martes, 4 de octubre de 2011

¿La educación gratuita y de calidad es posible?

¿La educación gratuita y de calidad
es posible?

            Ante la complejidad de los problemas económicos, políticos y educacionales sin resolver, en la ya larga y mal llamada “crisis mundial”, que se echan unos a otros los políticos de vía estrecha, que ya no están a la altura de sus obligaciones, Chile no ha escapado al contagio, a pesar del exitismo y la autocomplacencia del régimen cesarista actual y de la clase política.

            En el marco de esta patética realidad, se forma en Chile un movimiento social que encabezan los estudiantes, la mayoría de la juventud chilena que ha dicho ¡basta!

            ¿Qué exigen los jóvenes?: “La recuperación de la educación pública y el fin del lucro en ella, en resumen, el cambio estructural educacional en su conjunto. Como colofón, exigen que el Derecho a la educación sea garantizado por el Estado”.

            Durante largos meses de cháchara, el régimen cesarista actual ha ofrecido algunos dólares más y un diálogo de sordos, porque los defensores de la educación privada elitista como un negocio para lucrar de los empresarios del negocio de la educación, no aceptan ningún cambio o reforma de fondo en la educación chilena. Un círculo vicioso que sólo puede romperse con la movilización social que llevan a cabo, consecuentemente, los jóvenes, los profesores y los trabajadores en general.

            ¿Qué sentido tiene jóvenes luchadores por una educación pública gratuita,  para que se eduque el Pueblo chileno, cuando un régimen desquiciado llama al diálogo y de inmediato el dueño de la carreta afirma que, “Chile no tiene dinero para darse una educación pública gratuita”? ¿Cuándo se ha visto que un régimen reaccionario se preocupe por educar al Pueblo?

            Como colofón, seamos honestos para ser justos, el actual régimen cesarista en el marco de la parafernalia constitucional de 1980 –reformada, parchada por los regímenes concertacionistas-, está imposibilitado para acoger las demandas del movimiento social que lideran los jóvenes. Entonces, lo que corresponde es el cambio de la Constitución impuesta por la dictadura de marras. El desafío debe ser todos por una nueva constitución. No se puede seguir perdiendo el tiempo con las propuestas leoninas del régimen cesarista actual.

            Los medios mediáticos mercuriales de incomunicación globalizados seguirán machacando con el diálogo de sordos y las mesas redondas. Hoy  pareciera que quien no habla de reforma educacional padeciera de un complejo de inferioridad.

            El país y los jóvenes han tenido que soportar por largos años una andanada de reformismos educacionales durante los regímenes concertacionistas, con sus Ministros de Educación: Sergio Bitar, Ricardo Lagos, Mariana Aylwin, Jorge Arrate y los inefables pinochetistas mercuriales  Mónica Jiménez y Joaquín Lavín. Lo paradojal es que la mayoría de los políticos, defensores del negocio, del lucro en la educación, estudiaron gratuitamente y, a muchos, el Estado les financió sus estudios de post grado en Chile y en el extranjero.

            La reforma educacional no es posible sino se entiende que ella debe realizarse en el marco de una Constitución determinada.

            El movimiento social que encabezan los jóvenes que tienen los pies bien puestos sobre la tierra, cuando exigen la recuperación de la educación pública, gratuita y de calidad, parten de una base honesta y real que no puede ubicarse en el marco del modelo neoliberal impuesto por la dictadura de marras, con la infausta Constitución de 1980.

            El Pueblo chileno no ha convocado a los jóvenes, profesores y trabajadores a soñar, sino a realizar y, en la raíz del término, está el concepto de “res”, de cosa, de realidad. Esto les permitirá ponerse a cubierto de las mentirosas llamadas al diálogo del régimen cesarista. En este terreno no hay que esperar la intervención de ningún personaje político iluminado, nadie tiene derecho a esperar milagros, porque estos no existen, ni menos el movimiento social por la reforma de la educación puede identificarse con partido político alguno.  Es verdad, que los partidos políticos para existir necesitan del movimiento social, pero éste no de ellos…

            El movimiento social no le debe interesar el cambio por el cambio mismo. Los jóvenes son conscientes que los que le ofrece el régimen cesarista con su cháchara es cambiar algunas cosas para que todo quede como está. Los genios de la dictadura de marras cambiaron el nombre a las cosas para simular que cambian las propias cosas.

            Los medios mediáticos mercuriales de incomunicación globalizados y la clase política se han quedado patitiesos con la capacidad de los jóvenes para dar vida al movimiento social y su poder de movilización…

            La mayoría de la gente rescata la honestidad, la dignidad y la generosidad y consecuencia de los jóvenes luchadores por un Chile para todos. Ellos están abriendo las grandes alamedas para que pase el chileno libre, culto y solidario a construir la nueva patria sin miedo, sin impunidad y con memoria. He aquí un dirigente ejemplar de la juventud chilena: “nosotros somos conscientes que no veremos los frutos por los que estamos luchando”. Esta generación de jóvenes vanguardistas exige el cambio –los derechos se exigen y no se mendigan-, pero no lo quieren lentamente. Lo quieren todo y ahora. Es el polo opuesto a la clase política que dejó instalada la dictadura de marras para que administrara su orweliana herencia, reticente al cambio, a la reforma de fondo. Para ella, cualquier cambio o reforma de fondo, constituye una amenaza para los mezquinos intereses de la oligarquía empresarial que ellos administran, y con ello, la pérdida de su seguridad, que cambiaron por su libertad. Finalmente se quedaron sin ninguna de las dos.

