(1)Ucrania: Los
fascistas de ayer y de hoy. Por Miguel Lawner Steiman. Arquitecto.
(2)Ucrania y Latinoamérica.
Por Semanario SurAndino de Latinoamérica.
Director Luis Espinoza Garrido.
“La verdad habla solo para abrirse paso, la mentira para cerrarlo”. Lic.
José Martí Pérez.
(1)Ucrania: Los fascistas de ayer y de hoy.
Mis padres
nacieron en Ucrania. Vivían en aldeas pobladas mayoritariamente por familias de
granjeros judíos al sur oeste del país, próximos a la frontera con Polonia.
Bastaba cruzar el río Dniester para entrar a territorio polaco.
Tras
el triunfo de la revolución de Octubre el año 1917, el poder del zar se
desplomó en todo su imperio, pero al comienzo, los bolcheviques sólo estuvieron
en condiciones de dominar el territorio comprendido entre San Petersburgo y
Moscú.
En
Ucrania se produjo un vacío de poder, situación que propició el surgimiento de
las que se conocieron como Bandas Blancas, pandillas conformadas por
aventureros de todo tipo, incluyendo a ex miembros de la Ojrana ( la policía
secreta del zar), que recorrían el país llevando a cabo asaltos contra aldeas
como aquella donde vivían mis padres. La más famosa fue la encabezada por
Simeón Petliura, de cuyas tropelías me hablaba mi madre con verdadero horror.
Estos
atentados son los que se identifican con la palabra rusa pogrom, que significa
devastación. Se trata de un término asociado al ataque dirigido contra
comunidades judías y se origina en Ucrania, donde la persecución a los judíos
comenzó desde fines del siglo IXX, después de acusar a los judíos, sin
evidencia alguna, como culpables del asesinato del zar Alejandro II ocurrido en
1881.
Mis
padres relataban como debieron establecer vigías en las copas de los árboles
más altos, oteando el horizonte. En cuanto asomaba una polvareda a lo lejos,
era señal que se aproximaba la caballería de Petliura y se apresuraban a bajar
hacia los subterráneos, construidos expresamente para ponerlos a salvo junto con
sus animales, los cuales eran anestesiados a fin de asegurar el más absoluto
silencio. Angustiados escuchaban a los bandoleros golpeando el pavimento con
sus armas, en busca de localizar el acceso a los subterráneos.
Según
Solzenitzyn, de los 887 pogroms contabilizados en Ucrania entre 1918 y 1920,
aproximadamente un 40% se atribuye a las bandas dirigidas por Petliura La vida
de los judíos se hizo imposible tras cuatro años expuestos a tanta inseguridad.
La familia de mi padre compuesta por 8 hermanos y sus padres, resolvieron
emigrar hacia América. Abandonaron todo y cruzaron hacia Polonia el año 1921,
embarcándose en el puerto de Gdansk rumbo a Buenos Aires, para establecerse
finalmente en Chile un año más tarde.
La
familia de mi madre, integrada por otras dos hermanas y dos hermanos permaneció
en Ucrania. Cuando sobrevino la invasión de Hitler a la Unión Soviética en
Junio de 1941, el gobierno soviético ordenó la evacuación total de las ciudades
próximas a la frontera. Las dos hermanas de mi madre obedecieron esta orden, e
iniciaron un recorrido que se extendió por unos dos mil kilómetros, caminando
gran parte del tiempo, a ratos en un camión, algunos tramos en ferrocarril,
hasta alcanzar al otro lado de los montes Urales, donde los soviéticos
trasladaron gran parte de su industria bélica. Allí permanecieron hasta el
término de la guerra.
De
los dos hermanos, uno se alistó en el Ejército Rojo muriendo en combate muy
pronto. El otro, casado con dos pequeños hijos, rehusó evacuar. Le manifestó a
sus hermanas: “los alemanes no son tan malos. Ahora podremos hacer buenos gishef” (En lengua yddish: negocio).
En
Ucrania, los nazis no necesitaron hacer uno de las Einsatzgruppen, unidad de la
policía especializada en la detención de familias judías y su traslado a los
campos de exterminio. Esta labor la cumplieron a plena satisfacción
agrupaciones ucranianas de corte fascista, donde el antisemitismo y el
anticomunismo era y sigue siendo tan arraigado como su sentimiento antiruso.
Fueron ellos quienes denunciaron a nuestros familiares en cuanto arribaron las
tropas de ocupación nazis. Mi tío, su mujer y sus dos hijos, fueron trasladados
a los campos de exterminio, sufriendo el mismo destino que los 6 millones de
judíos gaseados e incinerados por el nazismo durante el curso de la Segunda
Guerra Mundial.
