Israel arma a criminales vinculados con ISIS para controlar la ayuda humanitaria en Gaza y desplazar a Hamas
El régimen sionista genocida colonialista israelí suministra armas y protege a un grupo de
criminales y delincuentes vinculados con el Estado Islámico en Gaza, según
reveló el exministro de Defensa israelí Avigdor Liberman. De acuerdo con el
propio Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, este suministro se alinea
con el objetivo de desafiar al gobierno de Hamas en Gaza. «Hemos movilizado a
clanes en Gaza que se oponen a Hamas. ¿Qué hay de malo en eso?», declaró.
Como ya ocurrió con Hamas, Tel Aviv financia a un grupo considerado
«terrorista» únicamente para avanzar en su meta de debilitar y dividir las
reivindicaciones palestinas.
Hace unas semanas surgió la noticia sobre la
existencia de una organización llamada «Fuerzas Populares», dedicada al saqueo
de camiones de ayuda humanitaria. En sus inicios, este grupo prestó «servicios
de seguridad» a los camiones de la Cruz Roja y la Agencia de Naciones Unidas
para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) y otras
organizaciones de la ONU. Luego el líder de la banda, Yasser Abu Shabaab,
comenzó a comercializar los bienes de estos camiones. «Su nombre fue mencionado
en un memorando interno de la ONU como responsable del saqueo a gran escala de la ayuda humanitaria que se
canaliza hacia la Franja», reportó el diario israelí Ynet.
Otro de los nombres que utiliza el grupo es el de “Fuerzas
Antiterroristas de Palestina”, según la organización EuroMed Human Rights
Monitor. Su líder Abu Shabaab fue liberado de una cárcel de Gaza gracias a un
ataque israelí en el inicio de la invasión a la Franja.. Allí, este hombre
nacido en 1993 y miembro del clan beduino Tarabin, cumplía una condena por
tráfico de drogas como hachís y pastillas psicoactivas. Según The New Arab; el
líder criminal «tiene 35 años, es delgado, débil, bajo (alrededor de 150 cm de
altura), poco carismático, analfabeto, presenta
estrabismo en un ojo y nunca ha recibido entrenamiento militar».
Uno de sus
principales lugartenientes es Ghassan al-Dahini, de 38 años, un supuesto
exteniente de la Autoridad Nacional Palestina en Gaza, quien está a cargo de
dirigir las operaciones de la banda y reclutar miembros de ella. Dahini era
miembro del Ejército del Islam, una organización que en 2015 juró lealtad a
ISIS. “el Ejército del Islam dependía de Dahini para las rutas de contrabando
del Sinaí”, según una fuente de seguridad consultada por el periodista Muhammad
Shehada.
Otro de los personajes destacados de la organización
es Essam Soliman Nabahin , de 35 años, un asesino convicto y
miembro de ISIS en el Sinaí, región fronteriza con Gaza. “Estuvo implicado en una serie de atentados con bombas
contra Hamás en 2015 perpetrados por grupos salafistas extremistas y escapó al
Sinaí para unirse oficialmente a las filas del ISIS. Captó la atención de los medios egipcios en 2017
tras participar en ataques contra el ejército egipcio. Israel afirma que
Nabahin fue grabado previamente “lanzando cohetes hacia Israel sin
coordinación con Hamás”, afirma Shehada. Hamas, por mucho, tiempo creyó que
Nabahim era incitado, por el servicio interno israelí Shin Bet, a enviar
cohetes a suelo israelí para justificar una represalia en Gaza.
Gran parte de los
300 miembros de la banda son criminales, que fueron liberados de las cárceles
de Hamas en Gaza, y exmiembros de las fuerzas de seguridad de la Autoridad
Nacional Palestina. “Abu Shabab se presenta como un líder tribal con amplio
apoyo local. Afirma operar en coordinación con familias locales bajo el
paraguas de la tribu Tarabeen y afirma colaborar con la Autoridad Palestina
para asegurar las rutas de ayuda humanitaria. Sin embargo, estas afirmaciones
son cuestionadas. La Autoridad Palestina ha negado formalmente cualquier
coordinación con Abu Shabab o su grupo. La familia Abu Shabab —una rama de la
tribu Tarabeen— emitió un comunicado público repudiando y desvinculándose del
grupo. Esto sugiere que carece tanto de respaldo político formal como de apoyo
tribal significativo”, sostiene el columnista palestino Hamza Hamza,
nacido en Gaza.
El ascenso de esta banda coincide, además, con las
conversaciones de las autoridades israelíes con clanes de Gaza
para que sustituyan a Hamas como gobierno.
Una de las primeras acciones con la que se dio a conocer
esta organización sucedió en noviembre de 2024 cuando Israel abrió el paso a
más de 100 camiones de ayuda humanitaria después de bloquearla por varios
meses. “Sin embargo, este pequeño éxito humanitario no duró mucho, ya que 98 de
los camiones fueron saqueados por bandas armadas en un área declarada como “zona de exterminio” , donde las fuerzas israelíes
no permiten la entrada a ningún palestino. Según un memorando interno de la ONU , el ejército israelí
brinda protección «pasiva» e incluso «activa» a las bandas criminales armadas
que han establecido un complejo de tipo militar en una zona del este de Rafah,
un área restringida, controlada y patrullada por las Fuerzas de Defensa de Israel.
