EL
COMBATE DEL ORACULO MERCURIAL CONTRA LA DELINCUENCIA
“Nosotros cometemos muchas
equivocaciones
el descuido de los niños, nuestra
fuente de vida.
Mucho de lo que necesitamos puede
esperar.
El niño, sin embargo, no puede
esperar.
En cada momento se están formando
sus huesos,
se está formando su sangre, se están
desarrollando
sus sentidos. A él no le podemos
nosotros contesta mañana.
Su nombre es hoy”.
Maestra Gabriela
Mistral
Premio Nobel de
Literatura 1945.
Premio Nacional de
Literatura 1951
¡Los niños no nacen delincuentes!
Improperios,
y denuestos se han escuchado en contra del suscrito por parte de la clase
política de vía estrecha y de los medios mediáticos mercuriales de
incomunicación globalizados, por su rechazo a la ley que rebaja la
responsabilidad punible de los menores de edad. El tiempo le ha dado la razón:
la delincuencia infantil y juvenil ha aumentado a un nivel muy peligroso. Ni
hablar de la delincuencia en general. Evidentemente, para cualquier persona
consciente, honesta, la delincuencia es un fenómeno social que no se combate
llenando el país de cárceles y las calles de policías, sino luchando contra la miseria, la pobreza, la
cesantía y entregando una educación pública, de calidad y gratuita para todos.
En resumen, luchando contra las odiosas marginaciones sociales en un Chile con “un derroche de espíritu en
un erial de vergüenza”. Frente a esta patética realidad y el crecimiento de los
movimientos sociales, la oligarquía empresarial/Sofofa y su testaferra clase
política de vía angosta machacan a través del oráculo mercurial y sus adláteres: “los extremistas radicales, los
indios araucanos quieren destruir nuestro hermoso y querido país que tanto nos
ha costado construir. El gobierno no
reacciona, es necesario mano dura y
sacar a los militares a la calle para eso les pagamos, para velar por
nuestra seguridad y cuidar de nuestra propiedad privada”. No sean
desvergonzados, inmorales, el costo del Chile de los ganadores del 11/9/1973 le
ha costado al Pueblo Chileno miles de
muertos, desaparecidos y torturados. Al país lo han parcelado y enajenado y
entregado a la voracidad de la oligarquía empresarial SOFOFA, testaferra de las empresas multinacionales del capitalismo
globalizado / globalización del capital.
En una sociedad que tiene como base
la mentira generalizada, como es el proyecto político/ económico, heredado de la dictadura de marras, que ha
administrado el régimen de la concertación por ejemplo: se habla de una nueva
constitución, después de parchar,
recauchar la de Pinochet
de 1980. El poder judicial- con una justicia en la medida de lo posible, con
una aberración jurídica, la media prescripción para disminuir las penas a los condenados por
crímenes de lesa humanidad-, donde se sigue aplicando el decreto ley de
autoamnistía de la dictadura de marras que garantiza la impunidad y el punto
final para los crímenes de los
agentes del terrorismo de Estado, se
acusa sin pruebas, con testigos sin rostros, a los mapuches que luchan por su
tierra su libertad y sus costumbres.
Intelectuales de la talla del Prof.
Dr. Noam Chomsky, del Prof. Juan Guzmán Tapia, ex magistrado de la Corte de
apelaciones de Santiago, del Catedrático Prof. Juan Guillermo Matus Valencia y
el premio Nobel de Literatura José Saramago, pidieron al régimen de turno de la
Concertación que mire a los mapuches, especialmente a sus hijos. Pero nadie de
la clase política escucha a la opinión
pública nacional e internacional. En el marco de la patética realidad antes
descrita ¿con cuál referente del Estado de Derecho se podría intercambiar
opiniones científicas / jurídicas / sociales, sobre la inimputabilidad del
menor?
No se entiende que el Derecho tiene
carácter retributivo, la retribución implica una sanción, a la cual presupone
la imputabilidad del sujeto, el menor no es imputable en los países civilizados,
luego, a éste no se le puede aplicar sanción, y como las normas que tratan de
él no tienen carácter retributivo, el menor queda excluido del ámbito del
Derecho.
La alternativa, frente a esta
doctrina, no está en aplicar hormonalmente a los menores sin más, las
categorías del clásico Derecho Penal, sino en romper la conexión Derecho
– retribución penal – imputabilidad, y sustituirla por la más sencilla de
Justicia y consecuencia jurídica, de donde resultará la posibilidad de un
Derecho al menor que no será “Penal”, pero será auténtico Derecho, porque
realizará la idea de justicia, que es dar a cada cual lo suyo, y entre lo suyo,
figura el Derecho del Menor, a ser
corregido, reeducado, y readaptado, para formar su propia personalidad en
cuanto incurre o se encuentre en una “situación irregular”, que es
violación de la ley que rige el orden
concreto en que vive.