            Acentúo, para los jóvenes y los profesores, realizar la reforma por lo que ellos luchan en un nuevo contexto constitucional debe adecuarse el aporte y entusiasmo de los jóvenes a la experiencia del magisterio. Lo que importa es que los árboles no impidan ver el bosque. Ningún problema personal, partidista, debe ponerse sobre la lucha por la reforma estructural de la educación chilena. Los problemas deben ubicarse en su justa dimensión.

            A los críticos de la crítica, los verbalistas protagonistas, que le gusta ponerse de pie para sacar la cabeza sobre los demás, felizmente, tarde o temprano, tienen que volver a su posición habitual, pero, entre tanto, cuanto deterioro pueden causar. Estos son los primeros y peores enemigos en el proceso de cambio. El dirigente consecuente, honesto, inteligente, busca expresar ideas profundas con palabras sencillas, pero en la época actual han surgido ciertos dirigentes iluminados que pretender disimular su ignorancia tras un lenguaje esotérico, que a nadie le interesa.

            Si se quiere hacer realmente una reforma estructural educacional de fondo, no hay que esperarlo todo de los planificadores, la verdadera tarea, es la de los creadores. Volvemos al punto de partida, los que realizan el cambio, los artífices de éste, son los estudiantes y los profesores con el apoyo de la clase trabajadora.

            Los requerimientos para desentrañar las nuevas exigencias sociales, para que ningún problema particular prive sobre todo, se requiere ver el conjunto. Para esto, es condición sine qua non la inspiración creadora y el trabajo intelectual serio y fecundo del profesor, del maestro. Su responsabilidad desaparece cuando se sumerge en un permanente y estruendoso ir y venir, que no le deja tiempo para pensar.

            Es poco serio hablar de reforma estructural educacional cuando el régimen cesarista insiste en el lucro en la educación y en proteger la educación privada e insistir que profesores y estudiantes son meros ejecutores de sus órdenes.

            No se puede llevar a cabo la reforma estructural educacional sobre la angustia y la inquietud del magisterio. Para crear un clima receptivo a los cambios el profesor, el maestro, deben saber previamente que sus derechos serán amparados. Mal podemos hablarle a la profesora,  a la maestra de desarrollo educacional, cuando ellas tienen que comprar la tiza con su exiguo sueldo a honorarios.

            El profesor, el maestro, sufre desde la dictadura militar fascista de marras el impacto salarial, sienten que están pretéritos, olvidados. Que ocupan un buen lugar en los discursos en la cháchara de los medios mediáticos mercuriales de incomunicación globalizada, pero no un lugar destacado en los presupuestos. Postergaciones, reclamos, insensibilidades, son los eslabones de una larga cadena que ha desgastado, que ha quebrantado la fe a la mayoría de los colegas de la divina maestra Gabriela Mistral.

            Al profesor, al maestro, -el formador del Ser humano y de su consciencia social-, les compete la difícil tarea de devolver a la consciencia de nuestra época la auténtica imagen de la persona preocupada por la realización de la totalidad de sus posibilidades. Maestros inolvidables como el Prof. Dr. Viterbo Osorio Santelices y el Prof. Dr. Luis Bisquertt Sussate  repetían a sus discípulos en la prestigiosa y autónoma universidad chilena de ayer: “ustedes no deben pensar tanto lo que van a hacer como lo que deben ser”…

            El ritmo acelerado del día a día ha influido directamente en las circunstancias en que se desarrolla la vida humana en el modelo  inhumano, insolidario e irracional capitalista globalizado y, a través de ella, en la personalidad de nuestros jóvenes. Ha acentuado la distancia que separa al joven del adulto, lo que impide a la nueva generación visualizar el futuro. Esto agudiza la situación de inseguridad que vive la mayoría de los jóvenes de hoy, han hecho del estrés, de la velocidad, un mito, una carrera sin sentido. Corren porque deben salir de y no llegar a, porque correr es ponerse al ritmo del tiempo. La vida en todas sus dimensiones es carrera vertiginosa. Se corre, se estresa, porque es un medio de no sentir el sin sentido de la vidorria diaria, porque es una forma de trascender sin trascendencia.

            De mis grandes maestros aprendí que lo único trascendental es lo que se hace por y para el Ser humano. Que para ser una verdadera reforma de fondo hay que colocar los intereses del ser humano en el centro de la vida económica, política, social, educacional y cultural si queremos verdaderamente cambiar el modelo de sociedad, injusta, inhumana, insolidaria, capitalista salvaje, por otra socialista a escala humana con irrestricto respeto por los derechos del Ser humano y su entorno ecológico. Culpar a Obama y a los testaferros europeos del capitalismo salvaje por la crisis, es darle una importancia, un rol que no tienen. Lo que hay que tener son agallas y coraje para luchar contra el perverso sistema capitalista.

            La reforma estructural educacional que el país necesita no puede satisfacerse con cataplasmas, con chácharas o discusiones bizantinas en los medios mediáticos mercuriales de incomunicación globalizados, es una cuestión de bisturí, no de paliativos.

