Habla la Coordinadora Arauco Malleco/CAM:
Primera parte – La Comisión de Paz y Entendimiento es una
farsa.Segunda
parte – El montaje del Caso Huracán.
Habla la Coordinadora Arauco Malleco/CAM:
Seamos claros, esta Comisión no representa los objetivos
políticos de nuestra organización y del movimiento mapuche autonomista que está
activo en los procesos de recuperación territorial.
Son estos sectores los que buscan legitimar su propia
concepción de “paz y entendimiento”, que no es más que un nuevo artilugio para
asegurar las mejores condiciones para incrementar y acumular sus ganancias en
nuestra territorialidad ancestral. Por
lo mismo es que, esta Comisión también funciona como un instrumento político y
mediático al intentar excluir al movimiento mapuche autonomista, y para afirmar
públicamente que los intereses del Estado y del gran capital están bajo
amenaza, imponen sus reglas y su forma de hacer política en los sectores
mapuche institucionales.
Una Comisión que surge en medio de la militarización del
Wallmapu, y que reúne posiciones y materiales de información de los territorios
bajo estas circunstancias, no cumple ni los más mínimo estándares de respeto a
los DDHH en materia internacional. A la vez, es una Comisión que ha operado
desde sus inicios bajo un patrón neoindigenista, porque no se consultó a las
comunidades mapuche, ni quiénes serían sus representantes, ni cuales son los
temas centrales, ni cómo deberían ser las formas de resolución de estos. Esta lógica verticalista y tutelar es
heredera de los más viejos sistemas políticos coloniales, donde la
representación paternalista fue impuesta a sangre y fuego.
Lo cierto es que esta lógica impide que los pueblos
originarios tengan el derecho a decidir sobre su realidad, mientras otros,
poderosos y nobles, lo hacían por ellos. Hoy se vuelve a repetir el formato
colonial y racista del estado capitalista chileno.
Ante esta realidad, que ha permeado por decenas de años los
mecanismos con que el Estado de Chile trata la “cuestión indígena”, es que el
movimiento mapuche autonomista surge con fuerza, a partir de los años 90, con
su propia política, hablando y haciendo por nosotros mismos, sin que otros nos
suplanten o nos representen. Pero hoy nuevamente esta situación fue desconocida
-a propósito- por los iluminados progresistas que están detrás de la Comisión.
Y lo más paradojal es que quienes sí tienen voz son los representantes
de la clase política y del empresariado antimapuche.
Son quienes por tres décadas piensan que el histórico
conflicto sostenido entre comunidades movilizadas, el Estado y los
representantes del capital en el Wallmapu se soluciona con persecución,
criminalización, montajes, juicios y cárcel. Parece irrisorio que el supuesto
“diálogo” por la paz, materializado con esta Comisión, incluya precisamente a
los militaristas que no la quieren y que han engrosado sus bolsillos a costa de
la ocupación usurpadora. Es el caso de comandos paramilitares, como el APRA,
que realizan sendas operaciones políticas, más que actuar como una asociación
que represente a un gremio en búsqueda de esa supuesta “paz”.
A nivel orgánico y operativo, resulta ser una Comisión
construida sobre arenas movedizas, tal como lo fue la participación de mapuche
en la Convención Constituyente. Por lo mismo, al no llegar a acuerdos
concretos, el máximo logro es mostrar a esta Comisión en su labor de
elaboración de un diagnóstico respecto de lo que ellos han denominado la
recuperación de las tierras, cuestión que en el mundo mapuche no tiene
absolutamente ningún sentido porque nuestro pueblo, las comunidades, tienen
absolutamente claro cuáles son las reivindicaciones territoriales que nos
interesan, para restablecer un diseño territorial que permita la reconstrucción
de nuestro Pueblo Nación.
Con este diagnóstico, la Comisión pretende justificar que
existen los mecanismos de devolución de tierra, no existiendo una propuesta
concreta y precisa que determine o que haga real la devolución de los
territorios. Sin embargo, constituye el “caballito de batalla” para encubrir un
engaño mayúsculo, que es la imposición de las técnicas del mercadeo, con
corruptelas incluidas, para reacomodar las grandes inversiones capitalistas en
nuestro territorio ancestral.
