La política sumida en el año electoral: “El sufragio soberano universal libre y secreto: el voto obligado constituye un atentado a la dignidad humana, su libertad y libre albedrio”. ADDHEE.ONG
En Chile los presidentes de la
República gobiernan solo por tres años. Al cuarto, curiosamente, se le llama
año electoral en el que la clase política se mira el ombligo, saca las
calculadoras y se sumen en intensas negociaciones para llegar bien parados a la
contienda presidencial y parlamentaria. El propio Jefe de Estado interviene en
esta turbulencia para buscar quien será el candidato que lo represente y se
proponga continuar la labor de su gobierno.
Pero tal parece que en la clase política nadie
quiere ser su continuador. La propia candidata que fuera su ministra del
Interior busca deslindarse de aquellos negros episodios en que habría sido el
propio Boric el que prolongó en demasía la continuidad en el cargo del
subsecretario Monsalve, acusado y hoy encarcelado por presunta violación y
abuso sexual. Tampoco Carolina Toha quiere que se la vincule con esa repugnante
operación para la compra de parte del Estado de la casa en que vivía el
presidente Salvador Allende Gossens, a cambio de 900 millones de
pesos que recibirían la hija del extinto Mandatario, la senadora Isabel
Allende, como la nieta, la Ministra de Defensa Maya Fernández Allende.
Una compraventa en que las partes llegaron a firmar y cometer un ilícito
condenado por la Constitución, aunque finalmente todo se desbaratara con el escándalo
público que se produjo. Lo que tiene a ambas familiares de Allende en una
investigación judicial puesto que la Ley prohíbe toda operación comercial con
el Fisco a quienes ejercen cargos públicos. Hasta aquí, Boric salva de haber
sido el instigador de un negocio ya que ha sido blindado por el despido de
varios funcionarios y operadores políticos que permitieron o no denunciaron la
transgresión que estuvo a punto de consumarse. En una manifestación más de que
el “hilo se corta por la parte más débil”.
No se aprecia durante el año final que vayan a
prosperar reformas que extiendan la llamada política de acuerdos entre el
Ejecutivo y la Oposición. Menos después de la Reforma previsional que, junto
con celebrarse, la verdad es que día a día se aprecia que fue un mal proyecto.
Tanto para los que aspiraban al término definitivo de las isapres que lucran de
las cotizaciones de los trabajadores, como para la derecha que concurrió con
sus votos y con ello ahondó las diferencia entre los partidos y dirigentes de
los tres partidos que apoyan a Evelyn Matthei versus los otros abanderados del
Partido Republicano y del Partido Nacional Libertario, José Antonio Kast y
Johannes Kaiser. Apellidos germánicos de las principales figuras políticas de
derecha, y los dos últimos totalmente reacios a concurrir con sus votos en el
Parlamento en favor de las iniciativas del Gobierno.
Se habla de la posibilidad de concordar algunas
reformas al sistema institucional, como también a la Ley Electoral.
Modificaciones que deben contar con un quorum parlamentario calificado por lo
que se prevé que sea algo imposible en meses de tanta discordia electoral. Ni
siquiera parece posible fijar un umbral mínimo de votación del cinco por ciento
para reconocer la existencia legal de los partidos políticos. Insistir en esta
cláusula arriesga perder el apoyo y la posibilidad de pactar con esa gran
cantidad de expresiones que no superan el dos o tres por ciento de la intención
de voto ciudadano. Cuestión que en la práctica significa que haya entre los
legisladores decenas de partidos de hecho cuando la posibilidad de cambiarse de
bando y fundar nuevos referentes es una práctica habitual en el Parlamento. Ya
que la legislación actual, ni siquiera le exige a los diputados y senadores
mantenerse en sus partidos durante su legislatura. Menos todavía acatar órdenes
de un partido, prácticas que hoy no tienen vigencia en un poder del estado
regido por la dispersión, el oportunismo político, la corrupción de muchos de
sus miembros, como ha quedado demostrado en diversos episodios que se ventilan
en los Tribunales.
Este fenómeno, ciertamente no es un mal del
momento. La historia consigna que cuando el padrón electoral chileno apenas
tenía 450 mil votantes y existían 24 partidos, al igual que ahora. Y la mayor
representación, con solo 90 mil sufragios. Cosas de la “democracia
representativa”
Qué duda cabe que el financiamiento estatal de la
política no ha impedido que candidatos y candidatas puedan recibir ingentes
recursos de esa clase de empresarios también ímprobos y que buscan mediante el
cohecho ganar la voluntad de legisladores, ediles, jueces y otros altos
funcionarios públicos. En un país que ha incurrido en los mismos vicios de
otros países de la Región y del mundo.
Particularmente grotesco parece tal cantidad de
personas que buscan acreditarse como candidatos presidenciales a sabiendas que
el Servicio Electoral les daría una gran cantidad de dinero según la votación
que alcancen, lo que explica que vayamos a ver, de nuevo, por tercera o cuarta
vez candidatos presidenciales sin opción alguna de cruzarse la banda
presidencial, pero que con este estipendio fiscal pueden financiar su
permanencia en la política. Además de apelar al apoyo de empresas como
Soquimich, Penta y otras que reparten sobornos de derecha a izquierda y que,
con el voto de algunos senadores o diputados, pueden lograr la aprobación de
leyes a su favor en esta dispersión “ideológica” de nuestra política.
Del Partido Comunista siempre se dijo que podía
combatirse por sus ideas, pero no por las malas prácticas de sus directivas y
militantes. Sin embargo, ahora, una diputada y una ex alcaldesa de este Partido
se encuentran imputadas por presunto tráfico de influencias y la posibilidad de
haber recibido aportes secretos, esta vez, de empresarios chinos. A ello hay
que sumarle la detención domiciliaria del ex alcalde Daniel Jadue, estimado
como un “peligro para la sociedad” y acusado por presuntos delitos de cohecho,
fraude al fisco y otros. Quien, sin embargo, funge como uno de los
precandidatos presidenciales del Partido Comunista.
Del presidente Gabriel Boric se dice que los meses
que le quedan lo va a aprovechar para realizar viajes al exterior como a
recorrer el país, aunque haya señalado que él y sus ministros van a trabajar
intensamente para aprobar un conjunto de leyes pendientes. Un cometido que será
difícil de lograr durante la parafernalia electoral, cuyos resultados se hacen
muy inciertos por las divisiones y apetitos de los partidos y candidatos que,
ciertamente, no miran al interés nacional y a los acuciantes problemas que
afligen a la población. Muy arduo será en este tiempo rebajar las listas de
espera en los hospitales, avanzar en la construcción de viviendas o reponer
siquiera las de los damnificados por los incendios de Valparaíso. Mientras los
sueldos y salarios van perdiendo su poder adquisitivo y la delincuencia y el narcotrafico asolan mostrándose
incontrolables...
Aunque los jubilados podrán disfrutar del aumento
de apenas cien mil pesos en sus pensiones. Algo así como 50 veces menos que el
estipendio mensual que reciben los parlamentarios, ministros de estado y otros.
Y todavía mucho menos de lo que reciben en forma vitalicia los expresidentes de
la república por gobernar solo cuatro, perdón, tres años.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.




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