Un nuevo Plan Cóndor, con nuevos grupos de tareas
Por
Guillermo Cieza, Resumen Latinoamericano/ADDHEE.ONG:
Se conoce como Plan Cóndor a la coordinación de regímenes
latinoamericanos, promovida por Estados Unidos, para enfrentar en la década del
70 a distintas experiencias revolucionarias que se desarrollaban en el
continente, compartiendo informes de inteligencia y realizando acciones
conjuntas, para desestabilizar gobiernos populares y para asesinar, hacer
desaparecer y encarcelar militantes de izquierda.
En el plan Cóndor participaron los regímenes de Argentina,
Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia, en coordinación con Estados Unidos y la
Agencia Central de Inteligencia (CIA). Quien han investigado esta iniciativa,
mencionan como inspirador al entonces secretario de Estado de Estados Unidos,
Henry Kissinger. La participación de Argentina se inicia con un regímenes
civiles, el de Isabel Martínez, y se continúa con la dictadura instaurada en
1976.
En el Plan Cóndor tuvieran especial preponderancia los servicios de
inteligencia y las fuerzas militares mandatadas para exterminar lo que
calificaban como enemigo interno. Según los llamados archivos del terror,
descubiertos por el abogado Martín Almada en Paraguay en 1992, el plan Cóndor
dejaron un saldo de 50 mil muertos, alrededor de 30 mil desaparecidos y 400 mil
preso, A estos resultados deben agregarse las torturas, el traslado de detenidos
a otros países y el constante seguimiento y vigilancia a quienes caracterizaban
como “subversivos”/terroristas..
El nuevo Plan Cóndor que en los últimos años se ha puesto en marcha
se inscribe en otro contexto político mundial. En primer lugar debe
contemplarse la existencia de una aguda crisis del capitalismo mundial donde
los activos financieros, el dinero expresado en papeles, han perdido toda
relación con la producción y los activos físicos. La crisis iniciada en 2008,
aún en curso, no puede terminar sino con la evaporación o licuación del capital
ficticio, lo que trae como consecuencia una feroz disputa por los bienes
naturales como el agua, la tierra, los minerales y un incremento de las
políticas de saqueo y despojo hacia los países que los poseen. Sobre el mapa
del saqueo, resistencias populares y ubicación de bases militares, es muy
ilustrativo el trabajo realizado desde hace años por la investigadora mexicana
Ana Ester Ceceña. En segundo lugar debe contemplarse el agravamiento de la
pugna intercapitalista entre las potencias hegemónicas en declinación: Estados
Unidos, La Unión Europea y Japón, y las nuevas potencias emergentes (China,
Rusia, India, Irán). En esa pugna y ante la posibilidad de una tercera guerra
mundial, el control de los combustibles y los alimentos, adquiere carácter
estratégico.
Lo novedoso en el Nuevo Plan Cóndor empieza a perfilarse hacia el
interior de los países dominados una suerte de Estado de Excepción, que plantea
la aparente paradoja de fuerzas políticas que tienen un mandato de origen
constitucional-democrático, pero que actúan de modo dictatorial.
En el plano latinoamericano se advierte la aparición de nuevas
fuerzas de tareas, que empiezan a jugar un papel decisivo en el apaciguamiento
no solo de las experiencias revolucionarias en curso sino de rebeldía o
autodeterminación de los pueblos, o cualquier intento de recuperación de
soberanía política frente a las políticas imperiales.
Entre estas nuevas fuerzas de tareas podemos identificar en primer
lugar a las que actúan en el terreno de la información y la propaganda. Estos
son los monopolios mediáticos concentrados (diarios, radios y televisión
basura/internet), y los ejércitos de comunicadores panelistas,
opinologos, productores de Trolls, que operan en las redes sociales. Esta
nueva fuerza de tarea es capaz de instalar noticias falsas (como la existencia
de armas químicas de Irak, o su empleo por el gobierno sirio en la ciudad de
Daza) de demonizar, aislar y justificar la intervención militar directa contra
gobiernos y movimientos considerados enemigos, y de generar, contra toda
evidencia, nuevas posverdades, como por ejemplo: “No existe el cambio
climático, se trata de una campaña para perjudicar los intereses de Estados
Unidos”.