            Como colofón, volvemos a la pregunta de este ensayo ¿es posible una reforma estructural educacional en Chile? Sí, todo depende del movimiento social y que sus jóvenes dirigentes no sean sorprendidos por los paniaguados epígonos del régimen cesarista y de la clase política que hace rato están sembrando la discordia para dividir el movimiento. La juventud que lucha por un Chile para todos no tiene  nada que perder, pero sí mucho que ganar, debe rechazar el nuevo reformismo que es la continuación  de los que impusieron los regimenes de la Concertación con los Ministros de Educación Ricardo Lagos, Sergio Bitar, Mariana Aylwin, Jorge Arrate y los inefables pinochetistas mercuriales Mónica Jiménez y Joaquín Lavín. Sí, a la reforma de fondo estructural educacional chilena, no al snobismo de la oligarquía empresarial que lucra con el negocio de la educación privada. La educación actual del lucro más que un fracaso, ha sido una estafa que produce vergüenza ajena debido a cerrazón y al cerrilismo que la aplasta. Un sistema ineficiente y arbitrario que hay que cambiar ya…

            La batalla es y será dura contra los sectores retardatarios de la oligarquía empresarial, dueña temporal de este país, para quienes la educación es un excelente negocio para lucrar. Jamás aceptarán devolverle al Estado el precioso instrumento social de la educación y la cultura, le niegan al Estado obcecadamente la función irrenunciable de ser la expresión más auténtica de la voluntad educativa y cultural de la nación. Son, por lo tanto, la educación y la cultura, dos de sus más caros patrimonios cívicos y morales de un Pueblo. Educar no es un negocio de alguna factoría, por esto, no puede considerarse “un bien de consumo de lucro”…

            Le corresponde a todos los sectores democráticos del Pueblo chileno, especialmente a su juventud, a los trabajadores, al magisterio, reafirmar y fortalecer la educación pública, democrática, científica, gratuita, bajo el control del Estado. “Gobernar es educar”, “luz más luz”.



Prof. Moreno Peralta
Secretario Ejecutivo ADDHEE/ONG



Discurso Canciller Cubano Bruno Rodríguez Parrilla

DISCURSO DEL MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES BRUNO RODRÍGUEZ, EN EL DEBATE GENERAL DEL 66 PERÍODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU. NUEVA YORK, 26 DE SEPTIEMBRE DEL 2011.


