador de la
tierra. Nosotros hemos hecho nuestra la frase de Tupac-Amaru, el
cacique Inca del Perú, cuando dijo a sus hermanos de raza: “El patrón no comerá
más de tu hambre”. Hemos querido efectivamente que el trabajador de la tierra
sea el que tenga derecho también a comer lo que la tierra produce. Y yo, que
soy médico, y que he sido cinco años Presidente del Colegio Médico de
Chile, siendo combatiente senador socialista, que sé lo que es la vida
gremial, y que puedo decir con satisfacción a mis hermanos que los médicos de
mi Patria me respetaron y me respetan, puedo señalar con dolor chileno, lo que
seguramente también pasa en otros pueblos: 600.000 niños de mi patria,
Serenísimo Gran Maestro, que han alcanzado el nivel político que he mostrado
aquí, son retrasados mentales, porque no recibieron proteínas en los primeros
seis meses de su existencia. Frente a estas realidades no cabe el
conformismo. Frente a este panorama cabe la explicación en el mundo profano de
los principios que a mí me enseñaron y aprendí en la Orden. Por eso he
combatido, y por eso, no en lo personal, sino en función de vocero de un
pueblo, soy Presidente de mi Patria, para cumplir sin vacilaciones el programa
que levantara la frente al pueblo; porque tengo un compromiso ante mi
conciencia, y es un compromiso de un masón frente a la conciencia de un masón,
y tengo un compromiso con la historia y tengo un compromiso con mi Patria. Esto
va a significar represalias. Herir intereses es duro, y que esos intereses se
defienden, lo sabemos y ya lo estamos viendo. Pero, ¿hasta dónde los pueblos de
este Continente van a aceptar que seamos manejados por control remoto? Durante
20 años se ha hablado del Fondo Monetario Internacional, de la
convertibilidad de la moneda en oro. Y de la noche a la mañana, cuando le
interesa al país hegemónico estadounidense, se cambian las reglas del juego y
se golpean nuestras débiles economías. Durante 15 ó 20 años hemos visto que a
las Naciones Unidas no puede ingresar la República
Popular China, país de 900 millones de habitantes. Pero cuando conviene al
problema interno de un país, en vísperas de elecciones, se puede decir que se
reconocerá a China y puede viajar el Presidente de los Estados Unidos a
conversar conMao Tse Tung. Pero nosotros no podemos hacerlo antes.
¿Hasta cuándo no vamos a ver nosotros que tenemos derecho a trazar nuestro
propio camino, a recorrer nuestro propio sendero, a tomar las banderas
libertarias de los próceres de este Continente americano para convertirlas en
realidad, porque esa es la tarea que nos entregaron? Si eso es ser
revolucionario, yo lo soy, pero si eso es ser masón, también sostengo que lo
soy.
Por eso puedo decirles
también a los QQ:. HH:. de la Gran Logia de Colombia: en mi patria no hay un
hombre encarcelado ni una mujer encarcelada por motivos políticos; en mi patria
se respetan todos los derechos. Y esta noche he tenido el agrado de llegar a
este Templo acompañado del Embajador de Chile en Colombia, Q:.H:. Hernán
Gutiérrez. Viene también con nosotros el Director General de Carabineros,
General José María Sepúlveda que es también un Hermano
nuestro, y él sabe perfectamente bien, como lo sabe el Q:. H:. Gutiérrez, que
es cierto lo que estoy diciendo. Y si hubiere todavía que buscar un testimonio,
aquí está presente un H:. que vio aquí la luz masónica, porque es colombiano,
que es embajador de Colombia en Chile, que no ha olvidado que es masón y que yo
tuve el agrado y la suerte de estrechar su mano después de ser triunfante en
las urnas, dentro de un Templo Masónico, donde llegó siendo diplomático como
llega Gutiérrez a cumplir en las Logias con su obligación masónica. Por eso
sostengo que frente al clima artificial creado antes o durante la elección, seguirán
hechos mucho más duros, que tenemos que confrontar. Pero, si hay
gobernantes o gobiernos que creen que es legítimo defender los intereses de
unos pocos, por muy grandes que sean, yo sostengo el derecho a defender el
interés de mi pueblo y de mi Patria frente a los intereses de unos pocos.
