viernes, 28 de octubre de 2016

DIOS, LA DEMOCRACIA Y LA JUSTICIA EN PROFUNDIDAD

 No voy a hacer una relación de las definiciones científicas y paracientíficas que se han propuesto de la democracia, sobretodo la que se ha escrito muchísimo y se seguirá escribiendo y discutiendo, mientras los Seres Humanos convivan políticamente, o sea, mientras existan, en el marco de un régimen político en el que se pretende alcanzar la identificación entre gobernantes y gobernados. La democracia es el gobierno de la armonía social, por y para el Pueblo.  La Constitución elaborada y sancionada soberanamente por el Pueblo, las leyes, la Autonomía Universitaria, son elementos fundamentales para la configuración del orden democrático. Estas normas jurídicas resultan ineficaces cuando los individuos no poseen consciencia democrática y en el país reina la injusticia, la corrupción y la impunidad…

Rechazo de plano el uso que algunos tartufos pretenden darle a la democracia, la libertad y la justicia “en la medida de lo posible”. Estos exabruptos son intolerables porque no existen  las personas justas, los demócratas, los libertarios “en la medida de lo posible”, esta reivindicación es una falacia jurídica, moral y éticamente inaguantable para cualquiera consciencia.

El pueblo soberano, directamente o por medio de sus legítimos representantes, establece las reglas del juego democrático. Lo que resulta intolerable e inaceptable y antidemocrático, es la imposición de limitaciones a los derechos y libertades esenciales por parte de la clase política gobernante en funciones sin el respaldo soberano del Pueblo.


El ordenamiento jurídico.

Acentúo, que justicia, para el suscrito significa el fin de toda discriminación contra la persona, el ciudadano, es decir, igualdad de derechos y oportunidades, en síntesis, derecho a ser iguales en dignidad. Construir una sociedad basada en estos valores irrenunciables  para toda persona puede parecer una utopía, pero es un esfuerzo, un desafío, que siempre valdrá la pena intentarlo. Entiendo como utopía el desafío que se alcanza con el cambio que trae la justicia social.

El ordenamiento jurídico de algunos países, entre ellos Chile, son resabios de las dictaduras fascista cívico-militar, cuya aplicación produce delincuencia, impunidad, corrupción e injusticia social. ¿Debe el ciudadano tener una actitud de respeto y acatamiento a tales preceptos y reglas jurídicas?

La justicia democrática exige que las reglas en rigor hayan sido elaboradas y aprobadas por un parlamento elegido por el Pueblo soberano. Las otras normas del ordenamiento jurídico carecen de fuerza obligatoria, salvo que sean expresamente ratificadas por el Pueblo o por los representantes elegidos por éste. Como colofón la justicia democrática, exige, así mismo, que las normas válidas se apliquen con criterio que comportan los destinatarios de las mismas.

La autonomía del Poder Judicial exige terminar con la ratificación de los ministros de la Corte Suprema por parte del Poder Legislativo después de haber sido elegido por el pleno de dicha corporación y ratificados por la Presidencia de la República. Como si todo esto fuera poco, los chilenos después de más de cuarenta años de dictadura cívico militar, por causa del “orden jurídico”, impuesto por el fascismo cívico militar, no pueden gozar pacífica y ordenadamente de la libertad, de una constitución elaborada y sancionada soberanamente por el Pueblo, ni la Universidad de su Ley Fundamental, la Autonomía académica, territorial y administrativa. Se da el desaguisado, que los amarres que la dictadura de marras, el “Tribunal Constitucional”, entre otros -con jueces designados a dedo-, invalidan leyes aprobadas por el Poder Legislativo y Ejecutivo -¿Y la separación de los poderes en el Estado de Derecho?-, por no ser del agrado de la oligarquía empresarial farisea sofofa y sus testaferros políticos corruptos.

Como colofón, acentúo que no se trata sólo de quitar una piedra del edificio cesarista orweliano impuesto por la dictadura fascista cívico militar, como lo han propuesto y llevado a cabo los tartufos privatizadores/depredadores hedonistas Sebastián Piñera y Ricardo Lagos, sino que el tinglado debe ser demolido empezando por el artilugio/1980, redactado por el Opus Dei, a petición de la oligarquía farisea sofofa.

La tarea política pendiente, después de más de cuatro décadas soportando la infausta herencia de la dictadura fascista cívico militar, es darnos  una verdadera democracia en profundidad con una constitución elaborada y sancionada soberanamente por el Pueblo y con una Universidad Chilena con su autonomía académica, territorial y administrativa recuperada.


Dios, justicia e igualdad.

Si el principio de la libertad favorece el predominio de quienes están en condiciones económicas de hacer prevalecer su voluntad, el principio de igualdad no corrige este desfase, sino que lo acentúa, cuando se traduce en un trato igualitario, ante los tribunales de justicia, de quiénes comparecen en condiciones reales de inferioridad,  respecto a las consecuencias de una aplicación indiscriminada de la norma.

Los epígonos, los testaferros, y las mentirosas y manipuladoras encuestas del capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital, machacan en sus medios mediáticos mercuriales de (in)comunicación globalizados, su divisa “el combate por la igualdad”, para terminar con la lacra de la marginación, desigualdades sociales. Una mentira más de la corrupta oligarquía farisea sofofa y sus testaferros, los políticos corruptos. Ya los genios griegos dejaron esto muy en claro. “Cuando se aplica la igualdad en los que están en desigualdad, lo único que se consigue es profundizar la desigualdad”…

En la globalización del capital, la tiranía más despótica y desalmada de la celestina universal, se predica, machaca, de día y de noche, desfachatadamente la igualdad de los patrones oligarcas y los explotados trabajadores. Para el trabajador significa, cesantía, miseria, desahucio de su vivienda, tener que emigrar a otra ciudad, condenando a su familia al desamparo. Para el empresario fariseo capitalista, se trata solo de la necesidad de buscar mano de obra más barata para abaratar los costos de producción/funcionamiento de la empresa: “el fin justifica los medios”.


El Pueblo soberano y la justicia.

Durante mucho tiempo, la justicia ha sido administrada “en nombre de Dios”. Para el Pueblo la cosa ha sido cómoda, por llamarla de alguna manera. Se puede estar con la justicia o contra la justicia, o desentenderse de ella, ¿por qué?, porque no sabe que haya un dios. El problema en este caso tan discutido afirmo que si hay un ser, su esencia exige existencia, en el caso de dios no conocemos la esencia, por lo tanto, no existe. Los creyentes en dios precisan que la existencia de éste puede ser probada filosóficamente mediante un argumento metafísico. Concluyen que sólo dios da sentido a la experiencia moral, religiosa del individuo creyente.

Empezar cualquier audiencia judicial o encabezar una sentencia “en nombre del Pueblo Soberano”, es muy inteligente y hábil como fórmula. Ella se respalda con el propósito de confirmar la dependencia del ciudadano respecto al Poder Judicial que el Juez representa. ¿Quién se atrevería a discutir sus decisiones? A partir de esta fórmula se cree especialmente en los países desarrollados que la sentencia es de responsabilidad de todos los ciudadanos, en virtud de tal fórmula, valga la redundancia, la sentencia del juez compromete al Pueblo Soberano, solo que, como el Derecho es una ciencia, el Pueblo se sobreentiende delega en los jueces su facultades decisorias. Los jueces probos son llamados a expresar en casos concretos la voluntad de justicia nacional de todo un Pueblo.

La justicia, la organización judicial es una fuerza, algo muy importante con lo que el poder político debe contar, en el marco del Estado de Derecho y la independencia de los poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Sin embargo, puede, por razones de decencia ética, en resumen de imparcialidad, sentir la tentación de confrontarse a las clases dominantes en la organización estatal. Esta peculiaridad explica dos tendencias al parecer contradictorias pero que no lo son, si se piensa en ello: De una parte, la tendencia a neutralizar la independencia del Poder Judicial, y de la otra, envolver/cubrir de un manto de inmunidad a los jueces. Dos tendencias igualmente nefastas para la justicia, como valor, y para el Pueblo Soberano como protagonista y destinatario de ella.