Señor Presidente:
Mientras aquí deliberamos, transcurre en Libia otra “guerra preventiva”, con el pretexto de “la protección de civiles”. Los Estados Unidos y la  OTAN, supuestamente para evitar una masacre, atacaron militarmente a un Estado soberano, sin que mediara amenaza alguna a la paz y la seguridad internacionales y desataron una operación de “cambio de régimen”.
La OTANimpuso al Consejo de Seguridad una cuestionable resolución que autorizó “a los Estados Miembros …a que, actuando a título nacional o por conducto de organizaciones o acuerdos regionales.., adopten todas las medidas necesarias, para proteger a los civiles y a las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque”.
Después, se produjo la violación de esta misma resolución, por parte de la OTAN, para suministrar armamento, financiar a una parte y desplegar personal operativo y diplomático en el terreno.
Ahora todos comprenden mejor qué es y para qué puede usarse la “responsabilidad de proteger”.
En esta guerra, además del empleo de las tecnologías militares más avanzadas y letales, los medios de comunicación han sido utilizados como armas en combate por los emporios financiero-mediáticos que lucran con la guerra y la reconstrucción como instrumentos anti-crisis.
Tan temprano como el 21 de febrero,  el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, había advertido que la OTANpreparaba, de manera inevitable, una guerra contra Libia. Desde entonces, fue infatigable la defensa por Cuba, no de un gobierno, sino de un principio: es inaceptable el asesinato de miles de personas inocentes con el dudoso objetivo de proteger a otros civiles. La historia demuestra también con elocuencia que la paz no puede imponerse por la guerra ni por la fuerza.
Sólo corresponde al pueblo libio determinar sus destinos, sin intervención extranjera, en ejercicio del derecho a la autodeterminación, a la independencia, a la soberanía sobre sus recursos naturales y a la integridad de su territorio.
La intervención militar en Libia y la creciente amenaza a Siria han sido las respuestas oportunistas y defensivas de Estados Unidos y Europa al colapso de su sistema de dominación y saqueo en África Norte y Medio Oriente, al surgimiento de movimientos genuinamente populares en Túnez, Egipto y otros países; para asegurar grandes reservas de petróleo, agua y confiscar activos financieros en tiempos de crisis económica y social global.
Corresponde a esta Asamblea General ejercer todas sus facultades para impedir que se desate una agresión militar contra Siria. La opinión pública debe recibir información objetiva y expresarse contra la guerra.
Señor Presidente:
El presidente Barack Obama, en sus amenazadores, engañosos y retóricos discursos del 20 y 21 de septiembre pasados, proclamó lo ocurrido en Libia como un nuevo modelo. Dijo que, y cito, “ésta es la manera en que la comunidad internacional debe trabajar en el siglo XXI –más naciones están asumiendo la responsabilidad y los costos del enfrentamiento a los desafíos globales. De hecho, este es el verdadero propósito de las Naciones Unidas. Por tanto, cada una de las naciones representadas aquí hoy puede sentirse orgullosa de las vidas inocentes que nosotros salvamos y de haber ayudado a los libios a recuperar su país. Lo que se hizo, fue lo correcto”. Fin de la cita.
La Casa Blanca, según la revista Foreign Affairs, se apresura a proclamar lo ocurrido en el país norteafricano como un modelo. Dicen que “la nueva estrategia de Estados Unidos es más eficaz y menos costosa.., la del gobierno de Bush considera la ocupación.., la de Obama es una liberación nacional… La estrategia de la intervención militar en Libia podría aplicarse también en otros casos”.
Con todo cinismo, se alude a una agresión militar sin bajas, ni tropas terrestres, cuyos costos recaen fundamentalmente en Europa. A la desestabilización de un país mediante la subversión, las operaciones encubiertas y las sanciones económicas se le llama “desarrollo de un movimiento nacional”.
Este nuevo modelo de operaciones de “cambio de régimen” demuestra que las actuales doctrinas militares de los Estados Unidos y de la OTAN son aun más agresivas que las precedentes y que la llamada “periferia euroatlántica” abarca al resto del planeta.
Nadie podría tener dudas de que América Latina y el Caribe están incluidos en esta concepción. El redespliegue de la IV Flota, el desarrollo de bases, fuerzas y medios militares para intervenir en cualquier punto de la región; el golpe de estado contra Venezuela del 2002 y luego el golpe petrolero; la sedición en Santa Cruz en Bolivia, el golpe militar en Honduras y el intento de golpe en Ecuador encajan perfectamente en la “nueva estrategia”.
¿Pueden hoy dar garantías Estados Unidos y la OTANde que el uso de la fuerza y este concepto de “cambio de régimen”, no es aplicable en el caso de los países de la América Latina y el Caribe que no se sometan a sus intereses? ¿Puede decir algo al respecto la Unión Europea? ¿Qué harían las Naciones Unidas en esa eventual situación?
Señor Presidente:
La debilidad de la economía global, en particular la de Estados Unidos y Europa, sigue mostrando que la crisis iniciada en el año 2008 no ha sido superada.
En los países desarrollados, el peso terrible de sus consecuencias se descarga sobre los trabajadores, los desempleados, los inmigrantes y los pobres, a quienes se reprime brutalmente cuando defienden pacíficamente sus derechos.
Los países del Sur, siempre expoliados, padecemos las distorsiones de un orden económico mundial que excluye nuestros intereses legítimos. Sufrimos el impacto terrible del proteccionismo y del sostenido incremento de los precios de los alimentos y los hidrocarburos.  Las poblaciones de muchos países en desarrollo son víctimas del agotamiento del modelo económico neoliberal y de sus secuelas de saqueo y exclusión. Las consecuencias sociales y políticas se sienten en todos los continentes.
Señor Presidente:
En las circunstancias de una crisis económica global y del agotamiento de los recursos naturales del planeta, ¿Cuál será la respuesta de las fuerzas extremistas de derecha  que están o lleguen al poder como resultado del castigo y la desesperanza de los electores?
Frente al creciente y universal peligro de la guerra, de un nuevo reparto del mundo  y del cambio climático, ¿podremos actuar unidos los países del Sur como condición indispensable para salvarnos?
Ante tantos y serios peligros, América Latina y el Caribe, la de Bolívar y Martí, se integra, resuelta a hacer lo que ellos dejaron sin terminar.  No se podrá dividirnos ni enfrentarnos. El ALBA es un pequeño pero moralmente poderoso haz de pueblos y la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es un hecho. Toda la fuerza de los Andes se expresará pronto en una Cumbre que será un parto histórico en Caracas, el epicentro de la independencia americana, donde un pueblo bolivariano ha conquistado el poder y un líder continental, el Presidente Hugo Chávez Frías, se agiganta.
Más que nunca, hay que defender a las Naciones Unidas, pero el mayor desafío es convertirlas en una organización que sirva a los intereses legítimos de todos las Estados, en vez de a las arbitrariedades y abusos de unos pocos países ricos y poderosos. Hay que hacer prevalecer el Derecho Internacional y los Propósitos y Principios de la Carta ante la fuerza bruta que intenta barrerlos.
Es necesario restablecer el papel rector de esta Asamblea y refundar el Consejo de Seguridad.
Señor Presidente:
La Asamblea Generaltiene la ineludible obligación moral, política y jurídica de garantizar el reconocimiento de un Estado palestino independiente, en las fronteras anteriores a 1967 y con capital en Jerusalén Oriental, como Miembro pleno de la Organización de las Naciones Unidas.
Debe hacerlo con o sin el Consejo de Seguridad, con veto norteamericano o sin él, con o sin nuevas negociaciones de paz.
Si se reconoce el derecho inalienable del pueblo palestino a la independencia, la soberanía y la autodeterminación; si se reconoce que hay que restablecer el ejercicio de los derechos humanos de los palestinos; si se acepta que el bloqueo a Gaza, la coerción económica, y la segregación que simboliza el infame muro, son crímenes; si el sometimiento de una nación a condiciones que amenazan su existencia tipifica como genocidio,  si es que los Estados Miembros deben adoptar todas las medidas lícitas a su alcance para garantizar la protección de los civiles palestinos, la Asamblea General debe actuar ahora.
Cuba, de la que es parte una pequeña comunidad hebrea,   condena asimismo la injusticia histórica del antisemitismo, el crimen contra la Humanidad que fue el Holocausto y reconoce también el derecho del Estado de Israel a su existencia. Nuestro pueblo sólo alberga sentimientos de fraternidad hacia el pueblo israelita también víctima de este conflicto.
Igual proclama que Estados Unidos tiene la obligación moral, política y jurídica de cesar el veto continuo a las resoluciones del Consejo de Seguridad destinadas a proteger a los civiles palestinos.
La Unión Europeadebiera oponerse a ese veto y abstenerse de apoyar al imperio en la presión brutal que ejerce sobre los Miembros de esta Asamblea y del propio Consejo. Debiera Europa denunciar también, porque es cierto y justo, que esos crímenes no estarían ocurriendo sin el suministro militar, el sostén financiero y la impunidad que Estados Unidos garantiza al gobierno de Israel.
Señor Presidente:
El 11 de septiembre del 2001, los cubanos compartimos el dolor del pueblo norteamericano ante aquellos atroces actos terroristas y le ofrecimos solidaridad, aliento y cooperación desinteresada. Como siempre, Cuba se expresó entonces, con meridiana claridad, contra el terrorismo y contra la guerra.
Diez años después, el mundo es aun más inseguro porque, en vez de convertir el consenso internacional contra el terrorismo en un sistema de cooperación internacional para hacerle frente, los Estados Unidos han invadido y ocupado a Iraq y Afganistán, provocado la muerte de cientos de miles de personas y el sufrimiento de decenas de millones. 
No pudo ocultarse el uso del engaño, la tortura, los asesinatos o ejecuciones extrajudiciales, la desaparición de personas, las detenciones arbitrarias, los vuelos y las cárceles secretas de la CIA en Europa y otras regiones.
El gobierno de Estados Unidos ofende la memoria de las víctimas del 11 de septiembre, cuando mantiene en prolongado e inhumano encarcelamiento a los cinco luchadores antiterroristas cubanos, condenados injustamente a penas de máxima severidad, en procesos judiciales espurios, por buscar información sobre la actividad terrorista de grupos que han operado con absoluta impunidad, desde territorio norteamericano, contra Cuba y provocado la muerte o discapacidad de 5577 de nuestros ciudadanos.   
Insto respetuosamente, una vez más, al Presidente Obama a que use sus facultades para ponerlos en libertad como acto de justicia o gesto humanitario que sería apreciado profundamente por sus hijos, esposas, madres, padres y por todo nuestro pueblo.
Señor Presidente:
El gobierno cubano reitera su disposición e interés en avanzar hacia la normalización de relaciones con los Estados Unidos. Reitero hoy la propuesta de iniciar un diálogo dirigido a la solución de los problemas bilaterales, incluidos los asuntos humanitarios, igual que la oferta de negociar acuerdos de cooperación contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas, los desastres naturales y la protección del medio ambiente, incluso frente a derrames de petróleo como el ocurrido en la plataforma de la British Petroleum, en el Golfo de México.
Sabemos, sin embargo, que la carrera electoral ya ha comenzado en este país, mientras la economía se agrava. 
El bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba se intensifica y alcanza ya daños acumulados por 975 miles de millones de dólares, al valor actual del oro. El intento de subvertir el orden constitucional elegido libremente por los cubanos se acentúa.
Aumenta la presión de la ultraderecha y de la mafia de origen cubano para revertir las mínimas acciones adoptadas por el gobierno norteamericano que favorecen, en alguna medida, los vínculos de la emigración cubana con su Nación y los intercambios entre ambos pueblos.
En Cuba, el presidente Raúl Castro Ruz ha reiterado que continuaremos cambiando, de manera soberana, todo lo que deba ser cambiado, para hacer más eficiente nuestra economía y mejor nuestro socialismo. Para “conquistar toda la justicia” y preservar plena toda nuestra independencia.
Como quería Martí, “antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la Patria, se unirá el mar del Sur al mar del Norte y nacerá una serpiente de un huevo de águila”.
Muchas gracias.

