La Revolución Cubana, es una de las
hazañas emblemáticas de la Humanidad, con propiedad única en humildad, bravura,
solidaridad y dignidad. Decir Cuba Socialista es decir conciencia,
memoria histórica, dignidad, soberanía, educación y cultura, es decir
identidad, lealtad y solidaridad. Fecundidad.
Desde hace 58 años surge la pregunta
de rigor en el imaginario colectivo, manipulado por la mediatización,
¿qué será de Cuba socialista sin Fidel? ¿Fracasará la Revolución? La
respuesta se encuentra en el mar bravío, en las montañas, en los caseríos, en
el malecón, en la raíz de los árboles: Cuba socialista sin Fidel es Cuba socialista
con Fidel, porque Fidel es Cuba socialista, Cuba socialista es Fidel.
Como Cuba socialista también es cada uno de los que hicieron posible la
Revolución.
No hay Cuba socialista sin Fidel,
porque Fidel es el pueblo mismo, es la mano del campesino, la voz de los
abuelos, es la poesía de los caminos reales, la sombra de las palmeras; la
energía de la juventud, la inocencia de los niños, es el abrazo hermano.
La Revolución Socialista Cubana es el grito sonoro de los ríos indómitos, de
los campos en flor, de la dignidad vuelta aguacero y fogón.
La Revolución Cubana socialista nos
ha demostrado durante 58 años que la resistencia es posible, que es posible la
liberación de los pueblos, su desarrollo y progreso. Que la utopía*-Utopía es
el desafío revolucionario que se opone al realismo capitalista salvaje. Ella se
alcanza con el cambio revolucionario de fondo, que hace posible la Justicia Social-, y la locura juntas,
son la poción perfecta para llevar a cabo las grandes rebeliones.
Porque solo los locos en su demencia son libres.
Por más que digan, por más que
inventen, por más millones que gasten en difamarla en cuanta plataforma se
preste para el atraco, Cuba sigue siendo libre, país entero, próspero y
saludable.
En el aniversario 58 de la Revolución
Socialista Cubana, honramos a quienes se atrevieron a soñar, a
luchar y a entregar sus vidas por la liberación del pueblo cubano. A los
ancestros, a los mártires, a los anónimos, a todos los que desde su lugar en la
lucha han hecho posible la Cuba de hoy.
Hoy más que nunca, que retumbe el
nombre de Fidel en el eco de las montañas y en las tempestades de los mares
despiertos. Junto a su maestro revolucionario, José Martí Pérez.
El genio Cubano libertador de Cuba, de pie le
estará aplaudiendo a su discípulo, comandante Fidel Castro Ruz, y repitiendo
sabiamente: “Si el discípulo no supera al
maestro, malo para el discípulo, y para el maestro”…
¡Larga vida a la Revolución
Cubana! ¡Viva Fidel! ¡Viva Cuba! ¡Viva la Patria Grande!
Ilka Oliva Corado- Periodista y escritora.
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