El Derecho es una forma de vida
social, no me refiero a la obvia afirmación de que el Derecho regula la vida de
la persona en sociedad, sino que hago referencia a un sentido estricto de ésta,
como aquella forma específica de la relación interhumana, que se define
principalmente por la generiedad y la impersonalización. La
vida social, es vida de la persona – pues otra no hay -, pero en dimensión de
impersonalidad. La impersonalidad refleja y a la vez, condiciona el proceso de la socialización. Las
normas del Derecho, son impersonales, impersonalizan y presuponen la
impersonalización, socializan, y presuponen, a la persona ya socializada – que
puede ser ciertamente antisocial -, pero que incluso, cuando lo es, tiene sus
formas de socialización, pues si careciere totalmente de ella, estaríamos en
presencia de un ser tan anómalo que difícilmente tendría sentido aplicarle
normas jurídicas y medirle con el criterio de éstas. El Derecho, se ha dicho
muchas veces, no existe en el plano de la vida personal, aunque ésta es también
vida de relación y de formas de vida comunitaria, como por ejemplo, la relación
amorosa. Pero en rigor, el amor no puede ser objeto de normas jurídicas, ni
permisivas, no prescriptivas, ni prohibitivas, porque carecen de sentido
jurídico.
Resumiendo, Derecho es toda vida
humana que puede ser medida en término de Justicia Plena, más aún esta justicia
implica, por de pronto, la generalidad, la igualdad de trato, y para eso, hay
que impersonalizar y comenzar por reconocer formalmente el igual valor de toda
persona en su Dignidad en cuanto
persona. Pero la Justicia
implica también, proporción ante todo dentro de cada caso, y para eso, hay que
ver lo que éste tiene de singular, o sea, hay que personalizar. El Derecho del
menor es Derecho, porque se puede realizar: individualizando, personalizando,
porque de lo primero que se trata es de fomentar, de hacer posible la
personalidad humana de quien aún no llegó a la adultez, y hacerla posible
precisamente en su dimensión social. El Derecho del Menor, por eso, es algo de
contenido más amplio y de largo alcance.
El Derecho penal, para el adulto, científicamente,
- el Derecho es Ciencia -, psicológicamente y moralmente, no se le puede
aplicar a un menor cuya personalidad se está todavía formando, y por no haber
alcanzado aún el supuesto legal de la mayoría de edad, son “menores”, más no
por eso, quedan fuera del Derecho cuando realizan actos que poseen una
antijuridicidad específica, los cuales tienen su consecuencia jurídica de
castigo y corrección, si bien se trata de un Derecho que no es el Derecho penal
común, y cuyo castigo no debe ser confundido con la “mano dura”: represión,
desaparición y tortura. El “bando militar” que rebaja la responsabilidad
punible a los menores, permitirá al régimen de turno, construir cárceles a lo
largo del país, que en corto tiempo se abarrotarán de niños marginados y
excluidos. Porque el problema de la delincuencia de niños y jóvenes, como
problema social se soluciona dándole trabajo a los padres cesantes y educación pública
de calidad y gratuita para los hijos. Ha hecho falta, como en muchas otras
cosas, abordar este problema responsablemente, con criterio por parte del
Estado de Derecho.
El conocimiento científico del
Derecho se desarrolla en función de la persona, y para la persona, mediante la
utilización de un lenguaje claro y específico. Necesario es, así mismo, según
un método sistemático para exponer los conceptos, que habrá de servir de
fundamento, especialmente cuando el objetivo que se quiere alcanzar tiene que ver
con el futuro de ésta: el niño. La autoridad del Poder Ejecutivo y el
legislador, responsablemente no pueden permitir que los medios mediáticos
mercuriales de incomunicación manipulen su trabajo y los conduzcan por
ignorancia, por cobardía u oportunismo, por senderos tenebrosos que lo lleven a
dictar desaguisados jurídicos como el que nos preocupa respecto a la
responsabilidad punible de los menores de edad, que no resuelven en nada la
esquizofrenia social reinante en el país, sino que la profundizan. Con
estas aberraciones jurídicas, lo único que conseguirá la clase política será
incrementar la delincuencia infantil y juvenil. El tiempo así lo ha demostrado.
