Latinoamérica: Buscar un camino propio
Por Pablo Jofre Leal.
Escritor,
periodista, analista internacional/ Addhee.ong
La visión que existe en Latinoamérica transcurridos al
menos 200 años de relaciones entre los países latinoamericanos y los Estados
Unidos, es que la política exterior de este país sigue considerando a nuestra
región como parte consubstancial a su dominio, parte de los límites de su
propiedad, el usado término del “patio trasero” lo que nos obliga a buscar el
camino de nuestra definitiva independencia. Una senda propia, soberana y digna.
Surge la interrogante si esto sigue siendo así o
simplemente es parte de una crítica sin base ¿obedece quizás a retóricas
caducas de un sector de las sociedades latinoamericanas, que siguen viendo a
Washington como una amenaza, en lugar de un confiable socio estratégico en lo
político, económico y militar? ¿Son ideas sin fundamento en épocas donde
las relaciones internacionales, a partir de los avances tecnológicos, el uso de
las redes sociales y la interdependencia global han adquirido otro tinte? A mi
entender no hay nada de retórica o parte de la imaginación de un sector de la
sociedad, que denuncia las intervenciones de Estados Unidos, sino simplemente
una realidad necesaria de modificar. No hay diferencias entre demócratas y
republicanos. No existe distinción entre las políticas de Kennedy – quien al
mismo tiempo se presentaba como un defensor de los derechos humanos, pero que
incrementó por mil los ataques tanto a la naciente revolución cubana como la
presencia de militares estadounidenses en Vietnam – O un Donald Trump, que no
sólo ignoró a Latinoamérica, sino que desprecia toda posibilidad de relación
con nuestra región. Llámese Richard Nixon, Gerald Ford, Ronald Reagan, George
Bush, Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama, Trump o Joe Biden, cada uno
de ellos se simplemente parte de aquella expresión gatopardista respecto a
cambiar para que nada cambie pues nuestro continente para ellos es como lo
sostiene una canción del grupo chileno Los Prisioneros “Latinoamérica es un
pueblo al sur de Estados Unidos”.
En un interesante trabajo de Alexander Main, analista
de Política Internacional del Centro para la Investigación Económica y Política
- Washington DC - “¿América latina sigue siendo el “patio trasero” de Estados
Unidos?” de Alexander Main escrito el año 2018 nos recuerda que “A fines de la
primavera de 2008, el Consejo de Relaciones Exteriores, en Nueva York, publicó
un informe titulado “Relaciones entre Estados Unidos y América Latina: una
nueva dirección para una nueva realidad”. Un documento, como muchos de los
Think Tanks – grupos de ideas, tanques de ideas - estadounidenses, programado
para influir en la política exterior del Gobierno estadounidense. La tesis
principal de dicho texto sostenía “la era de Estados Unidos la influencia
dominante en América Latina ha terminado”. La influencia del documento se
expresó en la llamada Cumbre de Las Américas del año 2012 celebrada en el mes de
abril en la ciudad de Cartagena de Indias en Colombia donde el ex presidente
Barack Obama prometió a los líderes latinoamericanos presente en el encuentro
que “Estados Unidos iniciaría una nueva era, de asociación igualitaria y de
respeto mutuo. El interés no era el respeto a nuestros países, sino que
contender con la presencia de China, buscar mercados para sus productos en
nuestro continente y tratar de revertir lo que es inevitable, que Latinoamérica
diversifique sus relaciones y se sitúe en la vereda de las políticas
multilaterales.
Durante la segunda administración de Obama, su
secretario de Estado John Kerry avanzó en la promesa de Obama y declaró,
solemnemente, ante sus pares cancilleres en la OEA en noviembre del año 2013
que “la era de la Doctrina Monroe había terminado” Palabras referidas por el
mismo Kerry que unos meses antes no dudo en seguir considerando a México –
previo a un viaje de Obama a ese país – como parte de su “patio trasero”.
El discurso sólo anunciaba – lo que resultaría falso – ninguna palabra de
disculpas, perdón, arrepentimiento de una política de casi 200 años – que
consideró intervenciones directas, procesos desestabilizadores, apoyo a
golpistas y golpes ejecutados por las mismas tropas estadounidenses.