Mensaje Presidente Hugo Chávez Frías

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MISIÓN PERMANENTE ANTE LAS NACIONES UNIDAS

MENSAJE DEL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
COMANDANTE HUGO CHÁVEZ FRÍAS
TRANSMITIDO POR EL MINISTRO DEL PODER
POPULAR PARA LAS RELACIONES EXTERIORES
S.E. SR. NICOLÁS MADURO MOROS

Debate general del 66º Período de Sesiones
de la Asamblea General de las Naciones Unidas
Nueva York, 27 de Septiembre de 2011




                                                                                    Caracas, 26 de septiembre de 2011



Señor Presidente de la Asamblea General :
Distinguidos representantes de los pueblos del mundo:
Señoras y señores:


Dirijo estas palabras a la Asamblea General de las Naciones Unidas, a este gran foro donde se encuentran representados todos los pueblos de la tierra, para expresar las verdades de la Venezuela bolivariana y reafirmar nuestro compromiso irrenunciable con la justicia y la igualdad, esto es, con la paz.

La
paz, la paz, la paz… No buscamos la paz de los cementerios, como decía Kant con ironía, sino una paz asentada en el más celoso respeto al derecho internacional. Lamentablemente, la ONU , a lo largo de toda su historia, en lugar de sumar y multiplicar esfuerzos por la paz entre las Naciones, termina avalando –unas veces, por acción y, otras, por omisión- las más despiadadas injusticias.

Siempre hay que recordar que el Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, se habla de salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra... Pura letra muerta. Desde 1945 para acá, las guerras no han hecho sino crecer y multiplicarse inexorablemente. Veamos, una vez más, hacia Libia destruida y ensangrentada por voluntad de los poderosos de este mundo.

Quiero hacer un llamado a la reflexión a los gobiernos del mundo: desde el 11 de septiembre de 2001, comenzó una nueva guerra imperialista que no tiene precedentes históricos: una guerra permanente, a perpetuidad.

Debemos mirar de frente la aterradora realidad del mundo en que vivimos. Necesario es formular un conjunto de inquietudes a partir de los peligros y las amenazas que nos acechan: ¿por qué Estados Unidos es el único país que siembra el planeta con bases militares?; ¿a qué le teme para tener tan escalofriante presupuesto destinado a aumentar cada vez más su poderío militar?; ¿por qué ha desencadenado tantas guerras, violando la soberanía de otras naciones que tienen los mismos derechos sobre sus destinos?; ¿cómo hacer valer el derecho internacional contra su insensata aspiración de hegemonizar militarmente al mundo en garantía de fuentes energéticas para sostener su modelo depredador y consumista?; ¿por qué la ONU no hace nada para detener a Washington? Si respondiéramos, con absoluta sinceridad, a estas interrogantes, comprenderíamos que el imperio se ha adjudicado el papel de juez del mundo, sin que nadie le haya otorgado tal responsabilidad, y que, por tanto, la guerra imperialista nos amenaza a todos.
Washington sabe que el mundo multipolar es ya una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener, a toda costa, el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes, negociando grandes intereses, con sus socios y secuaces, para darle a la multipolaridad el rumbo que el imperio quiera. Pero esto no es todo: se trata de una reconfiguración del mundo que se sustenta en la hegemonía militar yanqui.