Cuando un sistema político tiende a ser una expresión de la soberanía del Pueblo expresa esta creencia en todas las excepciones de la soberanía, o de ella. El Pueblo Soberano, o a través de sus representantes legítimos, se da la ley. El Pueblo Soberano, de un modo u otro controla al gobierno, al ejecutivo que, al menos debe representar a la mayoría parlamentaria. Pero, cuando llegamos a la función de juzgar en el marco de la “justicia en la medida de lo posible” se impone el poder de la celestina universal que controla la oligarquía empresaria farisea.

En Chile, la “justicia en la medida de lo posible” de larga data ha sido impartida en el mayor misterio y secreto. La administración de justicia aparece como una liturgia de la que el Pueblo, en el mejor de los casos, es el destinatario pasivo, atemorizado y aterrorizado. Los jueces, sus sacerdotes, emisarios de un orden invisible, pero omnipresente. Árbitro de un orden injusto e inhumano, se hacen la ilusión de participar de un poder del que emana, prisioneros de él, silencioso, aislados de la comunidad, se creen independientes, apolíticos y neutrales cuando más desgajados del Pueblo. Usan un lenguaje misterioso y hermético, concebido no para ser entendido, sino para ser acatado. Creen no recibir órdenes de nadie, aunque en más de las veces, se anticipan a ellas.  Viven encerrados en una abstracción, el Derecho. Las cortes, los juzgados constituyen su ghetto.

Cuando las cosas empezaban a cambiar, la mayoría de los jueces con dificultad, con no pocas vacilaciones, tanteando caminos, a regañadientes, aceptan las reformas presentadas por el ejecutivo. Pero imponen su prevaricadora “media prescripción” y en general “la justicia en la medida de lo posible, con y sin corbata”, con un país sumido en la esquizofrenia social causada por la desprestigiada clase empresarial farisea sofofa, y su testaferra clase politicastra sumergidas en la corrupción y la impunidad. La juventud y los trabajadores protestan en las calles por las estafas de la AFP, la cesantía, la educación y la atención médica por y para el lucro, etc. El régimen de turno, incapaz de resolver los problemas de las gentes opta por endurecer “la mano dura” del aparato represivo policial, meter la cabeza en la arena y profundizar las privatizaciones y la corrupción.


Los grandes escándalos financieros: PENTA, Soquimich, Caval, Codelco, etc.


Los abusos de la industria farmacéutica, la colusión del confort, los asesinatos de niños en el Sename, las Isapres y las AFP´s,  etc., todo esto representan, una agresión permanente contra la libertad, la seguridad y el derecho a unas mejores condiciones de vida y del bienestar del ciudadano, que se revela cada día en la fábrica, en la calle, en la Universidad, en la población, en la escuela, etc. La consigna contra la clase oligarca farisea sofofa, y su testaferra clase politicastra, “Que se vayan todos”, exigiendo una nueva Constitución sancionada soberanamente por el Pueblo, tuvo  una sola respuesta de la clase politicastra corrupta: Elecciones con voto obligatorio para que el ciudadano vuelva a elegir a los corruptos políticos y así estos se aseguran el chollo.


La asepsia política: La corrupción, la impunidad y el artilugio de 1980.

Los problemas educacionales, los escándalos de las  de las logreras/cicateras AFPs, la corrupción, la impunidad, etc., sólo podrán terminarse con una nueva Constitución, basta ya de tantas maulerías, fraudes, engaños. La asepsia política no es posible en el silogismo que toda sentencia comporta, sobre todo cuando se trata de asumir el rol por el que la función judicial, sustancialmente se ennoblece, que es el proteger al ciudadano frente a los abusos del poder político. Siempre que se entienda por Justicia, el fin de toda discriminación contra la persona, es decir, igualdad de Derechos y oportunidades, en síntesis, derecho a ser iguales en dignidad.

Como colofón, acentúo una vez más, que la crisis moral de la sociedad impuesta por la dictadura fascista cívico militar, profundamente traumatizada, sumida en una esquizofrenia social que tiene como apocalipsis/último suspiro la crisis del Estado de Derecho, en esta situación, la justicia debe ser expresión de la soberanía que reside en el Pueblo, que ya no deriva de dios, sino se radica en éste: “En nombre del Pueblo se administra justicia, y el Poder judicial recibe su sanción, teóricamente al menos, de la soberanía que reside en éste”. Entonces, el ciudadano cuenta con la protección de la Justicia.

En la parafernalia del artilugio de 1980, impuesto por la dictadura fascista cívico-militar de marras, las resoluciones traducen, no la voluntad del Pueblo, sino de la oligarquía empresarial farisea sofofa. Porque, en un ejemplo,  aunque en las estructuras políticas teóricamente se manifiesta el respeto por la independencia del Poder Judicial, resulta que en la práctica, no es así, el juez propuesto, en una terna a la presidencia de la República para formar parte de la Corte Suprema, después de la ratificación del Poder Ejecutivo, tiene que contar con el beneplácito de un 75% del Senado de la República. ¿Y la independencia del Poder Judicial?

La justicia democrática, en el marco de la Nueva Constitución soberanamente elaborada y sancionada por el Pueblo, debe proclamar su voluntad de mantenerse independiente de toda opción política concreta, de partido.  Los móviles de su acción son éticos, pero sucede que, en una “sociedad en crisis” como la chilena, cualquier actitud ética asume una valoración política. Los presupuestos de la justicia democrática son políticos en cuanto no concibe una administración de justicia moderna, independiente, sino en el marco de un Estado de Derecho y este requiere una situación democrática que garantice las libertades políticas.  La defensa de los valores de libertad y democracia, no constituye una acción política partidista, sino un supuesto indispensable para la realización de la Justicia, patrimonio de toda una sociedad civilizada.

Concluyo que: “Sino rechaza la Justicia, la violencia de la injusticia que se comete en su nombre, esta no desvanece la razón real de que es exceso”. Lic. José Martí Pérez/Maestro Libertador de la Patria Continente América Latina y El Caribe.

Sólo el ejercicio consecuente del Derecho, liberará a los Pueblos  del dominio, explotación y enajenación de los empresarios oligarcas fariseos sofofos capitalistas salvajes, taifa de individuos apátridas insaciables, codiciosos, usureros, cicateros, etc.

¿Qué hacer frente a la crisis del capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital? Esta es hija del consumismo, las drogas, la corrupción, la impunidad, la educación y la cultura, bienes de consumo por y para el lucro, la prostitución infantil, etc. Esta hegemonía/ la tiranía más despótica y desalmada de la celestina universal, no ha podido convertir el caos social en felicidad humana.

Con esperanza y memoria.

Prof. Moreno Peralta/IWA.
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG


jueves, 27 de octubre de 2016

RESCATAN HISTÓRICA ENTREVISTA DEL COMANDANTE ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA/ NUEVA YORK, USA.

"El problema de la transición pacífica al socialismo nosotros lo discutimos como una cuestión teórica, pero en América es muy difícil, es prácticamente imposible"

El programa de la Televisión Cubana “La pupila asombrada” rescató del olvido una entrevista que ofreció el Comandante Ernesto Guevara de la Serna para el programa “Face the Nation”, de la CBS, el 13 diciembre de 1964.
En el diálogo con los periodistas, transmitido en vivo de costa a costa en EEUU, el Dr. Ernesto Guevara de la Serna emitió criterios sobre las relaciones de EEUU-Cuba, de sorprendente actualidad. El Comandante Guevara de la Serna estaba en Nueva York y había pronunciado, dos días antes, un histórico discurso como representante de la República de Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A continuación, publicamos la transcripción íntegra de la entrevista y el video (al final del texto), con subtítulos en español. Cubadebate ha rescatado, además, las imágenes que la agencia AP tomó de ese diálogo:

El 13 de diciembre, el ministro de industrias, comandante Ernesto Guevara de la Serna, compareció ante las cámaras de televisión de la Columbia Broadcasting System (CBS) para ser entrevistado en el programa “Face the Nation” (Ante la Nación). Formularon preguntas al comandante Guevara de la Serna, Paul Niven, corresponsal de la CBS; Richard C. Hottelet, corresponsal de la CBS en Naciones Unidas, y Tad Szulc, de la Oficina de Nueva York del “New York Times”.