Al eludir el carácter retributivo de
la sanción, - con la nueva ley eufemística e hipócritamente llamada de
responsabilidad juvenil-, un menor de catorce años que es un niño, y por lo
tanto inimputable en cualquier país civilizado, se desconoció aquella idea
fundamental, la inimputabilidad, para
dejar contentos al Mercurio y su Fundación Paz Ciudadana. La paz ciudadana del
mercurio es la paz de los cementerios…
Modestísimo es el ingenio de
justicia y la imaginación de los representantes del Poder Legislativo y
Ejecutivo, que dieron vida al engendro antijurídico antes citado. Nulo es el
amor que mueve las voluntades de estos señores en un supuesto afán de entrega y
de servicio al Pueblo que los eligió al concretar este desacierto que sataniza
más aun al niño y al joven marginado y excluido en vez de preocuparse de
formular una legislación de menores de acuerdo con la época. Incoherente
e inmoral, a no dudar, ha sido el modo como el concepto de delito se trasplanta
de la ley penal a la norma de responsabilidad punible – catorce años -,
contradictorio es el significado de la medida que en sustitución de la pena se
aplica, precisamente, para eludir la sustantividad de los conceptos de
corrección y de castigo, así como su real significado jurídico.
La protección global de los niños y
de los adolescentes, marginados y excluidos, cuya situación irregular tiene su
causa principal en las contradicciones socioeconómicas de los países
latinoamericanos, con la excepción de Cuba, son sólo superables con una
profunda transformación de sus estructuras mismas, y el avance progresista de
sus legisladores, de cuya solución requiere paralelamente el cambio como las
que puso en marcha el gobierno popular del presidente Dr. Salvador Allende
Gossens: “en Chile hay sólo un privilegiado: el niño”, con su política integral
sobre el menor en situación irregular.
Sobre la aberración jurídica antes
señalada y reiteradamente denunciada, me recuerda las palabras de un educador
ejemplar y médico, el Prof. Dr. Luis Bisquertt Sussarte: “ No se debe
atropellar el desarrollo de la persona
en formación ni menos subyugarle
bajo la maldición de la serie “eterna” de justicia petrificada, no la someta
bajo el dogal de los símbolos del predominio opresivo de las llamadas “leyes de
reintegración”, sino que se debe procurar obtener cariñosamente del niño y de
toda esa confusión determinada por los ruidos de la vida, el sonido claro de sus mejores posibilidades.
Piense que usted también fue niño, no lo margine, no lo excluya, no lo ignore,
porque él se llama futuro”…
Como colofón, reitero una vez más, que la función
que debe cumplir el Derecho de menores, su auténtica función, es la de amparar
y desarrollar la personalidad evolutiva del menor hasta sus últimas
consecuencias. Es decir, que el Derecho del menor debe ser concebido e
interpretado como el más perfecto instrumento de que dispone la sociedad
civilizada para resolver el problema y dar con esto a cada menor lo que le
corresponde, dentro de un orden previamente conocido – que contribuye a disipar
tensiones, aportando los medios para resolver inteligente, diligente, y pacíficamente
los conflictos de intereses que se producen entre los presupuestos que exigen
la defensa social y la protección de los menores-, haciendo que el Derecho sea,
realmente el cauce de la expresión misma de la vida social, para que en él y a
través de él encuentren sus destinatarios, esa justicia social que suscita a su
paso el cortejo de las más excelsas virtudes
que por íntima solidaridad necesariamente la acompañan.
Acentúo, una vez más, ¿Quién le
devolverá al Pueblo Chileno su Dignidad, su educación y cultura y su creencia y
respeto por los valores del espíritu? Parafraseando al inolvidable Presidente
de México, Lic. Benito Juárez García, afirmo, que el triunfo del proyecto económico y político
de la oligarquía empresarial SOFOFA, en
el marco del capitalismo salvaje globalizado/ globalización del capital, es
moralmente imposible. La esperanza es algo bueno y no muere jamás…
Todo está dicho, pero como nadie
hace caso, hay que volverlo a repetir, todo sea por nuestro futuro: el niño
“Los
niños por la esperanza de un mundo mejor… Un niño, de su cariño me dio un beso
tan sincero, que al morir, sí acaso muero, sentiré el beso del niño.”
Maestro libertador de la Patria
Continente, Latinoamérica y el Caribe
José Martí Pérez.
“En
Chile, hay un sólo privilegiado: el niño.”
Presidente de Chile,
Dr. Salvador Allende Gossens.
Secretario
Ejecutivo ADDHEE. ONG
IWA:
Esta abreviatura señala que el Prof. Moreno Peralta es miembro de la asociación
Internacional de Escritores de los Estados Unidos.
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