Los
fascistas ucranianos no se limitaron a la cacería de judíos en su propia
patria, sino que organizaron un cuerpo de ejército que se unió a las tropas
nazis en la guerra contra la Unión Soviética, donde destacaron por su ferocidad
en el combate. Uno de los principales organizadores de este destacamento de
mercenarios y traidores a su patria, fue Piotr Krassnoff, líder de los cosacos
que se había exiliado una vez que los bolcheviques asumieron el poder en
Ucrania y retornó para servir al ejército alemán. Este Piotr, es abuelo del
coronel(r) Miguel Krassnoff, condenado por los tribunales chilenos a causa de
su participación en la tortura y desaparición de numerosos compatriotas.
El
abogado Gabriel Zaliasnik, presidente hasta hace poco de la colectividad judía
en Chile, reveló que «con el advenimiento de Hitler al poder, y particularmente
con ocasión de la invasión nazi a la ex Unión Soviética, Piotr Krasnow, acordó
la incorporación de unidades cosacas al bando alemán. Entre dichos soldados se
encontraba precisamente el padre del coronel (R) Miguel Krassnoff, Semeon
Krassnoff. Tanto el abuelo como el padre del coronel (R) Krassnoff fueron
enjuiciados por crímenes de guerra, traición a la patria y colaboración con el
enemigo, siendo condenados por el Tribunal Supremo de la URSS a la pena de
muerte y ejecutados en definitiva por fusilamiento en el patio de la Cárcel de
Lefortovo en enero del 1947» y no en la Plaza Roja por combatir el comunismo,
como dijo en «un diario vespertino» el «ex ministro del régimen militar
Alfonso Márquez de la Plata».
Al
término de la guerra, las dos hermanas de mi madre emprendieron el retorno,
caminando nuevamente gran parte de la ruta. Durante el trayecto, falleció la
hermana mayor dejando a una pequeña hija de nombre Bella, nacida de su
matrimonio con Motia, persona también de origen judío, quién se había alistado
en el ejército rojo concluyendo la guerra con el grado de coronel. La única
hermana de mi madre sobreviviente: mi tía Brane, junto a su cuñado Motia y su
sobrina, arribaron en 1946 al mismo hogar en la ciudad de Kamenetz-Podolsk, que
habían abandonado al iniciarse la invasión del ejército alemán.
Al
término de la guerra, mi madre escribió una tras otra numerosas cartas hasta
lograr restablecer el contacto con su hermana Brane el año 1962. Sólo entonces
pudimos restablecer el intercambio epistolar y enterarnos de la dramática
suerte corrida por nuestros familiares. En 1971 invitamos a la tía Brane a
viajar a Chile, permaneciendo 3 meses junto a nosotros, por lo cual pudimos
conocer más detalles de los sufrimientos indecibles experimentados durante la
guerra
Transcurrieron
70 años desde la incorporación de Ucrania a la Unión Soviética en 1922 hasta su
derrumbe en 1991. Salvo los años de la ocupación nazi, durante todo ese período
Ucrania se desarrolló sin conflictos étnicos o raciales, pero bastó el fin del
poder soviético para desatar nuevamente el chauvinismo y la persecución contra
las familias de origen judío, a tal extremo que la propia Alemania resolvió ir
en su auxilio.
Como
forma de reparación por tantos crímenes y daños cometidos contra los judíos, el
gobierno alemán organizó un importante programa de refugio, rescatando a miles
de familias víctimas del antisemitismo desatado nuevamente en Ucrania y las
estableció en su propio territorio brindándoles toda suerte de apoyo financiero
y social. Mi tía Brane, su cuñado Motia, su sobrina Bella y Román hijo de esta
con 15 años de edad, arribaron en 1994 a la ciudad de Mulheim, próxima a
Dortmund, donde pudieron establecerse, estudiar y trabajar sin inconvenientes.
Allí falleció mi tía Brane el año 1997. Aprovechando un viaje a Europa un año
antes, pasamos a verlos encontrando a la tía enferma recluida en un hospital
donde falleció poco después.
Desde
el derrumbe del mundo socialista, Ucrania, al igual que el resto de las
repúblicas que siguieron ese camino, ha experimentado una brutal restauración
del capitalismo. Se desmontaron todas las conquistas en materia de educación,
salud, previsión social y desarrollo urbano, todo esto acompañado de una
gigantesca campaña anticomunista en los medios de comunicación, destinada a
bloquear la memoria histórica de sus pueblos.
La
globalización ha exacerbado la cultura del consumismo, la competividad y la
violencia, trayendo consigo el espejismo de un presunto bienestar para un
núcleo reducido de la sociedad y golpeando las conquistas sociales y el
bolsillo de las grandes mayorías.