La humanidad se está enfrentando a la amenaza cierta de la guerra permanente. En cualquier escenario, y Libia lo demuestra, el imperio está dispuesto a crear las condiciones políticas para ir a la guerra. En la visión imperial del mundo, se está invirtiendo el célebre axioma de Clausewitz: la política es la continuación de la guerra por otros medios.

¿Qué hay en el trasfondo de este nuevo Armagedón?: el poder omnímodo de la cúpula militar-financiera que está destruyendo al mundo para acumular cada vez más ganancias; la cúpula militar-financiera que está subordinando, de facto, a un conjunto, cada vez más grande, de Estados. Téngase en cuenta que el modo de existir del capital financiero es la guerra: la guerra que arruina a los más, enriquece, hasta lo impensable, a unos pocos.

En lo inmediato existe una gravísima amenaza para la paz mundial: el desencadenamiento de un nuevo ciclo de guerras coloniales, que comenzó en Libia, con el siniestro objetivo de darle un segundo aire al sistema-mundo capitalista, hoy en crisis estructural, pero sin ponerle ninguna clase de límites a su voracidad consumista y destructiva. El caso de Libia debe alertarnos sobre la pretensión de implementar un nuevo formato imperial de coloniaje: el del intervencionismo militar avalado por los órganos antidemocráticos de las Naciones Unidas y justificado en base a mentiras mediáticas prefabricadas.

La humanidad está al borde de una catástrofe inimaginable: el planeta marcha inexorablemente hacia el más devastador ecocidio; el calentamiento global lo anuncia, a través de sus pavorosas consecuencias, pero la ideología de los Cortés y los Pizarro respecto del ecosistema, como bien dice el notable pensador francés Edgar Morin, los lleva a seguir depredando y destruyendo. La crisis energética y la crisis alimentaria se agudizan, pero el capitalismo sigue traspasando impunemente todos los límites.

Frente a este panorama tan desolador, el gran científico estadounidense Linus Pauling, galardonado en dos ocasiones con el Premio Nobel, nos sigue iluminando el camino: Creo que existe en el mundo un poder mayor que el poder negativo de la fuerza militar y de las bombas nucleares: el poder del bien, de la moralidad, del humanitarismo. Creo en el poder del espíritu humano. Movilicemos, entonces, todo el poder del espíritu humano: es tiempo ya. Se impone desatar una gran contraofensiva política para impedir que los poderes de las tinieblas encuentren justificaciones para ir a la guerra: para desatar la guerra global generalizada con la que pretenden salvar al capital de Occidente.

Venezuela llama a la constitución de una gran alianza contra la guerra y por la paz: con el supremo objetivo de evitar la guerra a como dé lugar. Hay que derrotar políticamente a los guerreristas y, más aún, a la cúpula militar-financiera que los auspicia y manda.

Construyamos el equilibrio del universo que avizorara el Libertador Simón Bolívar: el equilibrio que, según sus palabras, no puede hallarse en el seno de la guerra; el equilibrio que nace de la paz.

Necesario
es hacer memoria y memoria inmediata: Venezuela, junto a los países miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), estuvo abogando activamente por una solución pacífica y negociada al conflicto libio. Así lo hizo, también, la Unión Africana. Pero, a la postre, se impuso la lógica bélica decretada desde el Consejo de Seguridad de la ONU y puesta en práctica por la OTAN , ese brazo armado del imperio yanqui. La lógica bélica que tuvo su punta de lanza en las transnacionales de la comunicación: recuérdese que el “caso Libia” fue llevado al Consejo de Seguridad sobre la base de la intensa propaganda de medios de comunicación, que mintieron al afirmar que la aviación libia bombardeaba a civiles inocentes, por no mencionar la grotesca escenificación mediática en la Plaza Verde de Trípoli. Esta campaña premeditada de mentiras, justificó medidas apresuradas e irresponsables del Consejo de Seguridad de la ONU , que abrieron el camino para que la OTAN implementara, por la vía militar, su política de cambio de régimen en ese país.

Vale la pena preguntarse: ¿en qué se ha convertido la zona de exclusión aérea establecida por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad? ¿Acaso las más de 20.000 misiones aéreas de la OTAN contra Libia, muchas de ellas con el fin de bombardear al pueblo libio, no son la negación misma de esa Zona de Exclusión? Aniquilada completamente la fuerza aérea libia, la continuidad de los bombardeos “humanitarios” demuestra que Occidente, a través de la OTAN , impone sus intereses en el Norte de África, convirtiendo a Libia en un protectorado colonial.

Es una burla afirmar que se ha impuesto desde la ONU un embargo de armas en Libia, cuando la misma OTAN introdujo miles de armas pesadas para apoyar a la insurrección violenta contra el gobierno legítimo de ese país. El embargo, por supuesto, solo debía impedir que el gobierno libio defendiera su soberanía, validando una vez más ese cruel modo de funcionamiento internacional según el cual la ley solo se impone al débil.

¿Cuál es el motivo real de esta intervención militar?: recolonizar a Libia para apoderarse de sus riquezas. Todo lo demás se subordina a este objetivo. Nadie coloniza inocentemente, decía, con toda razón, el gran poeta martiniqués Aimé Césaire en su extraordinario Discurso sobre el colonialismo.