La otra nueva fuerza de tarea actúa en el ámbito de la aplicación de
la justicia, donde aplican las leyes antiterroristas contra los trabajadores y
para criminalizar la protesta social, utilizando las figura de asociación
ilícita, de arrepentidos y de la ampliación de facultades para imponer
prisiones preventivas. Aunque resulta paradójico, estas mismas leyes están
siendo aplicadas a referentes de gobiernos neodesarrollistas que las aprobaron
(Caso Lula y dirigentes peronistas kirchneristas) apuntando a uno de sus
puntos mas vulnerables, como son la financiación irregular de la política. (Con
respecto a los procedimientos utilizados para la recaudación de fondos para
sustentar millonarias campañas electorales, a quien tiene acceso Netflick, le
recomiendo ver El Mecanismo) Lo que aquí esta en juego, no es la batalla contra
la corrupción (parece una broma que a Estados Unidos,a Temer o Macri le pudiera
preocupar la corrupcion), sino el castigo a cualquier iniciativa, aun dentro de
proyectos capitalistas, que plantee algún nivel de autonomía con respecto a las
políticas imperiales.
Me parece necesario precisar que no todos los países y gobiernos
agredidos por las políticas imperialistas de saqueo y apropiación de sus bienes
naturales, constituyen modelos de avance civilizatorio, ni se convierten, por
su condición de víctimas, en proyectos revolucionarios. La denuncia de las
guerras imperialistas en curso, la demonización mediatica, el acoso judicial,
los bloqueos economicos, los bombardeos, las masacres, afectan principios
básicos como son la autodeterminación de los pueblos, pero no invalidan que
podamos caracterizar los caminos elegidos, precisando además que los mas
vulnerables son quienes menos han apostado a la construcción de poder popular.
Basta repasar el mapa de Latinoamérica y advertir quienes han resistido y
quienes no, para que resuene la advertencia del Comandante Chávez Frías
“No hay Patria, sin socialismo” .
Por las dudas, la referencia al Socialismo se refiere a la orientación
estratégicas y a las experiencias y poder acumulado en procesos de transición
con sus idas y vueltas, no ha caracterizar que alguno de esos países se ha
completado la transición al socialismo.
La ofensiva imperial capitalista contra los pueblos, su juventud,
y los trabajadores que promueve el saqueo de los bienes naturales y una
incrementación de la super explotación de las fuerzas de trabajo, va acompañada
de una profunda campaña ideológica y cultural que trata de esconder bajo la
alfombra las cuestiones nacionales (las luchas antiimperialistas) y de clases
(la lucha de clases), y que limita los posibles avances de la humanidad a los
derechos transversales (que trascienden las clases y las naciones). Desde la
nueva cultura política que ha promovido el neoliberalismo y la globalización
capitalista la consigna “Patria o muerte”, con que el Comandante Ernesto
Guevara de la Serna culminó su discurso en las Naciones Unidas, parece
arcaico, poco radical. Sin embargo consignas como estas son la última frontera
que explica la resistencia de pueblos sometidos a condiciones de acoso y al
hambre y la miseria como los que padecen el Pueblo Palestino y el Venezolano
(y las que padeció el Pueblo Cubano, durante el Período Especial). Como ya lo
advertía Mariategui, en países como los nuestros el patriotismo es una cuestión
de clase, y solo puede asumirlo quien se ha despojado de sus anteojos coloniales,
de su enajenación.
Como ocurrió con el primer Plan Cóndor, quienes son identificados
como enemigos son todos aquellos no son metabolizables por la dominación
capitalista mundial en su actual etapa porque se han convertido en un obstáculo
para la apropiación inmediata de bienes naturales y el aumento de la
superexplotación de la mano de obra, o porque constituyen proyectos de poder
que cuestionan esa hegemonía. Resumiendo, es enemigo y objetivo a aniquilar lo
que le quita el sueño al nuevo orden capitalista mundial, como amenaza
inmediata o estratégica. Me parece conveniente reservar el concepto de
radicalidad para esas manifestaciones de resistencia no metabolizables por el
sistema y no para expresiones que solo alarman a los de abajo y provocan
ataques de risa de los que mandan. Pensando en revoluciones que solo podrán
protagonizar los pueblos, la palabra radicalidad esta asociada a dialogo, a la
escucha, a la relación horizontal, a la preocupación por expresar nuestras
propuestas mas avanzadas en una clave popular, y a la búsqueda permanente de
construir puentes para la unidad de los de abajo. Nunca a la provocación, a
lastimar los sentimientos populares, al sectarismo, a ningunear los esfuerzos
por liberarnos expresados en la historia nacional y de nuestro continente.
Lo
subrayado/interpolado es nuestro.
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