Un diagnóstico que será presentado como un gran objetivo,
pero que no estará concluido con este gobierno. Tampoco las devoluciones
territoriales que serán a largo plazo y que solo indicarán o establecerán un
tipo de mecanismo, un tipo de forma para, políticamente buscar componendas y
negociaciones en los futuros gobiernos.
En definitiva, esta nueva Comisión constituye una verdadera
farsa, un nuevo tongo y pasará a formar un eslabón más para que la actual
administración, la actual gobernanza neoliberal, proyecte un futuro gobierno
que estará en manos de la ultraderecha.
Buscar la paz y entendimiento con exclusión de los que
luchan es la gran interrogante, ¿cómo se
puede buscar paz en un contexto de militarización y de mayor represión? Más
aún, con la existencia de muchos presos políticos mapuches (PPM – presos políticos-mapuches)
que hemos venido siendo procesados y condenados sólo por representar la lucha
territorial, autonomista y revolucionaria a través de ideas fuerzas y de
propuestas políticas para la reconstrucción de nuestro pueblo. Nada se ha dicho
de los weichafe que estamos secuestrados por el Estado chileno. Porque mientras
exista militarización y presos políticos mapuche no es posible siquiera iniciar
diálogos que conduzcan a acuerdos.
La existencia de los presos políticos-mapuche se da
un contexto de mayor persecución y sobre la base de leyes de excepción que nos
remiten a tiempos dictatoriales. En efecto, hoy hay presos políticos mapuche
producto a las políticas más sofisticadas para reprimir y perseguir al
movimiento autonomista, que con más fuerza hemos asumido la lucha contra el
extractivismo y por la reconstrucción de nuestro pueblo, procesos sostenidos
con la recuperación de los espacios territoriales, hoy de mano principalmente de
las forestales.
Como antesala de la presentación de los acuerdos o los
puntos de la Comisión por la Paz y el Entendimiento se viene implementado una
verdadera campaña mediática en la que participan los sectores más fascistas de
la derecha chilena, obviamente cubiertos por los medios de comunicación que
están a su servicio, en donde se reinstala el discurso que demoniza la causa
mapuche, condenando la violencia que ejercen las comunidades para la
recuperación territorial.
Un discurso que reinstala los conceptos de terrorismo,
violencia rural, crimen organizado para deslegitimar y despolitizar la justa
lucha por el territorio.
Por otra parte, se está instalando la idea de un supuesto
acuerdo de devolución de tierras en que habría una descomunal cifra de dinero
que se dispondrá para la reparación territorial hacia las comunidades, lo cual
es parte de la farsa que ya conocemos, porque en los hechos está propuesta
siempre se va diluyendo en el camino y al final termina en escuálidos recursos
y en casi nula viabilidad de devolución de tierras.
Lo cual es una constante bajo la legislación vigente con la
participación de la CONADI, un organismo putrefacto y funcional del estado
capitalista. Solo habrá dineros para
reparar a los latifundistas y para engrosar las arcas de las forestales,
quienes hacen el gran negocio con la especulación financiera de la compraventa
de los fundos usurpados a las comunidades.
Sin duda se ha puesto en marcha una nueva operación política
que intenta darle fuerza e importancia a una Comisión que no tiene en la
realidad nada que ofrecer para la resolución del conflicto, porque la
confrontación está instalada sobre cimientos estructurales, económicos, que
implican la lucha de un pueblo originario oprimido contra un estado colonial
invasor y frente a lo cual ya existe un proceso de lucha y de resistencia por
la reconstrucción de la Nación mapuche.
La lucha mapuche actual es y será por territorio y autonomía
para la Nación mapuche. “Luchar es vivir, solo merecen la libertad y la vida
quienes cada día las conquistan”...
La lucha continúa!!. El presente es de lucha, le futuro
es del Pueblo Mapuche
Amulepe taiñ weichan !!