Por cierto: la Residencia de nuestro Embajador en Trípoli fue invadida y saqueada, pero la ONU hizo mutis por el foro, guardando un silencio ignominioso.

Exigimos el cese inmediato de los bombardeos sobre territorio libio. Igualmente, seguiremos exigiendo respeto al derecho internacional en el caso de esta Nación hermana: no nos quedaremos callados ante la intención perversa de destrozar las bases que le dan sentido y razón. Por eso mismo, lanzamos la siguiente pregunta a esta Asamblea: ¿Por qué se le concede el escaño de Libia en la ONU al autodenominado “Consejo Nacional de Transición”, mientras se bloquea el ingreso de Palestina, desconociendo, no sólo su legítima aspiración, sino lo que es ya voluntad mayoritaria de la Asamblea General ? Venezuela ratifica aquí, con todas sus fuerzas y con la autoridad moral que otorga la voluntad mayoritaria de los pueblos del mundo, su solidaridad incondicional con el pueblo palestino y su apoyo irrestricto a la causa nacional palestina, incluyendo desde luego la admisión inmediata de un Estado palestino de pleno derecho en el seno de la Organización de las Naciones Unidas.

Y el mismo formato imperialista se está repitiendo en el caso de Siria. A no ser porque algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad hacen muestra hoy de la firmeza que les faltó en el caso de Libia, todo estaría definido para que el Consejo de Seguridad diera su aval a la OTAN para disparar misiles y enviar bombarderos contra Siria.

Es intolerable que los poderosos de este mundo pretendan arrogarse el derecho de ordenar a gobernantes legítimos y soberanos que renuncien en lo inmediato. Así sucedió con Libia, de igual forma quieren proceder contra Siria. Tales son las asimetrías existentes en el escenario internacional y tales son los atropellos contra las Naciones independientes.

No somos quienes para adelantar un juicio sobre la situación interna de Siria, primero, por la complejidad inherente a toda realidad nacional, y segundo porque sólo el pueblo sirio puede resolver sus problemas y decidir su destino en atención al derecho a la autodeterminación de los pueblos, un derecho inalienable en todos los sentidos. Pero eso no nos impide pensar que es cien veces mejor apostar por el éxito del amplio diálogo nacional al que ha convocado el Presidente Bashar Al Assad, que imponer sanciones y gritar como hienas por una intervención militar. Desde la Venezuela bolivariana respaldamos, sin ambigüedades, los ingentes esfuerzos que hace el Presidente Bashar Al Assad por preservar la unidad y la estabilidad de su patria, ante el asedio del imperialismo voraz.

Señor Presidente,

Dirijamos nuestra atención ahora al Cuerno de África y tendremos un ejemplo desgarrador del fracaso histórico de la ONU : la mayoría de agencias de noticias serias  sostienen  que entre 20 mil y 29 mil niños menores de 5 años han muerto en los últimos tres meses.

La gran periodista Frida Modak, en su artículo Morir en Somalia, deja al descubierto toda la miseria que, peor que la que devasta la extensa región del Cuerno de África, carcome a las principales organizaciones internacionales, en primerísimo termino a la ONU : Lo que se necesita para hacer frente a esta situación son un mil 400 millones de dólares, no para solucionar el problema, sino para atender la emergencia en que se encuentran Somalia, Kenia, Djibouti y Etiopía. Según todas las informaciones los próximos dos meses serán decisivos para evitar la muerte de más de 12 millones de personas y la situación más grave es la de Somalia.

No
puede ser más atroz esta realidad, si al mismo tiempo no nos preguntamos cuánto se está gastando en destruir a Libia. Así responde el congresista estadounidense Dennis Kucinich: Esta nueva Guerra nos costará 500 millones de dólares solo durante la primera semana. Claro está que no tenemos recursos financieros para eso y acabaremos reduciendo la financiación de otros importantes programas domésticos. Según el mismo Kucinich, con lo gastado en las tres primeras semanas al norte del continente africano, para masacrar al pueblo libio, en mucho se podría haber ayudado a toda la región del Cuerno de África, salvando decenas de miles de vidas.

Las razones que motivaron la criminal intervención en Libia para nada son humanitarias: se fundamentan en el postulado maltusiano de que “sobra gente en el mundo” y  hay que eliminarla, generando más hambre, destrucción e incertidumbre. Generando, al mismo tiempo, más ganancias financieras.  En este sentido, es francamente lamentable que en el mensaje de apertura de la 66 Asamblea General de la ONU no se llamó a la acción inmediata para solucionar la crisis humanitaria que padece el Cuerno de África, mientras  se asegura que “ha llegado el momento de actuar” sobre Siria.

Señoras y Señores,

Clamamos, igualmente, por el fin del vergonzoso y criminal bloqueo a la hermana República de Cuba: bloqueo que, desde hace más de cincuenta años, ejerce el imperio, con crueldad y sevicia, contra el heroico pueblo de José Martí.

Hasta 2010, ya van diecinueve votaciones en la Asamblea General de la ONU que confirman la voluntad universal de exigirle a los Estados Unidos que cese el bloqueo económico y comercial contra Cuba. Agotados todos los argumentos de la sensatez internacional, sólo resta creer que tal ensañamiento contra la Revolución Cubana es consecuencia de la soberbia imperial ante la dignidad y la valentía que ha mostrado el insumiso pueblo cubano en la soberana decisión de regir su destino y luchar por su felicidad.