Sr. Niven: Comandante Guevara de la Serna, en su discurso de la Asamblea General antes de ayer, usted acusó a EEUU de ayudar a los vecinos de Cuba a preparar nuevas agresiones contra ella. Nosotros, a nuestra vez, hemos acusado frecuentemente a su gobierno de promover la subversión en otros países latinoamericanos. ¿Ve usted alguna salida a esta situación; algún modo de mejorar las relaciones?

Comandante Guevara de la Serna: Yo creo, con relación a las soluciones, que hay soluciones, y creo que hay sólo una. Hemos dicho repetidas veces al gobierno de EEUU que nosotros queremos nada más que ellos se olviden de nosotros, que no se preocupen de nosotros, ni en bien ni en mal.

Sr. Niven: Comandante Guevara de la Serna, tenemos otras preguntas acerca de las relaciones de Cuba con este país y con los países socialistas y acerca de su propia situación interna. Comandante Guevara de la Serna, usted dijo hace un momento que a usted sencillamente le gustaría que nosotros los norteamericanos nos olvidáramos de Cuba. Su discurso del otro día sugiere que usted no puede olvidarse de nosotros; usted nos considera un gobierno hostil a 90 millas. ¿Cómo puede usted esperar que nosotros los olvidemos?

Comandante Guevara de la Serna: Yo no dije exactamente que tenía la esperanza de que ustedes nos olvidaran. Usted me preguntó por una solución y yo dije cuál es esa solución, en el momento actual. Sí ello es posible o no, ésa es otra pregunta.

Sr. Szulc: Dr. Guevara de la Serna, en varias oportunidades recientemente el Primer Ministro Fidel Castro Ruz ha sugerido en entrevistas con periodistas visitantes, y en otras ocasiones que debe hacerse un nuevo esfuerzo por normalizar las relaciones entre Cuba y EEUU, particularmente en el terreno del comercio y el intercambio. Como economista, ¿entiende usted personalmente que la reanudación de relaciones de esta naturaleza sería útil o provechosa para Cuba? En otras palabras, ¿le gustaría ver estas relaciones normalizarse?

Comandante Guevara de la Serna: No como economista, porque nunca me he considerado un economista, sino como un funcionario del Gobierno Cubano, como un cubano más, creo que las relaciones armoniosas con EEUU serían muy buenas para nosotros desde el punto de vista económico más que en cualquier otro campo, porque toda nuestra industria fue establecida por EEUU y las materias primas y los repuestos qué tenemos que hacer con grandes dificultades o traerlos de otras áreas pudieran venir directamente. Además, el azúcar, para el cual tuvimos tradicionalmente el mercado norteamericano, que está también cercano.

Sr. Szulc: Comandante Guevara de la Serna, si mi memoria me es fiel, en 1960 pronunció usted varios discursos, particularmente uno en marzo de 1960 en el que dijo que para Cuba, continuar vendiendo azúcar a EEUU era una forma de colonialismo a la cual Cuba estaba sometida. ¿Ha cambiado usted de opinión acerca de esto?

Comandante Guevara de la Serna: Naturalmente, porque aquéllas eran condiciones distintas. Nosotros vendíamos azúcar bajo condiciones específicas establecidas por compradores norteamericanos, los que a su vez dominaban el mercado y la producción interna de Cuba. Actualmente si vendiésemos azúcar a EEUU sería el gobierno cubano el único que lo vendería y todos los beneficios serían para nuestro pueblo.

Sr. Hottelet: Dr. Guevara de la Serna: Washington ha dicho que hay dos condiciones políticas para el establecimiento de relaciones normales entre EEUU y Cuba. Una, abandono de sus compromisos militares con la Unión Soviética. La otra; el abandono de la política de exportar revolución a América Latina. ¿Ve usted alguna posibilidad de cambio en cualquiera de estos dos puntos?

Comandante Guevara de la Serna: En absoluto. No ponemos condición de ninguna clase a EEUU. No queremos que ellos cambien su sistema. No pretendemos que cese la discriminación racial en EEUU. No ponemos condición alguna para el establecimiento de relaciones, pero tampoco aceptamos condiciones…

Sr. Hottelet: Pero mi pregunta es si usted aceptaría estas condiciones establecidas por EEUU para la reanudación de relaciones normales.

Comandante Guevara de la Serna: No aceptaremos condición alguna de EEUU. No aceptaremos condición alguna impuesta a nosotros por EEUU.

Sr. Hottelet: Pero en el asunto de los proyectiles rusos en Cuba y de las relaciones militares cubanas con la Unión Soviética, ¿cómo puede EEUU estar seguro de que Cuba no será una amenaza estratégica nuevamente? ¿Aceptaría usted la inspección de las Naciones Unidas o la inspección de la Organización de los Estados Americanos en el lugar?

Comandante Guevara de la Serna: Usted mencionó la Organización de Estados Americanos. Antes de ayer, el delegado colombiano habló: “de la órbita” de la OEA. Eso es en efecto, una órbita alrededor de EEUU. Una inspección por semejantes delegados sería una inspección realizada por EEUU. Usted dice que EEUU no se siente seguro y nosotros le preguntamos a EEUU, ¿podremos nosotros sentirnos seguros de que no existen proyectiles contra Cuba? Entonces, no podemos llegar a una solución armónica a menos que todos los países sean iguales en el mundo. Inspeccionemos todas las bases, las bases atómicas de EEUU, e inspeccionemos también lo que tenemos en Cuba, y si usted lo desea, liquidemos todas las bases atómicas en Cuba y en EEUU y nosotros estaremos en un completo acuerdo con eso.

Sr. Niven: Comandante Guevara de la Serna, ¿están ustedes, en realidad, tratando de exportar su Revolución? ¿Envían ustedes armas todos los días a otros países latinoamericanos? ¿Están ustedes trayendo revolucionarios dé otros países y devolviéndolos a su patria?

Comandante Guevara de la Serna: También tuve la oportunidad de decirlo en la Asamblea y puedo repetirlo enfáticamente ahora: las revoluciones no se exportan. Las revoluciones son creadas por las condiciones de opresión que los gobiernos latinoamericanos ejercen contra los pueblos y de allí viene la rebelión y después emergen las nuevas Cuba… No somos nosotros los que creamos las revoluciones, es el sistema imperialista y sus aliados, aliados internos, lo que crean las revoluciones.

Sr. Niven: Pero su actitud hacia el actual gobierno de Venezuela, considerado en muchos países como izquierdista y progresista, ¿no sugiere que ustedes consideran a cualquier gobierno como opresor si éste no es comunista?

Comandante Guevara de la Serna: Absolutamente no. Lo que nosotros consideramos es que el gobierno de Venezuela no es un gobierno izquierdista, no tiene nada de gobierno izquierdista. Es un gobierno opresor. Es criminal. Ha asesinado a los patriotas en las luchas campesinas en la región de Falcón, donde hay asesores militares de EEUU. El gobierno que hoy hay en Venezuela —a pesar de que la prensa norteamericana no lo revela— no es un gobierno izquierdista.

Sr. Niven: ¿Existe algún gobierno en este hemisferio al cual Cuba considere como progresista?

Comandante Guevara de la Serna: La palabra “progresista” es una palabra ambigua. Hay gobiernos con el cual mantenemos relaciones diplomáticas: el gobierno de México, con el cual tenemos buenas relaciones. Nuestros sistemas son diferentes. Respetamos su sistema. Estamos en completa armonía hasta la fecha y espero que continuemos en la misma forma. Pero si usted me pregunta mi concepto de América Latina, le diré que hay algunos gobiernos que oprimen a sus pueblos, mucho más que otros, y entre los menos opresivos, entre aquéllos con los cuales pudiéramos tener relaciones, sin dificultad alguna, están: Uruguay, Chile, tal vez Costa Rica, pero EEUU no lo permite.

Sr. Hottelet: Pero todos estos países han roto relaciones diplomáticas con Cuba. ¿No se sienten ustedes aislados al no tener amigos en todo el hemisferio?

Comandante Guevara de la Serna: Tenemos gran cantidad de amigos, pero no entre los gobiernos. Los amigos están en el pueblo y, en última instancia, los pueblos serán quienes gobernarán esos Estados.

