2. LA UNIVERSIDAD CHILENA, ENTRE EL NEGOCIADO, EL FRAUDE
Y LA IRRACIONALIDAD…
El Chile pinochetista /
concertacionista / con casi quince millones de habitantes, tiene casi 70
universidades. La mayoría de los profesores universitarios están en sus
cátedras por razones no estrictamente universitarias, no estrictamente
intelectuales, sino políticas. La vida intelectual ha sido y es estrangulada
por jerarquías académicas que no se legitiman por su actividad científica, sino
por su astucia burocrática. Cuando llegue la hora de la verdadera reforma – que
es el fin último que justifica la autonomía -, la universidad chilena estará no
congelada, sino petrificada, será un fósil definitivo y sin remedio, habrá
muerto de pasotismo, mediocridad, oportunismo, chalaneo, mercantilismo,
negociados, y mucha estupidez. Esta última no tiene límite, la inteligencia sí.
Frente a esta patética realidad de la educación en general y universitaria en
particular, la clase política chilensi, exitista y autocomplaciente repite majaderamente, “¡es
lo que hay!”. Sí, una densa enmarañada y oscura red de irregularidades
administrativas e irracionalidades científicas. La educación en general más que
un fracaso, ha sido y es una estafa.
El estancamiento, la rutina, la
reproducción simplificadora de los conocimientos en la universidad, la falta de
buenas bibliotecas y laboratorios para la investigación, la escasa innovación
cultural que se propone en sus aulas – la cultura es un negociado de El
Mercurio y de Copesa / Diario La Tercera -, sus medios económicos limitados,
especialmente para las universidades estatales, así como los chanchullos,
chalaneos, las corrupciones y los fraudes sistemáticos que cometen los grupos
económicos privados, dueños mayoritariamente del negocio de la educación en
general, y superior en particular, con la aprobación del gobierno
concertacionista de turno constituye el obstáculo principal – en la suma de
diversos obstáculos -, para sanear la ecuación superior y así, la sociedad
chilena empiece a caminar con equidad, ecuanimidad, probidad, etc.
Desde hace siglos, el progreso de
los pueblos está primordialmente determinado por sus respectivas capacidades en
explorar la naturaleza, para descubrir las soluciones y efectos entre unos
fenómenos y otros, por sus posibilidades de investigar empíricamente y de
inventar teóricamente, a fin de, en suma, proponer saberes e instrumentos
científicos innovadores, así como para ofrecer cultura y prácticas sociales y
sensiblemente nuevas. Estos progresos se observan con toda claridad desde hace
muchos años, en países como: Alemania, Francia, Suecia, Japón, etc. El Chile
pinochetista/ concertacionista, no va ni a remolque de los antes citados.
Hoy más que nunca, las ciencias y
las sensibilidades innovadoras forman parte todavía más decisiva de la buena
marcha de los sistemas productivos. Sin tales elaboraciones, teórico –
prácticos, las formaciones sociales jamás consiguieron despegar o lo hicieron
de modos subordinado a las sociedades que inventaban, o volvieron a caer o continuaron
estancadas en viejos y en otros nuevos aspectos del subdesarrollo, este es el
caso de Chile. Que nadie se llame a engaño, con el “desarrollo macroeconómico
artificial”, disfrazado que la Diosa blanca y su lavadora produce en la
sucursal pinochetista/concertacionista del paraíso del imperialismo yanqui
globalizado.
Hay que ser plenamente
concientes, pues, de que Chile está en una situación gravemente contradictoria:
los gobiernos concertacionistas que administran la herencia de la dictadura de
marras, lanzan de vez en cuando declaraciones exitistas y autocomplacientes,
afirmando que “estamos integrándonos en los países desarrollados”, y a la vez,
no se financian los medios claves para alcanzar realmente esas sociedades, que
ya aplican la revolución científica – tecnológica, contando con invenciones
propias. Para la financiación de la enseñanza y de la investigación, los
gobiernos concertacionistas ponen una partida presupuestaria inferior a la de
diversos países subdesarrollados. El engaño pasa, porque generalmente se habla
de la entrega de grandes sumas de dinero para el mejoramiento de la educación
sin aclarar que éstos van a dar a las faltriqueras de los grupos privados que
comercian y lucran con el negocio de la educación. Para nadie es un misterio,
que la educación en Chile es financiada mayoritariamente por los padres de
familia y los estudiantes.
Bajo la dictadura de marras, y
los regímenes/concertacionistas, en la formación y en la selección de
profesores ha predominado y predomina lo político, el compadrazgo por encima de
lo académico. La universidad chilensi, está gestionada, según las relaciones
simbólicas y económicas feudales: el trueque. O sea, “tú me das una cosa a mí,
yo te doy una cosa a ti”.