Instalación de títeres como gobernantes. Imposición de políticas de bloqueos,
sanciones y embargos.
Las palabras de Kerry recibieron calurosos,
obsequiosos y genuflexos aplausos, como si no se hubiese prometido tamaños
propósitos con anterioridad. Esto, pues Washington no ha variado un ápice lo
que ha sido su política intervencionista en Latinoamérica, tal vez no con la
política de las cañoneras de antaño, pero con la fuerza del chantaje político y
financiero que suele torcer voluntades de políticas independientes de los países
latinoamericanos, administrados, muchos de ellos por gobiernos serviles,
deseosos de no salir de la línea de política interna y externa trazada por las
administraciones estadounidenses. Una realidad que se hace indispensable
modificar y que permita debilitar en principio para posteriormente eliminar
toda influencia de la Casa Blanca y sus poderes, principalmente los emanados de
los grupos de presión – lobby – energéticos, sionistas y del complejo militar
industrial – que marcan la política exterior estadounidense. y sus poderes
financieros y militares. Bien sabemos lo latinoamericanos los daños ocasionados
por esa idea y práctica de dominio de Estados Unidos sobre nuestro continente,
desde el momento mismo del nacimiento de esta nación, tal como el libertador,
Simón Bolívar Palacios y Blanco lo señaló en agosto de 1829, cuando
desde Guayaquil escribió una carta dirigida al coronel Patricio Campbell –
encargado de negocios del imperio británico en las Américas -. Una misiva
profética, que visualizó la gran amenaza que significaba para los pueblos del
sur, el imperio que nacía en los Estados Unidos y lanzar su proclama ““Los
Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de
miserias, en nombre de la libertad”.
La CIA/USA
Una realidad que se ha mantenido permanentemente y
denunciada incluso por políticos fuera de nuestro continente. Tal es el caso de
la diputada irlandesa ante el Parlamento Europeo Clara Daly, quien en octubre
pasado denunció hoy el patrocinio por décadas por parte de Estados Unidos del
terrorismo de grupos de derecha contra Cuba “El gobierno cubano denunció en su
momento las más de tres mil víctimas mortales causadas por actos de agresión de
Estados Unidos o de grupos financiados y preparados por la Agencia Central de
Inteligencia, para socavar la Revolución en la isla caribeña. El gobierno del
expresidente estadounidense Donald Trump incluyó a Cuba en la llamada lista de
países patrocinadores del terrorismo, en una acción calificada de espuria e
injustificada que refuerza el bloqueo de Washington contra Cuba. Llevamos
décadas de respaldo por parte de Estados Unidos de organizaciones de derecha
contra la Revolución cubana y contra Nicaragua, así como de escuadrones de la
muerte en El Salvador y Guatemala”.
La inmigración. Las bases
yanquis en Colombia 4.500 militares
Una de las formas de presión que ejerce Estados Unidos
sobre los pueblos latinoamericanos, refiere al chantaje en materia de
inmigración. Lo han hecho en el llamado Triángulo Norte de Centroamérica –
conformado por Guatemala, El Salvador, Honduras – donde ejercen fuertes
presiones contra los mandatarios de esos países en materia de supeditar la
ayuda financiera para el desarrollo siempre y cuando se reprima todo intento de
los cientos de miles de inmigrantes que buscan mejores perspectivas de vida en
Estados unidos. Con Colombia, por ejemplo, la política de visado representa un
ejemplo de discriminación donde la autorización para expedir un visado, si
acaso no se cumplen todas las exigencias solicitadas, puede significar una
espera de varios años. Esto a pesar del carácter de socio estratégico de
Colombia con Estados Unidos, las ocho bases militares que Washington mantiene
en suelo colombiano y los 4.500 funcionarios de diversos departamentos de los
gobiernos estadounidense, acreditados en Colombia. La globalización y su
supuesta democratización mundial es sólo permitida a bienes y servicios, las
personas no son parte de la libre circulación.
Sionismo/OTAN.
Sumemos el hecho, que el país sudamericano es parte
constitutiva de la OTAN como socio global de este organismo militar occidental.
Una Colombia, que además, ha servido de plataforma para la irrupción del
sionismo en nuestro continente y la instalación de gobiernos patrocinados por
el narcotráfico y el paramilitarismo, como lo fueron los gobiernos de Álvaro
Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque. Algo de luz respecto a cierta
independencia se está abriendo con el nuevo presidente Gustavo Petro, en
materia de seguir con relaciones con Washington, al mismo tiempo que ha
generado reencuentros con su vecina Venezuela, como también con Cuba y llevar a
Colombia a relaciones en el plano de lo multilateral. Por ello resulta
fundamental salir de la OTAN, ya que ser socio de esta entidad agresiva e
invasora, no sólo implica obligaciones en el campo militar para sus adherentes,
cuestiones de defensa y seguridad. Ser de la OTAN es asumir los principios
ideológicos que obligan al alineamiento del país al liderazgo de Estados Unidos
y los suyos y eso no es aceptable.
Otros analistas como el profesor Lucio Córdoba,
Coordinador del programa de Investigación, Orden, Conflicto y Violencia de la
Universidad Central del Ecuador, señalan que “el gobierno de Estados Unidos
trata de realizar sus planes de interferir en los asuntos internos de Ecuador,
utilizando la situación de una crisis en la esfera de seguridad” Córdoba
destaca que una serie de políticos fuertemente ligados a Washington apoyan la
labor del actual mandatario ecuatoriano Guillermo Lasso: la embajadora de
Ecuador en Estados Unidos Ivonne Abuchakra de Baki, el ex ministro de Defensa
Oswaldo Jarrín – bajo el gobierno del ex presidente Lenin Moreno - con
fortísimo vínculos con el complejo militar industrial estadounidenses y la
embajada israelí.
El ex ministro del interior Patricio Carrillo. La ex
ministra de justicia María Paula Romo - bajo el gobierno de Lenin Moreno –
quien, durante su gestión, y en la línea del Gobierno de Moreno de acercar
relaciones con los Estados Unidos, se firmaron varios compromisos y acuerdos de
cooperación con agencias de seguridad de ese país, destinados al control de la
frontera con Colombia y el narcotráfico en la zona marítima. Además de
concretar un programa de capacitación de la Policía, que inició en enero de
2020. Como parte de este calendario, 500 agentes partieron hacia Estados Unidos
para formarse en distintas materias de seguridad. Sumemos al ex ministro de
relaciones exteriores, Juan Holguin y el secretario de la seguridad nacional
Diego Ordoñez. Todos ellos tan cercanos a Washington que la embajada de Estados
Unidos en Ecuador llama a este grupo el sexteto maravilloso.
Los sucesos en Ucrania, con la operación militar
especial de desnazificación y desmilitarización llevada a cabo por la
federación rusa, ha generado ingentes esfuerzos de Washington de concretar una
narrativa única de condena de los gobiernos latinoamericanos contra Rusia.
Washington y Bruselas quieren obligar a los gobiernos del continente que se
sumen a las políticas de sanciones, bloqueos, censuras, ataques y todo aquello
que implique tratar de aislar a la federación rusa. Una política que ha
generado fuertes tensiones en nuestros países, muy sensibles al intercambio
económico internacional y donde cualquier acción que perjudique los niveles de
intercambio, en este caso con Rusia puede inclinar la balanza de pagos hacia un
déficit difícil de sostener. Bien saben que cualquier acción contra la nación
euroasiática puede significar que esos contactos bilaterales con Moscú, que
tanto ha costado concretar pueden significar la pérdida de un mercado
importante cuyas importaciones son relevantes para las industrias locales y que
no ha sufrido mayores modificaciones desde este gráfico elaborado el año 2019,
previo a la pandemia – ya que comenzó su normalización a fines del año 2021.
Las importaciones y exportaciones de bienes entre
Brasil y Rusia, por ejemplo, estuvieron valoradas en lo más alto del ranking de
relaciones comerciales entre países de América Latina con el país más extenso
del mundo. En total, Brasil importó 2.900 millones de dólares en bienes de su
contraparte rusa y exportó un valor de 1.500 millones. Entre los productos con
mayor valor de importación a Brasil se encontraban los fertilizantes. Las
sanciones a Rusia han tomado diversas formas y hasta ahora se concentran en los
países desarrollados, pero Washington quiere sumar a nuestra región en ello,
bajo la idea, que así como ha sido tradicional puede dictar nuestras líneas de
relaciones en el campo de la política exterior. Difícilmente el presidente
electo Lula da Silva o Gustavo Petro en Colombia, Luis Arce en Bolivia, Nicolás
Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua o Andrés Manuel López Obrador
en México, atenderán los cantos de sirena estadounidenses.
