Rita Segato, escritora y antropóloga feminista: ¡No hay más Estado de Derecho; el poder de muerte es la ley! ¿Cuándo lo ha habido en el perverso sistema capitalista determinista globalizado/hegemónico?.
“Gaza no es solamente un caso de guerra, de destrucción, de
holocausto, de genocidio. Es una declaración del fin del Estado de Derecho
global. No hay ley. Es una declaración – y ustedes aquí en México ya la conocen
[con los feminicidios, las fosas comunes, las desapariciones forzadas] – de que
el poder de muerte es la ley”. Además, el término “derechos humanos”,
ampliamente utilizado, se volvió una “palabra vacía”, sostuvo.
Delante de este escenario catastrófico que domina la
condición humana en la actualidad, “yo he optado por declararme ex humana, no
soy más ser humano. No quiero ser parte de eso. Desprecio profundamente la
especie a la cual pertenezco”, compartió ante decenas de mujeres.
Tras iniciar su charla dibujando este escenario y
posicionándose frente a él, Rita retó a la audiencia: “Si pueden contradecirme,
decirme que estoy equivocada, voy a ser la persona mas feliz del mundo; es
difícil, yo misma busco la contradicción a eso que acabo de decir, y no la
encuentro”. No hubo ni una solo voz contraria.
A pesar de la falta de confianza en el Estado y en el propio
ser humano, Rita no pierde el humor para no caer en el pesimismo, al tiempo que
invita a cuestionar cómo “salir de esta penuria, hacer con que esta especie
vuelva a ser apreciable, vuelva a ser confiable”.
La antropóloga feminista apunta posibles caminos a seguir.
“Estamos obligadas a pensar algo nuevo. Pensar con nuevas palabras. Imaginar lo
que no existe, las palabras que no fueron pronunciadas, las consignas que nunca
fueron dichas, los proyectos que jamás imaginamos, futuros nunca imaginados,
pero futuros inmediatos, no futuros utópicos. Se debe pensar con los pies en la
tierra, en el lodo, cara a cara, cuerpo a cuerpo, con cada gesto cotidiano”,
dice.
La colectividad, para ella, es fundamental en este proceso y
puntualiza que nadie puede hacer nada solo o sola. “Es un trabajo mancomunado,
colectivo, eso de repensar la política, las palabras, las soluciones posibles,
ante prácticamente un fin de mundo”.
Para ella, el cambio de rumbo de la historia es totalmente
una cuestión dentro de los márgenes de lo político, y no de la política o
politiquería, en la cotidianidad, por eso la necesidad de compreender la
masculinidad, que es la base de otros poderes en nuestra sociedad que se
despliegan en todas las otras formas de poder.
¡Mujeres y hombres
anticapitalistas y antiimperialistas unidos!
“Comprender la masculinidad es absolutamente central para
liberar a las mujeres y también a los hombres. Nosotras estamos ayudando a los
hombres a que salgan de la trampa en la que metieron el pie, que cada vez los
encarcela, los aprisiona más. Entonces es un movimiento por la humanidad, es un
movimiento por la sociedad, por el mundo. No es un movimiento por una minoría”.
Rita, que posee una reconocida trayectoria en
investigaciones relacionadas a violencia de género en los pueblos indígenas y
comunidades de América Latina, vinculando a cuestiones de racismo y
colonialidad, nos deja reflexiones importantes sobre las relaciones de poder,
masculinidad y el papel que los movimientos feministas podrían asumir en el
sentido de contribuir para los cambios necesarios.
A continuación, retomamos algunas de sus reflexiones.
La política y lo
político
Existe la política y lo político. Mi campo es lo político, no
la política. La política va a jugar siempre a la conflictividad por poder. Es
una lucha por el poder y por el control del Estado, partidos, movimientos
sociales. El gran maestro, Aníbal Quijano, decía así, que no se trata de
movimientos sociales, se trata del movimiento de la sociedad. A veces los
movimientos sociales también acaban siendo parte de la política, la lucha por
el poder. Y ¿qué es lo político? Todo. Absolutamente todo. La vida misma, la
vida cotidiana.
¿Qué pensamos en lo político?, no es como atrapar la rienda
del control, es otra cosa. Pensamos como reencaminar el rumbo de la historia
hacia otro destino. Yo lo defino así. Debe ser siempre un camino anfibio, si no
hay un camino en lo político, también la política no camina y retrocede todo el
tiempo. El camino es por dentro y por fuera del Estado. Si no hay un camino
simultáneo por fuera del Estado, el del Estado acaba traicionándonos siempre al
final.
Lo político y la vida
doméstica
Nos han enseñado que lo doméstico no es político, que es
íntimo y que es privado. La vida doméstica no es ni íntima, ni es privada. A
partir de la conquista y de la colonización, se suprime de forma gradual el
orden comunal, donde la reciprocidad y formas de lo político dominan, entonces
se nucleariza la familia. Ahí morimos, los niños son abusados, golpeados, las
mujeres también. Ahí, en esta familia privatizada y transformada en íntima.