HABLA LA
CAM -Segunda parte-
Caso montaje
Huracán:
“No están todos los responsables en el banquillo de los
acusados”
A ocho años del Caso Huracán y en el contexto actual en que
se está llevando a cabo un juicio en contra de carabineros comprometidos con
este montaje, hay que destacar varios elementos. Primero; esta fue una
operación de inteligencia, un montaje tal vez bastante burdo por las
características de sus formas y del equipo que lo llevó a cabo, pero esto no
quita valor al hecho de que aquí estén involucrados agentes del Estado y el
Estado en su conjunto, cuando de reprimir y de establecer objetivos para
perseguir políticamente y atacar a como dé lugar la causa Mapuche se trata.
Represión dirigida hacia aquellos que sosteníamos con mayor fuerza los
planteamientos políticos estratégicos para la liberación de nuestro pueblo.
Para tal efecto, se destinó la misión a Carabineros por
parte del poder político y se comprometió al Ministerio Público para coordinar
las acciones. Fue una operación llevada adelante por un equipo específico, la
UIOE, que estaba al mando de algunos oficiales de Carabineros, pero mandatados
desde la dirección general, es decir, aquí existen responsabilidades muy claras
de orden y mando; hay generales comprometidos y autoridades del gobierno que
dieron luz verde a la operación, entre otros, Aleuy.
Efectivamente, si bien se lleva a cabo un juicio público que
busca establecer responsabilidades, son solo algunas personas de baja
graduación las que están encausadas, no así aquellos que están vinculados con
la dirección política y policial de esta operación. Por las características que
tenía el conflicto en aquel momento, lo cierto es que la responsabilidad está
en el Poder Ejecutivo y en el Ministerio Público quienes eran y son los
encargados de la seguridad pública y la represión al movimiento mapuche, con
fiscales que aún se mantienen activos en la persecución político judicial hacia
nuestras expresiones de resistencia. Por eso es que afirmamos que no están
todos los responsables en el banquillo de los acusados.
Otro elemento importante a considerar es que, en ese tiempo,
el propósito de esta operación de inteligencia no era solo golpear una
dirección estratégica del movimiento Mapuche como se ha querido presentar
tendenciosamente: una operación que habría sido direccionada a dirigentes exclusivos.
En este sentido, queremos ser bien claros y responsables al sostener que la
operación fue para desarticular una postura política estratégica muy
específica, que principalmente era encarnada por la CAM. La idea era demonizar
a nuestro movimiento, y para ello esta operación involucró a otras orgánicas y
personas que no responden a nuestra expresión y cuyo actuar no coincide con la
línea ni los principios de nuestra lucha política. Sin duda el objetivo era
desvirtuar e intentar vaciar la causa Mapuche autonomista de definiciones
anticapitalistas y revolucionarias.
«Todos los organismos del Estado estuvieron involucrados»
Otro aspecto del caso Huracán que se debe destacar es que,
más allá de determinar cuáles fueron los tecnicismos de este montaje, se debe
dejar claro que esta fue una operación mandatada al más alto nivel y por lo
tanto involucra al Estado en su conjunto. De esta manera, fue una política de
estado que compromete al poder político de aquel entonces al actuar bajo la
presión empresarial principalmente de las forestales.
Sin duda, el montaje responde a una operación política de
inteligencia, tal como dijimos, con el objetivo explícito de golpear no solo a
una orgánica mapuche, sino también desvirtuar su sentido profundo de lucha,
criminalizando sus expresiones a través de la prensa mercurial burguesa
que la demonizó para restar el apoyo que se iba adquiriendo en diversos sectores.
En la actualidad, es importante subrayar la responsabilidad
de la institucionalidad chilena con agentes específicos del Estado que actuaron
fuera de la ley que dicen representar. Se debiera establecer además que hubo
participación de jueces y fiscales que hoy no fueron alcanzados ni procesados
por la justicia chilena. Fiscales que se mantienen en sus puestos, que siguen
actuando y dando continuidad a la represión y persecución del movimiento
mapuche en resistencia. Son fiscales antimapuche que persisten en desarrollar
nuevas operaciones de inteligencia política para involucrar a los dirigentes y
weichafe presentes en la lucha territorial y política de nuestro pueblo.
“Caso Huracán versus Comisión por la Paz”
Actualmente el juicio por el Caso Huracán se está llevando a
cabo en el contexto de la presentación del informe de la “Comisión de Paz y
Entendimiento”. Una Comisión que, como hemos señalamos, no tiene ninguna
validez ni legitimidad. Por lo mismo, creemos que este juicio pasaría a ser una
suerte de componenda respecto de lo que son los alcances y los acuerdos de la
comisión, ya que la derecha oligarca
empresarial desde siempre viene proponiendo impunidad para los represores
del movimiento mapuche, por lo que suponemos que en este caso (juicio huracán)
habrá un sobreseimiento de la mayoría de los involucrados, y el gobierno actual
sostendrá una postura ambivalente al respecto, indicando solo que situaciones
como esta no se pueden volver a repetir, condenando el montaje pero avalando la
resolución “de la justicia”.
Por cierto, consideramos que en este juicio se intentará de
forma soterrada proteger a los verdaderos involucrados del caso, que son los
agentes del Estado al más alto nivel. Y por su parte con la Comisión se buscará
un arreglo, una suerte de negociación con la contraparte que supone a cierto
perseguidos (hoy víctimas) y defensas (abogados) quienes, más allá de buscar
justicia, serán tentados por las indemnizaciones y ofrecimiento de tierras y
otras dádivas que hay para el efecto. Al respecto queremos ser muy claros; está
propuesta excluye a quienes estuvimos más comprometidos con los planteamientos
políticos estratégicos de confrontar con el gran capital y que hoy seguimos
firmes luchando por los derechos políticos y territoriales de la nación
mapuche. Cómo CAM no aceptaremos ningún tipo de componenda, menos
indemnizaciones que provengan de la institucionalidad opresora.
La demonización de la Causa Mapuche
El Caso Huracán fue el más grande de los montajes contra la
causa mapuche y fue una operación que tenía como objetivo de fondo la
demonización de la resistencia y la reconstrucción de nuestro pueblo. Así fue
planteado por los ideólogos y estrategas del Estado a cargo de la represión, al
ver el desarrollo y la propuesta política del movimiento Mapuche autonomista y
revolucionario, que se expresaba de forma consecuente desde la CAM con un
proyecto político-estratégico a través de un proceso de acumulación de fuerzas
basado en el control territorial y la resistencia a la reproducción del gran
capital en nuestra territorialidad ancestral. Por lo mismo es que reafirmamos
que en una propuesta así no cabe acciones que contravienen la línea y los
principios del restablecimiento del mundo Mapuche como, por ejemplo, estar
involucrados con el narcotráfico ni tener vinculación con mafias de la
madera, menos realizar acciones indiscriminadas que afecten a inocentes y
pobres.
Las acciones directas siempre deben ser contra los intereses
de los grandes capitalistas no afectando a trabajadores ni al campesinado que
también sufre las consecuencias del sistema capitalista. La lucha concreta es
en contra de las estructuras de dominación y la economía de los poderosos que
destruyen el mundo Mapuche.
Por lo anterior es que seguimos manteniendo nuestra línea y
principios, y hacemos la crítica de lo que han sido otras posturas extremas e
inconscientes que han generado desviaciones en distintas orgánicas de la
resistencia, con las cuales ya mantenemos posiciones encontradas y de
emplazamiento. Está postura nos obliga a asumir un debate muy responsable y
serio dónde la crítica y la autocrítica con el conjunto del movimiento Mapuche
resultan fundamentales para dar perspectiva a una lucha mayor y permanente por
la liberación nacional Mapuche.
Sobre la compra-venta de tierras
Respecto del anuncio de compra de tierras que va a realizar
Boric y que implica una descomunal cifra en millones de pesos para tal efecto,
nuestra posición es clara y siempre ha sido estar en contra de este mecanismo
para la solución al conflicto territorial. La compra de tierras es una técnica
de mercadeo que sólo favorece a los poderosos y a la reproducción del gran
capital en el Wallmapu. Es un mecanismo comercial sujeto a la especulación
financiera que controlan los grupos económicos y que se fundamenta sobre la base
de mantener el despojo y el saqueo territorial a través de la mantención del
sistema de propiedad usurpado, que es la base del conflicto actual y que en el
último tiempo viene a agudizar la confrontación del Estado con nuestro pueblo.