Un
puñado de ex funcionarios del régimen se adueñaron de todas las empresas
estatizadas, generando fortunas multimillonarias que avergüenzan, entre ellos,
la anterior primer ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko liberada ahora de la
cárcel donde permanecía hace ya 3 años Ella, así como el recién destituido
primer ministro Yanukóvich representan a dos grupos de la actual oligarquía
corrupta, en disputa por el poder. Sus fortunas provienen de la privatización
de las empresas públicas, materia en la cual algunos empresarios chilenos han
resultado notables discípulos.
La
crisis iniciada en Estados Unidos el año 2008, ha traído consigo un agudo
deterioro económico en la mayoría de las naciones europeas. Grecia, Portugal,
Irlanda, España, y ahora también Italia experimentan tasas de cesantía cercanas
o superiores al 20%. Millones de ciudadanos indignados recorren calles o se
instalan en las plazas de muchas ciudades europeas, reclamando por el abrupto
deterioro de sus vidas, en especial la juventud, que avizora un negro porvenir.
Ucrania
no es la excepción. Sin embargo, el legítimo descontento popular fue rápidamente
monopolizado por los fascistas de hoy, que se adueñaron de las protestas
efectuadas en la Plaza de la Independencia de Kiev, blandiendo armas y
levantando barricadas. Por el lugar se apresuraron a concurrir en su apoyo, los
cancilleres de Alemania y Canadá, así como el senador republicano Mac Cain,
arengando a sus muchachos “para luchar por la democracia hasta el fin”. Junto a
las banderas de Ucrania, se han alzado las de los secesionistas chechenos, y la
del más radical de los grupos islámicos que combate hoy en Siria.
La
desesperación del pueblo ucraniano ha sido astutamente aprovechada por los
fascistas ucranianos militantes del partido Svoboda (Libertad), agrupación de
un nacionalismo fanático cuyo lema es Ucrania sobre todo, que no difiere nada
del lema de los nazis: Deutschland uber alles (Alemania sobre todo).
Ilustrativo del fanático afán nacionalista que los inspira, es el hecho que una
de sus primeras medidas ha sido forzar en el parlamento un acuerdo declarando
el ucraniano como única lengua oficial, en circunstancias que casi el 40 % de la población es de origen ruso y prácticamente
no hablan otro idioma.
El
Partido Comunista de Ucrania acaba de emitir un comunicado en el cual señala lo
siguiente: “La actuación de los grupos ultraderechistas, encabezados por
fuerzas abiertamente neonazis, surgidas al calor del régimen de Yanukóvich, y
herederas ideológicas de los ocupantes hitlerianos, van acompañados por un
nuevo y extremadamente peligroso resurgimiento de la histeria anticomunista,
que se manifiesta en la destrucción generalizada de los monumentos a Lenin, a
los héroes de la Gran Guerra Patria, por asaltos criminales a las sedes de
nuestro partido, en Kiev y en otras ciudades del país, por el terror moral y
físico contra los comunistas y en las exigencias de prohibir la actividad del
Partido Comunista”.
El
cuadro que presenta Europa por estos días, comienza a parecerse demasiado al
que se vivía en los años 30, antes del ascenso de Hitler al poder. En Francia,
recientes sondeos confirman que el ultraderechista partido Frente Nacional, que
dirige Marine Le Pen, aparece como la opción más votada con vistas a las
elecciones del Parlamento europeo en mayo próximo.
En
Grecia, la agrupación fascista Amanecer Dorado, que incluso utiliza el saludo
nazi, entró por primera vez al parlamento. En Austria, Dinamarca, Hungría,
Noruega y Serbia, organizaciones políticas ultraderechistas han logrado en los
últimos años un importante apoyo popular.
No
hay caso,..... el empobrecimiento de los sectores populares y medios en Europa,
los hace presa fácil del mensaje racista y nacionalista sobretodo si a esto se
añade la debilidad de las organizaciones sociales y políticas de izquierda.
Ucrania
es un caso especialmente agudo en este sentido, dado el arraigo de las raíces
fascistas, que permanecieron sumergidas durante la existencia de la URSS, pero
que hoy renacen fortalecidas por la naturaleza excluyente del modelo económico
neoliberal. Con todo, me cuesta admitir que hayan desaparecido en esa tierra
fértil, los valores humanistas y solidarios que conocimos ayer.