Seguramente encontrará Yanaconas, pero otros muchos
que no se suman a esta línea de presiones. Contra un país que nada negativo les
ha hecho a nuestros países. Las sanciones contra Rusia son financieras:
Excluyendo a bancos rusos del sistema internacional de pagos SWIFT.
Congelamiento de reservas y otros activos rusos en el exterior. Suspensión de
compras de bonos rusos. Suspensión del acceso de Rusia a recursos del FMI y
Banco Mundial. Como también sanciones comerciales: Retiro a Rusia del trato de
Nación Más Favorecida. Prohibición de importación de petróleo y gas rusos e
incluso fijar un precio de venta máximo. Prohibición de importación de
productos de hierro y acero rusos. Prohibición de exportación de tecnologías
claves. Prohibición de exportación de bienes de lujo. Difícilmente los países
latinoamericanos, en forma mayoritaria, se sumarían a una política de sanciones
contra Rusia. La posibilidad de sustitución de importaciones de insumos
agrícolas es limitada pues tanto Rusia como Bielorrusia – su aliado -
representan porcentajes imposibles de sustituir en nitrato de amonio, urea,
entre otros.
En otro plano, este Estados Unidos que sigue creyendo
que puede hacer y deshacer con nosotros, en esta etapa de pandemia por el Covid
19 simplemente les dio la espalda a ideas de cooperación sanitaria y se
enfrascó en un “sálvese quien pueda”. Una pandemia que demostró a nuestro
continente y al mundo en general que Washington marcha por sus propios
intereses comerciales, mercantiles y protección incluso de parte de su propia
sociedad – si deben morir los menos favorecidos económicamente que lo hagan –
todo esto a pesar de sus llamados públicos a una asistencia mutua. En
materia de compra y venta de tecnología y fármacos, Estados Unidos se comportó,
simplemente, como un Corsario, y allí no importó quien estaba en su “patio
trasero”. Un Estados Unidos que además utiliza a nuestros países como
laboratorios en el proceso de elaboración de armas biológicas. Pruebas de
nuevas vacunas contra patógenos y virus peligrosos. Algunos ensayos clínicos de
vacunas contra el Covid 19 fueron realizados en laboratorios en los territorios
de Perú y Brasil, entre otros.
¿El fin de la OEA?
Latinoamérica debe caminar hacia su integración, salir
de retóricas y prácticas de dominio hegemónico como los que ha realizado
Estados Unidos desde el nacimiento mismo como nación. En una economía mundial
que se mueve hacia lo multilateral – ajeno a las concepciones unipolares de
Washington – debemos apostar tanto al fortalecimiento de mercados
extrarregionales como regionales. Profundizar nuestra integración productiva y
comercial es crucial para alcanzar escalas eficientes de producción.
Diversificar nuestras exportaciones y reducir la exposición a shocks externos.
Avanzar hacia un mercado digital regional que promueva el comercio
intrarregional, como también la internacionalización de las pymes y atraer inversiones
de países que han tenido frenos para ingresar a Latinoamérica, entre ellos
Rusia, China. Irán, Turquía, entre otros.
Este dejar de lado consideraciones añejas e
inapropiadas respecto a calificar a una vasta zona del mundo como patio trasero
ha llegado a su fin. Recuerdo en ello a la propia federación rusa, que hace
unos años atrás, a través de su cancillería sostuvo la necesidad de “respetar
el derecho internacional para que no haya eventuales guerras, que inciten al
intervencionismo estadounidense. Hace tiempo que los países de América Latina y
el Caribe dejaron de ser el patio trasero de Estados Unidos” sostuvo la
portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova. En este contexto, argumentó
que gracias al desarrollo económico, científico, financiero y político que
muchos de los países latinoamericanos han desarrollado durante los últimos
años, les ha permitido librarse del dominio estadounidense. El desarrollo en
todos sus aspectos ha propiciado a que muchos de estos países latinoamericanos
no se les puedan tratar como si un hermano mayor se dirigiese a otros miembros
de la familia menos desarrollados… Latinoamérica ha tenido muchas oportunidades
de “poner a Washington en su sitio sobre lo inapropiada que es su conducta
respecto a América Latina”.