La salida que ofrece el Estado, sobre todo de los gobiernos
pro-capitalistas, incluyendo el actual, dice relación con mantener el sistema
de injusticia que tiene de trasfondo la compraventa: ¿Cómo es posible que se le deba comprar los predios a los usurpadores
que ya llevan décadas depredando nuestro territorio ancestral con políticas
extractivistas? Sin embargo, sigue siendo este mecanismo la respuesta que
da el Estado a las reivindicaciones de las comunidades. Es una política que
contraviene con nuestra propuesta de lucha por la tierra y los territorios para
la reconstrucción de la Nación mapuche.
Hemos señalado que
existen tres vías para enfrentar el tema territorial: una es mantener la
situación actual de injusticia basada en el despojo, la depredación del
territorio ancestral y el exterminio de las comunidades, propuesta que se
promulga desde la derecha oligarca
empresarial chilena. Lo otra vía es la compraventa de tierras que han
materializado los regímenes post dictadura y que en los hechos es un
camino que resulta funcional a los intereses de los grupos económicos que
tienen usurpado el territorio. La tercera vía es la que sostenemos desde la
CAM: desarrollar un proceso de lucha confrontando con los intereses del gran
capital sobre la base de una propuesta política y territorial autonómica del
pueblo Nación Mapuche. Donde el control territorial es la plataforma concreta
para la recuperación de las tierras ancestrales usurpadas. El control territorial es la forma específica y táctica de llevar
adelante la resistencia y la reconstrucción de la Nación Mapuche.
Es por esta razón que nos hemos opuesto firmemente en contra
de la postura que tiene el alcalde de Lumaco y sostenida por dirigentes Mapuche
oportunistas que han pretendido suplantar nuestra vocería. Se ha dicho en el
caso del fundo Pidenco que este predio se debiera comprar por la CONADI como
una forma de solución, lo cual es una trampa y una estocada al proceso de lucha
territorial asumido con valentía y dignidad por las comunidades ligadas a la
CAM. Sin duda está es otra operación política más que vine desde el poder para
favorecer a las forestales, y que quiere instalar la compraventa del fundo como
la única vía de solución, desautorizando, quitando viabilidad y el sentido
profundo de nuestra propuesta que desde el inicio de la lucha territorial se ha
implementado para recomponer el mundo mapuche en esa territorialidad nagche.
Imponer la compra del fundo Pidenco es una afrenta a lo que
ha significado nuestra propuesta de recuperación territorial, la que también es
asumida por una veintena de comunidades en diversos puntos del wallmapu y que
con firme determinación señalan un camino claro y digno para la reconstrucción
de la Nación Mapuche.
De hecho, el anuncio de compra del fundo, es lo que siempre
han planteado todos los gobiernos con base en la ley indígena, la que no tiene
legitimidad ni recursos para tal efecto, un mecanismo que siempre se ha
entrampado a partir de diagnósticos errados y donde participan organizaciones y
comunidades que son funcionales o han sido cooptadas por los gobiernos de
turno. Las compras de tierras no solo han sido insuficientes, sino que no
resuelven el problema de fondo, que es estructural con dimensiones culturales,
al ser un choque de las comunidades contra el sistema de dominación.
Sin duda, hoy más que antes, la compraventa se inscribe como
parte de una estrategia militarista y de confrontación toda vez que el Estado
dominante impone la militarización y la represión hacia las comunidades en
resistencia. Es la renovada Ocupación de tipo militar que existe y se reacomoda
constantemente, y que ya cuenta con nuevas leyes que han sido elaboradas por la
clase política al servicio de los poderosos: normativas y legislación que van
creado las condiciones para una nueva ofensiva neofascista en el Wallmapu.
Frente a lo anterior, como expresión de lucha no nos
dejaremos engañar y mantendremos nuestra línea de control territorial mapuche.
Reforzaremos la resistencia en los predios recuperados. Porque estamos
absolutamente convencidos que la recomposición del mundo mapuche es el sentido profundo
de nuestra lucha territorial y política. Así debe entenderse porque Toño
Marchant yem está en un espacio de recuperación territorial que es Pidenco, y
que su pullu pasa a ser parte de la recomposición del mundo mapuche en marcha.
¡Fuera las forestales y milicos del wallmapu!
Lo subrayado/interpolado es nuestro.





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