Sr. Szulc: Pudiéramos cambiar la escena geográfica de la amistad o no amistad en el mundo. Usted hizo una visita a Moscú en noviembre, el mes pasado, después del cambio de la dirigencia máxima. Hemos tenido la impresión aquí de que el Gobierno de Cuba había adoptado una posición poco definida acerca de las dificultades entre la Unión Soviética y China, ideológicamente. ¿Pudiera usted decirnos, si como consecuencia de su visita, resulta más claro o más difícil para el Gobierno de Cuba adoptar una posición definida en relación con el problema soviético-chino?

Comandante Guevara de la Serna: Puede que ustedes tengan la impresión de que nuestra actitud no es clara, pero nosotros tenemos la impresión de que nuestra actitud es muy clara. En efecto, hay un conflicto, un conflicto ideológico que todos conocemos. Hemos establecido nuestra posición en el sentido de la unidad entre los Estados socialistas. La unidad es la primera medida y sostenemos siempre que la unidad es necesaria porque la desunión favorece a EEUU, que es nuestro enemigo y todo lo que esté a favor del enemigo debe ser eliminado. He ahí el por qué estamos a favor de la unidad. Creemos que existe la necesidad de fortalecer esta unidad y que ella será fortalecida y que el bloque monolítico de los países socialistas se formará otra vez.

Sr. Szulc: A principios de este año —creo que por primera vez en marzo y de nuevo en junio—, el Gobierno soviético, encabezado entonces por el Premier Jruschov, formuló invitaciones a un número de partidos comunistas o marxista-leninistas del mundo, incluido el Partido Socialista cubano o, más bien, el Partido Cubano de la Revolución Socialista, para que asistieran a una reunión preparatoria de Partidos Comunistas, en Moscú. Según recuerdo el Partido cubano es uno de los pocos que no ha contestado a esa invitación. Vemos hoy que el Gobierno soviético ha reiterado la invitación para una reunión preparatoria de países comunistas o marxistas leninistas en marzo, ¿aceptaría ahora su Gobierno, o su Partido, la invitación soviética?

Comandante Guevara de la Serna: Eso será estudiado en el momento apropiado y daremos la respuesta. Es ésta una invitación formulada no al Gobierno sino al Partido y es el Partido el que tiene que responder. Yo estoy aquí representando al Gobierno ahora.

Sr. Hottelet: Comandante Guevara de la Serna, usted es probablemente el más importante exponente de la guerra de guerrillas en el hemisferio occidental y usted ha dicho que los problemas de la Revolución en la América Latina se resolverán con balas más bien que con votos y, en general, su actitud dinámica ante estas cosas parece estar más cerca de la línea comunista china. También, Cuba nunca ha firmado el tratado que proscribe los ensayos nucleares en el espacio ultraterrestre, en la atmósfera y en el mar. Esta es también la posición comunista china. ¿No lo coloca esto a usted, realmente, en términos de su actitud práctica y en política, del lado chino de la cerca comunista?

Comandante Guevara de la Serna: Bien, hay tres o cuatro preguntas comprendidas en una. Trataré de responder una por una. En primer lugar, hay una afirmación que me gustaría negar, o quizás la traducción no fue correcta. Según yo le oí, usted dijo que soy el exponente de las guerrillas en este hemisferio. Yo no soy el exponente de las guerrillas en este hemisferio. Yo diría que ese exponente lo sería el comandante Fidel Castro ruz, líder de nuestra Revolución y quien tiene el papel más importante en la dirección de la lucha revolucionaria, y en la estrategia del Gobierno cubano.
Respecto a las otras dos cuestiones específicas, no tenemos que participar en la controversia porque hay problemas muy específicos. El problema de la transición pacífica al socialismo, nosotros lo discutimos como una cuestión teórica, pero en América es muy difícil y es prácticamente imposible. Por eso es que específicamente nosotros decimos que en América, el camino para la liberación de los pueblos, que será el camino del socialismo, marchará a través de las balas en casi todos los países, y puedo pronosticar con tranquilidad que usted será testigo.
Respecto al problema de firmar el nuevo tratado que proscribe los ensayos nucleares, hemos acogido con beneplácito ese paso como una medida que tiende a prevenir que se agraven las tensiones, pero hemos señalado muy claramente que nosotros, con una base militar norteamericana en nuestro territorio donde pudiera haber toda clase de armas, donde tenemos que sufrir toda clase de provocaciones, tenemos que soportar —resistir— los vuelos sobre nuestro territorio, nosotros no podemos firmar ese tratado porque seria una traición a nuestro pueblo.
Esto es independiente del hecho de que recibimos con beneplácito el tratado público no refleja más que la verdad.

Sr. Niven: Comandante Guevara de la Serna, ¿puedo preguntarle qué porcentaje del pueblo de Cuba respalda la Revolución?

Comandante Guevara de la Serna: Bueno. . .

Sr. Niven: Tenemos diez segundos.

Comandante Guevara de la Serna: Es muy difícil en diez segundos. En este momento no tenemos elecciones, pero una gran mayoría del pueblo respalda a este Gobierno.

Sr. Niven: Gracias, comandante Guevara de la Serna, por estar con nosotros en “Face the Nation” (Ante la Nación).

(La transcripción de esta entrevista aparece en 'Ha sonado la hora postrera del colonialismo. Intervención del Comandante Ernesto Guevara de la Serna en Naciones Unidas'. República de Cuba. Ministerio de Relaciones Exteriores. Dirección de Información. Fue cedida a Cubadebate por La pupila asombrada)


martes, 18 de octubre de 2016

EL ESTADO DE VIGILANCIA EN “LOS PAÍSES LIBRES DESARROLLADOS”: LA TRANSPARENCIA.


Prof. Noam Chomsky



El prof. Noam Chomsky de larga data es reconocido como la consciencia crítica de la Humanidad.

La transparencia: Una ficción, una fábula, una mentira más del régimen político en el capitalismo salvaje globalizado/globalización del capital.
En los últimos tiempos, hemos aprendido mucho sobre la naturaleza del poder del Estado y las fuerzas que impulsan sus políticas, además de aprender sobre un asunto estrechamente vinculado: el sutil, discrepado, disentido, desdicho y diferenciado concepto de la transparencia.
 La fuente de la instrucción, por supuesto, es el conjunto de documentos referidos al sistema de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) dados a conocer por el valeroso luchador por la libertad, el señor Edward J. Snowden, resumidos y analizados de gran forma por su colaborador Glenn Greenwald en su nuevo libro No Place to Hide (Sin lugar donde esconderse).
 Los documentos revelan un notable proyecto destinado a exponer a la vigilancia del Estado información vital acerca de toda persona que tenga la mala suerte de caer en las garras del gran padrino/el gran hermano de la Casa Blanca, que viene a ser, en principio, toda persona vinculada con la moderna sociedad digital.
Nada tan ambicioso fue jamás imaginado por los profetas distópicos que describieron escalofriantes sociedades totalitarias que nos esperaban, como el Best Seller del genial Georg Orwell, 1984.
No es un detalle menor el hecho que el proyecto sea ejecutado en uno de los países “libres” del planeta y en radical violación de la Carta de Derechos de la Constitución de Estados Unidos, que protege a los ciudadanos de persecuciones y capturas sin motivo y garantiza la privacidad de sus ciudadanos, de sus hogares, sus documentos y pertenencias.
Por mucho que los abogados del régimen lo intenten, no hay forma de reconciliar estos principios con el asalto a la población que revelan los documentos de Snowden.
 También vale la pena recordar que la defensa de los derechos fundamentales a la privacidad contribuyó a provocar la revolución de independencia de esta nación. En el siglo XVIII el tirano era el régimen británico, que se arrogaba el derecho de inmiscuirse en el hogar y en la vida de los colonos de estas tierras. Hoy, es el propio régimen de los propios ciudadanos estadounidenses el que se arroga este derecho.
 Todavía hoy Gran Bretaña mantiene la misma postura que provocó la rebelión de los colonos, aunque a una escala menor, pues el centro del poder se ha desplazado en los asuntos internacionales. Según The Guardian y a partir de documentos suministrados por Snowden, el régimen británico ha solicitado a la NSA analizar y retener todos los números de faxes y teléfonos celulares, mensajes de correo electrónico y direcciones IP de ciudadanos británicos que capture su red.
Sin duda los ciudadanos británicos (como otros clientes internacionales) deben estar encantados de saber que la NSA recibe o intercepta de manera rutinaria routers, servidores y otros dispositivos computacionales exportados desde Estados Unidos para poder implantar instrumentos de espionaje en sus máquinas, tal como lo informa Greenwald en su libro.
Al tiempo que el gigante satisface su curiosidad, cada cosa que cualquiera de nosotros escribe en un teclado de computadora podría estar siendo enviado en este mismo momento a las cada vez más enormes bases de datos del presidente Obama en Utah.
Por otra parte y valiéndose de otros recursos, el presidente de la Casa Blanca parece decidido a demoler los fundamentos de nuestras libertades civiles, haciendo que el principio básico de presunción de inocencia, que se remonta a la Carta Magna de hace 800 años, ha sido echado al olvido desde hace mucho tiempo.
 Pero esa no es la única violación a los principios éticos y legales básicos. Recientemente, el New York Times informó sobre la angustia de un juez federal que tenía que decidir si permitía o no que alimentaran por la fuerza a un prisionero español en huelga de hambre, el que protestaba de esa forma contra su encarcelamiento. No se expresó angustia alguna sobre el hecho de que ese hombre lleva 12 años preso en Guantánamo sin haber sido juzgado jamás, otra de las muchas víctimas del líder del mundo libre, quien reivindica el derecho de mantener prisioneros sin cargos y someterlos a torturas.
 Estas revelaciones nos inducen a indagar más a fondo en la política del Estado de Derecho en USA y en los factores que lo impulsan. La versión habitual que recibimos es que el objetivo primario de dichas políticas es la seguridad y la defensa contra nuestros enemigos.
 Esa doctrina nos obliga a formularnos algunas preguntas: ¿la seguridad de quién y la defensa contra qué enemigos? Las respuestas ya han sido remarcadas, de forma dramática, por las revelaciones de Snowden.
Las actuales políticas están pensadas para proteger la autoridad estatal y los poderes nacionales concentrados en unos pocos grupos, defendiéndolos contra un enemigo muy temido: su propia población, que, claro, puede convertirse en un gran peligro si no se controla debidamente.
 Desde hace tiempo se sabe que poseer información sobre un enemigo es esencial para controlarlo. Obama tiene una serie de distinguidos predecesores en esta práctica, aunque sus propias contribuciones han llegado a niveles sin precedentes, como hoy sabemos gracias al trabajo de Snowden, Greenwald y algunos otros.
 Para defenderse del enemigo interno, el poder del Estado de Derecho y el poder del régimen político concentrado de los grandes negocios privados –las empresas multinacionales y sus bancos usureros-, esas dos entidades deben mantenerse ocultas. Por el contrario, el enemigo debe estar completamente expuesto a la vigilancia de la autoridad del Estado de Derecho.
 Este principio fue lúcidamente explicado años atrás por el intelectual y especialista en políticas, el profesor Samuel P. Huntington, quien nos enseñó que el poder se mantiene fuerte cuando permanece en la sombra; expuesto a la luz, comienza a evaporarse.
El mismo Prof. Huntington lo ilustró de una forma explícita. Según él, “es posible que tengamos que vender [intervención directa o alguna otra forma de acción militar] de tal forma que se cree la impresión errónea de que estamos combatiendo a la Unión Soviética. Eso es lo que Estados Unidos ha venido haciendo desde la doctrina Truman, ya desde el principio de la Guerra Fría”.
La percepción del prof. Huntington acerca del poder y de la política de Estado de Derecho era a la vez precisa y visionaria. Cuando escribió esas palabras, en 1981, el gobierno de Ronald Reagan emprendía su guerra contra el terror, que pronto se convirtió en una guerra terrorista, asesina y brutal, primero en América Central, la que se extendió luego mucho más allá del sur de África, Asia y Medio Oriente.
Desde la arcadia de la felicidad, “el sueño americano/USA”
Desde ese día en adelante, para exportar la violencia y la subversión al extranjero, o aplicar la represión y la violación de garantías individuales dentro de su propio país, el poder del Estado ha buscado crear la impresión errónea de que lo que estamos en realidad combatiendo es el terrorismo, aunque hay otras opciones: capos del narcotráfico y del tráfico de armas, ulemas locos empeñados en tener armas nucleares y otras fieras que, se nos dice una y otra vez, quieren atacarnos y destruirnos.
 A lo largo de todo el proceso, el principio básico es el mismo. El poder no se debe exponer a la luz del día. Edward Snowden se ha convertido en el criminal más buscado por no entender esta máxima inviolable.
 En pocas palabras, debe haber completa transparencia para la población pero ninguna para los poderes que deben defenderse de ese terrible enemigo interno.


¿Qué entienden por “transparencia” la enajenada mayoría de la hegemonía capitalista estadounidense, la tiranía más despótica y desalmada, sus medios mediáticos de (in)comunicación globalizados, y su clase empresarial farisea oligarca, y su clase politicastra?
El director de cine Oliver Stone, en el Festival de Cine de San Sebastián, País Vasco, al presentar su película “Snowden”, afirmó:
Estados Unidos se encamina hacia la autodestrucción. En el 2016 el presidente Barack Obama, en su primer gobierno se comprometió, entre muchas otras cosas, a eliminar el control ciudadano, pero, hombre de mala memoria, en el mismo año creó un Estado de vigilancia ciudadana global, mucho mayor que la Gestapo y la Stasi de las Alemanias post dictadura Hitleriana. El régimen de Obama que ya termina, por suerte, -aunque las alternativas Clinton/Trump, sólo apuraran esta autodestrucción-, dicen que nos están protegiendo del terrorismo, pero yo no quiero ese tipo de protección”, puntualizó el destacado director estadounidense  Oliver Stone en su conferencia de prensa.

Sapere aude, Roma locuta causa finita.
“En tiempos infames como el actual, en que reina la mentira, la cobardía, la traición, la corrupción, la impunidad, decir la verdad es un acto revolucionario”.

Certificó:
Prof. Moreno Peralta/IWA

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

EL TIEMPO Y LA ESPERA… MONSEÑOR PERE CASALDÁLIGA I PLA


A los pobres sin voz ni justicia,
A los mártires de las malditas guerras,
A los militantes defensores de la dignidad, los derechos del Ser Humano y el Entorno Ecológico,
Y a los teólogos de la liberación,
Por quienes y con quiénes –por Él, con Él y en Él-,
El tiempo se hace cristiano
Y la espera esperanzada.

PS: Parafraseando al digno y admirado obispo catalán Monseñor Pere Casaldáliga y Pla. El movimiento social de rebeldía y esperanza que asumen todos los hermanos latinoamericanos que luchan y sufren por causa de la maldita hegemonía capitalista salvaje globalizada despótica y desalmada, y por su no menos malditas guerras.

Con esperanza y memoria.

María Mercedes Peralta Rojas.

Paiguano/Elqui, 18 de octubre de 2016.

¡SALVAR LA CUBA SOCIALISTA!


Valparaíso, 9 de octubre de 2016. 







“Gobernar para nosotros significa salvar a la Revolución Cubana, y salvar a la Revolución Cubana significa salvar a la Revolución, salvar a la Justicia, y sobretodo, significa salvar a la democracia en el Continente Americano, porque si la Revolución Cubana hierra, si la Revolución Cubana se equivoca, si la Revolución Cubana fracasa, ¿qué será de las esperanzas del Continente Americano?, ¿qué será lo que Cuba puede hacer para y por la democracia de América? Sin quererlo, nosotros, sin ambicionarlo, nosotros y nuestra Patria se han convertido en ejemplo, si proponérnoslo, nosotros, Cuba, se ha convertido en la esperanza, y hay que salvar la esperanza”…
Dr. Fidel Castro Ruz, discurso pronunciado en el Parque Central de Nueva York/USA

“Libertad con pan, sin terror, eso es Humanismo”
Dr. Fidel Castro Ruz. Nueva York/USA

“Una agresión contra Cuba, es una agresión a la tierra, a la sangre y a la Historia de América Latina y El Caribe”
Senador Dr. Salvador Allende Gossens. Julio 1960, Santiago/Chile.

Prof. Galvarino Jaramillo Plücker
Vicepresidente ADDHEE.ONG

Lic. Yirsela Peirano Cofré
Asistente ADDHEE.ONG

Certificó:
Prof. Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG


jueves, 13 de octubre de 2016

EL COMPAÑERO PRESIDENTE SALVADOR ALLENDE GOSSENS VIVE. EL PARTIDO SOCIALISTA CHILENO HA DEJADO DE SER

Por Ximena de la Barra, arquitecta.
Publicado el 29 de Febrero de 2016. Diario El Clarín de Chile, “firme junto al Pueblo Chileno”.
Es nuestra confianza en nosotros lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, en la certeza de que esos valores tendrán que prevalecer. ¡No podrán ser destruidos!”.
 Dr. Salvador Allende Gossens, Presidente de Chile, 1972. Asamblea General del Naciones Unidas.



El presidente Allende Gossens vive porque su ejemplo es de lo poco de lo que pueden echar mano las nuevas generaciones chilenas para seguir adelante. Durante años, muchos en Chile, desinformados por los medios mediáticos mercuriales de (in)comunicación, deslumbrados por los oropeles de las promesas neoliberales y la falsa premisa de que no había otra opción que esa, lo consideraron un perdedor. En el mundo del dinero, perder no tiene valor de cambio.
El fracaso del neoliberalismo, el de la transición a la “libertad, democracia y justicia en la medida de lo posible” negociada con los poderes fácticos y el desprestigio de la política partidaria chilena que se hunde en la corrupción, ha traído como consecuencia positiva el hecho de que hoy el pueblo – que no el oficialismo – reivindique su figura como ejemplo de dignidad, lealtad, consecuencia, honestidad, de ética política, y de convicciones democráticas.
El presidente Salvador Allende Gossens (1908-1973) nació en el seno de una familia que creía en la búsqueda del bien común y en la redistribución de la riqueza por la vía de un Estado de Bienestar. Con solo 25 años fue co-fundador del Partido Socialista (marxista) de Valparaíso. Tenía 29 cuando fue elegido parlamentario en tanto simultáneamente ejercía la medicina. Fue Ministro de Salud durante el Gobierno del Frente Popular (anti-fascista) del presidente Radical, Pedro Aguirre Cerda (1938-1941) , aquel Frente Popular que, con el poeta Pablo Neruda como actor principal, dio refugio y oportunidades en Chile a numerosas víctimas de la Guerra Civil Española, acción que nos enriqueció moral y culturalmente como pueblo. El lema del gobierno popular era: “gobernar es educar”, y lo hizo a todos los niveles, contribuyendo así a avanzar hacia una cultura igualitaria.
El Frente Popular, además de significar grandes avances para la clase trabajadora, desplazó a los partidos oligárquicos que habían gobernado Chile desde la independencia en 1810, y forjó en el Dr. Allende Gossens la firme convicción de que la unión de las fuerzas progresistas había sido imprescindible para lograrlo. A pesar de ello, el presidente Allende Gossens continuó su militancia en el Partido Socialista (PS) toda su vida, y llegó a ser su Secretario General en 1943.
Después de un periodo de retroceso político y democrático, y de la derechización del Partido Radical (PR) que pactó con liberales y conservadores, se imposibilitó cualquier opción de continuidad del antiguo Frente. El PR – el más importante de los partidos que habían conformado el Frente – en su deterioro, había sellado su futuro de irrelevancia política, de subdivisiones y de vaivenes en sus alianzas espurias en busca de mantener su visibilidad.
Surgirá en cambio el Frente de Acción Popular (FRAP), la alianza comunista-socialista que con el Dr. Salvador Allende Gossens a la cabeza se presentó a las elecciones presidenciales en 1958 y 1964. Los resultados de 1958 no tuvieron mayor significado. Tras una feroz campaña del terror orquestada y financiada por los EE.UU., el FRAP perdió ante la Democracia Cristiana (DC) la elección de 1964. La Revolución Cubana ya había triunfado y Estados Unidos no quería “una segunda Cuba” en su patio trasero.
A pesar de su “revolución en libertad” y de su evidente avance reformista, el triunfo de la DC, fue de corta duración, especialmente al perder el apoyo de la derecha oligárquica, precisamente por no comulgar con las reformas. La próxima contienda electoral a realizarse en 1970 se disputaría, en consecuencia, entre tres candidaturas. Por primera vez en Chile la Unidad Popular (UP) de la izquierda marxista, los Socialdemócratas, los Cristianos por el Socialismo, junto con sectores progresistas independientes, unieron fuerzas alrededor de un programa común de gobierno, el Programa de la Unidad Popular. Más allá de responder a las necesidades básicas de la población, como lo habían hecho en el pasado otros frentes populares, esta vez el Programa se dirigía también a las raíces de esas necesidades, fundamentalmente: el capitalismo, el imperialismo, los monopolios y la concentración de la propiedad de la tierra, en manos de la oligarquía terrateniente.
Para el Presidente Allende Gossens, el socialismo es una forma perfeccionada de la democracia.
El Dr. Allende Gossens entendía al Socialismo como una forma perfeccionada de la democracia y como tal, se constituyó en principio inspirador de la Vía Chilena hacia el Socialismo. El poder se lograría sin recurrir a la insurrección armada, lo que no significaba que se renunciara a su carácter revolucionario dado que se ponía al servicio del Pueblo y de la lucha de clases. La Unidad Popular estaba convencida de que las viejas leyes podían dar mucho de sí en un gobierno con voluntad política de emplearlas para cumplir con sus compromisos electorales.
Los resultados favorables a la Unidad Popular llevaron a Dr. Salvador Allende Gossens a la presidencia en 1970 a pesar de múltiples obstáculos. El triunfo del Presidente Allende Gossens representaba la primera elección libre de un marxista comprometido con una transformación fundamental del orden socioeconómico vigente dentro del marco constitucional y legal existente, algo que los EEUU consideraban un ejemplo peligroso que no debía propagarse en el imaginario de otros pueblos.
Si bien el Dr. Allende  Gossens había sido el candidato más votado, su 36,6 % de votación no equiparaba la suma de la de sus dos contrincantes y, de acuerdo con la Constitución vigente, debía ser ratificada por el Congreso que estaba dominado por la Democracia Cristiana y la derecha oligárquica. El clima de polarización política se intensificaba aun antes de que la elección estuviera zanjada.
Ante su fracaso en las urnas, amplios sectores de la Democracia Cristiana renunciaron a su componente democrático y se volvieron golpistas, con funestas consecuencias posteriores dentro de sus propias filas. Otros grupos con intereses socioeconómicos supuestamente amenazados por la UP, también priorizaron estos intereses por sobre los de la democracia y los de la sociedad. Estados Unidos amablemente los alimentaba ideológica y financieramente. Los intereses en Chile de las grandes transnacionales estadounidenses, estaban en juego. El Presidente Nixon ordeno a la CIA impedir la elección del Senador Dr. Salvador Allende Gossens.
Se provocaron artificialmente pánicos financieros y corridas bancarias. Se llegó a intentar un golpe de estado para impedir la ratificación parlamentaria. Este intento fue rechazado por el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau, dado su férrea convicción de la función de los militares como garantes de la Constitución. El golpismo fascista terminó por asesinándolo.
En un giro insospechado, y dado que Chile no tenía una historia vinculada al asesinato político, el repudio a esta acción abominable llegó hasta el Parlamento que decidió ratificar el triunfo del Senador Allende Gossens, no sin antes imponer un Estatuto de Garantías Constitucionales. Esto no significó que disminuyeran los afanes antidemocráticos ni que la Clase Trabajadora se consolidara como fuerza dominante. La Unidad Popular recurrió entonces al fortalecimiento de la consciencia de clase y a la unidad de los trabajadores, así como también a forjar una coexistencia con los sectores de clase media dentro de la oposición.
A pocos días de iniciado su mandato, en Diciembre de 1970, el presidente Allende Gossens presentó al Congreso una enmienda constitucional que otorgaría el control absoluto, exclusivo, inalienable e irrevocable sobre la industria minera del cobre, incluido el poder para expropiar los bienes de cualquier empresa extranjera cuando fuera de interés público. El cobre era y continúa siendo el principal producto de exportación y fuente de ingresos de Chile.
Tras un prolongado debate, la enmienda fue aprobada por unanimidad, autorizando la nacionalización de la minería del cobre a la que el presidente Allende Gossens llamaba “el sueldo de Chile”. Aunque la oposición estaba consciente que se estaba dando un espaldarazo al Presidente Allende Gossens, hubo de reconocer que la medida contaba con una popularidad casi total, incluyendo el entusiasta apoyo del derrotado contendor presidencial de la Democracia Cristiana, Radomiro Tomic Romero.
Ampliar la base de apoyo, la única alternativa posible
La necesidad de negociar para ampliar la base de apoyo, se transformó en la única alternativa viable para poder concretar el Programa de la Unidad Popular. El Presidente Allende Gossens anunció su plan para una reforma constitucional más amplia con el objetivo de institucionalizar la participación de los trabajadores en todos los niveles de toma de decisión. Buscaba apoyar al gobierno popular en su base de clase en lugar de en su limitada base electoral.
Plenamente consciente de los riesgos que implicaban el cambio constitucional, se preocupó de explicar incansablemente esta iniciativa diciendo:
“Como la soberanía reside en el pueblo… someteremos a la voluntad soberana del pueblo la necesidad de reemplazar la actual Constitución de fundamento liberal, por una Constitución de orientación socialista. Y el sistema bicameral existente por una Cámara Única.
Es conforme con esta realidad que nuestro Programa del Gobierno Popular se ha comprometido a realizar su obra revolucionaria, respetando el Estado de Derecho, la autonomía universitaria –académica, territorial y administrativa-.” (Presidente Allende Gossens, 1971:38)
…El pueblo de Chile está conquistando el poder político sin verse obligado a usar las armas. Avanza en el camino de su liberación social sin haber debido combatir contra un régimen despótico o dictatorial, sino contra las limitaciones de una democracia liberal.
…es mi obligación advertir que un peligro puede amenazar la nítida trayectoria de nuestra emancipación… este peligro es la violencia reaccionaria contra la decisión del pueblo.” (Presidente Allende Gossens, 1971:41)
El mayor desafío consistía en lograr avanzar hacia el socialismo en circunstancias en que sólo se había conquistado el Poder Ejecutivo. La oposición usaba todos los medios legales posibles para frenar el Programa de la Unidad Popular, incluyendo el establecer demandas en contra del ejecutivo y el bloqueo de la aprobación del presupuesto. Se aprobó, por parte de la oposición, una reforma constitucional impidiendo al Presidente nacionalizar nuevas empresas sin la expresa aprobación del Parlamento.
El presidente Allende Gossens vetó esta reforma y la oposición no consiguió los dos tercios necesarios para anular el veto.
Estados Unidos también apoyaba la guerra económica impulsada por la oposición ya sea directamente o por la vía de organismos bajo su control como el Banco Mundial. Se creaban artificialmente tanto un proceso inflacionario como el desabastecimiento de productos de primera necesidad. El nivel de conflicto social se elevaba día a día y permeaba a la sociedad entera. Sin embargo, el gobierno logró sobrepasar las metas en cuanto a redistribución de ingreso y de gasto social, y aumentó su apoyo electoral en las elecciones locales en abril de 1971.
El año 1972 fue más difícil porque aumentó el consumo de las clases populares, bajó el precio internacional del cobre y Chile fue sometido a un bloqueo en cuanto a créditos e importaciones. El Gobierno Popular comenzó a perder el apoyo de la pequeña burguesía. Las iniciativas de la Unidad Popular eran sistemáticamente bloqueadas por la compleja institucionalidad vigente. La Central Única de Trabajadores eligió a un dirigente de la Democracia Cristiana, y se elevó la actividad huelguística. El sabotaje económico y la polarización se exacerbaban. Las movilizaciones y confrontaciones culminaron con un paro patronal en Octubre de 1972. El liderazgo político en gran medida había perdido el control sobre sus propios militantes a ambos lados de la contienda.
El presidente Allende Gossens incorporo a militares dentro de su gabinete, incluido el Comandante en Jefe del Ejército, General leal y constitucionalista, Carlos Prats González, como Ministro del Interior. La reacción a esta maniobra desde ambos extremos no se dejó esperar por lo que permanecieron poco tiempo en sus cargos.
A pesar de todo esto, la Unidad Popular volvió a aumentar su votación en las elecciones parlamentarias de Marzo de 1973, a un 47% aunque lejos de obtener una mayoría parlamentaria, como tampoco lo consiguió la oposición que se dio cuenta que por la vía electoral no conseguiría sus objetivos. Se intensificó la política confrontacional y comenzó la conspiración en busca de una salida militar. En Junio de 1973 una guarnición militar intentó un golpe que pudo ser frenado por el General Prats González. Pero éste finalmente perdió autoridad frente a sus tropas. La izquierda, por su parte, llamó a la organización de la defensa de la Clase Trabajadora, provocando a las Fuerzas Armadas que comenzaron con allanamientos en busca de armas que en realidad no existían.
Ante la oposición atrincherada en el Parlamento y el Poder Judicial, el Partido Socialista  enarbolaba la bandera de la necesidad de destruir la institucionalidad vigente. El presidente Allende Gossens se opuso vigorosamente argumentando que el poder de la oligarquía/burguesía no se alojaba en las instituciones sino en su poder económico. También recordó al Partido Socialista que había sido el pueblo Chileno quien había conquistado las instituciones del ejecutivo para poder llevar a cabo el Programa del Gobierno Popular. Las instituciones deben ser modificadas pero no destruidas, afirmó.
A mediados de 1973, el Partido Socialista ya era más radical que el Partido Comunista (PC). Tan radical que se negaban a apoyar al Presidente socialista cuando más apoyo necesitaba. No apreciaba la brillantez táctica de Allende y lo acusaba de ser un reformista conciliador. No aceptaba los ritmos políticos que el proceso demandaba, exigiendo “avanzar sin transar” con políticas públicas que iban más allá de las capacidades legales y políticas de la Unidad Popular y con movilizaciones sociales que aumentaban la polarización.
Tampoco aceptaba la necesidad de ampliar la base política abriéndose al ala izquierda de la Democracia Cristiana, fundamentalmente seguidores de la Teología de la Liberación. Por el contrario, el Partido Socialista avalaba las prácticas violentas o ilegales del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que no formaba parte de la Unidad Popular, y que provocaban a la derecha oligarca.
Como el presidente Allende Gossens mantenía la firme convicción de que el socialismo debía ser la máxima expresión de la democracia, no tomo acción en contra de los que actuaban fuera de la ley, y tampoco utilizó la fuerza pública para reprimirlos o desalojarlos. Amplios sectores de la oposición vieron al  Presidente Allende Gossens como incapaz de establecer el orden y de controlar la violencia. Contradictoriamente, estos mismos sectores ejercían la violencia y el sabotaje apoyándose tanto en el grupo ultraderechista Patria y Libertad como en los medios de desinformación, especialmente en el diario El Mercurio, provocando al gobierno.
La Dirección de la Democracia Cristiana pasó a su ala de derecha con lo que se perdió el apoyo de su ala de izquierda. Vino un segundo gabinete con participación militar, esta vez denominado Gabinete de Salvación Nacional que terminó incluyendo al General Augusto Pinochet quien se había manifestado siempre como constitucionalista, engañando tanto al Presidente como al General Prats, que lo recomendó
Tan pronto el presidente Allende Gossens  completó su propuesta para una nueva Constitución que democratizara al Estado, la circuló entre los partidos políticos que constituían la Unidad Popular. El paso siguiente seria su discusión en el Parlamento. A esas alturas, la oposición lideraban Frei Montalva y Patricio Aylwin Azocar constituían una verdadera insurrección en contra del gobierno lo que provocó una postergación del debate. La intención del presidente Allende Gossens era pactar con el ala más moderada de la Democracia Cristiana sobre los principales elementos de discordia: la relativa importancia que el Estado concedería a la propiedad estatal, privada y mixta. La naturaleza de las negociaciones llegó a convencer al Presidente Allende Gossens que la única solución real sería someter el proyecto directamente al pueblo Chileno para su aprobación en un plebiscito.
La propuesta, reformulada respondiendo a las demandas y expectativas de las clases populares y medias, aumentaba el nivel de control de estas clases sociales sobre el poder y sobre los excedentes económicos. El Presidente comunicó a las Fuerzas Armadas su intención de llamar a un plebiscito para dicho efecto. Pero las Fuerzas Armadas ya habían avanzado lo suficiente en la planificación de un nuevo golpe de estado y decidieron que el momento era el oportuno para poder evitar esta acción presidencial.
El Presidente Allende Gossens preparaba su discurso televisivo para informar a la Nación de estas intenciones, cuando las fuerzas armadas traicionaron su mandato constitucional dando inicio al Golpe de Estado el 11 de Septiembre de 1973. El ataque a la casa presidencial con el apoyo entusiasta de Washington, resultó en la muerte del Presidente y en el nacimiento de un nuevo Estado fascista cívico-militar liderado por el General traidor, Augusto Pinochet Ugarte, militarizado, basado en el terror, la tortura, y el desmantelamiento de todo programa revolucionario.
La cruel ironía resulta ser que la Vía Chilena hacia el Socialismo no era armada pero tampoco era pacífica. En tanto se amparaba en la Constitución, no podía ser refutada legalmente por la oposición. Para impedirla, ésta tuvo que recurrir a la destrucción del Estado. El Estado que presidente Allende Gossens había defendido con toda energía y heroicamente.
La mesa estaba servida para la imposición a sangre y fuego del primer experimento neoliberal influenciado por el rancio gremialismo católico que emanaba de la dictadura Franquista y por el fundamentalismo neoliberal de Milton Friedman y la Chicago School of Economics.
Años después, instituyendo la Constitución de 1980, la dictadura cívico-militar se aseguró de atar al modelo de tal forma que ya no importaría quien gobernara en el futuro. Un país reconocido mundialmente por sus políticas sociales de avanzada y por la fortaleza de sus sindicatos, pronto quedo despojado de ambos.
Hasta el día de hoy la institucionalidad impuesta por la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet Ugarte constituye un obstáculo para la recuperación de la verdadera democracia. Esa clase de democracia perfeccionada con la que soñaba el presidente Allende Gossens y por la que ofrendó su vida, muriendo en un combate heroico contra los militares fascistas al impulsar la Vía Chilena hacia el Socialismo.
También resulta patético constatar que la consolidación del modelo neoliberal de la mano de Socialistas Renovados/renegados y Demócrata Cristianos, se aleja sistemáticamente de la más mínima posibilidad de recuperar un “Estado de Bienestar” como el que existió décadas antes de la existencia de la Unidad Popular.
Los chilenos deben acudir al mercado para satisfacer necesidades básicas que debieran constituir derechos. Solo los extremadamente pobres, si consiguen demostrar serlo, y logran vencer la burocracia, consiguen acceso a magros subsidios, limosnas que constituyen un escupitajo a la dignidad del Ser Humano. La democracia imperfecta en la medida de lo posible,  se limita solo al derecho al voto en el marco de un sistema electoral sesgado que impide participación alguna de las minorías.
Los derechos a protestar de los sectores más perjudicados y a la integridad física de los mapuche y de los rapa-nui que defienden su territorio, se mantienen severamente conculcados.
La radicalidad perdida del PS
La radicalidad del Partido Socialista inicialmente se perdió en los brazos de la social democracia y en el entusiasmo por la tercera vía. El Partido Socialista se renovó abandonando al marxismo pero argumentando que intentaban humanizar el capitalismo.
Más adelante, de regreso en el gobierno en coalición con sus antiguos enemigos sediciosos – la Democracia Cristiana – el Partido Socialista ha sido un fiel promotor del neoliberalismo y defensor de los intereses de las grandes empresas multinacionales, del capitalismo salvaje globalizado, en lugar de los del Pueblo. Se ha negado a aceptar un proceso constituyente que cambie democráticamente la Constitución de la Dictadura. En lugar de humanizar el capitalismo lo han perfeccionado y defendido del descontento popular. Han transformado a Chile en uno de los países con mayor desigualdad social en el mundo.
Durante la presidencia de Ricardo Lagos Escobar, traicionando los principios del socialismo que dice profesar, legitimó con su firma la Constitución de la dictadura cívico-militar, sin consultar al pueblo, cambiando solo algunos artículos, pero dejando intacta la imposición del neoliberalismo y los candados que impiden eliminarlo. Dentro de sus innumerables traiciones, tal vez la peor, durante su mandato, ha sido la de entregarle al interés del capital foráneo la concesión plena de la minería del cobre, que concede aún mayores beneficios que su propiedad, revirtiendo el proceso de nacionalización por la cual el presidente Allende Gossens había ofrendado su vida.
En materia de política internacional, el Partido Socialista se ha transformado además en el paladín de la defensa de los intereses de los EE.UU. No solo ha servido de punta de lanza para la formación de la Alianza del Pacifico, sino que ha aceptado una base militar estadounidense en la Quinta Región/Valparaíso/concón: El fuerte Aguayo, ha abierto los servicios públicos como la seguridad social y los fondos de pensiones a las transnacionales estadounidenses, ha invertido en deuda pública estadounidense y ha acompañado activamente a EE.UU. en sus campañas de desestabilización de los países miembros de ALBA, la integración Latinoamericana alternativa y solidaria. Tanto es así que Lagos Escobar fue el único presidente Latinoamericano que apoyó el golpe de 2002 en Venezuela, reconociendo al efímero régimen golpista del traidor Carmona.
El Partido Socialista también se ha transformado en tenaz defensor de la corrupción,  impunidad y la autoamnistía para los crímenes de la dictadura cívico-militar. El ejemplo más sangrante es la defensa y el rescate del Dictador Augusto Pinochet desde su arresto en Londres. Ahora se ha sabido que siempre hubo un pacto de silencio con las Fuerzas Armadas para garantizar su impunidad. De igual modo se ha sabido tardíamente que la Concertación, coalición de gobierno liderada por el Partido Socialista y la Democracia Cristiana, que inició la transición a la democracia, lo hizo pactando con la Dictadura y engañando al pueblo respecto a su intención de cumplir el programa de gobierno por el que llegó al poder.
La inmoralidad, corrupción del Partido Socialista ha impactado en todos los ámbitos de la vida de los chilenos. No les fue suficiente con la traición, el engaño y con la puerta giratoria establecida entre el gobierno y la empresa privada, que ha enriquecido a su cúpula. Pero hay mucho más. La máxima expresión de inmoralidad de los mal llamados socialistas/pragmáticos contemporizadores ha sido la forma en que han subvertido la escasa democracia, financiando tanto sus propios bolsillos como los de su partido con las comisiones que cobran a los empresarios para legislar en su favor. La guinda del pastel ha sido que el mayor financista de los otrora “revolucionarios socialistas” ha sido el yerno del dictador de marras, Julio Ponce Lerou que accedió a una incuantificable fortuna personal al apropiarse de empresas mineras de propiedad pública, a precio de remate.
A diferencia de la Vía Chilena hacia el Socialismo, esta vez lo que se necesita es un nuevo comienzo. Utilizar el orden legal y la institucionalidad ilegitima existente no es una alternativa. La única posibilidad verdaderamente democrática es la de un proceso constituyente con poderes supra-constitucionales, culminando en un plebiscito para ratificar una nueva Constitución elaborada por el pueblo.
Ha llegado el momento en que la educación política, la organización y la unidad popular se hagan urgentes e imprescindibles. Una comprensión integral de la realidad actual y la inspiración que proviene de nuestra rica herencia política, servirán de orientación a las luchas que están por venir. El heroico ejemplo ético y político del presidente Salvador Allende Gossens nos acompaña. (En POLITIKA, Santiago de Chile, en ocasión del 42 aniversario del golpe de Estado contra el gobierno popular del Presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973)
Arquitecta chilena. Ximena de la Barra formó parte del Gobierno del presidente Allende. Fue funcionaria de Naciones Unidas, docente y consultora internacional y pública sobre América Latina. xdelabarra@yahoo.es
Referencias:

• Allende Gossens, Salvador. 1972. Discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Obras escogidas (1970-1973) (Barcelona: Critica), 4 de Diciembre. http://salvador-allende.cl/Biblioteca/AllendetomoII.pdf . La Vía Chilena hacia el Socialismo. México: Editorial Fundamentos, (1971)