Sobre el terreno, la banda de Abu Shabab ha instalado almacenes operados con montacargas donde
almacenan la ayuda robada. Y tiene puntos de control por donde pasan los
camiones con alimentos y medicinas”, según el periodista palestino Muhammad
Shehada.
Los saqueadores
operan en la zona de “extermino” a sus anchas, mientras que, si un palestino
camina por ese mismo lugar, es baleado por los militares israelíes. Además, dos
fuentes de la fuerza policial de Gaza y un líder de la sociedad civil de Gaza
le comentaron al medio The New Arab: “que el ejército israelí nunca abre fuego
contra los miembros de estas bandas, cuando saquean camiones a punta de
pistola, sino que atacan a los policías locales que intentan detener sus
saqueos”. En la práctica, estas organizaciones funcionan como el brazo
paramilitar que hace varios trabajos sucios para las Fuerzas de Defensa de
Israel; reciben armas y protección de los militares israelíes, según fuentes militares israelíes. Por, eso cada vez que la
potencia ocupante se ve presionada para permitir la entrada de ayuda
humanitaria, les permite realizar saqueos para después culpar a Hamas,
según Shehada.
También la banda de Abu Shabaab se encarga de atacar
mercados, tiendas, hogares, comedores, entre otros lugares. “Por ejemplo, a
principios de mayo de 2025, atacó una cocina comunitaria en Gaza. En cuanto llegaron
voluntarios para detener el saqueo, Israel los bombardeó y asesino a
seis de ellos, lo que sugiere que se trató de un ataque coordinado”, de acuerdo
con The New Arab. Además, el ejército israelí utiliza miembros de estas
organizaciones para realizar misiones de
reconocimiento y vigilancia en zonas controladas por Hamas.
Otro tipo de “trabajo” es el de secuestrar palestinos e
interrogarlos en nombre del ejército israelí, según el
periodista palestino Younis Tirawi: “en un caso, un hombre fue
engañado con el pretexto de recibir ayuda, y su familia fue presionada para que proporcionara información sobre individuos
específicos a cambio de su liberación”. Para Tirawi es claro que hay una
coordinación básica con los militares israelíes al punto que los miembros de
las bandas entran y salen de Israel sin ningún tipo de restricción. “Pasan un
tiempo allí y luego regresan a Rafah para retomar sus funciones. Esto sugiere
que probablemente tengan permisos especiales de Israel”.
Pero una de sus
últimas tareas parece despejar las dudas sobre el objetivo final de esta
operación; la colaboración activa en una limpieza étnica. En las últimas
semanas, con la ayuda humanitaria robada, la banda de Abu Shabab ha establecido
un campamento en Rafah para promover el desplazamiento masivo de palestinos del
norte al sur de la Franja, tal como desea el Ejército israelí. La organización
EuroMed Human Rights Monitor, además, comprobó, a través de varios testimonios,
la presencia de estos criminales en la custodia, compartida con contratistas
militares estadounidenses, de, al menos, un punto de distribución de la
Fundación Humanitaria de Gaza, una entidad creada por Israel para sustituir a las
organizaciones internaciones en la entrega de la ayuda humanitaria.
“El equipo de campo de Euro-Med Monitor documentó cómo las
fuerzas israelíes, junto con miembros de una banda armada que habían formado,
abrieron fuego contra cientos de civiles que intentaban llegar a un centro de
distribución de ayuda humanitaria establecido por el ejército al oeste de
Rafah. Catorce palestinos han muerto hasta la fecha, lo que refleja el papel de
estas bandas como ejecutoras de una política de asesinatos masivos”, informó la organización. A pesar de esto, hay una
agresiva campaña de centros de pensamiento proisraelíes, y algunos medios de
comunicación, para mostrar a la banda de Abu Shabab como una alternativa a
Hamas para legitimarla como fuerza sustituta. “No colaboramos con Israel.
Nuestro objetivo es proteger a los palestinos del terrorismo de Hamás”, afirma el líder criminal.
Para el analista israelí Zvi Bar’el: “Israel sueña con crear
la versión gazatí del Ejército del
Sur del Líbano, una milicia étnicamente mixta y de mayoría cristiana
que colaboró con las Fuerzas de Defensa de Israel durante casi 25 años. Sin
embargo, quizá hayan olvidado que, junto con la facción proisraelí, de las
cenizas de la guerra civil surgió Hezbolá”.
En la práctica, Tel Aviv apoya que una banda terrorista
de narcotraficantes, vinculada a ISIS, se convierta en su operador en el
terreno en Gaza para realizar una limpieza étnica y continuar con el genocidio
en curso. “Al empoderar a actores armados con antecedentes penales y sin
mandato social, Israel impide el surgimiento de un gobierno coherente y
dirigido por civiles en Gaza después de la guerra”, según el columnista
palestino Hamza Howidy.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.



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