Si alguien piensa que, a estas alturas de la vida, la amenaza material puede
doblegar a los pueblos, se equivoca. Estados Unidos tiene que aprender la
lección de Vietnam. Y la lección de Vietnam es una lección para
todos los países pequeños, porque es la lección del heroísmo y la dignidad. Y
nosotros debemos entender que hay países que gastan cien mil millones
de dólares al año en una guerra, en un continente que no es el suyo, para
impedir que un pueblo se dé el destino que quiera, frente a una América Latina
que tiene que estar con manos tendidas e implorantes, para conseguir
empréstitos pequeños, gotas de leche de la gran ubre del país más poderoso del
capitalismo; en circunstancias que de este Continente, en la última
década, han salido muchos más millones por amortización de las utilidades e
intereses, que los que ingresan como aporte de capitales.América Latina,
continente pobre, es exportador de capitales, frente a la realidad del país más
poderoso del mundo, del capitalismo internacional. Es por eso que ésta
es nuestra lucha, y es por eso que uso este lenguaje que es un lenguaje de
claridad, como es la obligación de hacerlo frente a mis Hermanos. Es una lucha
frontal que no sólo será en Chile; que está dándose en todas partes del mundo,
porque vivimos el minuto trascendente en que los viejos sistemas crujen, y es
obligación nuestra mirar con ojos abiertos lo que va a ocurrir mañana, para
analizar si somos capaces de encontrar los cauces que permitan a las grandes
mayorías continuar un camino que no sea el de la violencia innecesaria y del
costo del capital elevado. Yo lo he dicho en mi país, y lo repito aquí en el
seno de los Hermanos de Colombia: yo no soy una represa, pero sí soy el
cauce para que el pueblo pueda caminar con la seguridad de que sus derechos
serán respetados. No pueden detenerse las avalanchas de la historia. No pueden
las leyes represivas calmar el hambre de los pueblos. Transitoriamente
podrán aplazarse algunos años; y quizá hasta una generación, pero tarde o
temprano se rompen los diques y la marea humana inunda, pero esta vez con
violencia -y a mi juicio justa- porque también su hambre y sufrimiento son más
que milenarios en algunas partes, y centenarios, por lo menos en nuestro
Continente americano. Si viejas Instituciones como la iglesia ven transformarse
el contenido de su propia existencia; si los obispos reunidos en Medellín hablan
un lenguaje que pudiera haber sido revolucionario hace 5 ó 10 años atrás, es
porque comprenden que el verbo de Cristo tienen que
recuperarlo para que la Iglesia católica se salve como institución,
porque si la ven siempre comprometida con los intereses de unos pocos, nadie va
a creer mañana en la verdad de la enseñanza del que la dio: el Maestro de
Galilea, considerado por mí, por lo menos como ser humano. Es por eso que
yo pienso y sueño. Sueño en la noche de la iniciación, cuando recordaba estas
palabras: que las personas sin ideas arraigadas y sin principios, son
como las embarcaciones, que perdido el timón, encallan en los arrecifes. Yo
quiero que los Hermanos de Colombia sepan que no voy a perder el timón de mis
principios masónicos. Es más difícil hacer una revolución en que no haya costo
social y es duro estrellarse contra poderosos intereses internacionales y
poderosos intereses nacionales. Pero lo único que quiero es llegar mañana,
cumplido mi mandato, y entrar por la puerta de mi Templo, como he entrado ahora
siendo Presidente de Chile.
Dr. Salvador Allende
Gossens
Presidente de Chile
Colombia, Bogotá, 28
de agosto de 1971
Gentileza de Prof.
Moreno Peralta, Secretario Ejecutivo ADDHEE/ONG
En la Gran Logia de Colombia, “En
el fragor heroico del combate, mujeres y hombres de diferentes latitudes se
unieron en el llamado, en el sentimiento, en la voluntad rebelde de
independizar nuestras naciones. Los próceres señeros de este Continente, como
el General Francisco de Miranda y Rodríguez, el General Simón Bolívar Palacios
y Blanco, el General José Gervasio Artiga, el General José de San Martín, el
General Bernardo O’Higgins Riquelme, etc., impulsaron la lucha de nuestros
pueblos contra los grupos oligarcas que se aliaron a las fuerzas foráneas y a
los capitales extranjeros.
La lucha de los pueblos ha tenido
héroes, que han sabido interpretarlos levantando con gallardía patriótica su
decisión de luchar por una existencia mejor. El maestro libertador José Martí
Pérez se expresaba de esta manera: ‘El trabajador que es aquí el atlas, se está
cansando de llevar a cuestas el mundo y parece decidido a sacudirlos de los
hombros y buscar poder caminar sin
tantos sudores por la vida, los acaudalados, los que prosperan en su sombra, no
se ocupan de defender estas reclamaciones de justicia, sino que en sobornar a
los que dictan las malas leyes para que las pongan a sus pies las libertades
públicas’.
Como colofón reitero una vez más,
es indispensable que nos demos un estatuto del ciudadano americano para
sentirnos, en realidad, Seres Humanos de un mismo Pueblo, sin perder nuestra
nacionalidad. Luchamos para que haya una Historia común que hable del pasado
nuestro.
Junto con el patriotismo y el
sentido revolucionario, presidirán los actos de los dirigentes del Gobierno
Popular, una nueva moral. Seré inflexible en custodiar la moralidad del
Gobierno”.
Habla Gabriel García Márquez, de
su admirado amigo, el compañero Presidente Salvador Allende Gossens: “Su virtud
mayor fue la consecuencia, pero el destino le deparó la rara y trágica grandeza
de morir defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués,
defendiendo una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y había de legitimar
a sus asesinos, defendiendo un Congreso miserable que lo había declarado
ilegítimo pero que habría de sucumbir complacido ante la voluntad de los usurpadores,
defendiendo la libertad de los partidos de oposición que habían vendido su alma
al fascismo, defendiendo toda la parafernalia apolillada de un sistema que él
se había propuesto aniquilar sin disparar un tiro. El drama ocurrió en Chile,
para el mal de los chilenos, pero ha de pasar la Historia como algo que nos
sucedió sin remedio a todos los hombres de este tiempo y que se quedó en
nuestras vidas para siempre”.
El liderazgo del compañero
Presidente Dr. Salvador Allende Gossens, fue junto a una trayectoria militante,
consecuente en el marco de un ideario, una lucha por sus ideales y sus sueños.
Un libre pensador socialista, marxista, una identidad y un compromiso con una
fuerza social: los trabajadores, sus únicos herederos… Le recordamos como cada
día, hoy 4 de Septiembre de 2015.
Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
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