Es necesario incorporar la perspectiva de la economía
circular en las agendas comerciales de los países y de los mecanismos de
integración. La integración regional es indispensable alcanzar una mayor
autonomía productiva en sectores estratégicos. En definitiva Latinoamérica debe
buscar su camino propio y ello explica el cambio de dirección política de
muchos gobiernos de la región. Lo que esperamos es que esos sectores, que se
supone más cercanos a las demandas y necesidades sociales, buscarán ese camino
propio y si ello implica acercar posiciones con países como los mencionados,
con culturas distintas, pero dotados de un pensamiento y práctica multilateral,
entonces avancemos en esa dirección.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
Latinoamérica: Buscar un camino propio
La convergencia histórica Bolivariana
de los Pueblos Latinoamericanos y Caribeños.
Estimados amigos asociados:
Hemos asumido que la “historia
oficial” se repite primero como falacia y después como tragedia. Que, quien no
aprende las lecciones que le da la historia está condenado a repetirlas.
Cuando el “pan y circo”, el
peloteo, el narcotráfico y los enajenantes programas de los medios mediáticos
de (in)comunicación globalizados, especialmente la telebasura/internet, no so
suficientes para detener un posibles despertar del Movimiento Social Popular
Rebelde, los dueños de la Celestina Universal, la clase oligarca empresarial,
financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista dispone a su testaferra la
clase burguesa politicastra, castrense/corrupta retomar la discusión bizantina
sobre “la independencia definitiva del patio trasero”…
Quien vive, lucha por y para
ideales no puede servir a ninguna mediocracia. Todo conspira en ella para que
el honesto y consecuente pensador, escritor, filosofo se desvié de su camino,
de su lucha y pierda su precioso tiempo.
Rechazamos de plano la
propuesta de una “Nueva cumbre Americana”, a partir de un acuerdo leonino de la
Comunidad europea/Celac, montaje que trata de imponer la monarquía franquista
española a traves de su régimen social demócrata de turno, contando con el
acuerdo del régimen de Estados Unidos.
Algunos burgueses ignorantes
tartufos politicastros/castrenses corruptos por dólares más defienden que la
humanidad es un mito homogéneo, cuando es una realidad heterogénea. Alientan el
anhelo ilusorio de una nacionalidad universal – un nuevo orden mundial, bajo el
control de Estados Unidos -, y un patio trasero latinoamericano que siga bajo
el predominio estadounidense, “América para los americanos/yanquis”.
Los regímenes actuales burgueses
politicastros castrenses latinoamericanos carentes de unidad moral, tienden a
sumarse a cualquier propuesta que les permita seguir cumpliendo con la función de
colonos mentales, incapaces de formular alguna nueva propuesta de sociedad
libre, culta, soberana y solidaria.
El ideal de una convergencia histórica bolivariana de los pueblos latinoamericanos y caribeños, presentes, de perfeccionamiento político que respete las características propias de cada país y las armonice en una poderosa nacionalidad común, sigue esperando. Disgregados hace años por la incomunicación, el colonialismo mental, el feudalismo plantean la futura unidad nacional/convergencia, extendida desde el Rio Bravo hasta Los territorio Antárticos. Esta posibilidad histórica merece convertirse en ideal común, pues son comunes a todos los Pueblos Dignos, Libres, Soberanos y Solidarios las esperanzas de progreso y los peligros de vasallaje. Hora es de repetir que, si no llegara a cumplirse tal destino sería inevitable una nueva colonización por el imperio estadounidense.
Frente a las fuerzas inmorales
del pasado y del presente, la esperanza de acercarnos a una firme solidaridad
por la Patria Continente América Latina y el Caribe, que solo puede realizarse por
el Movimiento Social Revolucionario y sus vanguardias, la Clase Trabajadora y
la juventud. Siempre que se haya aprendido la lección que les dio la historia.
Prof. Moreno Peralta/IWA.
Secretario Ejecutivo
ADDHEE.ONG
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