La universidad chilensi, se ha
convertido en lo contrario: en una “particularidad”. Algunos de los resultados
nocivos para la sociedad son los siguientes: que la mediocridad de la mayoría
de los enseñantes, repercute negativamente sobre los estudiantes. Se sienten
poco estimulados para realizar sus estudios, la prueba es que muchos de ellos
repiten curso o abandonan definitivamente sus estudios pasando a engrosar el
montón de cesantes sin presente ni futuro. Todos esto se ha empeorado con la
gestión ineficaz, incapaz, superflua, etc. de los ministros de educación
concertacionistas: Lagos, Arrate, Aylwin, Bitar, etc. Es muy lamentable que
bajo un ministerio de educación perteneciente a un gobierno supuestamente de centro izquierda –
catalogación política que cada vez cree menos gente, pues la concertación en el
mejor de los casos es un gobierno liberal de centro derecha-, se permita que
los “dueños de las universidades” despidan arbitrariamente a profesores
progresistas, se nombre profesor emérito de la Universidad de Chile al fascista
pinochetista Álvaro Saieh Bendeck, empresario dueño del holding Copesa y Corp
Banca, etc. Era difícil de hacerlo peor que bajo la dictadura de marras, pero
los ministros de educación antes citados lo han conseguido: agravar un problema
que hunde la educación en general y universitaria en particular, como lo
afirman diversos catedráticos y expertos en la materia. Pero la estructura
caciquil, el espíritu aldeano de muchos centros universitarios, su fortísima
propensión endogámica, a encerrarse en sí mismo, oponiéndose irracionalmente a
las necesidades de la elaboración de la cultura, y más aún, a las innovaciones
científicas. Las pocas que hay proceden del extranjero. El fracaso de la
universidad chilensi, pasa, entre otras cosas, por la falta de la ley
fundamental que rige a estos centros de educación superior: la autonomía
universitaria – académica, territorial y administrativa -, esto último ha
llevado a la universidad a “particularizarla”, convirtiéndola en un coto, en un
feudo de la iglesia católica, de las sectas religiosas, o de los grupos
económicos sofofos que negocian con la educación del Pueblo.
Si no se consigue efectuar
cambios eficientes y superadores de esta situación, el país se seguirá
hundiendo en la oscuridad educacional y cultural, lo que pondrá en serio
peligro el cacareado éxito macroeconómico de los dueños de este país: los ricos
sofofos, un 8%.
Yo creo que sería muy triste,
tras mis críticas, no apuntar a alguna alternativa, al menos teórica, para
tratar de resolver esa circunstancia. También cito a aquellos, que poco o
mucho, sugieren o quieren - al menos consideran que más que necesario es
imprescindible hacer -, auténticos cambios progresistas en el conjunto de la
educación chilena, procurando que en ellas entren las formas y los contenidos
de las ciencias y de las sensibilidades que están a la vanguardia del mundo de
hoy, y que le ponen en un nuevo movimiento racionalizador en todo, no quiero
ocultar que algunos profesores e investigadores, entre los de mayor rigor
científico, opinan que ya es imposible sacar a la universidad chilensi de su
hundimiento, que ya no es factible hacer salir a ésta de su estado de
postración patológica. Claro que, como lo sugirieron en su oportunidad grandes
catedráticos como los profesores: Dr. Viterbo Osorio Santelices, Dr. Luis
Bisquertt Sussarte, Prof. Carlos Aldunate Lyon Sj, Dr. Edgardo Enríquez
Frodden, Profesor Arquitecto Fernando Castillo V., Prof. Ing. Enrique Kirberg,
etc. el desafío también dependerá de cómo y con qué energía los sectores más
cultos y mejor preparados de nuestra sociedad decidan replicar a tal situación
para exigir que se supere. A los colegas de la Universidad de Chile,
recientemente exonerados por sus opiniones progresistas, les insisto, que la
lucha por salvar a la universidad chilena de su hundimiento, aún no ha
empezado. Ustedes han luchado por cambiar la universidad heredada de la
dictadura de marras, pero esta lucha se ha encontrado con que la democracia
formal no era lo que Ustedes creían, la clase política pinochetista
concertacionista antepone legalidad a la legitimidad, orden - igual mano dura -, a la justicia, seguridad
a la libertad, etc. ¿qué se podía esperar de esto?.
Nuestro lema ha sido y es: Educación
pública, laica, de calidad y gratuita bajo el control del Estado.
…“Luz más Luz”…
Dr. Moreno Peralta
Director Cesal eV Berlín
Alemania
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