Dos
libros que transcurren en Ucrania nos conmovieron en nuestra juventud. Uno es
el Poema Pedagógico, de Antón Makarenko, que trata sobre la creación en Ucrania
de una colonia para recuperar a jóvenes de ambos sexos, que deambulan por el
territorio como vagos o delincuentes. Fue una situación generada a raíz de los
desajustes familiares ocasionados por la revolución de 1917, también por la
intervención posterior de las tres potencias y los ya mencionados pogroms.
El
autor del libro, es un maestro de escuela a quién las autoridades soviéticas le
encargan en la postrimería de los años 20, la dirección de dicha colonia que
llevará el nombre de Máximo Gorky. Makarenko recurre a métodos a menudo
discutibles, con tal de crear hábitos de convivencia, de estudios y de trabajo
colectivo entre muchachos altamente indisciplinados, con quienes incluso se
trenza en combates a combo limpio. Resulta impactante enterarse de la
reinserción social de estos auténticos casos perdidos.
El
otro libro se titula El Comité Regional Clandestino actúa, de Aleksei Fiodorov,
quién es el protagonista y autor de la obra. Fiodorov era el Secretario
Regional del Partido Comunista en la región de Chernigov cuando sobreviene la
invasión alemana y se resuelve que pase a la clandestinidad a fin de organizar
la resistencia en la retaguardia contra la ocupación alemana, aprovechando la
existencia de una extensa zona de bosques, propicia para esta operación.
Es
una lucha guerrillera contra un enemigo feroz, fuertemente armado, que recibe
diariamente golpes en el transporte de sus tropas y pertrechos. El heroísmo de
estos combatientes clandestinos fue una gran contribución para la victoria del
ejército rojo que terminará por expulsar al invasor. Fiodorov y sus camaradas
ucranianos fueron honrados al término de la guerra como héroes de la Unión
Soviética. Recuerdo con gran emoción la lectura de este libro que marcó una
etapa importante de mi juventud.
No
puede ser que hayan desaparecido los Makarenko y los Fiodorov. Pecaré de exceso
de optimismo, pero no será Putin quién detenga al fascismo en Ucrania o en la
Federación Rusa. Será el propio pueblo de esos territorios heroicos a quienes
debemos el haber acabado con la barbarie hace ya casi 70 años.
Miguel
Lawner
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
(2)Ucrania y Latinoamérica. Por Semanario SurAndino de Latinoamérica.
Director Luis Espinoza Garrido.
Son
pocos los gobiernos de la región que están apoyando incondicionalmente a la facción
globalista, que hegemoniza hoy el gobierno estadounidense, en la defensa del
régimen de Zelensky. Al margen de la cercanía que genera la guerra en Ucrania
debido a que diariamente los medios la imponen como el principal acontecimiento,
no es un evento que vaya a influir directamente en la situación
latinoamericana, aunque el subcontinente se ve afectado como todo el mundo.
Independiente
de cualquier versión, lo concreto radica en que nadie va a pensar que la OTAN
es una congregación de monjas y que los rusos son el demonio mismo. Tampoco se podría
argumentar que Estados Unidos defiende al ―mundo libre‖ o que las potencias europeas, con un reciente
pasado colonial, están preocupadas por la invasión de un país. Es más fácil
comprender las simpatías de Alemania con los nazis ucranianos. En tal sentido,
es relevante que los países latinoamericanos, los más importantes, hayan
asumido una posición neutral, solo el gobierno de Gabriel Boric, ligado estrechamente
al globalismo, sobresale respaldando a Joe Biden, Macron y Scholz. La gira del
canciller alemán al Cono Sur, no logró siquiera un respaldo verbal y las
presión del mandatario estadounidense tampoco, lo que constituyó un golpe a
Zelensky, ya que su radio de acción no crece y solo se remite a la zona de influencia
directa de los países que forman la OTAN. Y si bien puede señalar al gobierno chileno
como aliado, este no tiene más opción que emitir una declaración, nada más
puede hacer, aunque quisiera.
La
posición de autonomía latinoamericana en un suceso crucial de lo que será la recomposición
de fuerzas a escala planetaria, es un elemento relevante para el futuro de los países
de la región y, de mantenerse la actual correlación de fuerzas políticas,
permitirá avanzar a instancias superiores de unidad y de presencia en la escena
mundial. Cuestión que puede incidir al interior de Estados Unidos si se logra establecer
lazos con la importante comunidad de latinos, la que cada vez más aumenta su presencia,
aunque muchos de ellos obedecen a la influencia del exilio cubano, pero, este se
afinca principalmente en Florida. No obstante, el Imperio es aún muy fuerte y
el gobierno en las sombras o el estado profundo, no descansan en maniobras que
a diario sorprenden a todos los actores de relevancia, con mayor razón a quienes
constituimos una sección menor del orden mundial, por ello es necesario
mantener la iniciativa.
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