A medida que se nucleariza la familia y el individuo acaba
siendo la figura de la sociedad, cuando el individualismo avanza en las
sociedades, ahí la posición indefensa de las mujeres crece.
Humanidad resentida
La gran cuestión es salir de esta penuria, hacer con que
esta especie vuelva a ser apreciable, vuelva a ser confiable. Es encaminar el
rumbo de la historia hacia otro horizonte, que sea más digno, más compasivo y
más feliz. El verdadero origen de la maldad y de la crueldad es la infelicidad
personal, que luego se vuelve perversa. El resentimiento es el estado de ánimo
de nuestro siglo. Y ¿por qué la humanidad está resentida de esta manera como
para causar daños a los demás?
Se origina en muchas promesas no cumplidas. En promesas no
cumplidas de la modernidad, de la colonial modernidad, porque no podría existir
modernidad si no hubiera existido conquista y colonización.
Tomar el poder, un error
Dentro del feminismo, es un error pensar en tomar el poder
del autoritario patriarcal. El poder es una mala palabra. El feminismo
tiene que crear otras metas, que son metas de felicidad. No son las mismas
metas del patriarca.
Consciencia de género
No basta tener el cuerpo de mujer. Hay mujeres que son mas
patriarcales que los hombres. Si una mujer me dice que quiere influencia y
control del movimiento, bajar línea y que la obedezca, como por ejemplo decir
que las trans están fuera de aquí [del movimiento feminista], eso es querer
poder.
Entonces sería necesario pensar en la idea de lo qué seria
tener consciencia de género. En los movimientos anti racista y negro, por
ejemplo, hay una categoría que es la consciencia racial. Porque los que luchan
contra el racismo saben que hay mucha gente de su misma raza que ejerce el
papel del enemigo. En las favelas del Rio de Janeiro, por ejemplo, muchos niños
y adolescentes negros son muertos en manos de policías negros, que están
actuando para el Estado. Nosotras las mujeres tenemos que pensar ¿qué es una
consciencia de género?
La masculinidad es
corporativa
El principal compañero de un hombre es otro hombre. Es la
fraternidad masculina. La estructura de esta fraternidad es corporativa.
Cualquier corporación tiene dos características. Una es la lealtad, tienen más
lealtad entre ellos, que lealtad a la familia, a la propiedad, a la riqueza, a
la dignidad humana, a la vida. Policía, ejército, jueces, la universidad, la
academia, son todas corporaciones que conocemos, pero la primera corporación es
la masculinidad, antes que nada, el pertenecer al grupo de hombres. La segunda
característica es la jerarquía. La masculinidad es jerárquica. A pesar de que
ciertos feminismos quieren crear dentro del feminismo cierta jerarquía, eso no
es parte de nuestra historia, ni de nuestra estructura como mujeres, ni de la
acumulación de experiencia social a lo largo de milenios. Como mucho, la madre,
que es una jerarquía de autoridad y no necesariamente de poder. Autoridad y
poder no es lo mismo. Yo acepto esta diferencia.
Masculinidad, la
forma base de poder
El esfuerzo de toda mi vida fue entender el poder, que es
entender la masculinidad como la primera forma, la base, la plataforma, que se
replica en todos los otros poderes. Comprender la masculinidad es absolutamente
central para liberar a las mujeres y también a los hombres. Nosotras estamos
ayudando a los hombres a que salgan de la trampa en la que metieron el pie, que
cada vez los encarcela, los aprisiona más. Entonces es un movimiento por la
humanidad, es un movimiento por la sociedad, por el mundo. No es un movimiento
por una minoría. Hemos caído en la trampa de la minoritización. No solamente
nosotras, el movimiento indígena, el movimiento negro también. Los movimientos
han caído en la trampa del multiculturalismo, que permitió nombrar la
diferencia, todo bien, pero también nos entrampó en la minoritización. No hay
minorías. Cada uno de los grupos humanos es universal.
Patriarcado se
exacerba
Los excesos de la masculinidad del presente no podrían
existir en el mundo colonial, porque había una vigilancia, las casas eran
atravesadas por mucha gente, casas abiertas. Los excesos de la crueldad
contemporánea no podían existir. Sin embargo, también había un patriarcado
antes de la colonización. La colonización solo fue posible porque existía
patriarcado en el orden pre colonial, pero con características de un
patriarcado de menor intensidad o de bajo impacto, no es igual al patriarcado
que va a imponerse después. Es la mirada del conquistador lo primero que
aprende el hombre derrotado en la conquista. Aprende a mirar el cuerpo como
cosa, a la vida como cosa, la cosificación de la vida. ¿Qué pasa en el
presente? Esta situación se esta exacerbando más y más. Porque el hombre está
emasculado por la concentración económica. Ocho hombres concentran una riqueza
más grande que el 50% de la población mundial.
Lo
subrayado/interpolado es nuestro




No hay comentarios:
Publicar un comentario