Desde Venezuela, creemos que ha llegado la hora de exigirle a los Estados Unidos no solo el fin inmediato y sin condiciones del criminal bloqueo impuesto contra el pueblo cubano, sino la puesta en libertad de los 5 luchadores antiterroristas cubanos secuestrados en las cárceles del Imperio, por el único motivo de buscar impedir las acciones ilegales que grupos terroristas preparan contra Cuba, bajo el cobijo del gobierno de los Estados Unidos.

Señor Presidente de la Asamblea General y distinguidos representantes de los pueblos del mundo:
Queremos reiterarlo: es imposible ignorar la crisis de Naciones Unidas. Ante esta misma Asamblea General sostuvimos, en el año 2005, que el modelo de Naciones Unidas se había agotado. En aquella ocasión, planteamos, también, la necesidad impostergable de su refundación.

Desde entonces hasta acá, nada se ha hecho: la voluntad política de los poderosos se ha impuesto. Claro: la ONU , tal como hoy funciona, sirve dócilmente a sus intereses. Para nosotros, es claro que Naciones Unidas no mejora ni va a mejorar desde adentro. Si su Secretario General junto con el Fiscal de la Corte Penal Internacional, participan en un acto de guerra, como en el caso de Libia, no hay nada que esperar del actual formato de esta organización. Y ya no hay tiempo para reformas: la ONU no acepta reforma alguna; la enfermedad que lleva por dentro es mortal.

Resulta intolerable que exista un Consejo de Seguridad que le dé la espalda, cada vez que quiere, al clamor mayoritario de las naciones, desconociendo deliberadamente la voluntad de la Asamblea General. Si el Consejo de Seguridad es una suerte de club con miembros privilegiados, ¿qué puede hacer la Asamblea General , cuál es su margen de maniobra, cuando éstos violen el derecho internacional?

Parafraseando a Bolívar –cuando se refería concretamente al naciente imperialismo yanqui en 1818- basta ya de que las leyes las practique el débil y los abusos los practique el fuerte. No podemos ser los Pueblos del Sur quienes respetemos el derecho internacional, mientras el Norte nos destruye y saquea, violándolo.

Si no asumimos, de una buena vez, el compromiso de refundar Naciones Unidas, esta organización perderá definitivamente la poca credibilidad que le queda. Su crisis de legitimidad se acelerará hasta la implosión final. De hecho, así ocurrió con el organismo que fue su antecedente inmediato: la Liga de Naciones.

Un primer y decisivo paso para que comencemos a refundar Naciones Unidas sería eliminar la categoría de miembros permanentes y el derecho a veto en el Consejo de Seguridad. Igualmente, habría que maximizar democráticamente el poder de decisión de la Asamblea General. También se impone, en lo inmediato, la revisión a fondo de la Carta de Naciones Unidas con el objetivo de proceder a la redacción de una nueva Carta.

Pueblos del mundo:

El futuro de un mundo multipolar en paz, reside en nosotros. En la articulación de los pueblos mayoritarios del planeta para defendernos del nuevo colonialismo y alcanzar el equilibrio del universo que neutralice al imperialismo y a la arrogancia.

Este llamado amplio, generoso, respetuoso, sin exclusiones, se dirige a todos los pueblos del mundo, pero muy especialmente a las potencias emergentes del Sur, que deben asumir con valentía el rol que están llamadas a desempeñar en lo inmediato.

Desde América latina y el Caribe han surgido poderosas y dinámicas alianzas regionales, que buscan configurar un espacio regional democrático, respetuoso de las particularidades, y deseoso de poner el acento en la solidaridad y la complementariedad, potenciando lo que nos une y resolviendo políticamente lo que nos divide. Y este nuevo regionalismo admite la diversidad y respeta los ritmos de cada quien. Así, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) avanza como experimento de vanguardia de gobiernos progresistas y antiimperialistas, buscando fórmulas de ruptura con el orden internacional imperante y fortaleciendo la capacidad de los pueblos de hacer frente, colectivamente, a los poderes fácticos. Pero esto no impide que sus miembros den un impulso decidido y entusiasta a la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), bloque político que federa a los 12 Estados soberanos de Suramérica, con el fin de agruparlas en lo que El Libertador Simón Bolívar llamó “una Nación de Repúblicas”. Y más allá, los 33 países de América Latina y el Caribe nos preparamos para dar el paso histórico de fundar una gran entidad regional que nos agrupe a todos, sin exclusiones, donde podamos diseñar juntos las políticas que habrán de garantizar nuestro bienestar, nuestra independencia y nuestra soberanía, con base en la igualdad, la solidaridad y la complementariedad. Caracas, la capital de la República Bolivariana de Venezuela, se enorgullece desde ya en albergar, los próximos 2 y 3 de diciembre, la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que fundará definitivamente nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Los venezolanos ciframos nuestras esperanzas en una gran alianza de los ensambles regionales del Sur, como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la CARICOM , el SICA, la Unión Africana , la ASEAN o la ECO y, muy especialmente, en las instancias interregionales de articulación de potencias emergentes como el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que debe convertirse en un polo de atracción articulado con los pueblos del Sur.

Quiero finalizar recordando al gran cantor del pueblo venezolano: a Alí Primera. En una de sus canciones nos interpela así: ¿Cuál es la lucha de/ los hombres, para lograr/ la paz?/ ¿Y cuál paz?/ Si quieren dejar/ el mundo como está.  Hoy más que nunca, el peor crimen contra la paz es dejar al mundo como está: si lo dejamos como está, el presente y el porvenir están y estarán determinados por la guerra perpetua. Por el contrario, lograr la paz supone revertir radicalmente todo lo que impide, para decirlo con el mismo Alí Primera, que sea humana/ la humanidad.


Hugo Chávez Frías
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela